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ℳ𝑜𝑜𝓃 ♡

ℳ𝑜𝑜𝓃 ♡
@moonlovesmin

Jul 26, 2018
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✖︎ ʏᴏᴜ ʜᴜʀᴛ ᴍᴇ ✖︎ ⦅ᴏs⦆ JiMin es un chico dulce y amable. Siempre está con su mejor amigo JeonGguk. Todo está bien excepto cuando el hermano mayor de este; YoonGi está en el mismo lugar que ellos.

✖︎JiMin y JeonGguk tienen la misma edad 21 años. ✖︎YoonGi tiene 26. ✖︎La diferencia de altura entre JiMin y YoonGi es más que 1cm. ✖︎Esta historia tiene muchos saltos en el tiempo. O sea que pasan varios días o incluso semanas entre actualizaciones.
—Gukkie...—se quejó JiMin mientras se retorcía entre las piernas de su mejor amigo. —Esto te pasa por ser malo conmigo.—JiMin seguía retorciéndose. —Por favor...—Suplico sin aliento. —No me convencerás.—Y de nuevo atacó sus costillas con sus dedos para hacer que su mejor amigo
se retorciera entre sus piernas sin parar de reír. —¡Por favor...te lo... suplico!—Gritó JiMin desesperado sin dejar de carcajear. JeonGguk dejo de hacerle cosquillas y se rió al ver los ojos llorosos y la cara roja de JiMin. Cuando este recuperó el aliento se sentó a su lado.
—Aunque te moleste, sigo siendo mayor que tú por un mes.—Dijo con orgullo JiMin. —Voy a hacerte cosquillas.—Amenazo JeonGguk a lo que JiMin levantó sus manos en defensa mientras reían.—Deberíamos meternos a la piscina.—Sugirió el menor. —Sabes que no sé nadar. Además no tengo
ropa para cambiarme. Pero puedo meter los pies y hacerte compañía.—Habló sonriendo JiMin. —Nunca quieres meterte a la piscina conmigo. Incluso si prometo que voy a cuidarte. Tampoco te quitas tus suéteres.—Hablo un poco triste JeonGguk. —Es que no me gusta mucho mi cuerpo.—Se
encogió de hombros restándole importancia.—Anda, ve a cambiarte y yo te espero aquí.—Ofreció el mayor, a lo que JeonGguk suspiró derrotado. Se puso de pie y fue a su habitación en la segunda planta a cambiarse de ropa. JiMin se puso de pie y se dirigió a la pequeña biblioteca
para buscar algo que leer mientras su mejor amigo nadaba en la piscina. Vio que estaba orgullo y prejuicio, su libro favorito y se estiró para tomarlo. Pero una pálida mano lo tomó por él. JiMin de inmediato se giró poniendo ambas manos en su pecho. —¿Qué haces aquí solo?—Su
voz fue profunda. —Uh, Gukkie fue por su bañador...—JiMin bajo la vista al suelo.—Iba a pedírselo prestado.—Hablo refiriéndose al libro en la mano de YoonGi. —Por supuesto.—Le dio el libro al chico quien con manos temblorosas lo tomó.—Ten cuidado.—Dijo en un tono bajo.
JiMin no sabía si aquello era una advertencia, amenaza o si realmente le estaba diciendo que se cuidara. No respondió nada. Simplemente espero a que el pálido saliera de la biblioteca para respirar con normalidad.
Cuando JeonGguk bajo fueron a la cocina donde le pidió a una de las empleadas que les preparara algo de beber y de comer para estar en la piscina. La mujer le sonrió diciéndole que pronto les llevaría una bandeja. JiMin se sacó sus viejos converse y sus calcetines. Doblo los
extremos de su Jean hasta dejarlos a la mitad de su pierna. Se sentó en la orilla metiendo sus pequeños pies. JeonGguk se acerco y subió sus brazos a la orilla para apollar su barbilla ahí. —Me gusta como se te ve este suéter.—Hablo JeonGguk tomando una de las mangas del mayor.
—Es mi favorito.—Habló riendo JiMin. JeonGguk fue a nadar de un extremo a otro. Siempre hacia eso. Les habían llevado sándwiches y limonada. JiMin se comió la mitad de uno y bebía limonada bajo la sombra de un paraguas mientras leía.
—Hola Gukkie.—Saludó la rubia. El corazón de JiMin se oprimió. Aún así le echó un vistazo. Crop top de tirantes blanco, jeans a la cintura y tacones blancos. Maquillaje impecable y el cabello perfecto. Como siempre. —Hey...—Saludó sin mucho ánimo. —Guk. Estaremos en mi
habitación.—Informó YoonGi tomando la mano de la rubia. Esta se despidió de los chicos. Dirigiéndole un guiño y una maliciosa sonrisa a JiMin. —No le hagas caso.—Hablo JeonGguk al darse cuenta de aquello. JiMin solo asintió.
A pesar de que el día había estado soleado. De un momento a otro estaba lloviendo a mares. JiMin cubrió los sándwiches y tomó la bandeja para caminar rápidamente al interior de la casa. JeonGguk tomó sus cosas y cuando ambos se vieron empezaron a carcajearse.
—Traeré toallas para que te seques.—JiMin asintió dejando la bandeja en la encimera. JeonGguk salió de la cocina y los ojos de JiMin se hicieron enormes. Había dejado el libro en el camastro y sus tenis debajo de este. Sin pensarlo dos veces salió de la casa nuevamente. No
tardo mucho en estar empapado. Su corazón se oprimió, el libro parecía estar bastante mojado ya. Aún así lo tomó y lo apretó contra su pecho. Dios, YoonGi iba a comérselo vivo. Se colocó los tenis simplemente metiendo su pie. No tenía tiempo de atarlos. Empezó a correr de
regreso a la casa. Pero pisó una de sus agujetas y se cayó soltando el libro. Este cayó en la piscina. JiMin mordió su labio inferior queriendo llorar. Se arrodilló en la orilla y estiró su mano, faltaba poco para alcanzarlo. Se acomodó más a la orilla y de pronto la mano con la
que estaba apoyado resbaló, haciendo que cayera en el agua. Empezó a manotear y patalear intentando salir. Las mangas de su suéter estaban enredadas y le hacían más complicada la tarea. Pudo salir un par de veces pero no lograba tomarse del borde por lo asustado que estaba.
Sus brazos estaban entumecidos y sus piernas cansadas por el esfuerzo. Su pecho dolía por el agua que había tragado. No duraría mucho. Cuando estaba quedándose inconsciente un brazo tomó su cintura y lo sacó a la superficie. —Jiminie, Jiminie respóndeme por favor.—Suplicaba
JeonGguk mientras los arrastraba a ambos a la orilla. —Gukkie...—Dijo medio adormilado.—Lo siento mucho... el libro se arruinó...—Y entonces JiMin empezó a llorar abrazando a JeonGguk. —¡Eres un idiota!—Le gritó molesto su mejor amigo.—¡Eres más importante que ese estúpido
libro!—JeonGguk lo ayudó a salir y a paso lentos ambos entraron a la casa. JeonGguk lo tomaba de la cintura para guiarlo a su habitación. Debían tomar un baño caliente si no querían enfermarse. Dejo que JiMin se bañara primero y le dejo algo de la ropa que le quedaba pequeña.
JeonGguk se sacó la ropa mojada dejando solo sus bóxers y se colocó una bata de baño. Iba a revisar cómo iba JiMin con el baño pero llamaron a su puerta. —¿YoonGi?—Preguntó extrañado JeonGguk de que su hermano estuviese ahí. El pálido iba a hablar pero la voz de JiMin lo
interrumpió. —Gukkie, tú ropa me queda enorme...—La voz de JiMin fue bajando de tono y sus brazos estaban a los lados de su cadera mientras tragaba grueso. YoonGi lo vio de pies a cabeza, sabía que la ropa era de su hermanito; la cara de JiMin estaba roja. Después vio a este
con una simple bata de baño y el cabello húmedo. —Lo quiero fuera de mi casa. Ya mismo.—Fue lo que salió de la boca del pálido. Su voz fue tan profunda que JiMin tembló en su sitio. —YoonGi, el li...—YoonGi le dio una mirada que hizo callar a JiMin. —Fuera de mi casa. Ahora.
JeonGguk iba a hablar pero JiMin lo llamo y negó en su dirección. El menor de los Min apretó sus manos en puños. —Me iré ya mismo.—Hablo JiMin mientras dejaba la toalla con la que había secado si cabello en uno de los sillones.—Por favor no se moleste con JeonGguk.—Pidió JiMin.
—Jiminie. Te llevaré a tu casa.—JeonGguk tomó unos jeans y se los colocó así sin más. Desató su bata para colocarse una camiseta y JiMin desvió la mirada. —Guk.—Dijo en tono de advertencia YoonGi. —Está lloviendo, va a enfermarse.—Corto JeonGguk en tono molesto.
Después de que YoonGi les echara una mirada a ambos, pero más a JiMin. Hablo de nuevo. —Bien. No te demores.—Y dicho eso se retiró. —Es un imbécil.—Bramó molesto JeonGguk.—No puedo creer que aún así te guste.—Puso los ojos en blanco a lo que JiMin se encogió.
JeonGguk llevo a JiMin al edificio donde este vivía con su madre. Era viejo, estaba en una zona no muy buena y podía ver gente de dudosa reputación por todos lados. Odiaba dejarlo ahí. JiMin era tan pequeño y delicado, quería abrazarlo y no soltarlo nunca.
—Gracias por traerme.—Sonrió tomando la manija de la puerta. —Jiminie, lamento lo de mi hermano...—Habló apenado su mejor amigo. —Está bien.—Sonrió JiMin.—Sabes que YoonGi por alguna razón me odia.—El mayor suspiró cansado.—Pero bueno, debo entrar ahora. Avísame cuando estés
en casa.—Pidió el menor besando la mejilla de JeonGguk. Este lo vio hasta que el chico entró al edificio. Regreso a casa y estaba bastante molesto. Cuando entró, en la sala estaba YoonGi en u sofá con Hyuna sobre sus muslos mientras besaba el cuello del pálido. Este tomaba el
trasero de la rubia con ambas manos y la pegaba a su cuerpo. —Quiero que se vaya de mi casa.—Hablo JeonGguk estando con los brazos cruzados. —Ve a tu habitación.—Le ordenó YoonGi. —No, es increíble que hayas corrido a Jiminie por nada y está zorra este aquí.—Estaba molesto.
—No le hables así.—La voz de YoonGi salió ronca. —¿Y por qué tú si puedes hacer lo que te da la gana con Jiminie? ¡Nunca te ha hecho nada!—Estalló el menor. Sin mucho cuidado hizo a Hyuna a un lado y se puso de pie. —Vete a tu puta habitación.—Habló lentamente. —Jodido
imbécil.—Mascullo JeonGguk antes de irse de la sala. Se sentía asqueado por lo que veían sus ojos. Estaba frustrado por lo idiota que podía ser YoonGi a veces. Lo que más le molestaba es que aún así JiMin seguía enamorado del idiots de su hermano. Sino fuese porque él estaba
enamorado de TaeHyung, definitivamente saldría con JiMin. Suspiró profundamente y se dio la ducha que había aplazado por diferentes razones. Una vez fuera, se colocó unos simples bóxers y se fue a dormir después de enviarle algunos mensajes a JiMin.
Después de una semana de aquel día en que YoonGi lo había echado de su casa, JiMin accedió a ir de nuevo con su mejor amigo. Solo porque JeonGguk necesitaba ayuda con uno de sus proyectos y porque JeonGguk le aseguró que YoonGi no se pararía por la casa hasta muy entrada la noche
ya que tenía una cena de negocios bastante importante. Cuando ya tenían bastante tiempo concentrados en el proyecto del menor. En el cual JiMin le ayudaba a dibujar y colorear mientras que el otro resumía la mayor cantidad de información. JiMin se puso de pie estirándose.
