✧ ʙᴀʙʏsɪᴛᴛᴇʀ ✧
NamJoon fue abandonado por su esposa dejándolo a cargo de cinco pequeños que ya se han deshecho de seis cuidadores en un mes... entonces aparece YoonGi.
¿Se desharán de él también?
✧ NamJoon es mayor que YoonGi por ocho años.
✧ El resto de Bangtan son los hijos.
✧ No respondan al hilo. Solo citen.
—Maldición. Estúpido, eres un estúpido YoonGi.—Se repetía el pálido mientras apresuraba su paso.
Había saltado su alarma y ahora iba tarde a su entrevista de trabajo. Cuando reviso la dirección en su móvil y se dio cuenta que esa era la casa, sus cejas se arquearon.
—Bien, tranquilo, puedes con esto.—Se dijo a si mismo mientras llamaba al timbre y acomodaba su camisa.
—“¿Se le ofrece algo?”—YoonGi cerró los ojos cuando escuchó un grito de fondo.
—Hola, Soy Min YoonGi, tenía una entrevista a las 9am pero tuve un contratiempo.
—“¡Un momento! ¡JiMin deja a TaeHyung! Está abierto, puede pasar.”—Informó por el intercomunicador. Escuchó el seguro de la reja metálica ser abierto y tragando grueso se adentró al enorme jardín de la casa.
El jardín tenía una pequeña fuente, el pasto estaba impecable al igual que los rosales y pinos pequeños que adornaban el exterior.
La casa era de dos plantas y tenía muchas ventanas y ventanales enormes con preciosos marcos de acero, la puerta principal era de madera oscura.
Había lámparas de acero y cristal por todo el exterior de la casa. Molduras discretas y teja oscura. YoonGi suspiró viendo todo aquello maravillado.
Con los nudillos golpeó la puerta de madera pero al escuchar un grito ensordecedor seguido de llanto no dudó en entrar.
—Guk, amor. Por favor solo come tu papilla.—El pequeño a quien aquel hombre se refería como Guk tenía la cara roja y las mejillas húmedas mientras negaba. No tendría más de tres años.
—Papá, hay un gatito.—Un pequeño de regordetas mejillas señaló a YoonGi.
—En realidad soy un humano.—Corrigió el pálido.—Soy Min YoonGi.—Solo entonces el moreno que había estado al pendiente del bebé se giró y el pálido sintió sus piernas temblar.
El hombre era guapísimo.
Trnianun pantalón negro y camisa blanca sin terminar de abotonar, con las mangas por debajo de los codos, la corbata estaba a medio hacer por su cuello y su cabello estaba extrañamente acomodado de manera despeinada. El hombre se veía varonil y YoonGi carraspeó para recomponerse.
—Kim NamJoon.—El rubio extendió la mano y YoonGi la tomó, se sentía cálida.
—¡TaeHyung escupió en mi comida!—Se quejó otro niño que entró al lugar.
—No es verdad papá ¡Ha sido un accidente!—Se defendió otro.
—¡SeokJin!—Llamó con urgencia el rubio y otro niño más apareció.
—TaeHyung lo hizo a propósito.—Declaró el de labios esponjosos.
—¡Guk-ah deja de llorar!—Gritó de pronto el de mejillas regordetas haciendo que el más pequeño empezara a llorar de nuevo y con más fuerza.
—¡JiMin!—Le regañó NamJoon mientras tomaba al más pequeño en brazos.
—¿Puedo?—Preguntó YoonGi estirando sus brazos hacia el bebé. NamJoon encontrándose un poco cansado le dio al pequeño.
YoonGi sonrió mientras hizo que el pequeño se acomodara contra su pecho, dejando su mejilla descansar aplastada contra su hombro.
—JiMin ¿Cierto?—El de regordetas mejillas asintió.—No debes gritarle a tu hermano menor, aún es un bebé. Debes hablarle claramente para que te haga caso ¿Entiendes?—El pequeño rubio abultó sus mejillas y arrugó su entrecejo.
