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ℳ𝑜𝑜𝓃 ♡

ℳ𝑜𝑜𝓃 ♡
@moonlovesmin

Aug 5, 2018
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✱ʙᴀʙʏ sᴛᴇᴘs✱ SeokJin y YoonGi solían ser muy buenos amigos, hasta que una noche ambos dieron rienda suelta a sus deseos. A la semana, YoonGi había abandonado la ciudad. Tres meses después, SeokJin recibe una llamada del hospital.

✱YoonGi 20 años, SeokJin 25. ✱MPreg (Male Pregnant=Hombre embarazado). ✱No es Omegaverse. ✱Otros ships sin decidir. ✱Preparen su odio y pañuelos.
Para SeokJin, YoonGi siempre había sido muy atractivo. Las personas aun se preguntaban como es que eran tan buenos amigos si tenían una diferencia de cinco años de edad. Sin embargo, aquello no parecía afectar al par de amigos. Aquel día los padres del menor habían tenido
que salir de la ciudad y le habían pedido a SeokJin que dejaran que YoonGi se quedara con él por esa noche. Esto no era extraño pues muchas veces solían dormir juntos. Jugaban videojuegos, cartas, veían películas o simplemente charlaban mientras bebían chocolate caliente.
Pero esa noche todo fue diferente. SeokJin llevaba mucho tiempo observando a su mejor amigo y no negaría que el chico era muy guapo. De un tiempo acá había sentido la necesidad de tocarle… pero no de manera amistosa.
Aquella noche mientras estaban acostados como las otras veces, SeokJin no evito el acercarse al palito y tocar su cuerpo por debajo del pijama. El pálido que también tenia sentimientos por el mayor, no lo detuvo, sino que se giró a encararlo y las cosas se descontrolaron.
Los padres de YoonGi murieron en un accidente automovilístico esa noche dejándole huérfano. Cuando corrió a refugiarse a los brazos de su mejor amigo este lo trato con dureza y hostilidad. Incluso lo hizo sentir como si lo pasado entre ambos hubiese sido culpa solamente de él.
A la semana, SeokJin se enteró que YoonGi había abandonado la ciudad con Jung HoSeok.
✱ ✱ ✱ ✱ ✱
SeokJin había llegado temprano a su empresa, tenía mucho trabajo, pues estaba por expandir su cadena hotelera a Hawaii. Cuando paso la recepción todos le saludaban y cuando por fin llego al décimo piso su secretaria no dudo en darle un rápido resumen de lo que sería su día.
Cansado se froto el puente de la nariz y dejo su maletín a su lado mientras empezaba a revisar correos que tenia, separándolos por prioridades. Eran cerca de las 11am cuando el intercomunicador sonó con la voz de Jennie, su secretaria.
—Sr. Kim, hay un hombre buscándolo…—SeokJin suspiro con fastidio. —Dile que no tengo tiempo.—Volvió a tomar entre manos el documento que estaba revisando y de nuevo la voz del otro lado. —Me pidió que le dijera que es Min YoonGi.—La respiración de SeokJin se corto.
Con una mano temblorosa oprimió el botón para hablar. —Dile que pase.—Tragó grueso a la espera de que el pálido atravesara el umbral. Tenía poco más de un mes que no lo veía, hasta este momento.
Su corazón empezó a ir a una velocidad increíble al ver la delgada silueta del chico. Pero también se encogió al ver su estado. YoonGi era palido por naturaleza pero parecía mas palido ahora. Tenía ojeras negras al rededor de sus ojos y hasta parecía que había perdido peso.
Aun con la ropa ancha de dos tallas mas grandes que la que el usaba se notaba. Su ropa parecía algo vieja y gastada y su precioso cabello rubio había perdido brillo. El menor estaba nervioso y esquivaba los ojos del SeokJin. De pronto, el orgullo herido de SeokJin regreso.
Se había sentido burlado cuando la noticia del abandono de la ciudad de YoonGi con HoSeok estuvo en boca de sus conocidos, trayendo como consecuencia que llegara a sus oídos. —Hola YoonGi.—Saludo el rubio con un tono resentido.—Ha pasado algo de tiempo.
—SeokJin, uh… hola…—El palido era un manojo de nervios, retorcía sus manos. —¿Qué te trae por aquí, YoonGi?—Preguntó fingiendo serenidad. —Hay algo que debo hablar contigo…—La cabeza de SeokJin empezó a trabajar a toda velocidad.
—¿HoSeok te ha desechado ya?—YoonGi parpadeo un par de veces. —¿Qué? No, estas equivocado.—Negó suavemente el palido.—No es sobre HoSeok de lo que quiero hablar contigo. Es sobre lo que pasó aquella noche.—YoonGi mordió su labio inferior.
—¿Quieres repetir? ¿Es eso?—YoonGi no daba crédito a lo que escuchaba. Aquel hombre no se parecía nada a quien algún día fue su mejor amigo. —Jin, de verdad debes escucharme…—El teléfono de SeokJin empezó a sonar y antes de responder, le dirigió una mirada al pálido.
—YoonGi, si quieres otro acostón, solo déjale tu numero a mi secretaria. cuando requiera tu servicio no dudare en llamarte.—Dicho aquello respondió a la llamada dandole la espalda al pálido. YoonGi sintió su corazón encogerse.
Imagino que las cosas serían diferentes, quizás no todo sería perfecto pero al menos podría haberle contado del bebé al mayor. Le dio una ultima mirada y salió de la oficina reteniendo las lagrimas que luchaban por salir.
Ya vería como se las arreglaba para trabajar un poco más y ahorrar dinero para sobrevivir el tiempo restante del embarazo. “Tienes amenaza de aborto, YoonGi. Debes dedicarte a descansar.”
Las palabras del medico regresaron a él, posó sus manos en su apenas abultado estomago. Saldría de esto solo.
✱ ✱ ✱ ✱ ✱
—Sr. Kim, tiene una llamada del hospital de Seúl.—El castaño arrugó su entrecejo al escuchar a Jennie hablar por el intercomunicador. —Tomaré la llamada, gracias.—Tomó el teléfono fijo en su oficina.—Kim SeokJin ¿En qué puedo ayudarle?—Se recargo en el respaldo de su silla.
—Buenas tardes Sr. Kim… El motivo de mi llamada es por el paciente recién ingresado, Min YoonGi…—El corazón de SeokJin se detuvo. —¿Qué le paso?—Pregunto sin aliento. —Cayó por unas escaleras en su trabajo, pero su estado es delicado ¿Le es posible venir al hospital de Seúl?
El medico que atiende su caso necesita hablar con alguien sobre su estado.—La preocupación empezaba a burbujear en el pecho del castaño. —Por supuesto, sí. En media hora estoy allá.—Terminó la llamada mientras miles de preguntas llegaban a su cabeza, pero la que mas se repetía
era ¿por qué le estaban llamando a él si YoonGi tenía a HoSeok?. Saliendo de su trance oprimido el botón del intercomunicador de nuevo.—Jennie, cancela o mueve mis citas de hoy por la tarde y noche, por favor.—Sin esperar respuesta tomo su maletín y salio de su oficina.
Cuando llego al hospital se dirigió a la recepción. —Buenas tardes, Estoy aquí por Min YoonGi.—La recepcionista tecleo en el computador. —Está en tercera planta.—Informó rápidamente.—debe registrarse con el guardia por favor.—La mujer señalo el acceso donde efectivamente había
un guardia de seguridad que debía registrar a las personas que ingresaban al hospital y él mismo les entregaba gafetes de visitantes. Una vez hecho el registro SeokJin subió por las escaleras al tercer piso, realmente no sentía que podría esperar el elevador. Cuando llego ahí
preguntó de nuevo en la isla de enfermeras sobre YoonGi, una de ellas hizo una llamada rápida y pronto un hombre mayor con bata blanca se encontraba llevandolo a su oficina. Aquello puso aun mas nervioso pues eso solo podía significar que el estado de YoonGi era realmente
delicado. —Sr. Kim….—El hombre señalo el asiento y SeokJin se sentó. —¿Qué ha pasado?—Es lo que necesitaba saber en este momento. El hombre entrelazó sus dedos sobre el escritorio y suspiró como pensando en por donde empezar a explicarle.
—Antes que nada, lamento mucho la pérdida, Sr. Kim.—SeokJin parpadeo un par de veces y vio al medico asustado. —¿Perdida?—Pido sentir su sangre drenarse. —Sí, verá. En el hospital es una regla poner primero la vida del padre o madre que él feto. Hemos tenido que sacrificarle.
—F... Feto...—Repitió sin aliento.—¿De cuánto estaba?—El doctor arrugó el ceño. —Doce semanas. Como le decía...—La cabeza de SeokJin trabajaba a toda marcha. Entonces recordó que hacía poco más de un mes YoonGi había ido a buscarle y no lo dejó hablar. Su respiración se volvió
pesada. —¿Cómo está él?—Quería abrazar a YoonGi. —Es por eso que hemos llamado. Con este aborto su anemia va a descontrolarse y nos preocupa que ha estado perdiendo muchísimo peso por los empleos que tiene. Además se ha roto una
pierna por la caída y va a necesitar que alguien le cuide y le ayude a hacer sus ejercicios.—Todo aquello estaba llegando muy rápido y SeokJin no sabía con que lidiar primero. —Quiero verlo.—Se puso de pie rápidamente. —Uh, por supuesto. Sígame.—El hombre salió primero.
Las palmas de las manos de SeokJin sudaban y las secaba en su pantalón mientras seguía al doctor. Entraron a una habitación y se encontraron con la cama revuelta pero completamente sola. Antes de que alguno de los dos pudiera hablar, la puerta de baño se abrió y YoonGi apareció.