—¿Puedo tomar fruta de tu cocina?—Preguntó bostezando. JeonGguk rio por lo tiento que el chico se veía. —Por supuesto ¿puedes traerme un poco de banana milk?—JeonGguk parpadeo repetidamente sonriendo a lo que JiMin carcajeó levemente. Mientras bajaba las escaleras tarareaba
alguna de las canciones que JeonGguk había reproducido mientras trabajaban. Cuando entró a la cocina reviso lo que había de fruta y decidió tomar una manzana, después fue al refrigerador y tomó lo que él menor le pidió. —Tengo que hablar contigo.—JiMin dejo el cartoncito de
leche y la manzana que tenía en su mano. Tragando grueso se giró y en la entrada de la cocina estaba YoonGi en traje. —Uh, lo siento...—JiMin se hincó rápidamente para tomar la manzana y la leche del suelo. —Sígueme.—JiMin esperó a que este se girara y lo siguió un par de pasos
atrás. Podía sentir su cuerpo temblar como gelatina. Cuando vio que YoonGi entró a su oficina cerró los ojos fuertemente un respiro profundo antes de entrar. —Cierra la puerta.—Demandó el pálido. A lo qué JiMin tomó la manzana y la leche con un solo brazo.—¿Puedes explicarme
que mierda es esto?—Preguntó YoonGi mientras en el escritorio ponía el libro que JiMin tomó hacia una semana. Pero estaba completamente arruinado. El pecho de JiMin se oprimió. —L-lo sient-siento mu-mucho.—Mordió su labio inferior. —¿Sabes lo que me costó conseguir este libro
en esta edición?—El entrecejo de JiMin se arrugó mientras se tragaba el nudo de su garganta. —Lo pa-pagare.—Aseguró el menor. —No estoy pidiendo que lo pagues.—Mascullo con voz dura YoonGi. —Yo, uh. Inten-te sal-salvarlo. Pe-pero no pude. Lo-lo lamento.—Bajó su mirada a sus
viejas converse. YoonGi iba a hablar de nuevo pero el llamado de JeonGguk se escuchó por algún lado de la casa. JiMin apretó los labios sintiendo como algunas lágrimas se escapaban de sus ojos y humedecían sus mejillas. —¿Jiminie?—Irrumpió en la oficina el menor. Vio el libro
arruinado en el escritorio y como JiMin mantenía su cabeza agachada mientras jalaba una de sus mangas.—Oh Dios, Jiminie.—Se acercó el menor poniendo su cuerpo entre el de su mejor amigo y su hermano. Atrajo el cuerpo de JiMin y vio a su hermano sobre su hombro.—Ni siquiera te
gustaba ese jodido libro. Deja de molestarlo con tu mierda, YoonGi.—JiMin se encogió más en los brazos del menor. —Quiero ir a casa, por favor.—Hablo en un susurro tan pequeño y tan roto que JeonGguk quería romperle una pierna a YoonGi. Este simplemente salió de la oficina
azotando la puerta. Lo que hizo que el cuerpo de JiMin saltara. —Vamos bebé, hoy no puedes ir a casa. Es viernes ¿recuerdas?—lágrimas nuevas bajaron por las mejillas de JiMin. —Puedo ir a casa de alguien más.—Propuso el mayor. Pero JeonGguk negó de nuevo. —No hay nadie más,
ya contacté a TaeHyung. No está en la ciudad. Está en casa de su abuela pasando el fin de semana.—Con sus pulgares seco las mejillas de JiMin. —No quiero estar aquí, él me odia...—Dijo en un susurro. —Porqué es un imbécil.—Sonrió JeonGguk.
JiMin se removía en la cama sin poder dormir. Casado se quitó las sábanas viendo lo plácidamente que estaba dormido JeonGguk en el sofá. Había insistido en dormir ahí a pesar de que JiMin le dijo que ambos cabían perfectamente en la cama. Con pies descalzos salió con sigilo de
la habitación. Quería agua fresca. Quizás eso le ayudaría a dormir. Una vez que bebió toda el agua que necesitaba estaba regresando cuando recordó el libro arruinado. Se dirigió a la oficina y con sigilo entró en esta. Tomó el libro y lo pego a su pecho.
Se conseguiría otro empleo de medio tiempo. Aún tendría algunas horas para dormir. Iría a la librería del señor Chan y le pediría que consiguiera un libro igual. Sabía que tendría que sacrificar su sueño y descanso por alguna semanas pero encontraría el libro.
—¡¿Mil quinientos dólares?!—preguntó escandalizado JiMin. Mordió su labio inferior queriendo llorar.—Esta bien. Consiga el libro y no lo venda a nadie más. Tendré el dinero. Se lo estaré pagando lentamente ¿está bien?—JiMin vio de nuevo el libro arruinado. La alarma de su celular
sonó, avisándole que tenía media hora para llegar al cine donde estaría trabajando turnos nocturnos. Saldría a las 3am. Pero la paga era muy buena. Cuando llego al lugar se colocó el informe y empezó a limpiar las salas que se le asignaron. Lo bueno era que en su horario eran
pocas las personas que asistían y era todo menos caótico. También aprovechaba para hacer algo de tarea. Ya que saliendo de la universidad trabajaba en un restaurante de mesero; dejaban buena propina. Salía a las 7pm y tenía una hora de descanso antes de entrar al cine.
Solo dormía tres horas, ya que entraba a las 8am a la universidad, pero tomaba el autobús para llegar y debía levantarse temprano por eso. JeonGguk lo había estado buscando hace días. Pues ya hacía dos semanas que no se veían. JiMin le había estado poniendo excusas sobre la
universidad y muchas tareas; las cuales JeonGguk se creyó al principio. Pero en este punto, ya no tenía más excusas, no quería que JeonGguk se enterará que tenía dos empleos para pagar el libro de su hermano. Así que lo único que podía hacer por ahora, era ignorar los mensajes y
llamadas de su mejor amigo. —JiMin, limpieza en la sala 4. Cuando termines quédate en la dulcería, por favor.—Pidió la gerente. —Muy bien.—Sonrió dirigiéndose a la sala 4. Antes de entrar suspiró cansado. Realmente necesitaba conseguir ese dinero pronto o terminaría muriendo.
—Solo seis semanas más, tú puedes hacer esto.—Se animó a sí mismo. Tomó las bandejas de la sala y sacó todo el desastre de palomitas y vasos de refresco. Cuando estuvo satisfecho, salió y fue a la dulcería. Empezó a ordenar todo. Pronto cerrarían y debía estar en orden.
—¡Jiminie!—Saludó un entusiasmado JeonGguk en el almuerzo. JiMin puso su mejor sonrisa. No podía dejar que viera lo cansado que estaba.—Siento que no te he visto en años.—Hablo el menor engullendo fideos. —No ha sido tanto.—Mintió JiMin. —¿Estás loco? Ha pasado casi un mes.
Además este viernes es la fiesta de cumpleaños de YoonGi. Odio esas fiestas ¿vendrás cierto?—JiMin mordió su labio inferior. Quizás podría cambiar su día libre por el viernes y así poder asistir. Realmente extrañaba mucho a JeonGguk. —Supongo que puedo ir un rato—Dijo sonriendo.
—¿Has estado comiendo bien? Creo que pediste peso.—JeonGguk arrugo su entrecejo. —Es el estrés por los proyectos.—Hablo rápidamente. Para su suerte, JeonGguk le creyó. Se sentía mal de mentirle a su mejor amigo, pero era mejor de esa manera.
Cuando el viernes llego. JiMin tuvo tiempo de tomar una siesta de una hora. Lo cual sintió como el paraíso. Con mucha pereza tomó una rápida ducha y se vistió. Aún no estaba del todo convencido, pues todos estarían ahí usando su ropa carísima. Suspirando vio su reflejo.
Suéter blanco con algunos dibujos en el centro, en los huecos de las manos, cuello y cadera tenía una clase de elástico azul marino con rojo. Jeans negros y un par de botas negras que usaba solo en ocasiones especiales. —Está bien, solo vas Gukkie.—Le hablo a su reflejo.
Tomó el autobús que lo dejaba cerca de la zona donde vivía JeonGguk y camino las siguientes seis cuadras con tranquilidad. Cuando estaba acercándose a la casa podía escuchar la música y pudo ver muchos autos estacionados. Entró mirando a todos lados en busca de JeonGguk.
—¡Jiminie! ¡Estás aquí! ¡Estás aquí! ¡Estás aquí!—JeonGguk llego tomándolo en brazos y haciéndolo girar, provocando que JiMin se riera. —Estoy buscando a mi mejor amigo. Pero tú eres más guapo que él así que podría olvidarlo y dejarlo por ti.—Hablo jugando JiMin. —Traidor.—Dijo
JeonGguk haciendo sus ojos pequeños.—Vamos, la comida es bastante buena. Aún así solo espero que pronto sean las 11pm y todos se larguen a sus casas.—Raro, pero cierto. Las fiestas de YoonGi, escasa vez terminaban por la madrugada.
Aunque intentaba disimularlo, JeonGguk se daba cuenta que algo andaba mal con JiMin. Tenía círculos negros al rededor de sus ojos, sus esponjosas mejillas estaban desapareciendo y toda la energía y brillo de su mejor amigo parecía haber sido drenada.
—Estoy bien.—D respondió nuevamente JiMin a JeonGguk que insistía en que se fueran a su habitación y mejor durmieran.—Pronto se va a terminar esto.—Sonrió tranquilizando a su mejor amigo. Aprovechó para ponerse al día sobre la vida de JeonGguk quien hablo en su mayoría sobre
TaeHyung haciendo esto y aquello. JiMin solo sonreía viendo el rostro de su mejor amigo iluminarse al hablar del chico que le gustaba. Su vista se desvió más allá de JeonGguk y pudo ver a la rubia enfundada en un vestido rojo que marcaba perfectamente sus curvas y hacía resaltar
su piel y cabello. Llevaba una copa en una mano, mientras que en la otra tomaba posesivamente el brazo de YoonGi quien hablaba con los invitados. —La odio.—Hablo JeonGguk sacándolo de su trance.—Es tan odiosa, no entiendo que le ve YoonGi.—Se quejó JeonGguk viendo a la pareja.
—Es tu hermano. Deberías estar feliz por sus decisiones.—Le reprendió JiMin. —¡Y lo hago! Pero esa...—Señaló a la rubia.—No es una buena decisión.—Asintió el menor orgulloso de su argumento. JeonGguk veía a cada segundo su reloj. Quería que esa fiesta terminara ya para
arrastrar a JiMin a su habitación para que durmiera de una vez. El chico lucia exhausto. Por suerte, la hora restante pasó volando entre risas para ambos. Cuando menos pensaron solo quedaban los meseros que estaban recogiendo todo, YoonGi, Hyuna, su mejor amigo y él.
El teléfono de JeonGguk sonó en su bolsillo y cuando lo sacó para ver quien era todo los ojos. —¿Sí?... mamá llámale a él... Dios, sí, sí... espera...—JeonGguk seguía hablando mientras se ponía de pie y llevaba a YoonGi quien sabe a donde. Hyuna se acercó a él.
Arrastró su mirada desde su pies a su cabeza con una sonrisa burlona estampada en sus labios. Sin embrago había algo más en sus ojos. —No entiendo como es que te soportan si da asco el solo verte.—Hablo bebiendo un sorbo de su bebida.—Solo mírate.—Soltó una pequeña risita.
—Es muy divertido como YoonGi te usa de su bufón ¿sabes? Y no lo culpo, le das material al chico. Siempre con esos estúpidos suéteres y tú máscara de víctima para todo.—Ladeó ah cabeza riéndose. JiMin sintió náuseas y se puso de pie tambaleándose. Vio como YoonGi le hablo a su
novia y está sinrio con malicias antes de caminar y por un descuido “empujar” al chico a la piscina. YoonGi rodó sus ojos. Tomó la mano de la rubia y se encaminaron a la casa. —¿Y JiMin?—Preguntó JeonGguk con el entrecejo arrugado al no verlo en la sala con ellos.