—Eres un gatito odioso ¡Tengo siete y puedo hacer lo que me de la gana!—Saco su rosada lengua al pálido y se fue corriendo del lugar. NamJoon suspiró frustrado.
—Papá, quiero que se vaya.—Habló ahora el pelirrojo que se había quejado de TaeHyung.
—Es muy feo.—El mayor de los niños arrugó su nariz viéndole con desdén.
—SeokJin. Toma a tus hermanos y terminen el desayuno. Ahora.—El castaño bastante molesto, tomó la mano del par de niños y se los llevó.
—Lo lamentó. Ellos eran algo molestos y son imposibles de controlar...—NamJoon intentaba excusarse.
—Descuide.—Tranquilizó YoonGi.—Supongo que necesita que cuide de los cinco.—NamJoon asintió esperanzado.
—La cosa es que ya se han deshecho de algunas niñeras.
—Puedo garantizarle que soy bueno en esto, pero no puedo garantizarle que vaya a durar mucho si ellos son así, además que son demasiados.—NamJoon asintió sintiéndose decaído.
—La paga es de 2,000 dls a la semana.—Los ojos de YoonGi se abrieron y sus cejas se arquearon.
YoonGi estaba sacando cuentas mentalmente para saber que tanto tendría que trabajar para poder regresar a la universidad para terminar la maestría que había dejado a medias. Realmente la paga era muy buena.
Iba a hablar pero un ronquido salió del pequeño en sus brazos.
Después de acostar al menor en uno de los mullidos sofás de la sala y de que YoonGi se asegurará que estaba bien colocado se giró a encarar al moreno.
—Bien Sr. Kim...
—NamJoon.—Corrigió rápidamente.
—Sr. NamJoon...
—Solo NamJoon.—YoonGi quiso reír.
—Bien, NamJoon.—Recalcó el nombre.—Si aceptó este contrato espero que sepa que las cosas se harán a mi manera.—NamJoon lo vio de pies a cabeza como analizando si debía tener de aquellas palabras.
—Por supuesto.—Aceptó rápidamente.
—Voy a necesitar los horarios de los chicos, ya sean clases o alguna actividad extra. ¿Los lleva al pediatra? Necesitaré un auto bastante grande para todos ¿solo me encargaré de los pequeños o también de la casa?—NamJoon sonrió en grande.
—Muchas gracias.—Un segundo después +
retomó su seriedad.—En cuanto a sus peticiones. Puedo hacerle una lista con los horarios de los niños, aún no me decido en si JeongGukkie debería ir a la guardería. Los llevo cuando es necesario al médico, en cuanto al auto, hay uno destinado para ellos y ahora para ti, el +
chofer se llama Henry, va a agradarte. Los chicos lo adoran y no, solo debes encargarte de los niños. Mañana vendrá personal para encargarse de la casa. Voy a facilitarte una tarjeta de crédito para que la uses de ser necesario. ¿Algo más?—YoonGi asintió satisfecho.
—¿Cuál es el horario?—NamJoon lamió sus labios y por un momento YoonGi se distrajo.
—En realidad, hay una habitación aquí para ti. El trabajo es de tiempo completo, los domingos son tus días libres.—NamJoon esperaba que el pálido se negara en ese momento.
—Tengo un perro.
—¡Puedes traerlo, no hay problema alguno!—NamJoon sonrió feliz al ver que el pálido estaba dispuesto a tomar el empleo.
—Siendo así, mañana mismo traeré mis cosas ¿Está bien con eso?
—¡Por supuesto! Henry ira a recogerte mañana.—Ofreció rápidamente.
YoonGi le dejó su número de teléfono y dirección y se despidió con la promesa de que al día siguiente el moreno le tendría un contrato listo para firmar.
Se sentía feliz, solo esperaba poder hacer bien su trabajo, pues realmente necesitaba ese dinero.