Estaba vestido a pesar de la pierna enyesada. Había roto el pantalón para poder usarlo. —¡Paciente Min! ¿qué cree que hace?—El médico estaba escandalizado mientras oprimía el botón de las enfermeras. —Yéndome, por supuesto.—Su voz sonaba firme.—Mi seguro no cubre esto y no me
lo puedo permitir.—Apoyándose en la puerta dio un salto to hacía afuera y solo entonces SeokJin fue visible para él. Se veía incluso pero que el día en que fue a visitarlo a su empresa. Vio como su labio inferior temblaba. Giró su rostro y viendo hacia un punto muerto, preguntó.
—¿Qué haces aquí?—Su tino fue gélido. —El hospital me ha contactado.—YoonGi cerró los ojos maldiciendo el tener la tarjeta de contacto de SeokJin en su cartera. —Puedes irte. No. Te pido que te vayas. No te necesito.—Aunque sonaba fuerte y seguro SeokJin podía ver que el pálido
apenas y podía sostenerse. Estaba prácticamente en los huesos. Lucia enfermo y era normal después de lo que había pasado. Pero el día en que fue a buscarlo, se veía de la misma manera. —Te llevaré a casa—Hablo apenas el castaño. —No te necesito. Vete—El pálido escupió con odio.
—Voy a cuidar de ti. No puedes estar por tu cuenta.—SeokJin empezaba a sentir sus nervios brotar por todas partes. —Sé cuidarme bastante bien solo.—Respondió con vehemencia el pálido. —Y es por eso que has perdido a tu hijo.—Las palabra salieron de la boca del castaño antes de
pensarlo siquiera. Vio como la cara del pálido se desencajaba de dolor y se arrepintió al instante.—YoonGi, lo lamento. Yo no... yo no quise...—El pálido colocó su palma abierta frente a la cara del castaño. —Guárdatelo SeokJin. No quiero escucharte ni respirar.—El pálido se
dirigió al médico.—Quiero que seguridad lo eche.—El doctor miró nervioso a SeokJin. —No puedes estar solo, YoonGi. Tu anem...—YoonGi asintió y empezó a cojear a la puerta. —YoonGi ¡por amor de Dios!—SeokJin dejó de ser delicado y lo tomó en brazos. La jodida escayola
pesaba una tonelada. Con mucho esfuerzo tendió el cuerpo del pálido en la camilla y solo entonces éste se encogió de lado y se soltó a llorar. Cualquiera que lo escuchara lloraría con él por lo doloroso que sonaba aquel pesar.
SeokJin pensó que lo mejor sería darle su espacio por ahora. Salió de la habitación con un mal sabor de boca, el médico le habló sobre los cuidados que debía tener. Le enviaría los ejercicios que requeriría para su pierna, una lista de los medicamentos y una dieta.
Después de haber hablado con el médico se dirigió a caja. Dejo los datos de su tarjeta y pidió que todo lo de YoonGi fuese cargado a esta. Cuando salió del hospital ya era algo tarde. Empezaban a encender algunas farolas y aunque no había estado mucho tiempo. Se sentía exhausto.
Una vez dentro del auto llamó a TaeHyung. —SeokJin.—Fue la respuesta al otro lado de la línea. —Necesito que investigues a Jung HoSeok. Quiero un informe detallado.—Escuchó ruidos del otro lado. —Dame dos semanas.—Dicho eso cortó la llamada.
YoonGi despertó en la camilla del hospital. Se sentó recto al darse cuenta en lo carísima que le saldría la factura. Como pudo tomó las muletas que el doctor le había dejado. Por suerte seguía vestido. Tomó su pequeña mochila y la atravesó por su torso. Era extraño no tener
el bulto en su estómago. Acaricio con los dedos su abdomen plano sintiendo calientes lágrimas bajar por sus mejillas. Ya tenía los posibles nombres, incluso había leído muchísimos libros sobre padres solteros. Podría haberlo hecho. Si tan solo... de nada servia lamentarse ya.
Nadie lo detuvo al salir y realmente agradeció aquello. Se dirigió a la caja para preguntar por la factura y grande fue su sorpresa cuando le dijeron que los gastos estaban cubiertos. No tenía que ser muy inteligente para saber qué SeokJin era el responsable de aquello.
Le pidió a la persona encargada que le diera el número de tarjeta. Le pagaría la factura a SeokJin entonces. —¿Está dado de alta?—Le preguntó el guardia. —¿Qué? ¡Oh no! Solo he venido por una receta para el dolor.—habló mostrando el trozo de papel en el que la chica de cajas le
había dado los datos de SeokJin. Pero el guardia se tragó el cuento y lo dejó salir. Una vez afuera vio en todas direcciones asegurándose de estar solo. Se dirigió a la parada de autobuses y se sentó ahí a esperar alguno que lo dejara cerca del apartamento. No se podía permitir
más de dos autobuses al día. Después de media hora de estar con el insoportable calor. Subió al autobús. Por suerte no estaba muy lleno y al parecer la mayoría iban cerca de su bajada. Pues se habían parado muy pocas veces. Estando ahí pensó en que tendría que limpiar el
apartamento. Buscaría a quien regalarle las pocas cosas que había comprado para su bebé. También buscaría otro apartamento. Ya había pasado tres meses. No podía seguir más tiempo ahí. Por su empleo no se preocuparía. No querrían que regrese ahora con una pierna fracturada.
Lo bueno era que con la indemnización podría pagar el adelanto del nuevo apartamento y algo de gasolina para la camioneta del señor Yoo, quien siempre le ayudaba a mover sus pocos muebles cuando se mudaba.
—¡¿Cómo que no saben dónde está?! ¿Cómo se les pudo escapar un paciente en su estado!—SeokJin caminaba de un lado a otro mientras jalaba su cabello.—Dios mío. Está anémico, recién salido de un aborto y con una pierna fracturada. Increíble.—El hospital era un caos.
Tomando el puente de su nariz con su pulgar e índice marco el número de su propia oficina. —Jennie, Deja lo que estés haciendo. Llama a cada hospital y estación d e policías de Seúl. Pregunta por Min YoonGi.—La chica hizo un sonido de afirmación y cortó la llamada.
Eran las 9pm y no había rastros de Min YoonGi en ningún lado. Los datos en su hoja de ingreso resultaron falsos. La dirección daba a una vieja bodega abandonada. Su secretaria no había tenido éxito y a decir verdad eso lo tranquilizaba un poco. Esperaba que fuera un indicio e que
estaba bien. El día anterior y parte de la mañana había arreglado todo en su casa para llevar a YoonGi con él, pero solo se encontró con la sorpresa de que el chico había desaparecido. SeokJin estaba exhausto pero no podía dormir. Así que empezó a adelantar papeleo.
Tres días pasaron sin noticias de Min YoonGi. SeokJin estaba enloqueciendo. No podía hacer bien su trabajo o dormir porque solo podía preguntarse dónde estaba el pálido y si estaba bien.
Estaba en su despacho recargado en el respaldo de su silla con un brazo sobre sus ojos cuando sucelular empezó a sonar. Sin ver la pantalla tomó la llamada con el manos libres. —Kim SeokJin.—Respondió el castaño. —El pálido se ha mudado y no dejó una nueva dirección donde
buscarlo. Sin embargo tengo un nombre Yoo ChanLi. Al parecer es la persona que le ayudo a mudarse. Te envío su dirección por mensaje.—Sin esperar respuesta, TaeHyung corto la llamada y escribió la dirección rápidamente para enviarla.
En cuanto el mensaje llegó a su celular. SeokJin rápidamente tomó su saco y salió de la oficina como alma que lleva el diablo. Jennie ni siquiera necesito preguntar si reagendaba sus citas. Fue lo que empezó a hacer nada más ver el elevador cerrarse.
El GPS lo llevó a los barrios bajos de Seúl. Empezaba a ponerse nervios por las personas que había ahí. Pero solo bastó en pensar en que YoonGi tenía una pierna enyesada y se armó de valor. Se detuvo frente a un edificio viejo que parecía que iba a desmoronarse en cualquier
momento. Cuando entró vio a una mujer algo mayor sentada y rápidamente se acercó para preguntar por el hombre que TaeHyung había dicho. —En el segundo piso, puerta A3.—Respondió amablemente la mujer. Después de agradecerle tomó las escaleras y se encaminó por el pasillo.
Toco cinco veces a la puerta de madera algo desgastada y espero a que se abriera. Un hombre bastante mayor con camisa de cuadros y un pantalón café perfectamente planchado apareció ante él. —Buenas tardes. Soy Kim SeokJin. Estoy buscando a Min YoonGi.—El hombre entrecerró sus
ojos y lo escudriño. —¿Para qué lo necesita?—Preguntó con serenidad. —Hace unos días escapó del hospital y debo llevarlo a que lo revisen. También debe comer adecuadamente y hacer sus ejercicios.—El mayor pensó en que el hombre frente a él parecía genuinamente preocupado.
Pero eso fue lo que pensó aquel día y nada bueno terminó de eso. —¿Cómo se que puedo confiar en ti? El pobre chiquillo ya ha sufrido bastante.—El corazón de SeokJin se posó en su garganta. Rápidamente sacó una tarjeta y se la entregó. —Soy dueño de la cadena hotelera SpringDay.