—Se quedó en la piscina.—Respondió YoonGi. JeonGguk sintió su corazón en la garganta. —¡Eres un..! ¿Como lo dejaste... ¡No sabe nadar!—Le gritó a YoonGi mientras salía corriendo de la casa. Ni siquiera se quitó los zapatos o sacó su celular del bolsillo al lanzarse a la piscina.
Cuando sacó a la superficie el cuerpo de JiMin este no respondía. Nado rápido a la orilla y lo sacó. YoonGi estaba ahí y Hyuna estaba un paso atrás de él. JeonGguk empezó a bombear el pecho del chico y darle respiración boca a boca. —Jiminie, por favor.—Suplicada JeonGguk.—No
puedes hacerme esto otra vez ¡Maldita sea!—Seguía bombeando el pecho del chico hasta que este tosió esculpiendo agua.—JiMin...—JeonGguk lo abrazo.—Voy a sellar esa jodida piscina.—Habló molesto. —Oye...—JeonGguk le dio una mirada asesina a pálido. —Vete a la mierda YoonGi. No
te quiero cerca de él ¿entendiste? Tu y tu novia se pueden ir a la mierda.—YoonGi ni siquiera respondió a aquello, apretó sus manos en puños y su mandíbula estaba tensa. JeonGguk tomó el cuerpo de JiMin y lo cargo al interior de la casa sin dirigirles una mirada.
JeonGguk escuchó como el mayor de quejaba. Encendió una lámpara y se acercó a él, para revisar que estuviera bien. El cabello de JiMin estaba húmedo y pegado a su frente, cuando le quitó el edredón vio como la ropa que le había prestado estaba completamente empapada de sudor.
—Tienes que estar jodidamente bromeando, JiMin.—Gimio el mayor. Corrió al baño por algunas toallas y buscó algo de ropa limpia para cambiar al mayor. Mordió su labio nervioso, quizás no debería hacer eso, pero tenía que sacar la ropa húmeda del cuerpo del chico.
Por estar distraído tropezó con el cargador de su computador haciéndolo caer causando un estruendo. —Mierda.—Se quejó al sentir sus palmas calientes. Sin tomarle importancia al computador -qué posiblemente había arruinado- se acercó a la cama y puso la ropa al lado de JiMin.
Primero sacó el pantalón deportivo y su entrecejo se arrugó al ver unas maracas en los muslos de JiMin. Muchos flashbacks llegaron a su cabeza haciendo que sus ojos se hicieran grandes. Con frenesí empezó a desabotonar la parte superior del pijama y cuando la abrió su respiración
se corto. Sintió sus ojos aguarse y cuando iba a tocar el abdomen del chico, tocaron la puerta. Rápidamente cubrió a JiMin con el edredón. —¿Que quieres?—Preguntó nada más abrir la puerta. —¿Están bien? Escuche ruidos.—Hablo YoonGi. —Lo estamos, ya puedes irte.—Intento cerrar
la puerta pero YoonGi se lo impidió e intentaba ver sobre el hombro de JeonGguk. —Guk, no sabía que JiMin no podía nadar.—Confesó el pálido. —Eso no quita lo mierda que has sido con él.—Los labios del pálido se apretaron en una línea.—Ahora vete.—Dijo cerrando en su cara.
Mientras vestía el cuerpo de JiMin, JeonGguk no había dejado de derramar lágrimas en silencio. Cuando el chico estuvo vestido con ropa limpia, no pudo evitar abrazarlo con fuerza mientras JiMin balbuceaba incoherencias. —JiMin ¿quien te hizo tanto daño?—Pregunto sabiendo que
nadie respondería a su pregunta.
Habían pasado otro par de semanas. En este punto JiMin sentía el cuerpo entumecido de cansancio pero para su suerte era su último día en el cine. —JiMin.—Habló el gerente.—Cuando termine la función en la sala 6 haces la limpieza. Faltan 20 minutos.—JiMin asintió y tomó el
carrito donde llevaba las cosas necesarias. Extrañamente ese día la sala estaba un poco llena. Se recargó en el muro del pasillo a la espera de que se terminara la película y sin querer su párpados se cerraban. Cuando las luces se encendieron anunciando el final de la película
—¿Qué haces aquí?—el cuerpo de JiMin se congeló en su sitio. —Tr-trabajo.—De todas las personas que podía haber encontrado. YoonGi era quien menos esperaba ver ahí. —Es media noche ¿no tienes clase mañana?—Preguntó el pálido viendo el cuerpo de JiMin hacerse más pequeño.
—Sí... sí tengo. Uh, uhm. Pero... ne-necesito el dine-ro.—El pálido arrugó el entrecejo. —¿Qué hay con lo que te da JeonGguk?—JiMin por primera vez lo vio a los ojos arrugando su entrecejo. —¿Que me da...?—Preguntó sin entender. YoonGi suspiró con fastidio.
—El dinero que te da JeonGguk para que pagues el sucio lugar donde vives.—JiMin dio un paso hacia atrás sintiéndose ofendido.—Ah, creíste que no estaría enterado...—YoonGi camino hasta estar frente a JiMin; este se encontraba acorralado entre el muro u pecho de YoonGi.—Sé que
mi hermanito tiene buen corazón.—Hablo tomando la barbilla del menor mientras lo obligaba a verlo.—Más si tienes cara de ángel y sabes cómo usarla.—Se rió sin humor el pálido.—Así que solo debes darle lo que quiere y sabes que tendrás el dinero que necesitas. Así es como trabajas
después de todo ¿no?—YoonGi se acercó peligrosamente a la cara de JiMin. Este podía sentir el aliento del pálido en su rostro.—Luces indefenso y necesitado, usas tu cara de ángel para seducir a quien quieres y sin mucho esfuerzo obtienes lo que quieres.—Una pequeña sonrisa se
abrió camino en los delgados y rosados labios. —¿Es por eso que me odias tanto que prefieres que muera?—Preguntó JiMin con la voz rota. —A mi no me engañas con tus teatros ángel.—Beso la mejilla de JiMin.—Pero si quieres más dinero, puedes hacerme los favores que le haces a mi
hermanito y obtendrás mucho más. Sabes que puedo darte más dinero que él. Claro, también espero obtener el buen servicio por el que estaría pagando.—El pálido unió sus frentes. Lágrimas rodaron por las mejillas de JiMin. Ahora entendía todo, solo se preguntaba quien había dicho
aquellas mentiras al pálido. —Yo no soy como crees...—Y sin más, el pálido tomó posesión de los esponjosos labios del menor. No fue suave o dulce. Fue más hambriento y demandante, lo cual asustó a JiMin provocando que empujara al pálido.—No me toques.—Hablo llorando.
—Claro.—Se rió sin humor el pálido.—Tienes una imagen que mantener.—Dio un paso hacia atrás y después de ver al chico de pies a cabeza, sacó su cartera y tomó algunos billetes. Agarro la pequeña mano de JiMin y en su palma colocó el dinero.—Debe ser suficiente para lo que sea que
necesites este empleo.—Después de decir eso, el pálido se encaminó a la salida de la sala ya vacía. Dejando a un JiMin hecho pedazos. El menor arrugó el dinero en su mano, pero lo metió en su bolsillo para regresarlo al pálido. Seco con furia sus lágrimas y se dispuso
a limpiar la sala de una vez, sino lo regañarían. Seguía preguntándose quien había dicho todas aquellas mentiras a YoonGi. JiMin sabía que aunque quisiera explicarle que aquello era mentira, el pálido no le iba a creer nunca. Su corazón dolía por ello.
—Aquí tiene. Mil quinientos dólares.—Le decía JiMin al señor Lee mientras entregaba un sobre amarillo con el dinero.—Sé que dije que lo traería de poco a poco pero no tenía tiempo.—Se excusó sonriendo. —Descuida, iré por el libro.—El hombre de edad avanzada abrió la pequeña
bodega donde tenía libros especiales. Y sacó uno de pasta dura envuelto en plástico. Cuando JiMin lo tuvo en sus manos, mordió su labio inferior. Era su libro favorito y era una edición tan bonita. Acaricio el libro sobre el empaque plastificado y suspiró cansado. —Gracias Sr.
Lee.—JiMin sonrió metiendo el libro a su mochila. Se encaminó a la parada de autobuses más cercana y escribió a JeonGguk que estaba por ir a visitarlo. Lo cual no era del todo mentira. “Estaré en una hora en tu casa. -PJM” “¡Por fin me dejas ver a mi mejor amigo!-MJG”
El clima era agradable. La suave brisa acariciaba la piel de JiMin mientras cambiaba por aquellas calles que tan bien conocía. Tarareaba una canción que escuchaba a través de sus audífonos. Esperaba que todo saliera bien. Después de aquel encuentro estaba seguro de que no
intentaría arreglar la imagen que YoonGi tenia de él. De igual manera no iba a creerle en absoluto por más que hablara. Llego a las enormes puertas de hierro, cuando llamo al timbre el guardia al reconocerlo lo dejo pasar. JiMin lo saludó agitando su mano y sonriéndole.
—¿Gukkie?—Habló JiMin entrando en la casa. Dos grandes brazos lo rodearon y muchos besos fueron dejados por toda su cara. —Oh Dios. Extrañe mucho a mi mejor amigo.—Hablo JeonGguk riendo. —Estoy aquí.—Rió JiMin.—Uh, no se como preguntar esto.—Hablo nervioso bajando la mirada.
—¿Qué pasa?—El menor ahueco la cara del mayor. —¿Está YoonGi aquí?—JeonGguk arrugó su entrecejo. —¿Qué?—La voz de JeonGguk salió dura y quitó sus manos de las mejillas de JiMin. —Uh, hay algo que debo entregarle.—JeonGguk pasó su lengua por la mejilla.—Por favor—Suplicó JiMin.
—Está en su oficina. Pero voy contigo.—Tomó la pequeña mano de JiMin con la suya pero este la soltó negando. —Es algo que debo hacer solo.—Le sonrió con fingida confianza. —Bien, esperaré afuera entonces.—Y sin esperar respuesta se plantó frente a la puerta cruzando sus brazos.
JiMin llamó a la puerta de la oficina y cuando escuchó un “pase” se giró a sonreírle a JeonGguk antes de adentrarse a la oficina. Cuando YoonGi vio que era JiMin quien entraba dejó todo lo que hacía para verlo con interés. Arqueo una de sus cejas cuando JiMin sacó uno de sus
tirantes para tener acceso al cierre de su mochila. Con cuidado, este sacó la bolsa plástica, la cual colocó frente a YoonGi en su escritorio. YoonGi lo miro sin entender. Después JiMin sacó otro sobre amarillo donde estaba el dinero que YoonGi le había dado hacia un par de días
en su encuentro en el cine. —Es un libro nuevo.—Empezó JiMin.—Sé que fue complicado para usted encontrarlo. Perdón por tardar tanto tiempo en traerlo, pero tuve que trabajar para pagarlo.—Los ojos de YoonGi se abrieron.—Esto también es suyo.—Dejó el sobre sobre la bolsa donde
se encontraba el libro.—Es el dinero que... amablemente me dio en el cine.—JiMin cerró su mochila y la ajusto a su hombro.—Me voy ahora.—Este se giró encaminándose a la puerta. Cuando estaba por llegar a la puerta, su brazo libre fue jalado alejándolo de la esta.
Los ojos de JiMin se abrieron cuando vio a YoonGi plantado entre él y la salida. —Puedes llevarte tu libro, JiMin.—este apretó los labios. —Quiero arreglar lo que hice.—sentía como un nudo se formaba en su garganta. —Si quieres hacer eso, entonces aléjate de mi hermanito y no
regreses aquí.—El corazón de JiMin se encogió.—Pero ambos sabemos que no harás eso ¿cierto? JeonGguk debe ser demasiado bueno como para que lo dejes.—JiMin no pasó desapercibido el doble sentido de aquello. —YoonGi, yo no... ¿qué es lo que quieres de mí?—Pregunto derrotado.