Sin embargo tres pequeños veían con odio a escondidas al pálido quien salió de casa y con sonrisas maliciosas se vieron unos a otros para después planear en cómo harían que aquel odioso gatito se fuera de su casa.
Tal como había prometido NamJoon, Henry había ido a recogerlo. Llevaba un par de enormes maletas y una caja con algunas cosas extras.
Metió a Holly en su transportadora para perros y se disculpó mil veces por hacerle aquello, sabía lo mucho que el peludo la odiaba.
Se despidió de sus amigos prometiendo regresar pronto, pues hasta ahora había vivido con un par de compañeros de Daegu.
Cuando estuvo en el interior del auto, acariciaba a Holly para tranquilizarlo, pues parecía estar un poco asustado por el movimiento y YoonGi lo entendía +
él se sentía de la misma manera.
Tenía muchas cosas que hacer. Conocer más a los niños, crearles una rutina, saber que les gustaba comer y que les daba alergia, verificar si el lugar era adecuado para el pequeño JeongGuk y comprar seguros para los cajones de la cocina.
—Hemos llegado.—Avisó el hombre sonriendo.
YoonGi suspiró profundamente antes de salir del auto y bajar a Holly con él.
—Min Holly, bienvenido. Espero que por favor te portes bien.—Y como si hubiera entendido, ladro en respuesta.
Henry ayudo a llevar las maletas y la caja de YoonGi a la habitación que NamJoon le había indicado.
Cuando el pálido se adentró una sonrisa se abrió paso en su rostro.
La habitación era muy espaciosa. Tenía un librero del piso al techo. Un escritorio con su respectiva silla pero también estaba un mullido sofá.
La cama estaba al centro y era lo suficientemente grande como para que tres personas adultas entraran ahí.
Los muros lisos estaban pintados de un pulcro color crema, el piso era de madera oscura haciendo la habitación verse cálida.
Dos mesitas de noches con elegantes lámparas y un par de puertas de madera. Cuando abrió una se encontró con una habitación pequeña que hacía la función +
de guardarropa. Tenía espacio de sobra ahí. La otra puerta daba al baño. Había pequeños spots en el techo que iluminaban cada rincón, había tina y ducha separada, un gran espejo de cuerpo completo y otro más pequeño frente al lavamanos.
YoonGi suspiró sintiéndose enamorado.
—¡Oh Dios!—YoonGi soltó una risa y fue a sacar a Holly de la transportadora para mascotas.—¡Mira Holly!—En una esquina estaba una esponjosa cama, juguetes y un par de platos. YoonGi sonrió al pensar en que NamJoon había recordado a su perro.
Después de que el pequeño cachorro correteara por ahí con algunas cosas de las que le habían dejado YoonGi lo tomó en brazos para sacarlo al jardín. Más tarde se encargaría de desempacar sus cosas.
—¡Si arruina el jardín no duden en regañarlo!—Avisó el pálido al jardinero.
El hombre solo rió y acarició el cabello de Holly quien se dejó hacer. Con un profundo suspiro, YoonGi regresó al interior de la casa, sabía que NamJoon estaría ahí, él mismo le había dicho que se pasara por la pequeña oficina que tenía en casa.
Arregló su ropa antes de encaminarse a donde una chica le había indicado era la oficina de NamJoon.
Cuando estuvo frente a la puerta tocó dos veces hasta que escuchó un amortiguado “pase”. Suspiró profundamente antes de hacerlo, pues solo quedaba firmar su contrato.
—Señ-NamJoon.—Se corrigió y le sonrió al moreno quien despegó sus ojos de su computador para sonreírle.
—Hola, YoonGi.—Sacó algunas hojas y las colocó en el escritorio.—Este es el horario de los niños. Hice listas de las cosas que no pueden comer, a lo que son alérgicos y +
cosas que solo pueden comer de vez en cuando.—YoonGi sonrió agradecido mientras echaba un vistazo a las listas.