Soy un viejo amigo de YoonGi y de verdad estoy preocupado por su estado.—El hombre leyó la tarjeta en sus manos. —Si me entero que le has puesto un solo dedo encima, yo mismo voy a asesinarte. Bastante ha tenido ya con los hombres de Jackson como para que ahora vengas tú también
a querer arruinarle la vida.—SeokJin arrugó el ceño. —¿Quién es Jackson?—Preguntó sin querer parecer muy desesperado por respuestas. —Es el que suministra drogas a esta zona y quien hace préstamos. Él y su amigo cometieron el error de pedirle algo de dinero prestado cuando
se enteraron de la enfermedad de YoonGi. Pero al no tener los ingresos suficientes para pagar, el otro chico, HoSeok. Se ofreció como voluntario para pagar trabajando para él.—Buscaba un trozo de papel para escribir la dirección.—No dejó que YoonGi fuera también. Así que el
chiquillo tiene tres empleos para pagar los recibos y la deuda interminable que tienen con Jackson.—Le entregó el trozo de papel y SeokJin lo aceptó con manos temblorosas. —¿Es por eso que se muda constantemente?—El mayor asintió con pena. —Ya una vez lo atraparon cuando no
recolectaron lo que debían y desde entonces no volvió a ser el mismo.—SeokJin apretó los dientes. —Muchas gracias por todo.—El hombre asintió y después cerró la puerta. ¿Qué le habían hecho a YoonGi?
Después de haberse mudado YoonGi había ido por su indemnización. Por suerte le quedó algo de dinero en lo que encontraba otro empleo. Y quizás ya lo hubiera encontrado si no fuese porque ya tenía dos días que los mareos no lo dejaban estar de pie. Ya se había caído una vez.
Le había dado algo de dinero a uno de los chicos que estaban afuera para que le comprara algo de pan. Tenía que comer algo. Se sentó en el borde de la cama sintiendo que las náuseas volvían a atacarle cuando tocaron su puerta. Seguro el niño había regresado con su pan.
Pero al abrir la puerta se encontró con SeokJin enfundado en un costoso traje y el cabello hecho. YoonGi intentó cerrar la puerta en su cara pero su debilidad no permitió que SeokJin evitara eso. —YoonGi, vámonos de aquí.—Demando SeokJin al ver aquel lugar.
Había humedad en los muros. La pintura se estaba cayendo, los muebles estaban muy gastados y el pálido se veía enfermo. —No te necesito SeokJin. Prefiero morir antes que tener algo tuyo. Lo que me recuerda...—SeokJin arrugó el entrecejo al ver como el pálido iba a la mesita de
noche y sacaba un sobre blanco. Regreso a donde SeokJin esperaba. Y se lo tendió, éste lo tomó dudoso y cuando abrió el sobre levantó la vista a donde YoonGi estaba. —¿Qué es esto?—YoonGi se acomodó mejor en las muletas. —Es lo que puede darte por ahora. Sé que es poco pero es
todo el adelanto que puedo darte. Es la cuenta del hospital.—SeokJin apretó el sobre en su mano arrugándolo. —Muy bien. Si así lo quieres.—Metió el sobre a su bolsillo y dio media vuelta alejándose de ahí. YoonGi cerró la puerta suspirando.
Una hora después YoonGi se encontraba comiendo un trozo de pan cuando nuevamente tocaron su puerta. Gimiendo se levanto de la cama y tomó las muletas. Los mareos habían regresado de nuevo. Frente a él había un hombre en jeans y sudadera. —¿Min YoonGi?—Lo habían encontrado.
YoonGi retrocedió por inercia. Acababa de darle todo su dinero a SeokJin, su cuerpo tembló al recordar la última vez. —Muy bien ¡Es aquí!—Gritó el hombre. Más pasos de escucharon. La respiración de YoonGi se desacompaso... los pasos se acercaban.
Los hombres eentraron y empezaron a meter cajas en las que metían las cosas de YoonGi. Este veía a todos lados y por la puerta entró SeokJin de nuevo. Se había quitado el saco. —Entonces será por las malas.—Se encogió de hombros y se acercó a YoonGi quien amenazaba con golpearlo
con una de sus muletas. Pero como apenas y se sostenía él SeokJin no se detuvo. De un jalón le quitó ambas muletas y se las tendió a uno de los chicos que se encargaban de empacar sus cosas. Tomó el delgado cuerpo del pálido y se lo echó al hombro con cuidado.
—Déjame, no quiero ir contigo. Suéltame.—El pálido se removía en el hombro de SeokJin y éste le palmeó el trasero. —Quédate quieto—YoonGi abrió los ojos muy grandes y se dejó hacer. SeokJin abrió la puerta trasera de su camioneta y lo metió con cuidado abrochándole el cinturón.
YoonGi hubiese querido dar más guerra pero realmente se sentía débil. Se recargó un poco en el respaldo sin decir nada y de pronto estuvo dormido. SeokJin viéndolo por el retrovisor suspiró cansado pero un sentimiento de satisfacción se instaló en su pecho. De pronto, ya había
dado cuatro vueltas a la misma manzana. Pues el pálido estaba plácidamente dormido y parecía no haber descansado en mucho tiempo. Entre semáforo y semáforo veía el cuerpo del pálido intentando averiguar que era lo que habían hecho los hombres de Jackson. Pero no encontraba nada.
Aún estaba esperando el expediente de HoSeok. A decir verdad estaba algo preocupado. Cuando estaba por la decima vuelta el pálido se removió y SeokJin supo que era hora de realmente ir a casa a que el palido descansara. Le hablaría a su médico particular para que lo revisara.
Cuando aparco su auto fuera de su mansión y rodeo el auto para sacar a YoonGi, recordó que sus muletas habían quedado en el apartamento del chico. Suspirando en derrota supo que tendría que cargarlo de nuevo. —Ven aquí chico grande.—Hablo SeokJin intentando tomar al pálido.
—¡Puedo demandarte por secuestro, robo y allanamiento!—Habló el rubio acostándose en el sillón trasero para hacer más difícil la tarea al castaño. —Hazlo.—Fue la escueta respuesta del castaño antes de tomar su pie sano y sacarlo lo suficiente como para tomarlo en brazos.
Metió al pálido en una de las habitaciones de invitados. Y una señora de edad salió del baño. Cuando vio el delgado cuerpo del pálido en sus brazos corrió hasta él. —¡Pero mira lo delgado que estás!—Suspiró.—Voy a hacerte muchas galletas, amor.—La mujercita acaricio el cabello
de YoonGi y éste se encogió en brazos de SeokJin. —Señora Kim...—La mujer le dirigió una mirada furibunda. —¿Desde cuando soy la Señora Kim?—SeokJin tragó grueso. —SunHe...—Arreglo. —Así estamos mejor.—La mujer sonrió y SeokJin colocó al pálido en la cama.
—Sé que ya haces mucho...—Empezó SeokJin.—Prometo pagarte el doble si vigilas a YoonGi las 24 horas del día.—La mujer le dio una mirada que no entendió. —Lleva tu trasero forrado en billetes a otro lado. YoonGi y yo no te queremos aquí. Le voy a dar un rico baño y después
comeremos mucho ¿A qué si?—Le pregunto al rubio. Y SeokJin se quedó en silencio cuando una leve sonrisa apareció en los labios de YoonGi. —Bien, cualquier cosa me llamas.—Se acercó a besar a la mujer pero está lo detuvo. —Me has ofendido al ofrecerme más dinero. No te permito
que me beses ¡Seria darte un premio! Y dios no quiera que seas mas malcriado de lo que ya eres.—SeokJin se carcajeo levemente. —Nos vemos en la cena entonces.—Hablo para ambos y salió de casa. SunHe se giró a ver a YoonGi con una sonrisa.
Cuando SeokJin llegó a casa por la noche la casa estaba en un silencio total. Esto le extraño ya que SunHe solía estar preparando la cena para cuando el llegaba. Dejó su maletín en el perchero y subió las escaleras para dirigirse a la habitación de YoonGi.
Cuando estaba por tocar la puerta escuchó risas provenientes de la habitación. Se maravilló de lo clara que era la de YoonGi a sus oídos, así que pegó su oreja a la puerta. No era entendible nada de lo que hablaban pero cuando se carcajeaban si. Su corazón se sintió en
paz al saber que YoonGi estaba en buenas manos mientras él no podía cuidarlo. Aclaró su garganta y tocó la puerta. Las risas rápidamente cesaron y unos segundos después SunHe abrió la puerta. Aunque su cara era seria no era una cara molesta.
—Eres un genio.—Fue lo que salió de la boca de la mujer antes de dejar que el castaño pasara a la habitación de YoonGi. —¿Ahora qué hice?—Preguntó sentándose en uno de los sofás de la habitación. —¿No has notado nada?—La mujer puso su mano en su cadera apoyándose en una pierna.
—¿Estás más delgada?—Tanteó SeokJin. La mujer bufo. —¡Te has llevado la ropa del niño y no le has comprado nada!—Entonces sus ojos cayeron en YoonGi. Estaba sentado en la cama con almohadas en su espalda. Llevaba una de sus pijamada de seda. Su favorita y le habían roto la
parte de la pierna enyesada. —¡SunHe!—Gimió SeokJin al ver aquello.—¿Por qué mi pijama favorita?—Señaló la parte rota. La mujer le dio una fuerte palmada en el hombro. —Eso te enseñará a que no siempre puedes tener todo sin consecuencias.—SeokJin iba a seguir quejándose.
Pero vio que YoonGi mordía su labio inferior para no reírse. Su cabello estaba un poco húmedo y cubría sus ojos, pero aún así podía ver que estos brillaban más que antes. Era increíble lo que SunHe podía hacer.