Una sonrisa maliciosa se plasmó en los labios de YoonGi que lentamente se acercó a JiMin. —Sabes que tengo más dinero que mi hermano. Solo hazme un poco feliz y yo te haré feliz. Sencillo.—Se encogió de hombros. La respiración de JiMin se atascó en su garganta y sus ojos
escocieron. —Sexo por dinero.—Hablo JiMin. —Intente que no sonará tan mal, pero bueno.—Se encogió de hombros restándole importancia. —YoonGi yo nunca...—JiMin hizo puños sus manos y mordió su labio inferior con fuerza.—Tu ganas.—Respondió, dejando salir sus lágrimas.
—Voy a alejarme de JeonGguk y no regresare aquí.—La mandíbula de YoonGi se tensó. —¿Tanto te aterra la idea de tener sexo conmigo?—JiMin apretó sus manos en su pecho. —No lo entenderías.—Respondió desviando la mirada. —Claro que lo entiendo. Quieres mantener tu buena fachada
de chico bueno con JeonGguk.—YoonGi tomó su muñeca y lo acercó a él.—Bien, JiMin. Espero que no te arrepientas de tus decisiones.—JiMin vio sus ojos. —Espero que tu no te arrepientas de tus palabras.—Se soltó del agarre del pálido y salió de la oficina.
—¿Estas bien?—Preguntó JeonGguk al verlo salir. JiMin asintió. —Se acabo Gukkie.—Colocó su mano en la mejilla de su mejor amigo mientras sonreía tristemente.—Ya no podemos ser amigos. Lo siento.—Se puso de puntitas y besó la mejilla del menor. JeonGguk no podía moverse.
JiMin se alejó de JeonGguk y salió de aquella casa apretando la correa de su mochila con una de sus manos. Estaría bien por su cuenta.
—¡Minnie!—La voz de TaeHyung sonó a su espalda haciéndolo girar. —Hola TeTe.—Le sonrió cálidamente. TaeHyung lo abrazo sonriendo.—¿Saldrás con Gukkie hoy también?—Pregunto riendo. TaeHyung se sonrojo. —¿Es demasiado?—Preguntó mordiendo su labio inferior nervioso.
—Por supuesto que no. Nunca es demasiado, tonto.—JiMin palmeó las mejillas del moreno con suavidad.—¿Están cumpliendo mes? —Sí, cuatro para ser exactos.—El rostro de TaeHyung se iluminó. JiMin sonrió feliz de ver lo bien que estaban TaeHyung y JeonGguk. No mentiría si dijera
que no extrañaba a su mejor amigo. Cinco meses habían pasado desde aquella discusión con YoonGi. —Eso es bueno.—Hablo JiMin. —Por cierto ¿ya te enteraste?—JiMin lo vio sin entender.—YoonGi y Hyuna van a casarse. Aunque no debía, el corazón de JiMin dolió.
—Era de esperarse.—Se encogió de hombros intentando que TaeHyung no notará que si le importaba. —Son el uno para el otro. Los dos destilan el mismo veneno.—TaeHyung sacó la lengua ondeándola en juego. Ambos soltaron carcajadas. —Hola bebé.—JeonGguk besó la mejilla de su novio.
—¿Qué no me esperarías en la entrada?—TaeHyung enredó sus brazos en los hombros del menor. —Sí, pero tardabas mucho.—Besó rápidamente sus labios.—Hola JiMin.—La emoción en su voz era palpable. JiMin quería abrazarlo y decirle que lo extrañaba mucho. —Hola.—Sonrió levemente.
JeonGguk soltó a su novio y TaeHyung dio un paso atrás entendiendo. Tomó los brazos del mayor y lo abrazo con fuerza. —Dios, te he extrañado como loco.—JiMin rodeó el atlético cuerpo del chico. —También te he echado de menos.—TaeHyung aplaudió sonriendo mientras se unía.
—Entonces ¿es una reconciliación?—Preguntó TaeHyung rompiendo el abrazo. —No...—JiMin sonrió con tristeza. —Jiminie. YoonGi no vive en casa. Se la lleva ocupado por el trabajo y cosas de la boda.—Dijo con cautela.—Puedes venir...—Tomó la pequeña y regordeta mano con la suya.
—Fue muy claro aquel día.—Recordó JiMin. —Y yo lo fui con él.—JiMin arrugó el entrecejo viéndole. —Le rompió cuatro costillas.—Dijo con orgullo TaeHyung. —¡JeonGguk!—Le regañó JiMin. —Cállate. Sabes que merecía más que cuatro simples costillas.—Rodo los ojos.
—Y fue por eso que rompió su brazo también.—Habló de nuevo TaeHyung riéndose. —¡TaeHyung!—JeonGguk regaño a su novio quien se encogió de hombros. —¡JeonGguk!—Regañó de nuevo JiMin. —¿Jiminie?—Y el menor puso su mejor sonrisa inocente.—Esta vivo y se recuperó ¿Qué más da?—Se
encogio de hombros. —Dios.—JiMin tomó su frente con una mano.—¿De verdad?—JeonGguk asintió sonriendo.—¿cuatro costillas y un brazo?—JeonGguk borro su sonrisa rodando sus ojos. —Aún quiero romperle la mandíbula.—Se quejó. —Yo lo apoyó.—Habló TaeHyung. —¡TaeHyung!—Regañó JiMin.
—Relaja el culo, JiMin.—Habló TaeHyung pasando uno de sus brazos por su hombro.—El tipo se va a casar y JeonGguk esta bastante grandecito...—Le dedicó una mirada a su novio mientras sonreía.—Como para elegir sus amistades. YoonGi es un imbécil, eso lo sabemos todos. Que viva el
amor, blah blah blah. Vamos a comer. Muero de hambre.—Y sin más tomó la mano de su novio y la de JiMin arrastrándolos con él.
Los gemidos de la rubia inundaban la habitación. Las pálidas manos de YoonGi recorrían la espalda hasta llegar a los glúteos. Los cuales tomaba para mover más rápido las caderas de esta. Pronto llegaría, podía sentirlo. La rubia se agachó apoyándose en una mano para besar de
manera hambrienta al pálido. Quien con un gruñido se corrio en el condon. La rubia llegó también dejándose caer sobre el pecho de YoonGi. —Dios, me encanta cuando lo haces todo rápido y salvaje ¿Qué te molesta ahora?—Preguntó Hyuna enderezando su espalda para estar frente a él.
Sabía que YoonGi quería sexo rápido y rudo cuando algo le estaba molestando. —JiMin...—Respondió viendo a la nada. —Ya hablamos sobre esto, YoonGi.—las facciones de Hyuna se endurecieron.—Tu odias como usa a tu hermanito ¿no es así?—Hyuna se metió en el hueco de su cuello para
dejar húmedos besos ahí.—¿Ya se te olvidaron aquellos audios?—La mano de YoonGi tomó el brazo de Hyuna y con fuerza la hizo girar sobre su cuerpo doblándola en el escritorio. Los pechos desnudos de esta estaban pegados al cristal mientras YoonGi con una mano la sometía, la otra
la ocupaba tomando su cadera para que no se moviera. Hyuna se las arregló para girar su cabeza y verlo sobre el hombro. Sudor corría por las sienes del pálido, Hyuna mordió sus labios sonriendo mientras el pálido se hundía más profundo en ella.
YoonGi estaba ordenando papeleo en su oficina. El teléfono no había dejado de sonar en toda la mañana. Su secretaria lo tenía harto. No veía la hora de irse de vacaciones. Se recargó en su silla y subió sus brazos a su cabeza descansando sus músculos. Sin quererlo su vista se
poso sobre aquella carpeta. Abrió la carpeta dándole doble click. Tres vídeos y dos audios. Puso a reproducir uno de los audios. Se podían escuchar claramente los gemidos de JeonGguk y JiMin. Se escuchaba como se removían de un lado a otro y el sucio impacto de sus caderas.
Los gemidos de JiMin eran más claros. Se escuchaba claramente como repetía el nombre de su hermano menor una y otra vez. YoonGi sintió como su pantalón empezaba a sentirse apretado. Rápidamente cerró el archivo y apagó el computador. Se iría a otro lugar. No podía seguir ahí.
—Vamos Minnie...—Se quejaba TaeHyung jalando la mano de JiMin.—Gukkie y yo vamos a cuidarte. No queremos estar sin ti.—Empezó a hacer pucheros. —No quiero estar en la fiesta de compromiso del chico que me gusta—Se carcajeó sin humor. —Minnie, porfi—Sacudió el cuerpo del bajito.
JiMin volteó a ver a JeonGguk pidiendo ayuda. Este se encogió de hombros, se giró y siguió comiendo papas. —Está bien, está bien.—Acepto, suspirando frustrado.—Buscaré que ponerme.—Mordió su labio pensando en que quizás debería usar parte de sus ahorros para comprar algo nuevo.
—Lo tengo cubierto.—Aplaudió TaeHyung.—También puedes quedarte en mi casa. Ya sabes... es viernes.—JiMin asintió. —Muy bien.—JeonGguk salto.—Vamos a comer, tengo hambre.—Se encaminó y el par lo siguió riéndose del menor.
TaeHyung termino de arreglar el cabello de JiMin. Cuando se alejó un poco sonrió aplaudiendo. —El tono te queda muy bien Minnie.—Hablo con orgullo TaeHyung. Ahora ve a vestirte. Yo me preparo rápido. JiMin asintió y tomó la ropa que TaeHyung le había dejado.
Cuando cerró la puerta a su espalda JiMin observó su rostro en un espejo del baño. Sus ojos se abrieron. Su cabello estaba más corto, pero le gustaba, TaeHyung había maquillado suavemente sus ojos pero los marcaba perfectamente. Sus labios se veían brillantes.
Se colocó el pantalón negro con la camisa de mangas largas negras también. Se colocó unos zapatos negros de vestir y se vio en el espejo de cuerpo completo. —Estoy listo.—Hablo JiMin saliendo del baño. —Jiminie...—las pobladas cejas de TaeHyung se arquearon.
—Bebé, que bueno que ya estás a... ¿Jiminie?—Preguntó JeonGguk congelado en su sitio. —Se ve muy guapo ¿Cierto?—Preguntó TaeHyung besando la mejilla de JeonGguk. —¿Me veo bien?—Pregunto sonriendo JiMin. —Apuesto que hoy YoonGi deja a la novia por ti.—Bromeó JeonGguk.
—Olvidalo, nos vamos.—TaeHyung tomó la mano de JiMin y se encaminó a la salida.—Si YoonGi pone los ojos en este bebé, entonces no quiero estar en esta fiesta.—JeonGguk tomó su brazo. —Solo bromeaba, cariño.—Besó suavemente los labios de su novio.
Se encaminaron a la puerta trasera de la casa, la que llevaba al jardín donde se estaba llevando a cabo la fiesta. TaeHyung y JeonGguk iban tomados de la mano. JiMin lentamente se quedó un poco atrás de ellos. Sin darse cuenta la mirada de varias personas estaban en él.
🔥🔥🔥
Jimin trago grueso bajando los tres escalones para llegar con sus amigos quienes lo abrazaron sonriendo. —Vamos por algo de beber.—Hablo JeonGguk. Los tres se dirigieron a la barra, JiMin pidió limonada sin alcohol. Realmente no le gustaba beber. En cambio TaeHyung se bebió dos
margaritas de golpe y después pidió una piña colada. —De igual manera, Gukkie nos llevará a mi casa.—Sonrió Tae antes de probar su tercer bebida. La música era agradable. Los tres se sentaron en la zona donde no había “adultos” y empezaron a bromear de cosas sin sentido.