—Muchas gracias, esto me será de mucha ayuda.
—Y éste es tu contrato.—Acercó la hoja al pálido y un bolígrafo.—Cabe destacar que no te mantiene aquí como esclavo +
conozco a mis hijos, se han deshecho de algunos cuidadores ya... así que no me extrañaría si te vas también.—Aquello ultimo salió en un susurro apenado.
—Descuida. Ellos no podrán contra mí.—Los ojos de YoonGi brillaron con determinación.
JeongGuk abrazaba un viejo peluche de conejo mientras tarareaba una canción y balanceaba sus piernitas frente al televisor. Pero un movimiento a su costado captó su atención.
—¡TeTe!—Gritó sonriendo.—¿Quieres ver carutas* conmigo?—Con su pequeño dedito apuntó al televisor.
—Pero las caricaturas que estás viendo son para bebés, veamos otra.—El moreno sacó su labio inferior y el menor arrugó su entrecejo.
—Pero me gusta ver.—Abrazo mas fuerte el peluche.
—Entonces ya no te quiero porque no me dejas ver otra cosa.—Y como si acabaran de decirle que +
no había postre, JeongGuk empezó a llorar a todo pulmón.
Los ojos de TaeHyung se abrieron enormemente y se puso nervioso al verse culpable de aquello. Intentó cubrir la boca del pequeño quien le dio un manotazo para que no lo tocara.
—¿Qué hiciste?—Preguntó HoSeok tomando al pequeño en brazos y balanceándose con él.
—¡Nada!—Aseguró TaeHyung.
—Siempre estás molestando a los demás, claro que hiciste algo.—Y fue el turno de TaeHyung de empezar a llorar.
—Niños...—YoonGi llegó a la sala donde el trío de niños estaba. Se acercó a HoSeok y quitó a JeongGuk de sus brazos para revisar que no estuviera herido.—¿Qué pasó?—Preguntó viendo si se habían asustado con el televisor.
—Nada que te importe.—Dicho eso, HoSeok abandonó el lugar.
YoonGi se hincó y atrajo al pequeño TaeHyung para calmarlo también. Pero ambos niños estaban llorando de manera tan desconsolada que se preguntaba qué pasaba.
—¿Quieren pastelitos?—Preguntó en un intento de tranquilizarlos. TaeHyung dejó de llorar y lo vio con curiosidad.
Los pequeños estaban frente al desayunador; JeongGuk en una silla para niños, TaeHyung se sentó a su lado y veían como YoonGi hacia la mezcla.
Algunas sirvientas se ofrecían a ayudarle, pero el pálido se negó sonriendo. Había decidido hacerlos de vainilla ya que el chocolate +
estaba en la lista de lo que podía darles de vez en cuando.
—¿Quieren probar?—Le preguntó a los pequeños que lo observaban con ojos brillantes. Ambos asintieron. Sacó un poco con la cuchara y dejó que quitaran algo de mezcla con un dedo para después llevarlos a sus bocas.
Los ojos de los dos pequeños se abrieron en grande y aplaudieron mientras reían.
YoonGi vertió la mezcla en los capacetes y metió el molde al horno. Programó una alarma en su celular para revisarlos cuando llevaran un poco de tiempo en el horno y no fueran a quemarse.
Después de aquello empezó a hacer una mezcla nueva pero esta vez era para la crema, añadió un poco de colorante púrpura y los pequeños se veían fascinados mientras esperaban ansiosos. Nuevamente YoonGi los dejó probar y los niños sonrieron felices.
Cuando sacó el molde. Con cuidado los colocó sobre una charola y puso uno frente a cada uno -después de asegurarse que estaban lo suficientemente fríos-.
—Vamos a decorarlos.—Y dicho eso empezaron a colocar la crema sobre los cupcakes.
JeongGuk y TaeHyung se habían comido más crema de la que habían colocado en el cupcake, pero parecían orgullosos de su trabajo, YoonGi les dio algo de chispas de colores y admiraban el trabajo que habían hecho.