Pronto dos semanas habían pasado. YoonGi siempre cenaba antes que él pero SunHe le hacía un reporte diario durante la cena. La mujer había hecho que SeokJin le diera una tarjeta para encargarse de los gastos de YoonGi. También tenían un chofer para cuando querían salir.
Y SeokJin sonreía al ver las facturas de la tarjeta. En su mayoría compraban dulces o ingredientes para postres. Al parecer a YoonGi le gustaban mucho y SunHe que amaba la repostería estaba encantada con el rubio. Pero entonces el reporte de Jung HoSeok llegó.
—¿Estás seguro SeokJin?—Preguntaba una preocupada SunHe. —TaeHyung nunca se equivoca en sus informes ¿Cómo voy a decirle esto? No puedo SunHe, él.. ha avanzado tanto y está tan saludable ahora. Recibir esta noticia lo va a hundir de nuevo.—SeokJin peinaba su cabello hacia atrás.
—Entiendo que quieres proteger al niño. Yo también lo quiero.—A SeokJin no le pasó desapercibido el noto de SunHe, como si supiera algo que él ignoraba.—Pero debe saberlo SeokJin. Me dijiste que el chico, HoSeok era como su única familia.—SeokJin suspiró frustrado.
—¿Qué le pasó a Seokie?—El corazón de ambos se detuvo cuando giraron y en el umbral estaba YoonGi de pie con las muletas. Había ganado peso y sus ojeras habían desaparecido. Su cabello brillaba y se veía más fuerte. —YoonGi...—Dijo sin aliento SeokJin sin saber porque.
—Cariño, hay galletas con chispas de chocolate. Tus favoritas.—La mujer se dirigió a él y lo ayudó a sentarse en una de las altas sillas del desayunador mientras iba a la alacena y sacaba galletas. Puso algunas en una bandeja y sirvió leche en un vaso. Puso todo frente al pálido.
—No, quiero saber que le pasó a Seokie.—Habló viendo a SeokJin quien sentía la vista del rubio quemarle el costado. Sacó el aire al saber que no podría persuadirlo. —Escucha...—Habló girándose para quedar frente a él. Dios, que ganas de acariciar su lechosa piel. Agitó la cabeza
para deshacerse de esos pensamientos y concentrarse.—Cuando recibí aquella llamada del hospital le hable a un detective para que investigara a HoSeok. Necesitaba saber porque los abandono.—YoonGi parpadeo un par de veces.—Sé lo del préstamo y todo eso YoonGi.—El pálido asintió—
Entonces hoy me ha llegado el informe y desde hace seis meses que no hay rastros de Jung HoSeok en ningún lado. Así que se presume... muerto.—SeokJin vio que el pálido no hacía ni decía nada. Se giró y sumergió una galleta en la leche para después comerla. —Eso es porque está
haciendo bien su trabajo—Habló mientras comía. SeokJin arrugó el entrecejo. —¿De que mierda hablas?—El pálido sacudió las migajas de su ropa. —Hace un año a HoSeok lo atrapó la DEA y por poco me dejaba solo. Pero hizo un trato. Es por eso que no puede tener contacto conmigo de
ninguna manera y es por eso que me he estado encargando de los pagos. Seokie está bien.—El pálido sonó seguro.—Lo sé porque el Señor Yoo me llamó para avisarme que llegó un nuevo paquete a su casa. Nunca tienen dirección y las cartas nunca tienen firma. Pero siempre hay un
cascabel en los paquetes. HoSeok compró un sonajero con pequeños cascabeles para el bebé.—SunHe rodeo el desayunado y abrazó al pálido. Pues éste le había contado toda la historia a SunHe. Incluso lo de los hombres de Jackson.
—TaeHyung nunca se equivoca.—Habló seguro SeokJin. —La DEA no lo dejaría tan fácil.—YoonGi se encogió de hombros. Bajó con cuidado de la silla siendo nuevamente ayudado por SunHe y se encaminó a las escaleras. —¿Qué clase de padre hace eso?—YoonGi se detuvo y lo vio sobre su
hombro sin entender.—¿Qué clase de padre deja a su pareja embarazado por su cuenta?—El alma de YoonGi cayó a sus pies. —Tú... ¿Tu crees que HoSeok era el padre?—SeokJin ladeó la cabeza. —Sino ¿Quién?—YoonGi empezó a reírse sin humor y SunHe lo veía horrorizada.
—De verdad SeokJin. Eres algo...—YoonGi lo vio con tristeza.—HoSeok estaba enamorado de JiMin, cuando murió dos días después de mis padres no soporto quedarse ahí y después de como me habías tratado, yo tampoco. HoSeok nunca me puso una mano encima de la manera en que tú crees.
El bebé era tuyo y fue por eso que te buscaba aquel día en que me hiciste sentirme usado. Aunque en realidad así fue todo. Solo tomaste lo que querías y ya está...—SeokJin no podía respirar. —Estas mintiendo...—Dijo sin aliento. —Cree lo que quieras SeokJin. En cuatro semanas
seré libre del yeso y de ti. No me importa si me crees o no. No necesito que lo hagas.—Y sin más salió de la cocina a paso lento. SeokJin giró a ver a SunHe quien con mucha tristeza negó para después salir de la cocina dejándole completamente solo.
Ese día SeokJin no pudo dormir. Dios. Que tonto había sido ¿Por qué no escuchó lo que YoonGi tenía para decirle aquel día? En este momento estaría posiblemente recostado en la misma cama que él acariciando su abultado abdomen por un bebé... su bebé. Su corazón se encogió al
darse cuenta de que su vida podría haber sido muy buena en ese momento. En que el hecho de que podría haber tenido un hijo. Su primer hijo con la persona que amaba y lo había arruinado todo por habladurías. Esa noche solo se dedicó a llorarle a lo que no podría tener de nuevo.
Las cuatro semanas pasaron como agua entre los dedos. YoonGi tenía cita con el médico ese día para retirarle el yeso. Le sacarían pruebas de sangre para ver cómo iba su anemia y otras cosas. SeokJin tenía cada vez más trabajo y agradecía eso pues lo hacía mantener su mente
ocupada. Para cuando llegaba por la madrugada a casa estaba tan cansado que apenas se duchaba caía como peso muerto en la cama. Dormía algunas horas y muy temprano despertaba de nuevo para ducharse y regresar al trabajo. Y fue por eso que no recordó la fecha.
—¡Vamos SunHe, por favor!—Rogaba YoonGi como un niño.—¡Vamos a comprar helado al parque para celebrar!—Aplaudió. —No creo que sea buena idea, Gigi. El clima empieza a cambiar y aún estás débil.—SunHe sonaba inflexible. —Por favor...—El rubio hizo un puchero ladeando la cabeza.
—Ahora entiendo porque SeokJin se exaspera tanto contigo... anda, vamos al parque.—El pálido sonrió aplaudiendo. Y tal como había dicho SunHe. Poco después de comerse dos helados el fresco viento lo hizo estornudar. Cuando SunHe tocó su frente se dio cuenta que el chico tenía
fiebre. Lo hizo ponerse de pie rápidamente y le hablo al chofer para que los recogiera. Cuando ya habían pasado dos horas y la fiebre no bajaba. Supo que era momento de hablar a SeokJin. Así que suspirado levantó el teléfono y espero respuesta.
SeokJin entró a casa como un remolino. Se llevaba todo a su paso sin importarle nada realmente. Aventó el maletín y subió corriendo las escaleras. Cuando entró a la habitación se encontró con una SunHe preocupada y a un YoonGi temblando. —¿Qué fue lo qué pasó?—Preguntó caminando
hasta estar al lado de YoonGi. Se hincó a su lado y tomó la caliente mano del chico. —Gigi estaba muy feliz porque le habían quitado el yeso y quería ir al parque por helado para celebrar. Le dije que no porque estaba fresco pero ya sabes que es como un pequeño gatito que
obtiene lo que quiere. Lo siento mucho, SeokJin.—Se puso de pie y besó la frente de SunHe. —Estará bien, ya lo verás. ¿Puedes hacer algo de sopa? Intentaré hacerlo comer.—SunHe salió de la habitación y SeokJin se giró de nuevo hacia donde el rubio cabello de YoonGi se le pegaba
a la frente.—Deja de preocupar a SunHe, Yoonie.—Acercó una silla y se quedó ahí a su lado. Un movimiento en la cama lo despertó. Vio el reloj en su celular. 3:04am. —Jinnie...—La voz de YoonGi fue un susurro.
—Aquí estoy.—SeokJin se acercó a YoonGi quien lo veía con ojos adormilados. —No me dejes, Jinnie.—El pálido hizo un puchero y lágrimas bajaban por sus costados.—Por favor no me dejes.—El corazón de SeokJin de encogió al ver al pálido. Se sentó en la orilla de la cama y le
acariciaba el cabello. —Tranquilo, estarás bien. Estoy aquí...—YoonGi se levantó un poco y se abrazó al pecho del mayor. SeokJin por un momento no supo que hacer. Así que continuó acariciando su cabello. —Jinnie...—El castaño agachó la cabeza para ver a los ojos a
YoonGi quien al verlo se estiró y besó sus labios cortamente. Se separó un poco para verlo y después los unió nuevamente. —Yoon...YoonGi... detente...—SeokJin intentaba alejarlo con cuidado. Pero para entonces YoonGi había subido a sus muslos sentándose en ellos con sus piernas
abiertas y dejándolas a los costados de SeokJin. —Por favor, Jinnie...—Y dicho eso movió su cadera frotándose con el miembro del mayor. SeokJin gimió bajo y tomó la pequeña cintura de YoonGi con ambas manos. El pálido lo tomó como un incentivo para besarlo de nuevo.