—¿Qué hace él aquí?—Preguntó Hyuna con fingida Inocencia.—No quiero que arruine tu noche, cariño.—Sus manos se posaron sobre el pecho del pálido mientras este rodeaba su cintura. —Solo ignóralo.—Hablo fríamente. Dio un corto beso en los labios de la rubia y echó un rápido
vistazo a donde JiMin se reía cubriendo su boca. A Hyuna, esto no le pasó desapercibido y sus labios se tensaron en una línea recta. Vio como JiMin miraba a YoonGi y esta aprovechó para tomar la barbilla del pálido y besarlo con lujuria. —Hyuna...—Gimió en advertencia YoonGi.
Las horas habían pasado y JiMin se estaba divirtiendo mucho. Habían bailado los tres en la pista y se reían de todo. Pero llego un momento en el que una canción lenta sonó y dejó a sus amigos solos para que bailaran. Su celular empezó a vibrar en su bolsillo, al ver quien era
su corazón se aceleró. Echo una rápida mirada a sus amigos que bailaban cómodamente. Las manos de TaeHyung estaban en la cintura de JeonGguk y los brazos de este pasaban por los hombros de TaeHyung mientras su frentes estaban unidas. Echo un vistazo a la casa y pensó que quizás
a JeonGguk no le molestaría si entraba sin permiso a su habitación. Con el celular pegado a su pecho prácticamente corrió al interior y escaleras arriba, hasta llegar a la habitación de su mejor amigo. Una vez ahí cerró la puerta a su espalda. No iba a responder.
Dejo el celular en su cama. La pantalla se iluminaba de vez en cuando pero el solo caminaba de un lado a otro. La puerta se abrió y este salto en su lugar. —Lo siento. Me perdí buscando el baño.—Hablo el moreno. —La siguiente puerta.—Respondió nervioso JiMin. —¿Estás bien?—El
moreno se adentró y de acercó a JiMin. —Sí. Uh, el baño está a la siguiente puerta.—El moreno se estiró hacia atrás y cerró la puerta. —Soy NamJoon...—Siguió acercándose a JiMin.—Lo siento, la paga es buena...—Y antes de que JiMin pudiera decir algo el moreno lo empujó a la
cama y tomó las manos de JiMin.—Si cooperas todo será mejor.—Hablaba con dificultad el moreno, pues estaba sacando la chaqueta del menor. —No...—JiMin se removía. Pero el chico era más grande y fuerte que él. Cuando le sacó la chaqueta. Volteo hacia la puerta y la lanzó cerca.
Desabotonó el pantalón del menor y sacó la camisa de este. JiMin empezó a patalear entrando en pánico. Su voz no salía. El mayor con mucho esfuerzo abrió las piernas de JiMin, cubrió la boca de este mientras besaba su cuello. Entonces la puerta se abrió.
—Mierda.—NamJoon se puso de pie soltando a JiMin, mientras intentaba abotonar su camisa.—No creímos que alguien vendría...—Hablaba con nerviosismo fingido. —YoonGi...—La respiración de JiMin era errática. —¡No! Arregla tu ropa ahora mismo.—Demando el pálido con voz tan gélida
que su pequeño cuerpo se estremeció.—Voy a llevarte a tu jodida casa ya mismo. Te advertí que no te acercarás más a JeonGguk.—JiMin abotonó su pantalón y abrazó con fuerza la chaqueta que recogió del suelo. —Yo...uh...—Sin decir más el moreno , salió dejándolos solo. Él había
cumplido su parte. Ahora debía buscar a la rubia para obtener su paga. —YoonGi, no es lo que crees. Debes escucharme...—Lágrimas bajaban por las mejillas del ahora rubio. —Cuando te ofrecí dinero por sexo, te hiciste el santo JiMin. Pero mira. Estabas por acostarte con alguien
que ni siquiera conoces ¡Y en la habitación de mi jodido hermano!—La cara de YoonGi estaba roja. Se acercó a tomar la mano de JiMin y lo bajo a rastras por las escaleras. Este se lastimó en las piernas por el poco cuidado que tenía el pálido al jalarlo.
Lo subió al asiento del pasajero en su auto y azoto la puerta con fuerza. —Debo decirle a Ggu...—YoonGi azoto su puerta también. —Cierra la jodida boca. Solo cállate.—El pálido piso el acelerador a fondo. JiMin mordió su labio intentando contener las lágrimas. Su celular había
quedado en la cama. No tenía manera de avisarle a JeonGguk o TaeHyung lo que había pasado. Llegaron a su edificio en tiempo récord. —Bájate.—Demandó YoonGi apretando el volante en sus manos.—No quiero verte cerca de mi familia de nuevo.—JiMin asintió y se bajo del auto para
adentrarse al edificio. YoonGi ni siquiera espero a ver si entraba seguro, simplemente regreso a su casa a la fiesta. Cuando Hyuna vio lo molesto que YoonGi estaba, puso su mejor sonrisa y se acerco a él. —Ahora no.—La detuvo YoonGi. —YoonGi.—era JeonGguk.—¿Dónde mierda está
JiMin? ¿Que le hiciste?—Preguntó empujando al pálido. —Se iba a acostar con alguien en tu habitación y he ido a dejarlo a su jodida casa.—Hablo con voz dura. La cara del pálido se giró de una bofetada que TaeHyung le dio. —Gguk...—JeonGguk buscaba las llaves de su auto con
frenesí—Gukkie...—YoonGi los vio con el entrecejo arrugado. —¡Las estoy buscando!—Vio las llaves en la mano del pálido y se las arrebato. —Si algo le pasa a JiMin... ¡Es viernes maldita sea!—TaeHyung le dio un puñetazo a YoonGi y salió corriendo para seguir a su novio.
JeonGguk sintió el corazón en su garganta. TaeHyung puso su mano sobre la suya y la apretó. —No. No. No. No...—Repetían ambos. Había una ambulancia fuera del edificio. Ambos saltaron fuera del auto sin importarles que las llaves estaban ahí o que las puertas estaban abiertas.
—Lo siento, no puede pasar.—Le hablo una paramédico. —Vivimos aquí.—Mintió TaeHyung al ver que si novio no reaccionaba. —¿Quien está herido?—Preguntó con voz temblorosa JeonGguk. La paramédicos revisó sus documentos. —Park JiMin.—Y eso bastó para que JeonGguk vomitara.
TaeHyung había conducido al hospital. JeonGguk pidió que lo llevaran al hospital privado donde su familia tenía contactos. Estaba en una clase de transe. —Ya llegamos, cariño.—Hablo bajando rápidamente. JeonGguk lo seguía cerca. Cuando entraron a urgencias fueron directamente a
preguntar por el estado de JiMin. Y todo lo que obtuvieron fue un. “Está en cirugía”. JeonGguk ni siquiera podía llorar. Estaba bloqueado. Sacó su celular y lo puso en su oreja. —¿Qué mierda quieres?—Su tono era tan hostil, que incluso TaeHyung tembló a su lado.
“Guk ¿Dónde estás?” —En el puto hospital. ¿Dónde más voy a estar?—Se rió sin humor frotando su cara. “¿Qué?” —JiMin está en cirugía. Ganaste YoonGi, probablemente JiMin no salga del quirófano.—Como respuesta solo obtuvo unos pitidos. Apretó el celular en su mano y después lo
estrelló contra el muro haciéndolo trizas. —Gukkie. Bebé, ven aquí...—TaeHyung abrió los brazos mientras llamaba a su novio con la voz rota. JeonGguk no perdió tiempo y se abrazó al cuerpo de TaeHyung. —Es mi culpa. No debí haber aparecido en su vida nunca.—El menor se rompió.
Después de un rato JeonGguk estaba acurrucado en los brazos de TaeHyung y estaba más tranquilo. Hubo un revuelo en la entrada de urgencias pero no le tomaron mucha importancia por la zona que era. Hasta que YoonGi se plantó frente a ellos con la respiración entre cortada.
—¿Dónde está?—Preguntó con la voz temblorosa.—JeonGguk ¿Dónde está JiMin?—Preguntó de nuevo el pálido, pero nuevamente no obtuvo respuesta. —Es mi culpa que esté ahí adentro ¿cierto?—Empezó a hablar en un susurro JeonGguk.—Lo odiaste desde el momento en que llegó a nuestra casa
aquel día. Yo estaba tan feliz de tener un nuevo amigo. Pero tú solo, lo detestaste. Si JiMin no se hubiese convertido en mi mejor amigo, en este momento estaría bien.—Vio a los ojos a YoonGi; y por primera vez, el pálido sintió miedo.—¿Sabes que día es hoy?—Preguntó lentamente.
—Viernes.—Respondió extrañado. —JiMin tiene seis años que no pasa un sólo viernes en su casa ¿Sabes por qué?—YoonGi negó lentamente sintiendo su corazón bombear a toda velocidad.—Su madre es una drogadicta de mierda ¿sabes de que son capaces las personas adictas? De todo. Hasta
de cobrar algunos billetes para dejar que golpeen a su hijo. ¿Nunca te has preguntado porque JiMin siempre usa suéteres? ¿De verdad crees la mentira que le encanta usarlos? Eres el imbécil más grande que he conocido en mi vida YoonGi.—JeonGguk se puso de pie.—Su madre se divierte
con su amigos en el sucio apartamento. Pero todo se pone mejor cuando JiMin está ahí ¿sabes por qué?—YoonGi trago grueso sin responder.—Porque entonces tendrá dinero fácil por dejar que usen el cuerpo de su hijo como sacó de boxeo. Pero todo se pone mejor YoonGi, debes escuchar
esto.—JeonGguk sonrió mientras nuevas lágrimas humedecían sus mejillas.—Atravesaron su jodido pulmón, al parecer su corazón también está dañado. Pero espera esto se pone mejor. Nuevamente marcaron su cuerpo con acero caliente. Y tú YoonGi...—Con su pulgar tocó el pecho del pálido
que retrocedió un paso.—Lo dejaste en su casa este viernes. Pide porque se salve, porque si no es así. Olvídate que somos familia ¿entiendes?—sin más que decir JeonGguk regreso a los brazos de TaeHyung.
TaeHyung susurraba cosas dulces al odio de JeonGguk mientras acariciaba su cabello. En una ocasión JeonGguk se estiró y besó suavemente los labios de TaeHyung; este besó su cabello después. YoonGi vio todo aquello y arrugó su entrecejo. Se supone que JiMin y su hermano tenían
algo ¿no es así? —¿Familiares de Park JiMin?—Los tres saltaron de sus lugares. La enfermera les dio una rápida mirada.—El paciente salió de cirugía. Está en terapia intensiva ahora. Sobre las quemaduras, tuvimos que extraer parte de su piel y poner injertos. Las primeras 24hrs
son críticas. Es posible que entre en paro o su pulmón deje de funcionar por el daño que recibió. No hay más que podamos hacer, por ahora solo queda esperar.—JeonGguk sintió que su corazón caía a sus pies. —¿Podemos pasar a verlo?—Preguntó TaeHyung. —Por el momento es imposible
ya que su estado es delicado y por el reciente transplante de piel, se requiere evitar la posible contaminación o la entrada de bacterias que podrían afectarle. Lo siento, los mantendré informados.—Los tres asintieron. TaeHyung tomó fuertemente la mano de JeonGguk.
—Va a salir de esta. Nuestro Jiminie es muy fuerte.—TaeHyung ahueco el rostro de JeonGguk y besó su frente. —Guk...—Llamó YoonGi en un susurro, sus manos estaban en sus bolsillos.—¿Podemos hablar?—JeonGguk lo vio de mala manera. —Ve, tampoco me agrada pero no es momento de
hacer rabietas.—TaeHyung le sonrió soltándolo. —Ya regreso.—Besó rápidamente sus labios y ambos Min salieron de urgencias. La noche era fría.—¿Qué quieres?—Preguntó de manera fría. —¿Él es... es tu novio?—Su voz salió temblorosa y eso hizo que JeonGguk le viera por el rabillo
del ojo. —Sí.—Fue la simple respuesta. —¿Hace cuanto?—JeonGguk todo sus ojos. —Cuatro meses.—El corazón de YoonGi empezó a correr a toda velocidad de nuevo. —¿Ha-hace cuanto que te gusta?—JeonGguk lo vio extrañado, YoonGi nunca dudaba al hablar y menos tartamudeaba.