Mientras el par se encargaba de decorar los propios, YoonGi se +
había encargado de decorar los otros cupcakes y dejarlos de manera ordenada en la charola. Sonrió satisfecho cuando vio lo lindos que se veían.
—¿Terminaron?—Preguntó al pequeño par.
—¡Sí!—Gritaron riendo, aunque JeongGuk sonaba más como un “shi”.
—¿Quieren que busquemos a sus hermanos para que coman pastelitos también?—JeongGuk soltó un grito de emoción y estiró sus brazos a YoonGi para que lo bajara de su silla.
Dos cupcakes le fueron entregados a TaeHyung, uno a JeongGuk y YoonGi llevaba otro.
TaeHyung corría emocionado a la habitación donde tenían juguetes y había videojuegos. Cuando entró fue a donde SeokJin estaba sentado jugando algo, pero tropezó y los cupcakes salieron volando hasta caer y arruinarse.
—¡HoSeok!—YoonGi se apresuro a llegar a TaeHyung.
—Ups—El pelirrojo se encogió de hombros y se rió al ver a TaeHyung puchereando.
—No seas un marica—Los ojos de YoonGi se abrieron enormemente.
—JiMin no le llames de esa manera a tu hermano.—YoonGi quería golpear la mano de ese par de niños.
—Eso es lo que es.—Dijo Jin riendo.
—Muy bien se acabo—yoongi se puso de pie y ayudó a TaeHyung a ponerse de pie también.—No más videojuegos ni juguetes por hoy.—Apagó el televisor y SeokJin empezó a quejarse al igual que el otro par.—Vayan a dibujar si quieren. No habrá sala de juegos, están castigados.
—Eso crees.—YoonGi arrugó el entrecejo pero antes de que pudiera decir algo HoSeok, JiMin y SeokJin salieron corriendo de la habitación. Con miedo, YoonGi los estaba siguiendo hasta que entraron a la cocina.
Cuando entró vio como JiMin lanzaba la charola con los cupcakes +
recién horneados haciéndola trizas y después SeokJin golpeó su brazo dejándolo con una horrible marca roja. JiMin empezó a llorar y apuntaba a YoonGi. HoSeok lo abrazaba y dejaba besos en su cabello mientras YoonGi veía aquello sin dar crédito.
JiMin tenía sólo siete años, +
mientras HoSeok tenía ocho y SeokJin diez.
Pero eran niños demasiado listos para su edad. Como si las cosas estuvieran en su contra, NamJoon entró en ese momento y JiMin no dudo en aprovecharse de eso.
—Perdón YoonGi, ya no lo haré de nuevo.—Berreaba el pequeño.
—Qué...?—YoonGi negó arrugando el entrecejo mientras veía boquiabierto aquel trio.
—¿Qué pasó aquí?—YoonGi dio un saltito al darse cuenta que el rubio estaba a su espalda.
—¡Papá!—El pequeño rubio corrió a brazos de su padre mientras seguía llorando.—He arruinado los cupcakes+
y YoonGi me ha pegado.—JiMin mostró su brazo enrojecido a NamJoon.
—NamJoon....—Dijo sin aliento el pálido mientras lo veía angustiando.
—¿Fue un accidente JiMin?—El moreno entrecerró los ojos. Odiaba dudar de sus hijos, pero era por eso que debía asegurarse.
—¡Lo fue papá!—HoSeok saltó a defender al rubiecito.
—¡Y YoonGi le pegó!—Esta vez fue SeokJin quien gritó apuntando al pálido.
—No fue así, yo no hice nada.—El pálido negó viendo a los niños.
—YoonGi...—El pálido apretó los labios.
—Lo juro NamJoon.—El moreno suspiró cansado.
—¿Qué dijimos sobre mentir?—Preguntó NamJoon a los tres pequeños que ahora se veían entre ellos nerviosos.—Niños, no pueden comportarse de esta manera.—Dejó a JiMin en el suelo.