—Cariño, detente.—Le habló suavemente cuando logró separarlo un poco.—No hagas esto...—Entonces el menor se puso a llorar asustando a SeokJin. —¿Es por qué no cuide al bebé cierto? ¿No quieres estar conmigo por que no lo cuide?—SeokJin suspiró. —No es eso, Yoonie. No es eso.
Es solo que no sé si esto esta bien.—El pálido sorbió por su nariz y vio los ojos a SeokJin. A éste se le rompió el corazón al ver al pálido de aquella manera. Sin resistirlo seco las lágrimas de sus mejillas y dejó un beso en su frente. —Jinnie...—El llamado sonaba tan
lastimero que SeokJin sin pensarlo dos veces se inclinó para atrapar los delgados labios del pálido. Este pasó sus brazos por los hombros de SeokJin y acariciaba el cabello de su nuca. SeokJin rodeó la cintura del pálido con sus brazos atrayéndolo a su pecho.
Una mano de SeokJin se adentró al pijama de YoonGi buscando sus pezones. Mismos que acarició con suavidad haciendo que YoonGi arqueara su espalda y frotara sus pechos juntos sobre la ropa. YoonGi se alejó un poco y se sacó el pantalón con sus bóxers quedando solo con el suéter.
Se acercó a SeokJin y jaló la playera que llevaba puesta para sacarla y poder ver otra vez su pecho desnudo. Con su palma abierta acarició desde los pectorales bajando por sus abs hasta el inicio de sus jeans. Desabotonó estos y los jalaba con trabajo hacia abajo. SeokJin al
entender se puso de pie y se sacó toda la ropa quedando desnudo frente al pálido que suspiró paseando si vista por su cuerpo deteniéndose en su duro miembro. Gateando se acercó a la orilla de la cama y lamió sus labios antes de chupar el pene de SeokJin quien gimió tomando el
rubio cabello en sus manos. YoonGi lamia y degustaba como si de un caramelo se tratase. Si seguían más tiempo así SeokJin no podría resistir mucho. Así que separó al rubio de su miembro y se agachó para besarlo con hambre nuevamente en los labios probándose a sí mismo.
Fue recostando suavemente el delgado cuerpo sobre la cama. Desabotonó el suéter y lo abrió sin quitárselo dejando a la vista el cuerpo desnudo de YoonGi quien acarició su propio cuerpo desde un muslo atravesando su abdomen y pecho hasta llegar a su hombro. Todo sin dejar de ver a
SeokJin. Éste besó cada centímetro de piel expuesto sacándole suspiros, gemidos y súplicas porque lo tomara. SeokJin se sentó en la cama pegando su espalda a la cabecera. Estiro una mano a YoonGi quien se levantó y acomodó con las piernas abiertas sobre el pene de SeokJin.
Con su mano lo alineó a su entrada y lentamente fue descendiendo hasta haberlo tomado todo. Descanso su frente en el hombro de SeokJin mientras respiraba pesadamente. El castaño aprovechó para dejar besos húmedos en el otro hombro del pálido.
Lentamente el menor empezó a subir y bajar sus caderas sobre el miembro de SeokJin sacándole gemidos a ambos. YoonGi arañaba los brazos de SeokJin y mordía su hombro. Hacia tanto tiempo que deseaba estar así con SeokJin. Por su parte el mayor acariciaba los blanquecinos muslos
de YoonGi o lo ayudaba a moverse tomando su cadera con sus manos. No podía dejar de gemir y besar aquellos labios rosados. Supo cuando YoonGi estaba cerca porque le mordió con fuerza el hombro mientras gemía sin inhibiciones. El mayor siguió moviendo las caderas del menor hasta
que se liberó. Ambos estaban sudados y con las respiraciones erráticas. Con suavidad SeokJin salió de él y lo recostó. YoonGi le dirigió una sonrisa cansada. El mayor fue al baño y humedeció una toalla. Tomó otra pijama limpia y fue a donde él pálido estaba medio dormido
esperándolo. Dejó la pijama limpia en una silla y con la toalla empezó a limpiar el cuerpo de YoonGi quien soltaba risitas adormiladas. Una vez limpio lo jalo suavemente de los brazos y le saco el suéter. Colocó una mano en su espalda para mantenerlo ahí pero sintió algo que
le hizo subirse a la cama sin soltar al rubio. Cuando vio su espalda sus ojos se agrandaron. La pálida espalda de YoonGi estaba llena de cicatrices. Eran como muchas cortadas que atravesaban la espalda completa. Había una que se notaba más que las otras. Posiblemente había sido
la herida más profunda. —Yoonie ¿Quién te hizo esto?—YoonGi parpadeo un par de veces e intento ver su espalda. —Te lo dije antes. Los hombres de Jackson.—La respiración de SeokJin era errática pero no por la misma razón de hacía un momento.—Cuando no les pagamos me buscaron
primero intentaron abusar de mí, pero les dije que estaba embarazado. Ellos sintieron asco ¿recuerdas?—SeokJin arrugó su entrecejo.—Entonces tomaron un látigo y se turnaron. Pero ya no duele.—Inclinó su cabeza y la pegó al brazo del castaño que estaba digiriendo aquello.
SeokJin le vistió con mucha suavidad. YoonGi seguía riéndose y balbuceando cosas. Lo acomodó en la cama y beso su frente. Antes de que se alejara YoonGi tomó su mano. Y lo vio con ojos entrecerrados. —Me gusta como eres aquí.—SeokJin lo vio sin entender.—En mis sueños siempre
eres una persona buena. Esos son sueños bonitos. Me gustaría soñar siempre con algo así.—Dejo caer la mano del castaño y la colocó bajo su almohada cerrando los ojos. —¿Crees que esto es un sueño?—Preguntó sin aliento SeokJin. —Sí. Nunca harías el amor conmigo en la vida real.
SeokJin se quedo pasmado al escuchar aquellas palabras. Acababa de hacerle el amor a YoonGi y él creía que había sido un sueño... Lo peor de todo era que acababa de darse cuenta que se vino dentro de YoonGi y no habían usado protección. —Tienes que estar jodidamente bromeando.
YoonGi despertó sintiendo el cuerpo adolorido. Pero rápidamente lo conectó con la fiebre. Se estiro en la cama y con una sonrisa vio por la ventana. Sacó el edredón de su cuerpo y sacó las piernas de la cama para colocarse sus pantuflas e ir a la cocina. Tenía mucha hambre.
Cuando se puso de pie sintió un tirón en el vientre bajo. No le tomó mucha importancia y bajó corriendo mientras sonreía para ver a SunHe. —¡SunHe! ¡SunHe! ¿Qué vamos a desayunar?—SunHe al verlo sonrió y fue a donde él pálido para abrazarlo y peinar su cabello.
—¿Estás bien?—El palido asintió abrazando a la mujer. Lo cual fue bueno pues así no vio el rostro atormentado de la mujer. SeokJin había hablado con ella antes de irse a la empresa. SunHe lo sabía.
—Lo estoy.—El pálido se sentó en una de las altas sillas del desayunador.—Aunque tuve un sueño un poco extraño..—Su tono de voz fue bajando y sus mejillas se sonrojaron. —¿Qué soñaste?—Preguntó fingiendo desinterés SunHe mientras en una tapita colocaba las pastillas frente a él.
—Ugh, odio las vitaminas y todo eso...—Habló el pálido arrugando su nariz. Mientras tomaba las pastilllas y bebía agua.—En cuanto al sueño... fue algo muy explícito con Jin...—Bajó su mirada jugando con el vaso en sus manos. —¿A si?—YoonGi asintió con las mejillas rojas.
—Cariño, sobre este sueño ¿Qué tal si fuera realidad?—YoonGi mordió su labio inferior y sus ojos perdieron brillo. —No se puede, SunHe. SeokJin no me quiere así. Sería lo mismo que cuando quede embarazado.—Se encogió abrazándose a sí mismo. —Mi vida...—SunHe lo abrazó.
—SunHe tengo mucha hambre.—Se quejó el rubio. SunHe se rió y dejó un sonoro beso en la mejilla del pálido mientras preparaba algo de de desayunar para el pequeño. Coloco un plato de fruta, algunos huevos, jugo de naranja y un café frente al pálido.
—Cariño, debo hablarle a SeokJin. Espera aquí.—El pálido asintió extrañado y SunHe salió de la cocina. Cuarenta minutos después la puerta principal se abrió y un SeokJin en traje apareció frente a YoonGi. Era extraño verlo después de tanto tiempo.
—Tenemos que hablar.—Fue lo primero que salió de los gruesos labios del mayor. Las mejillas del menor se sonrojaron al recordar su sueño. —Oh, bien.—Entrelazo sus dedos y mordió su labia inferior nervioso.
—Vamos a la sala.—Tomó la mano del pálido y éste se dejó hacer. Cuando estaban ahí sentó a YoonGi, se hincó frente a él y tomó sus manos.—Ayer te enfermaste cuando estabas con SunHe, ella te estaba cuidando primero pero estaba cansada y me quede yo.—El mayor humedeció sus labios.
—Despertaste por la madrugada y creí que estaba bien, juro que creí que estabas en tus cinco sentidos, por eso no me detuve...—Los ojos de YoonGi se abrieron enormemente y sostuvo la respiración.—No nos cuidamos...—Y eso bastó para que YoonGi empezará a llorar.
—No, no. No llores, Yoonie no llores.—SeokJin se puso de pie y abrazó al pálido que se aferraba a su camisa. —No quiero, SeokJin no quiero otra vez...—El mayor se maldijo en silencio por su descuido.