—Un año, quizás más.—La respiración de YoonGi se atascó. —¿Que hay de JiMin?—JeonGguk lo vio sin entender. —Está en terapia in...—El pálido lo interrumpió. —No, habló de la relación entre tú y JiMin.—JeonGguk parpadeo varias veces intentando asimilar aquellas palabras.
—JiMin es mi mejor amigo.—Hablo obviando JeonGguk. —¿Desde cuando los mejores amigos tienen sexo?—Preguntó con molestia YoonGi. —¿Qué?—Casi gritó JeonGguk—Sabes que JiMin es virgen ¿cierto?—El pálido apretó los labios—Oh Dios ¿Qué hiciste?—YoonGi desvió la mirada.
—Yo... le propuse, uh... dinero y... ya sabes.—JeonGguk hizo entrar bastante aire a sus pulmones y lo soltó lentamente por la boca intentando tranquilizarse. —Fue por eso que se alejó de mí.—No era una pregunta, pero aún así YoonGi asintió.—¿Cómo fue que llegaste a esa idea?—No
podía creer lo que estaba escuchando. —Hyuna...—JeonGguk soltó una carcajada al escuchar el nombre de la rubia. Pero hizo una seña a YoonGi para que continuará—Me entregó un sobre, dijo que estaba preocupada por ti, había algunos vídeos y audios. Eran tú y JiMin en algún hotel.
En los audios se escucha como JiMin gime tu nombre.—El pálido desvío la mirada. —JiMin te gusta.—De nuevo, no era una pregunta.—¿Por qué si te gusta hiciste todo esto? No te entiendo.—JeonGguk negaba sintiéndose triste. —Porque creí que estaba enamorado de ti y tú de él. Me
sentía la persona más horrible por estar enamorado del mismo chico que mi hermano menor y lo peor de todo es que JiMin nunca podía ser conmigo como lo era contigo. ¡Dios! Estaba tan molesto y celoso. Ni siquiera me gustaba ese estúpido libro, solo lo conseguí porque sabía que era
su favorito. Cuando el libro se arruinó no estaba molesto por el libro, estaba molesto porque de verdad había sido difícil encontrarlo para él. Juro que quise entregárselo pero... cuando se trata de JiMin, soy tan cabeza dura. Y mira lo que he hecho—Su voz se rompió—Comprometerme
con alguien que no amo. Quitarle su mejor amigo, tratarlo mal y ahora enviarlo al hospital.—YoonGi realmente estaba hi llorando sin importarle que las personas lo vieran.—Si... si JiMin sale de ahí. Que se que lo hará, llévalo a vivir a casa, Guk. Compre un apartamento cerca de
la oficina. Me iré de esa casa con tal de que él viva cómodo ahí ¿entiendes? Puedo vivir sin verlo o saber de él. Solo necesito saber que va a estar en un lugar seguro.—JeonGguk quería abrazar a YoonGi, pero una parte de él se lo impedía. Aún tenía resentimiento hacia él.—No
Estoy intentando arreglar nada o excusarme. Acepto mis errores, lo ciego que estuve y la culpa en todo. Solo necesito saber que lo llevarás contigo.—JeonGguk sin saber que decir, simplemente asintió. YoonGi seco sus lágrimas y le dio la espalda a JeonGguk alejándose del lugar.
Después de haber pasado todo el día con los nervios de punta, TaeHyung y JeonGguk por fin podían respirar tranquilos. El doctor que se encargaba de revisar el progreso de JiMin, les informó que se encontraba estable. Sería dejado en terapia intensiva por unos días y que debían ir
a casa a descansar. Pues no había nada que pudieran hacer ahí y que cualquier cosa se les contactaría de manera inmediata. A regañadientes, ambos chicos dejaron el hospital y se dirigieron a casa del menor. Tomarían una ducha y dormirían un poco, ninguno tenía hambre.
Cuando entraron a la casa, estaba extrañamente silenciosa. JeonGguk recordó las palabras de YoonGi y subió corriendo a la habitación del pálido. Su guardarropa estaba vacío. No había nada de sus cosas personales. Se había ido como había prometido.
5 años después.
—Jiminie, corre que vamos a llegar tarde.—TaeHyung se quejaba. —Ya voy, estaba arreglando mi corbata.—Bajo las escaleras sonriendo. —Mis bebés se están graduando.—TaeHyung abrazo a JiMin y JeonGguk que llevaban trajes para la graduación. —Vámonos ya, que se hace tarde.—Se
quejó JeonGguk. —¿Qué hay de las fotos?—Preguntó un indignado TaeHyung. —Allá tomamos todas las que quiera, bebé.—JeonGguk besó la mejilla de TaeHyung.—Ahora vámonos que sino no llegaremos y entonces tus bebés no se van a graduar.
—Antes de que lo olvide.—TaeHyung corrió a la cocina y regreso con un tulipán naranja y una pequeña nota.—Llegó esta mañana. Como siempre.—Se la entrego a su amigo quien la tomó sonriendo. —Gracias por ponerlo en agua.—Dejó el pequeño florero en una mesita. —Bien, bien. Ahora
muevan sus preciosos traseros que vamos tarde.—Habló JeonGguk jalando a su novio y mejor amigo fuera de la casa. JiMin guardó la nota en su bolsillo mientras corrían al auto. Se colocaron los cinturones y JeonGguk conducía con la velocidad justa.
Después del largo y aburrido discurso del director. Por fin estaba entregando los diplomas. TaeHyung tomaba fotografías de JiMin y JeonGguk cuando pasaron a recoger los suyos. Se sentía tan bien estar en familia. —Ahora saquémonos una juntos.—TaeHyung saltaba entusiasmado.
Le pidieron a uno de los chicos que estaba por ahí que les sacara una fotografía a los tres. Que al final una fotografía se convirtió en muchas. En algunas sonreían, en otras hacían caras o estaban simplemente riéndose de no poder mantener la compostura. —¡Hobi!—Llamó JiMin
agitando su mano para obtener la atención del chico. —¡Hey!—Saludó a todos.—Lo hicimos muchachos.—Soltó con voz orgullosa HoSeok. —Lo sé. El tiempo se fue volando.—JeonGguk tomó la mano de su novio sintiendo el aro de oro en su dedo anular. —¿Dónde está SeokJin hyung?—TaeHyung
veía en todas direcciones. —Si supiera dónde está mi novio ¿Crees que luciría así de perdido entre la multitud?—Preguntó riendo HoSeok. —Pues si respondieras tu celular me encontrarías más rápido.—Hablo el mayor a su espalda. Todos se rieron por la cara que hizo HoSeok al ver
la pantalla de su teléfono. —Jinnie!—JiMin corrió a los brazos de SeokJin, quien lo abrazó fuertemente y besó sus esponjosas mejillas. —Eres mi bebé grandote—Hablo pellizcando sus mejillas. —No hagas eso, es vergonzoso—JiMin rió cubriendo sus mejillas con sus regordetas manos.
—Ya vamos a comer. Tengo hambre.—Se quejó JeonGguk. —Tu siempre tienes hambre.—Le respondió TaeHyung. —Soy una persona en desarrollo.—Se defendió ofendido JeonGguk. —Tienes 26, el desarrollo término hace tiempo.—Habló JiMin que continuaba abrazado a SeokJin.
—Eso es irrelevante. Lo que importa es que tengo hambre.—Se quejó de nuevo JeonGguk. Todos rieron molestos por la pequeña rabieta del menor. —Bien, vamos a comer entonces ¿A dónde quieren ir?—Preguntó el major de todos. El pequeño grupo de lleno de gritos y risas sobre
propuestas al lugar que deberían ir. —Bien, hagamos esto.—Hablo HoSeok. —JiMin y yo vamos a buscar pizza. TaeHyung y JeonGguk por hamburguesas y Jinnie busca la chatarra. Nos vemos todos en casa de Jeon a las 3pm y ya está.—Todos asintieron estando de acuerdo.
Una vez en el auto de HoSeok JiMin recordó la nota que TaeHyung le había entregado en la mañana. La sacó de su bolsillo y abrió el pequeño sobre. —¿Qué es eso?—Preguntó con curiosidad el moreno al ver el trozo de papel en manos. —Mi nota de los viernes.—Sonrió JiMin.
“Jiminie. ¡Hoy es el día de tu graduación! ¿Estas emocionado? Espero que lo estés. Has trabajado duro por esto. Sé que has estado comiendo bien. También me enteré que ya tienes empleo. Felicidades por eso. Lo estás haciendo grandioso, Minnie. ¡Nos leemos el próximo viernes!”
—¿Nota de los viernes?—HoSeok preguntó dudoso. —Yo que sé.—Se encogió de hombros.—Cada viernes llega una nota con un tulipán naranja. Desde hace tres años ya.—Regresó la nota al sobre y la guardo en su bolsillo. —¿Vas a guardarla?—Las cejas del moreno se arquearon. —¡Seguro!
He hecho un álbum y ahí las guardo todas con sus fechas escritas. También las flores.—JiMin sonrió de manera genuina. —¿Y sabes quien las envía?—HoSeok aparco el auto. —Quizás... tengo una corazonada.—HoSeok dio por terminado el tema con aquella respuesta.
—¿Cuando piensas decirle?—Preguntó TaeHyung a su novio. Quien conducía con calma. —No creo que sea tiempo aún.—TaeHyung bufo. —Entonces nunca será tiempo. Han pasado tres años y en algún momento se dará cuenta.—La voz de TaeHyung era dura. —Lo sé. Lo sé... solo dame un poco
más de tiempo, TeTe. Por favor.—El mayor suspiro profundo rindiéndose. —¿Sabes que lo vas a lastimar, cierto?—JeonGguk apretó sus labios en una fina línea. Pero aún así asintió. —Cuando llegue el momento, veremos qué pasa.—Con esa respuesta, esperaba que se cerrara el tema.
La sala de estar de la casa de JeonGguk -en la cual también vivían TaeHyung y JiMin- Estaba un nido enorme de edredones, sábanas y almohadas. El menor les había dicho que estarían más cómodos en su habitación, pero todos se negaron alegando que la cocina estaba más cerca de la
sala de estar. Claramente, JeonGguk no objeto al escuchar el grandioso razonamiento de sus amigos. En la pantalla se reproducía alguna película a la que realmente ninguno le prestaba atención. Pues estaban más concentrados en hablar sobre lo que harían ahora que estaban
graduados, el viaje en grupo que deberían realizar a la brevedad y un sinfín de cosas. JeonGguk empezó a hacer una rabieta y TaeHyung se reía de él. —¿Qué tienes?—Pregunto JiMin a su mejor amigo. —No quiere ir por el cargador de su celular. Lo dejo en su habitación y llora
porque recién se le calentaron los pies.—TaeHyung empezó a reírse de nuevo. —Yo voy por el Gukkie, no te preocupes.—JiMin se puso de pie y subió las escaleras para llegar a la habitación del menor.
Los ojos de JiMin se pasearon por toda la habitación buscando el cargador blanco. Abrió el cajón de arriba de la mesita de noche de JeonGguk y no lo encontró. Así que lo cerró y abrió el siguiente. Su entrecejo se arrugó al ver un paquete de sobres que él conocía perfectamente.
Tomó los sobres y se dio cuenta que estaban listos. Todos tenían una nota dentro. Empezó a reírse sin humor. —¿Jiminie?—JeonGguk había ido a buscarlo al recordar los sobres. Pero cuando vio el paquete en la mano del mayor, supo que era demasiado tarde.
