"Principito" Que el principe Min YoonGi hubiera llegado al mundo era todo un milagro y es que la señora Min tuvo muchas dificultades para salir embarazada. Pasó los nueve meses de gestación en cama y lamentablemente había perdido la vida durante el parto.

YoonGi a los dieciocho era un principe muy querido por su pueblo. Era amable y generoso. Pero también era débil y sensible. Su padre desde muy joven le había asignado guardaespaldas, actualmente lo era Kim TaeHyung. Era el hijo de su guardaespaldas real, así que confiaba en él.

TaeHyung era algunos años mayor que YoonGi pero aun así era muy cómodo cuidar del chico. Si bien el pequeño pálido a veces quería hacer cosas peligrosas, en las cuales terminaba cediendo, no eran algo más allá de escalar un árbol o nadar en el rio.

Pero las cosas cambiaron cuando TaeHyung empezó a notar como YoonGi se volvía más dócil con él. Entonces se dio cuenta de lo que pasaba. YoonGi gustaba de él. El chico se sonrojaba al hablar o se sentaba a su lado rozando sus hombros. Y lo peor es que le gustaba.

Le gustaba la suavidad con la que YoonGi hacía todo. Desde cortar una flor hasta para pasar las hojas de sus libros. Aunque ambos intentaron reprimir sus sentimientos al final terminaron escondiéndose en rincones para compartir algunos besos, tomarse de las manos y abrazarse.

Pero aquello no paso desapercibido para el rey y para sus allegados. TaeHyung fue llamado a la corte y se le condenó al destierro del país. YoonGi estaba destrozado al escuchar a su padre hacer aquello, la gente que amaba al lindo principe estaba del lado del pálido chico.

"Está bien, voy a estar bien" Había dicho TaeHyung intentando calmar al pálido. "No me dejes, por favor. Papá no puedes hacerme esto." De pronto todo se quedó en silencio y YoonGi casi golpeaba el duro suelo, TaeHyung había sido rápido al atraparlo.

Pero por más que le habló al chico este nunca despertó. Ahí en sus brazos el chico había dejado esta vida. Aunque a TaeHyung se le otorgó el perdón se fue del país. No quería estar en un lugar que le recordara al lindo chico que había robado su corazón.