—Dios, lo siento mucho Yoonie. Debía haberme dado cuenta.—Besaba su cabello.—Todo estará bien, amor. Por favor no llores.—SeokJin lo abrazó más fuerte. —¿Y que si de nuevo lo pierdo?—La voz del pálido sonaba rota. —No voy a dejar que eso pase, te lo prometo.—SeokJin ahuecó la
cara del pálido en sus manos. La nariz del pálido estaba roja. Besó su frente y dejó sus labios ahí un rato. YoonGi se aferró más a la camisa de SeokJin. —Te odio...—Hablo en un susurro YoonGi. —Lo sé.—SeokJin sonrió.
SeokJin se encontraba sentado en el sofá con YoonGi en sus muslos. Éste tenía la cabeza recargada en uno de sus hombros mientras SeokJin acariciaba su espalda con una mano y la otra la dejó en la cadera del rubio. Después de mucho llanto había logrado calmar a YoonGi.
—Quiero irme de aquí.—Rompió el silencio el rubio. —No puedes.—SeokJin pensó en cuáles podrían ser las palabras correctas.—Aún no sabemos si estás embarazado y aunque no fuera así. No tienes dinero ni un hogar. Tampoco tienes empleo.—YoonGi hizo un puchero ante eso.
—Puedo buscar empleo y un apartamento nuevo.—SeokJin de verdad quería darle la libertad que él pálido pedía. Pero sabía que estaría descuidando su salud de nuevo. —Si te vas tu anemia regresará y volverás a dormir muy mal...—YoonGi se removió.—Hagamos esto...—Movió al pálido
para que lo viera a los ojos. Te ayudaré a buscar un buen empleo y un buen apartamento. Pagaré la renta del apartamento y así podrás juntar dinero de tu empleo para cuando el adelanto expire.—YoonGi pareció pensarlo. —¿Puedo irme entonces?—SeokJin quería gritarle que no y
encerrarlo en su habitación. Pero sabía que YoonGi necesitaba sentirse un poco independiente por ahora. Claramente le hablaría a TaeHyung para que pusiera a alguien que lo vigilara las 24 horas del día. También le pediría a SunHe que hiciera comida para él y le visitará.
—Si eso es lo que quieres... pero solo si yo apruebo tu empleo y tu nuevo hogar.—Una sonrisa enorme apareció en los delgados labios del pálido. Abrazó a SeokJin a causa de su emoción. —Gracias.—Cuando se separó le dio un suave beso en la mejilla y se bajó de su regazo para
correr a buscar a SunHe y contarle que podría tener un empleo y que encontraría un nuevo hogar. A pesar de toda aquella felicidad, YoonGi sentía un pequeño hueco al irse de aquel lugar en el que vivió por dos meses.
Dos días después SeokJin tenía una carpeta con fotografías de apartamentos que el consideraba calificados para el pequeño pálido. Hoy regresaría temprano a casa. Últimamente dejaba de tomar tanto trabajo y aceptaba la ayuda que le ofrecían, así podía ir más temprano a casa para
pasar tiempo con YoonGi. Habían hablado sobre todo y habían hecho acuerdos. SeokJin se disculpó por todos sus errores y aunque con algo de resentimientos el pálido aceptó sus disculpas. —Nos vemos mañana, Jennie.—La chica se despidió con una sonrisa y agitando la mano. El humor
de SeokJin había cambiado este último tiempo y aunque hubo días en los que hasta era imposible respirar en el mismo lugar que él, la mayor parte estaba muy feliz. Cualquiera que fuese la causa de aquello, a todos en la empresa les agradaba pues SeokJin no era un mal jefe. Pero
era demasiado duro y estricto a veces. El castaño entró a su camioneta y dejó la carpeta en el lado del pasajero, abrochó su cinturón y la encendió para ir a casa. En el camino, pensó que quizás algo de comida chatarra no le haría mal al pálido. Pues SunHe lo cuidaba muy bien.
Compro algunas hamburguesas y con una sonrisa se dirigió a casa. Cuando llego se encontró con el pálido en un pijama que por alguna razón le quedaba enorme. Sus pies estaban descalzos y tenía algo de harina en el cabello y chocolate en la cara. Estaba muy concentrado
poniendo crema en los cupcakes mientras SunHe le platicaba cosas de su juventud. —¿Están terminados?—Preguntó SeokJin haciendo saltar al pálido de un susto. Después de ver la crema del cupcake que decoraba el pálido volteo a verlo molesto. —El feo es tuyo. Ha sido tu culpa que
se haya arruinado.—SeokJin se hizo el ofendido colocando una mano en su pecho. —Y yo que traje hamburguesas para la cena.—Los ojos de YoonGi se iluminaron, pero antes de decir algo giró a ver a SunHe como si le pidiera permiso, esta sonriendo asintió.
El pálido corrió a donde SeokJin se encontraba y tomó la bolsa de papel mientras corría a sentarse dejando olvidada la crema de los cupcakes. —¿Cual es la mía?—Pregunto viendo tres cañas. —La que tiene etiqueta azul. La pedí con extra queso.—YoonGi puso una cara de felicidad
tal cual niño de cuatro años en una juguetería. El rostro del mayor se iluminó al ver la felicidad en un saludable YoonGi. En cambio SunHe que veía todo solo suspiró con tristeza. Esos dos cabezas duras.
—Bien.—Habló el mayor aplaudiendo ya que habían terminado de limpiar todo. Incluso el desastre de los cupcakes. Al final YoonGi le ha dado uno que tenía pétalos de flores dibujadas.—He conseguido información de apartamentos que tienen ni aprobación para que vallas a vivir ahí.—El
pálido sonrió asintiendo. Tomó la carpeta que SeokJin le entregó y en cuanto vio la primera hoja sus cejas se enarcaron. —¿Qué clase de trabajo crees que tendré como para poder pagar esta renta?—Habló viendo al castaño, este sonrió con Inocencia. —Puedo comprarlo para ti, me lo
puedo permitir. Por favor acepta que te compre un apartamento. Así tendrás que preocuparte sólo de los recibos.—YoonGi mordió su labio inferior y arrugó su frente. La oferta sonaba muy tentadora, pero no quería que el mayor gastara en él.
—SeokJin, no puedo. Es tu dinero...—SeokJin sonrió. —Acabas de rechazarlo diciendo no puedo en lugar de no quiero.—Las mejillas del pálido se tiñeron de rojo.—Anda YoonGi. Escoge uno y lo conseguiré para ti.—El pálido no muy seguro empezó a hojear.
SeokJin veía como el pálido estudiaba con atención cada informe. Había uno que cuando el castaño lo vio sabía que YoonGi se enamoraría de él. —¡Oh, Jin!—El pálido puso frente a él las imágenes del apartamento que esperaba. Sonriendo lo tomó entre sus manos y miró al pálido.—Solo
míralo. Es precioso ¿ya viste todas las plantas que tiene? No es muy caro y prometo pagártelo poco a poco ¡Jinnie! ¿Puedo tenerlo por favor?—El pálido lo veía con mucha ilusión sin ser consiente que el corazón del mayor iba a toda marcha por el hecho de haber escuchado su apodo.
—Claro...—Respondió quedadamente después de forzarse a salir de su trance. —Prometo pagártelo poco a poco.—prometió el pálido para volver a ver las fotografías de éste y la información. La verdad es que el lugar era pequeño. Consistía en una pequeña sala donde había
un sofá y alguna silla además de la mesa y un librero. Un pequeño comedor para cuatro personas y una cocina con todo lo necesario, el desayunador daba a la entrada principal. Dos habitaciones donde había camas matrimoniales, mesitas de noche y escritorios. El baño tenía lo
necesario y lo compartían ambas habitaciones. Pero lo que realmente enamoro a YoonGi, fue que en la sala había muchas plantas y de esta pasabas a una clase de cuarto de lectura pequeñísimo por las plantas que había ahí. Solo había dos sofás y una mesita. El pasillo era diminuto
pero tenía grandes ventanales que daban a la ciudad y de éste podías salir a un pequeño balcón que también tenía plantas. SeokJin miró a SunHe quien al verlo negó con tristeza. Se puso de pie y los dejó solos. Sabía que SunHe no estaba de acuerdo con la partida de YoonGi.
—Era la última.—Informó el de mudanzas. Dejando una caja en el comedor. No había mucho que llevar. La mayoría de las cosas eran pequeños adornos o libros que SeokJin se había tomado la libertad de comprar. —Te deje muchos recipientes con comida congelada en el refrigerador y en
el pizarron que está pegado ahí hay horarios y nombre de tus vitaminas y otros suplementos. También apunté mi número de teléfono en la libreta, puedes llamarme cuando quieras y puedes venir a casa siempre...—SunHe hablaba sin parar. YoonGi sonriendo se acercó a abrazarla.
—Puedes quedarte a vivir aquí conmigo.—Propuso de pronto.—Podrías dejar a SeokJin y venir conmigo.—El mayor los miró a ambos. —¿Vas a dejar que me muera de hambre?—Preguntó indignado. —Solo tomas la cena. El desayuno a veces.—El pálido se encogió de hombros riendo.
—Te compro un apartamento y me quieres quitar a mi compañera. Te estoy mimando demasiado.—Habló con falsa autoridad el mayor. —Al menos lo intente.—Suspiró viendo a SunHe.—Voy a visitarte mucho cuando salga de mi trabajo.—Prometió el pálido. —Eso espero. Sino tráere mi mejor
cazuela y voy a azotar tu pálido trasero desnudo con ella.—SeokJin soltó una carcajada al ver la cara de horror del pálido. —Puedes venir y quedarte en casa siempre que quieras, YoonGi. De igual manera SunHe vendrá a visitarte.—Informó SeokJin a lo que el pálido asintió.