—Espera JiMin, puedo explicarlo.—JeonGguk se acercó a JiMin pero este negó sonriendo mientras saladas lágrimas humedecían sus mejillas.—No es lo que crees, JiMinie...—El mayor puso ambas manos en su corazón y se encogió sobre si mismo. El dolor era insoportable.
—¿Por qué?—Fue lo único que salió de los labios de JiMin. Y un resignado JeonGguk, suspiró profundo antes de responder. —Me pidió que lo hiciera, como favor...—Nuevas lágrimas mojaron las esponjosas mejillas de JiMin.—Él no sabía que hacer y como manejar todo esto... así que un
día simplemente llego con una enorme caja con muchos sobres. Cada uno con una fecha al reverso. Debían llegar a ti sin excepción y acompañadas de un tulipán. Lo lamento, Jiminie...—JeonGguk estiró su brazo y colocó su mano en el hombro del mayor.
—Tu sabías... tu sabías que quería verlo ¿Por qué nunca me lo dijiste? —Porque él así lo pidió. Porque prometió desaparecer de nuestras vidas y lo cumplió a su manera.—JiMin quería molestarse con JeonGguk. Quería odiarlo. Pero no podía. Nunca podría. Asi que simplemente lloro.
Su llanto era tan fuerte que alertó a todos en la planta baja. Cuando vieron el pequeño cuerpo de JiMin en brazos de JeonGguk con los sobres esparcidos. Ninguno entendía, a excepción de TaeHyung; que se encaminó a donde estaban. Con delicadeza posó su mano en el hombro de su
novio. Cuando JeonGguk levantó la vista y sus miradas conectaron, TaeHyung con una triste sonrisa diminuta asintió. Sin necesidad de más palabras TaeHyung se encaminó al escritorio de JeonGguk donde sacó un sobre naranja. Se acercó a donde estaban abrazados el par de chicos y le
entregó el sobre a JeonGguk. Este apretó sus párpados y alejó a JiMin de su cuerpo. El cabello se le pegaba a la cara, todas sus pestañas estaban húmedas y debajo de sus ojos las lágrimas se amontonaban. Puso frente al chico el sobre naranja. —Este sería el último.—Confesó.
“Hola Minie. Por las últimas notas debo haber dejado más que claro quien soy. Espero que no estes molesto por ello, aunque naturalmente estas en todo tu derecho de odiarme y yo no soy nadie para impedir eso. La cosa es... cometí muchos errores. Demasiados diría yo. A veces es
difícil conciliar el sueño porque siempre estás apareciendo tú con tu cara de ángel ¿es esta tu venganza? El que incluso en mis sueños es imposible el tenerte. No quiero que te pongas triste. Así que escribiré mejores cosas que eso. Ya debes haberte abierto paso entre
los grandes. Seguro que casi dominas al mundo, aunque eso siempre lo has hecho con esa sonrisa tuya. Lo que daría por ver esa sonrisa una vez más. En realidad, la finalidad de esta pequeña carta, es más que nada para decirte que lo hiciste bien, Jiminie. Lo hiciste excelente.
Mírate. Eres precioso, tienes mucho talentos, tienes un corazón enorme... así que no pongas en duda lo que eres y lo que vales. Y bueno, mucho gusto. Soy Min YoonGi. Suelo beber café en el pequeño local en la esquina donde solías ir a clases de baile. Todos los días a las 7pm.
Sé que un día vendrás. No hoy, ni mañana. Pero algún día dejarás que arregle el desastre que hice y me perdonarás por haber entrado en tu vida por estos cuatro años. O al menos eso espero. Con amor, YoonGi.”
JiMin vio la hora en el reloj de muñeca de JeonGguk. 08:32pm. —Gukkie... por favor—Le suplico JiMin. JeonGguk solo asintió sonriendo mientras secaba las mejillas de JiMin. Ambos se pusieron de pie y en un segundo los cinco estaban en el auto de SeokJin de camino a la cafetería.
Quizás el destino por una vez se apiadaba del chico de tiernas sonrisas con regordetas mejillas. Pues todos los semáforos estaban en verde y llegaron casi en un suspiro al lugar. Cuando entró paseo su vista por todos lados. Sus amigos estaban tras de él. Y entonces pasó...
Todo se detuvo y el sonido se enmudeció. Las personas eran irrelevantes cuando su mirada estaba clavada en el pálido que estaba en la esquina, completamente solo con la mirada perdida por la ventana y una humeante taza de café caliente entre las manos.
JiMin sintiendo sus piernas doblegarse por los nervios. Se encaminó hasta aquella mesa y cuando estuvo cerca. Simplemente se sentó frente al pálido. Este al ver quien era escupió parte de su café, por suerte no mojó a JiMin y terminó recibiendo suaves golpes de este en la espalda
pues se estaba ahogando. —No fue así como imagine que sería cuando te viera de nuevo.—Habló JiMin tanteando terreno. —¿Qué haces aquí? Se supone que aún falta más de un año y tú no debes saber esto.—Hablo con dificultad el pálido. —Sí, JeonGguk no es tan bueno con esto de los
favores.—Se sentó frente al pálido que no podía dejar de ver cada centímetro de JiMin. Había cumplido su palabra de mantenerse lejos. Pero cuando pasó un año y sintió que la espera lo volvería loco, contrato a alguien para que lo siguiera. En su despacho tenía fotografías del
menor. El mejorar cada día como persona para algún día ser merecedor de un poquito del amor de JiMin, era lo único bueno en su vida. Después nada. Prácticamente todo lo que hacía era por el chico de tiernas risitas. ¡Y él ni siquiera estaba enterado!
No es que JiMin debiera saber aquello, pues se prometió que se alejaría el tiempo suficiente para que el chico pusiera su vida y mente en orden. Entonces YoonGi se iría haciendo un espacio entre las pequeñas grietas que hubiese dejado el menor -Si es que las dejaba-, tampoco iba
a presionar si él ya no quería saber nada de él. YoonGi entendía perfectamente si no fuese así. Sin saber porque, los recuerdos de aquel fatídico día que marcaron un antes y después en su vida. Regresaron a su mente.
Aquel día cuando YoonGi regresó a su casa del hospital. La mayoría de los invitados se habían ido, solo quedaban algunos conocidos de Hyuna. De los suyos nada. Recuerda el como Hyuna se acercó a él con una sonrisa e intentó besarlo. Todo estaba bien hasta el momento en que YoonGi
le preguntó por los archivos que Hyuna había dado a YoonGi. La cara de la chica se deformo un poco y aunque pudo poner una máscara, era tarde porque YoonGi, con todo el dolor y arrepentimiento, se dio cuenta de ello. Cuando le dijo a la rubia que ya no habría boda, ésta
enfureció y quizás por las copas de más, fue que terminó gritando demasiado para el gusto de YoonGi. “Cambiaste desde el momento en que ese marica cruzo esa jodida puerta. Nosotros estábamos muy bien, pero tenía que aparecer ese idiota y arruinarlo. No podía dejar que él ganara.
Tu eres mío. Yo te vi primero. No podía simplemente asesinar al imbécil porque seguro me descubrían. Aunque obviamente considere esta opción. Así que al ver como se comportaba con JeonGguk no fue difícil tener una idea. Fue muy fácil arrinconar a ese pequeño pedazo de mierda y
hacerlo gemir. Solo necesitaba a alguien que se escuchara exactamente igual que él. Y lo encontré por esa grabación. Tu hermano fue más fácil y no tuve que tocarle un cabello. Además... eso sería grosero de mi parte a con él hermanito de mi novio. Te creíste todo completamente,
fue fácil por los celos que tú sentías de la relación entre tu hermano y ese. Confundías el enamoramiento de la puta esa con miedo. Agradezco tu ingenuidad. Porque yo gané. Todo salió como lo planeé... me quede sin esta jodida boda. Pero tú YoonGi, dañaste, machacaste e
hiciste mierda a una persona que posiblemente te amaba. Como si fuera poco lo enviaste al hospital... te quedaste sin él.” Corrió a Hyuna después de todo aquello y entre lágrimas empacó sus cosas de manera rápida para irse a un hotel. Esa noche no durmió. Solo paso planeando que
sería de su vida y como se manejaría ahora que ni siquiera podría ver al hombre con cara de bebé que ahora entendía le volvía loco de buena manera. El dolor en su pecho fue insoportable y fue una incomodidad que le acompañó hasta el día de hoy.
Cuando la mente de YoonGi volvió a ese preciso momento, vio como las mejillas del ahora -cabello- platinado estaban levemente sonrojadas. Ya que YoonGi no había dejado de verle. —Eres precioso.—Soltó el pálido antes de pensar con claridad lo que eso provocaría. Un sonrojo mayor.
—Uh, gracias.—El menor jugaba con sus manos y solo entonces YoonGi fue consiente de sus palabras. —¡No!—Negó frenéticamente al haberse dejado en evidencia.—Espera, espera. No estoy diciendo que no eres precioso. Lo eres. Es solo que no era eso lo que estaba pensando. Siempre he
sido consiente de lo guapo que eres. Pero no es en lo que estaba pensando justo ahora... Creo que debería cerrar la boca.—YoonGi apoyo su barbilla en la palma de su mano viendo por la ventana. No podía ver a JiMin a los ojos por la vergüenza. Quería desaparecer.
YoonGi apretó los ojos. Pero los abrió de inmediato al escuchar como JiMin sollozaba y cuando giró si cabeza, se encontró con el platinado llorando. Los ojos de YoonGi se abrieron de sobre manera y se puso de pie rápidamente. Miro en todas direcciones buscando ayuda.
—Oh Dios...—Se arrodilló a un costado de JiMin mientras tomaba la cara del menor con sus pálidas manos.—Lo lamento, no debí haber dicho nada. Minnie lo siento, por favor no llores, bebé...—Con sus pulgares secaba suavemente las lágrimas del menor.—Jiminie... voy a llorar también,
por favor. Dime que es lo que te duele ¿que te está molestando, cariño?—Y eso solo hizo que el llanto del menor se intensificara, ganándose la mirada de las personas en las mesas a su lado. YoonGi estaba nervioso. No sabía que hacer y estaba a nada de tener un ataque de pánico.
Mordió su labio inferior antes de ponerse de pie y rodear la cintura de JiMin con uno de sus brazos. Tomó asiento donde antes estaba JiMin y se sentó atrayendo el cuerpo del menor con él. JiMin estaba sentado en sus piernas con su cabeza apoyada sobre su hombro mientras lloraba.
—Minnie, eres el ser más bonito. Pero si lloras no podrás serlo...—El pálido acariciaba su brazo mientras dejaba pequeños besos en el cabello del chico.—Cuando lloras, tus mejillas se sonrojan, tú nariz también y eso es adorable. Pero lastimas tus labios con tus dientes y tus
bonitos ojos se irritan... eso no es adorable. Por favor. Dime que es lo que te duele...—Suplico el pálido sin saber que más hacer. JiMin siguió llorando un poco sin haber dicho palabra alguna. Un mesero amablemente le había dejado un vaso con agua a YoonGi. Quien agradeció eso.
Poco a poco el menor dejó de llorar y se tranquilizó con las amables caricias y besos de YoonGi. —¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste?—La voz de JiMin sonaba ronca y constipada por el llanto. El pálido, lo hizo beber pequeños sorbos de agua, antes de responder.
—Porque no era correcto quedarme.—JiMin apretó sus labios evitando llorar de nuevo, aunque YoonGi sabía que igual lo haría por lo arrugado que estaba su entrecejo.—Sé que necesitas una respuesta más clara que solo esto pero...—YoonGi echo un rápido vistazo al rededor y más de un
par de ojos de las personas ahí estaban en ellos. Y eso que ni siquiera estás contando al pequeño grupo de idiotas que en ese momento se puso a verificar el estado de la planta artificial de la entrada. JiMin al darse cuenta de aquello también, gimio bajito y enterró su
rostro en el cuello del menor. —Entiendo. Sácame de aquí.—Su voz sonaba amortiguada. —Necesito que te bajes de mis piernas.—La voz de YoonGi era juguetona. Pero JiMin simplemente negó y entrelazó los dedos de sus manos detrás de la nuca del pálido. No quería que lo vieran.