Y aunque ninguno ahí quería. Se despidieron de manera forzada. Cuando se quedó solo el pálido fue al pequeño balcón y vio a SeokJin y SunHe salir del edificio... ahora estaba solo. —No lo pierdas de vista. No me importa si debes conseguir empleo en el mismo lugar que él. Quiero
que lo vigiles las 24 horas del día.—Ordenó SeokJin a la persona que TaeHyung le recomendó para el cuidado de YoonGi.—Quiero informes semanales de cualquier anomalía, personas al rededor sobre todo.—La persona al otro lado de la línea hizo un sonido de entendimiento y la llamada
terminó. —Si no lo hubieras dejado ir no tendrías que hacer esto.—Hablo SunHe. —Si no lo dejaba libre iba a empezar a marchitarse. YoonGi nunca ha sido un chico que le guste que hagan todo por él. Aún no me explico cómo accedió a que le comprara el apartamento.—SunHe lo veía
Con curiosidad.—YoonGi es un alma libre, SunHe. Aunque no lo aparentaba en casa empezaba a sentirse enjaulado. Que tuviera un empleo no sería suficiente para él. Necesita sentirse útil y saber que está haciendo todo bien por su cuenta.—SunHe suspiró. —Voy a extrañar mucho verlo
Correteando en pijama mientras ríe por la mañana.—La mujer vio por la ventana.—Ya extraño a Gigi...—Y sin querer se puso a llorar. SeokJin sonrió con tristeza. Pues el también extrañaría llegar y encontrar la casa con olor a postres, oler el shampoo del pálido por todos lados.
Ver cobros por ridículas cantidades de dulces en la tarjeta o ver al pálido dormir en la sala con la televisión prendida y alguna película de Disney en esta. —También lo extraño.—Acepto tomando la mano de la mujer y dándole un leve apretón
La primeras dos semanas pasaron sin problemas. SeokJin tenía algo de trabajo aunque no se cargaba con mucho como antes. YoonGi estaba muy feliz trabajando medio tiempo de mesero, en una cafetería y los sábados en una biblioteca. Parecía mucho trabajo pero no era así. Además
realmente disfrutaba hacerlo ahora que estaba muy saludable. SunHe le había visitado un par de veces para dejarle más comida. Lo cual agradecía, pues creía que nunca jamás podría seguir viviendo sin su comida. Lo que le preocupaba un poco, era que últimamente sentía náuseas por
la mañana. Intento no darle muchas vueltas pues aún estaba débil de la anemia y podría ser eso. SeokJin ya había recibido dos informes y sonreía al ver las fotografías que venían con este. El rubio se veía precioso. Se guardó una fotografía donde traía jeans, camisa de cuadros
azul y un gorro negro. Caminaba sin cuidado por ahí y la fotografía había capturado su esencia. Realmente le echaba de menos. —¿Debería visitarte?—Se preguntó a sí mismo el castaño acariciando las otras fotografías.
Pero los deseos del castaño se vieron aplazados pues había tenido problemas con los permisos de una de las construcciones del nuevo hotel en Nueva York y tendría que viajar de inmediato para arreglar eso. Lo que le preocupaba era que no sabía cuánto tiempo le tomaría aquello.
Una semana y media pasó en Nueva York y pronto esa semana y media se vio duplicada. No había tenido tiempo de llamar al encargado del cuidado de YoonGi. Solo podía esperar a que él pálido estuviera bien.
YoonGi había ido a hacerse un examen de sangre, estaba teniendo demasiado síntomas similares a la vez anterior. Esta vez no estaba nervioso o preocupado. Tenía un hogar y algo de dinero, además ahora sabía que podía confiar en SeokJin. Así que el resultado realmente no le
preocupaba. Cuando el médico le entregó los resultado con un positivo en mayúsculas el pálido sonrió y agradeció al médico por aquello. Quería decirle a SeokJin cuanto antes, aunque debía esperar pues el castaño seguía en Nueva York por trabajo y no era una noticia que le
gustaría dar por teléfono. Acarició su vientre con parsimonia, esta vez todo sería diferente. Suspirando fue a la parada de autobús, pronto empezaría su turno en la cafetería. Seguro SunHe se pondría muy feliz cuando de enterara esa tarde.
YoonGi llegó exhausto a casa. SunHe le había pedido que se quedara a dormir. Pero él quería aprovechar el domingo para limpiar las plantas y la casa. Ya que durante la semana laboral no tenía tiempo. Se descalzó y pensó en la fría ducha que se daría para dormir de una vez y
despertar temprano por la mañana. Pero pronto una mano tomó su boca y la otra su cintura. Todo el sueño abandonó su cuerpo y rápidamente llevó sus manos a la mano que cubría sus labios para quitarla. Era un hombre. Un hombre más grande que él. Y cuerpo tembló de anticipación.
—¿Nos extrañaste, gatito?—Era Alex, uno de los hombres de Jackson ¿Cómo habían dado con él? Y lo peor ¿Cómo había olvidado él su deuda? Sus cicatrices empezaron a picar como si tuvieran vida propia y supieran que pronto serían abiertas.
Se removió en los brazos de aquel hombre y aún en la oscuridad pudo ver la silueta de dos más. Dean y Jesse. Era por ese trío que su espalda le avergonzaba y estaban ahí. —Voy a quitar la mano de tu boca, pero si gritas, me encargaré de que nunca más emitas sonido alguno.—Habló
Alex en su oído.—¿Sabias que se pueden cortar las cuerdas vocales?—Preguntó pasando el filo de una navaja por su cuello mientras quitaba la mano de su boca. Las pálidas mejillas estaban húmedas, pero intentaba no hacer ruido para no molestarlos. —Tengo dinero.—Habló en un
tembloroso susurro. Alex lo empujó sin importarle lo que YoonGi decía y Dean lo atrapó lamiendo sus labios. —Veo que ahora estás libre.—Hablo posando una de sus manos en el ahora plano vientre del pálido.—¿Debería jugar contigo de buena manera?—Los ojos del pálido se abrieron.
—No, por favor.—Rogó jalándose un poco, aunque era imposible liberarse, aquellos hombres eran más grandes y musculosos que él. Estos rieron al ver la desesperacion del pálido porque lo soltaran. Jesse tomó los dos extremos de la camisa y la rompió dejando el torso del pálido
al descubierto. Mientras el pálido intentaba cubrir su cuerpo con sus brazos otro se encargo de desabotonar sus pantalones haciéndolos caer en sus tobillos. —¡No!—Gritó con fuerza el pálido. Un molesto Alex lo golpeó tan fuerte que lo hizo caer al suelo y golpear una mesita que
tenía un jarrón. Éste se rompió al instante causando estruendo. —Jodida zorra. Ya aprenderás a seguir las órdenes que se te dan.—El tecleo del código de seguridad llamó la atención de las personas ahí. Un alto castaño entró con un arma apuntándole al trío. —Aléjense de él
ahora mismo o les vuelo los sesos.—Fue la fría orden de JeonGguk. Los hombres levantaron las manos al reconocerlo. JeonGguk era un mercenario, de los mejores, solo que no se involucraba con todos y no aceptaba todos los empleos. —Jodida mierda.—Se quejó Dean al saber que
estaban acorralados. JeonGguk sin quitar los ojos del trío que permanecía inmóvil, tomó una manta de un sofá y se la dio al pálido quien rápidamente se cubrió por completo. —Los tengo. Pueden entrar.—Informó por un radio en su hombro. Rápidamente el lugar estuvo lleno de
policías. Uno de ellos, que llevaba capucha y lentes, tomó al pálido en brazos y lo llevó a la habitación. Una vez ahí un lloroso YoonGi se hacía bolita. El policía se sacó la capucha y los lentes, solo entonces cuando le vio el rostro YoonGi saltó a sus brazos y se aferró a su
cuerpo. HoSeok estaba ahí sonriéndole. —Perdón por haberme tardado tanto.—Hablo de manera ronca. —Me hiciste mucha falta.—El pálido lloro en su hombro. —Estoy aquí ahora.—Habló HoSeok.—¿Que pasó con el bebé?—Preguntó al sentir el plano abdomen de YoonGi. Éste simplemente negó
y lloro más aferrándose a HoSeok.—Pobre de ti cariño. Has estado solo con todo esto.—El castaño le abrazó más fuerte.—Esta bien, estoy aquí ahora.—Acariciaba su cabello de manera lenta y cariñosa.
Después de que HoSeok le colocó un pijama al pálido lo tomó en brazos diciéndole que debía llevarlo a un hospital para que lo revisaran después de que YoonGi entre lloriqueo y lloriqueo le dijera que estaba embarazado de nuevo.
Una vez que llegaron en una de las patrullas al hospital. HoSeok bajó rápidamente tomando al rubio en brazos una vez más y adentrándose al hospital. Rápidamente acercaron una camilla y lo llevaron a hacerle un chequeo. Mientras tanto él estaba en la sala de espera. Todo estaba
bien hasta que a la sala entró SeokJin algo despeinado, el traje mal colocado y sus ojos iban en todas direcciones. Sin pensárselo mucho se puso de pie, hizo girar a SeokJin y le plantó un puñetazo en la mandíbula haciendo caer hincado al chico. Los ojos de SeokJin se abrieron
al verlo. —Te mereces más por ser un hijo de puta.—Escupió el moreno. —¿Cómo está YoonGi?—Fue lo primero que preguntó al ponerse de pie. —¿Ahora si te importa?—Preguntó sin ocultar el odio que le tenía.—Cuando más te necesitaba le ofreciste ser tu puta.—SeokJin mordió sus
labios avergonzado.—No me agradas SeokJin. Ni un poco y no me creo el que seas diferente ahora, pero él sí y te juro por YoonGi, que es lo único bueno que tengo en mi vida, que si le haces daño me encargaré de hacer tu vida un jodido infierno.—Sin más él moreno tomó asiento.
—Familiares de Min YoonGi.—HoSeok se puso de pie rápidamente y SeokJin también. Solo que al conectar sus ojos con los de HoSeok se quedó donde estaba. —¿Cómo está él?—Preguntó en un susurro. —Todo está bien, quizás tenga algunos hematomas pero nada grave. El feto está muy bien.
—¿Puede irse a casa?—Preguntó rápidamente. —Por supuesto. Solo deje que hagan el papeleo. Puede ir con él. Está en una habitación.—El médico le señaló la puerta y HoSeok se adentró a esta. —Hola cariño.—Salido nada más entrar. YoonGi se veía mejor ahora. —Dicen que todo está
bien.—Le informó sonriendo. —Lo sé, acabo de hablar con el médico, pero YoonGi ¿Quieres contarme cómo pasó todo esto?—El pálido mordió su labio inferior y asintió empezando con el largo relato.
—No necesitamos la silla de ruedas, gracias.—Habló HoSeok amablemente a la enfermera.—Ven aquí.—Tomó el delgado cuerpo de YoonGi en sus brazos y la enfermera sostuvo la puerta abierta. Nada más verlos cruzar el umbral SeokJin se puso de pie y camino un poco. HoSeok lo veía como
un perro rabioso. Pero las caricias de YoonGi en su mejilla lo relajaron. —No te merece.—Habló en un susurro solo para el pálido. —Pero es a quien quiero...—YoonGi sonrió levemente.—Además debes ir a buscar a NamJoon.—Las mejillas del moreno se encendieron. —¿Por qué te cuento
mi vida amorosa si la vas a usar de esta manera en mi contra?—Suspiró de manera exagerada. YoonGi sonrió y le besó la mejilla. SeokJin no pudo evitar apretar los puños pero rápidamente se relajó y un miedo le invadió cuando el moreno se acercó a él viéndole con aquellos ojos
duros. —Recuerda nuestra plática.—Fue todo lo que le dijo antes de estirar su brazos para pasarle al pálido. SeokJin rápidamente lo tomó en brazos y lo pegó a él.—Te veo luego, amor.—Besó la frente del pálido antes de salir del hospital y entrar a la patrulla donde
NamJoon le esperaba. —¿Vamos por hamburguesas?—Preguntó tomando la mano de HoSeok para llevarla a sus labios y dejar un beso ahí. —No, vayamos a casa. Quiero tomar una ducha fría y dormir.—NamJoon sonrió dejando ver sus hoyuelos. —¿Solo dormir?—Preguntó con una ceja arqueada
el rubio. Las mejillas de HoSeok se encendieron nuevamente. —Estoy cansado, Namu.—Su voz fue un torpe y lindo susurro. —Siempre dices eso y al final quien termina exhausto después de la primera ronda soy yo.—HoSeok se cubrió la cara. —Deja de hablar de nuestra vida sexual de
manera tan libre.—Su voz sonaba amortiguada por las manos en su rostro. NamJoon carcajeó y posó una mano en la rodilla de HoSeok para después subirla de manera peligrosa por el interior de su muslo hasta llegar cerca de su pene. HoSeok suspiró. —Vamos a casa. Ahora.—Demandó.
El pálido se sujetaba fuerte de los hombros de SeokJin, aún si sabía que éste no lo dejaría caer. Bajo sus huesudas manos podía sentir lo tenso que estaba. Así que decidió hablar. —¿Podemos irá tú casa? HoSeok me dijo que mi apartamento está bajo custodia por ahora.—El mayor
salió de su transe. —Por supuesto, le hable hace poco a SunHe para avisarle que estabas bien.—YoonGi sonrió recostándose en su hombro. —Quiero galletas de SunHe.—SeokJin rió al escuchar eso. —Aunque parece dura no se la pasa más que llorando por los rincones diciendo que Gigi
sabía apreciar la buena comida, Gigi es bien portada y cosas como esas.—YoonGi sintió las mejillas calientes al escuchar a SeokJin llamándole Gigi. —También extraño que me mime.—Aceptó sonriendo. —Entonces vamos a casa, Yoonie.—YoonGi suspiró y se pegó más a él.
Después de haber comido algunas galletas que SunHe amablemente dejo para ellos con leche tibia. Ambos subieron a la habitación del mayor. SeokJin había alegado que era por si el rubio necesitaba algo en la noche y aunque YoonGi sabía que no era así acepto aquello.
Pues quería dormir sintiendo el calor del mayor. Aunque terminaron uno encima del otro y haciendo un desastre la cama. Esperaban que la pobre SunHe no los haya escuchado, pues YoonGi había sido bastante ruidoso.
El mayor de encontraba recostado en el colchón con el pequeño y delgado cuerpo de YoonGi sobre su pecho. Aunque su respiración era relajada sabía que no estaba dormido. —Jinnie... Hay algo que debo decirte.—YoonGi sabía que SeokJin había cambiado y esta vez no sería como la
anterior. Aún así, tenía que decirle del bebé y sentía nervios de cómo lo tomaría. El mayor hizo un sonido gutural para que continuara.—Hace días fui al hospital porque no me estaba sintiendo bien últimamente...—Eso basto para que el mayor lo bajara de su cuerpo y empezara a
inspeccionar el delgado cuerpo de YoonGi. —Sabía que no debía dejarte ir. Debí haberte encerrado aquel día. Y una mierda que saldrás de nuevo de esta casa. Voy a azotarte por irresponsable...—Decía rápidamente el mayor mientras YoonGi lo veía con los ojos enormemente abiertos.
—No, Jinnie no.—El pálido intentaba cubrir su desnudez y entonces SeokJin fue consciente de que lo había estado tocando por todos lados mientras ambos estaban desnudos y YoonGi era algo tímido. Solo mientras tenían relaciones se soltaba un poco. Tomó su camiseta blanca y se la
colocó al rubio. Le quedaba enorme pero se veía tan adorable y lindo que SeokJin no evitó dejar un beso en su labios. —¿Entonces qué pasa?—Preguntó el mayor acariciando la pálida mejilla. —Uh, pues que... uh, estoy... eh, estoy... embarazado.—No perdió de vista el rostro del
mayor. Este parpadeo un par de veces y después arrugó su entrecejo. —YoonGi yo...—Se rasco la nuca.—Si no quieres tenerlo, está bien.—El corazón de YoonGi cayo a sus pies. —SeokJin...
—Pero...—Le interrumpió.—Hay algo que quiero que veas antes.—Se colocó sus bóxers rápidamente e hizo salir al chico de su cama. Salieron de la habitación al pasillo y se dirigieron a la puerta contigua. SeokJin le dio una mirada antes de suspirar y abrir aquella puerta. Se hizo
a un lado y con una mano le indico al pálido que podía pasar. YoonGi con algo de miedo se adentró a la habitación y sus ojos se hicieron enormes. —Jinnie...—Dijo sin aliento.
La habitación era verde menta con dibujos de osos cafés claros. Había muebles blancos y una cuna con dosel en el centro. Había juguetes y peluches de muchos colores. Un pequeño librero con cuentos y una silla mecedora. El ropero estaba entreabierto y pudo ver que había
pequeños babero, biberones, sonajeros e incluso algo de ropa. —Sé que eres muy joven aún y quizás en tus planes no está el ser padre aun. No voy a obligarte a nada, Yoonie.—El mayor sonrió pero cuando YoonGi se giró y vio que tenía las mejillas mojadas y un puchero en sus labios
sus ojos se abrieron y se adentró a la habitación rápidamente a abrazarlo.—Ah, no. Yoonie, no llores. Por favor...—Aquello solo lo hizo llorar más. SeokJin empezó a preocuparse. No le gustaba que el pálido llorara.—Gigi...—Habló suavemente.—Lo siento no debí haber hecho esto. Es
solo que estaba tan emocionado con la idea de un pequeño pálido corriendo por la casa.—Sonrió inconscientemente.—Está bien, cariño. Podemos dejar los bebés para des... ¡Auch!—Se sobo el brazo. —No digas esas cosas frente al bebé.—Le regaño el pálido con la cara roja y los ojos
humedos mientras ponía su mano suavemente en su vientre. SeokJin lo vio sin entender.—Claro que quiero a este bebé, es solo que estaba asustado de que tú no y ver esto...—YoonGi vio la habitación—Fue como una declaración para mí.—Lo vio sonriendo y se estiro a besar su mandíbula.
SeokJin lo acercó más a su cuerpo mientras sonreía. —Espero que no te arrepientas.—Hablo el mayor. YoonGi soltó una risita y negó pegándose a su cuerpo. La mano del mayor bajaba peligrosamente por la espalda baja del pálido y éste le pegó en la mano. —¡Basta! Estamos en la
habitación del bebé.—Le regaño sonrojado. —¿Qué hay de la mía entonces?—Preguntó en su oreja. La cara de YoonGi se encendió. —Es-Está bien...—Aceptó en un susurro. SeokJin riendo le tomó en brazos y lo llevó a su habitación para hacerle el amor nuevamente.
✱ᴇʟ ғɪɴ✱ Gracias por leer esta historia. Lo errores corren por mi cuenta. Es solo que a veces estoy tan apresurada por actualizar que según yo reviso antes de publicar y hasta después me doy cuenta de ellos. Lo siento. Gracias por todo. All the love, x.
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