YoonGi entendió aquello. Y suspirando, deslizó una de sus manos debajo de las rodillas del menor para cargarlo al estilo “recién casados”. —Sirvan de algo más y abran la puerta.—Hablo YoonGi con diversión al ver lo concentradisimos que estaban su hermano, novio y amigos en la
planta, con tal de disimular que no estaban intrigados de todo. JeonGguk sonrió apenado y abrió esta. Siguieron al pálido con el chico en brazos que no dejaba ver su rostro y es que JiMin sentía la cara hirviendo. TaeHyung abrió la puerta del auto de SeokJin y YoonGi le hablo a
JiMin suavemente. —Ya llegamos al auto, cariño.—JiMin sacó su rostro del cuello de YoonGi, pero cuando vio el auto de SeokJin frente a él, giró a verlo con un entrecejo más arrugado aún. —No.—Fue la simple palabra que dijo para removerse en brazos del mayor y acostar su
cabeza en el hombro del pálido. Las mejillas de YoonGi se sonrojaron y sentía sus orejas quemar. —Entiendo—Fue SeokJin quien habló.—Nos vemos en casa Minie.—Sus amigos de acomodaron en el auto y salieron del lugar dejando a YoonGi de pie ahí, con el pequeño cuerpo en brazos aún.
YoonGi maniobrando abrió la puerta del pasajero de su auto y acomodó a JiMin quien soltaba pequeñas risitas al ver como el pálido cumplía sus caprichos. Una vez ambos en el interior del auto y con los cinturones colocados emprendieron el viaje a casa donde seguro JeonGguk y sus
amigos ya habían hablado de todo lo que habían visto en la cafeteria. YoonGi veía de vez en cuando al chico a su lado, quien iba viendo las luces del exterior por la ventana mientras tarareaba la canción que se escuchaba tenuemente en la radio. Él podría acostumbrarse a eso.
Cuando YoonGi y JiMin llegaron a casa, nada más entrar a los otro cuatro chicos mágicamente les entraron ganas de irse de la sala de estar. SeokJin y HoSeok se retiraron a la habitación de invitados prometiendo que no harían mucho ruido. A lo qué TaeHyung les respondió que no se
preocuparán por ello, pues seguramente él y su prometido estarían muy ocupados como para escuchar una alarma sísmica siquiera. YoonGi y JiMin eran un desastre de sonrojos y nervios al escuchar todo lo que los otros decían.
Una vez solos. JiMin se sacó los zapatos y se sentó en forma de indio quedando frente a un costado de YoonGi en el sofá. El pálido suspirando profundamente sacó sus zapatos también. Se giró pegando su espalda al reposabrazos quedando frente a JiMin. Una de sus piernas estaba
flexionada mientras que la otra estaba estirada a un lado del menor. Colocó su brazo flexionada en el respaldo y recargó su cabeza ahí. —¿Seguirás respondiendo mis preguntas ahora?—JiMin fue directo al grano.
YoonGi tomó una gran bocanada de aire y la soltó lentamente. —Sé que me fui cuando posiblemente más necesitabas tener apoyo y compañía. Pero, debes entender que yo no te hacía bien. Te trataba mal.—Muchos recuerdos pasaban por la mente de YoonGi.—Muy mal. Lo que sentía por ti no
es una excusa para la manera en la que fui contigo. No podía simplemente entrar a verte a tu habitación y decirte que ya todo estaría bien.—Sonrió tristemente.—Aunque eso era exactamente lo que quería hacer. Sabía que debía darte tu tiempo y no estoy hablando de días o meses e
incluso un año. Porque ese tiempo era para que sanarás tú, de todas las maneras posibles. Era para que te encontraras y dejarás de ser un alma perdida por ahí... Al igual que yo.—YoonGi tomó una de las manos de JiMin.—Era necesario estar apartados para sanar y poder hablar de
esta manera. Entendernos, aceptarnos y quizás querernos de una manera sana. Prácticamente empezar desde cero.—El pálido soltó una pequeña risita.—Pero JeonGguk jodio mi plan y esto está pasando un año y medio antes de lo que debería.—JiMin mordió su labio inferior.—No pediré
que me perdones. Sé que lo que hice no tiene perdón. Y perfectamente sé que mi derecho a pedirte empezar desde cero es nulo... y aún así estoy arriesgándome a hacerlo.—Apretó suavemente la pequeña mano y después la soltó. En el interior de JiMin, había una pequeñísima guerra.
—Entonces... ¿Cómo debería cobrar todo lo que hiciste para considerar el perdonarte?—JiMin sonrió viendo al pálido. Una pequeña sonrisa apareció en los labios de YoonGi al notar que JiMin estaba jugando para quitarle seriedad al asunto.
—Puedo darte el apartamento donde vivo ahora. También mi auto. Puedo ser tu secretario personal y cualquier cosa que se te ocurra.—Hablo con seriedad el pálido. —Muy bien, tendré en consideración tus propuestas. Sobre todo la del secretario. Podría obligarte a llevar una linda
falda con tacones.—La imagen mental hizo reír a JiMin. Siguieron hablando de lo que habían hecho esos años y en las dificultades que superaron cada uno en su batalla. YoonGi por JiMin y JiMin por él mismo. Al final, ambos salieron victoriosos, al parecer.
Por la mañana. Cuando TaeHyung bajo con su prometido, sonrió al ver el pequeño cuerpo de JiMin acostado de lado en el sofá con su espalda pegada al respaldo. Mientras YoonGi estaba acostado de lado frente a JiMin, uno de sus brazos flexionada que servía de almohada para ambos.
Su brazo libre estaba abrazando la cintura del menor, quien uno de sus brazos rodeaba al pálido, sus piernas estaban enredadas y lo que más les dio ternura fue el como JiMin tenía la cara pegada al pecho del pálido y el como YoonGi era quien más incómodo estaba. Por su brazo y
porque su cuerpo estaba prácticamente fuera del sofá. Pero quería que JiMin tuviera espacio y termino siendo así. JeonGguk con mucho cuidado les sacó algunas fotografías y los cubrió a ambos con una cobija. Pues el pálido también había pasado frío por darle su suéter al menor.
Inconscientemente JiMin al buscar más calor y el olor del pálido se pego a su pecho y YoonGi estando dormido, quiso darle más espacio al menor. Pero eso solo provocó que se cayera a la alfombra y se llevara a JiMin con él. El menor había caído sobre su cuerpo. YoonGi se quejó
por el impacto pero al ver la preciosa cara de recién despierto de JiMin asustada solo atinó a reír a carcajada limpia, al escucharlo, el cuerpo de JiMin se relajó y sin pensar en nada más, recostó su cabeza en el pecho del pálido. —Cállate y se mi sacó de dormir.—Demandó JiMin.
HoSeok y SeokJin se habían ido a su departamento después de desayunar. Pues los padres de ambos llegarían pronto y habían decidido ir a celebrar con toda su familia. YoonGi tenía pendientes que atender y ni siquiera tomó el desayuno con ellos. Pues al haber sido el saco de dormir
de JiMin, se le había hecho tardisimo. Así que solo quedaban las personas que vivían en esa casa. —¿Entonces...?—TaeHyung no podía ocultar más su curiosidad, pues JiMin apenas y había soltado algo. —Henos decidido tomarlo lento, es mejor de esa manera para ambos.—TaeHyung
asintió sonriendo. Se sentía muy feliz de que JiMin por fin estaría con la persona que ama. —Eso es bueno Minnie.—Sin evitarlo lo abrazo.—Estoy muy feliz por ti.—TaeHyung iba a llorar, pero JeonGguk y JiMin se rieron de él haciendo que se molestara.
—¡Voy a lanzarte a la piscina si no te callas!—Gritó un exasperado YoonGi a JiMin. JiMin indignado se sentó en un camastro y cruzó sus brazos sobre su pecho. YoonGin suspiró frustrado. JiMin tenía días pidiéndole que regresara a vivir con ellos y aunque YoonGi creía que cinco
meses era muy poco tiempo para eso, JiMin opinaba que ya había sido suficiente. —Minnie...—Le habló suavemente YoonGi. TaeHyung apretaba los labios abrazando a su novio quien se encargaba de la carne en la parrilla. —No te atrevas.—Le advirtió JeonGguk. TaeHyung asintió.
—No.—Fue la tajante respuesta de JiMin. Sabía que estaba haciendo un berrinche, pero no iba a detenerse. Se puso de pie y entonces una idea cruzó por su mente. YoonGi vio al menor caminar mientras veía a su costado y no al frente. Donde justamente esa jodida piscina quedaba.
YoonGi la odiaba desde aquel incidente donde casi moría ahí por un descuido de él. Cuando se enteró que había casi muerto también cuando el libro, YoonGi lloró durante dos horas y solo repetía “perdón” una y otra vez. Antes de que el pálido pudiera decir algo. Se escuchó el
splash del agua. YoonGi se puso de pie y fue corriendo a lanzarse a la piscina sin importarle nada más. Tomó a JiMin en brazos y cuando lo sacó a la superficie este le sonreía de manera triunfante. —Sé nadar muy bien.—Le informó al pálido, pero aún así tenía sus brazos sobre
los hombros del pálido que tomaba su pequeña cintura con desespero. —Oh Dios.—Un ligero temblor recorrió el cuerpo de YoonGi.—Me asusté mucho.—Entonces abrazo al menor que regresó el abrazo mientras reía.
—Entonces gané.—JiMin unió su frente con la del pálido.—Podemos ir mañana por tus cosas y traerlas. Te haré espacio en el guardarropa.—El menor sonaba muy seguro y es que YoonGi no podía negarle nada a JiMin. Solo bastaba con ver la preciosa sonrisa que tenía el chico cuando se
salía con la suya, para que YoonGi sintiera la eterna necesidad de cumplir todos y cada uno de sus caprichos. —Muy bien.—Habló el pálido derrotado. —¿Cuando vamos a casarnos? Quiero adoptar a una niña y no nos estamos haciendo más jóvenes, Yoonie.—YoonGi casi de ahoga con su
propia saliva al escuchar al menor hablar de cosas tan serias con tal naturalidad y simpleza. —Bueno...—Ni siquiera lo dejó hablar. —Bien, igualmente puedo pedirte matrimonio yo. Eso realmente no importa.—De nuevo. Puso una de esa sonrisa que volvían loco al pálido.
Sin perder tiempo. Tomó la nuca del menor y estampó sus labios. JiMin abría su boca dándole acceso a la lengua de YoonGi. Sus brazos se tensaron en el cuerpo ajeno intentando estar más cerca del otro. —¡Vayan a la habitación, aquí no!—Les grito JeonGguk, rápidamente se separaron
y rieron mientras salían. YoonGi tomó la mano de JiMin y caminaron a la casa. —¡Lo decía de broma!—Grito JeonGguk para que lo escucharan. —¡Pero nosotros no!—Respondió JiMin agitando su mano mientras sonreía.
Habían pasado 7 años desde la primera vez que vio a YoonGi. 6 desde que se enamoro de él. 5 de que se separaron. 4 de sentir que no podía más. 3 de aquellas notas. 2 de haber empezado a sanar. 1 de extrañarlo como loco. Y todo había valido la pena para llegar a donde estaban.
En los brazos del otro, con la cama hecha un desastre después de haber hecho el amor, cuerpos cansados y sudados. Pero diciéndole “te amo” con tanta intensidad al otro, que el mismo sol sentiría vergüenza. Al fin habían sanado y estaban donde debían estar.
✖︎El Fin✖︎
Gracias por este largo recorrido juntos. Realmente en m miente este camino era más corto y juraba que sería un precioso OS. Lamento la demora y el haberme alargado tanto. Nos leemos por ahí. All the love, x.
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