—Claro que podemos.—SeokJin llevo sus manos a sus caderas.—Por tú culpa mamá se fue sin nosotros.—HoSeok y JiMin se pusieron al lado del castaño en manera de apoyo.
—¡No queremos a un tonto gatito de niñera!—JiMin golpeó su pie contra el piso con molestia.
—¡JiMin, discúlpate ahora mismo!—NamJoon había gritado sintiéndose sobrepasado por todo.
Se arrepintió en el momento en que los tres pequeños lo vieron con enormes ojos y bocas abiertas.
—Chicos...—YoonGi con voz temblorosa quiso intervenir.
—Eres una niñera estúpida ¡No te queremos! ¡Queremos a mamá!—Y dicho eso el trío salió de la cocina dejando al par de mayores solo.
—¿Estás bien?—Preguntó con cautela al moreno.
—Quisiera poder controlar todo esto. Pero desde que HaNa se fue solo se han vuelto más rebeldes.
—Intentaré hablar con ellos.—YoonGi tocó su hombro mientras sonreía.
NamJoon murmuró un muy bajo “Gracias” y salió de la cocina.
YoonGi se hacía una idea de cómo eran las cosas en casa y ahora que sabía con que clase de niños trataba era hora de hacer un plan.
YoonGi se dejó caer sobre la mullida cama sintiéndose derrotado. Era su tercer día y estaba considerando en tirar la jodida toalla. Amaba a los niños, pero esos pequeños le provocaban ganas de realmente palmearles el trasero como reprimienda por su mal comportamiento.
Habían roto algunas prendas de su ropa, le ponían mucha sal o picante a su comida, ducharlos u obligarlos a hacerlo era cansado porque hacían rabietas. Lo habían golpeado o habían hecho que se cayera y ni hablar de usar malas palabras. YoonGi estaba cansado.
Se puso de pie para ir al jardín por Holly. El cachorro prácticamente vivía con los otros empleados, pues YoonGi apenas tenía tiempo de relajarse.
Cuando llamó al pequeño perro, este corrió hasta el pálido y le lamió toda la cara mientras YoonGi reía.
Aquello lo hizo sentirse un poco mejor, tomando al peludo entre sus brazos para acariciarlo y sentir su calor suspiró profundamente.
—Podemos hacerlo ¿Cierto? NamJoon necesita que cuide a los niños para poder trabajar ¿Vas a ayudarme?—Holly ladro y volvió a lamerlo.
Cuando la alarma sonó anunciando un nuevo día se despertó con energías renovadas y con toda la intención de que fuese un buen día.
Salió de la cama y se adentró al baño para tomar una ducha rápida. Una vez vestido y aseado bajo a la cocina para pedirles que prepararan hotcakes +
para los niños mientras él se aseguraba de despertarlos y de que se vistieran para ir a clases.
Empezó por el pequeño JeongGuk. Quien a pesar de tener tres años, aún tenía problemas con ir al baño, así que por seguridad, YoonGi le colocaba pañales por las noches.
Acaricio el cabello del pequeño con suavidad, este se removió balbuceando incoherencias poco entendibles.
—KoKo, es hora de despertar.—Susurró YoonGi sonriendo.
—No.—Se quejó largamente.
—Lo siento.—Con algo de esfuerzo tomó al pequeño en brazos y se sentó en una silla que +
había en la habitación. JeongGuk se acomodó en el pecho de YoonGi mientras seguía con los ojos cerrados, a lo que YoonGi acariciaba su espalda y cabello diciéndole de manera suave que debía quitar su pañal de entrenamiento y asearlo para que bebiera su leche de banana.
Una vez el pequeño hizo sus necesidades en su sillita de entrenamiento y aplaudía de manera alegre, YoonGi lo vistió con una camiseta de mangas cortas con rayas y un overol de mezclilla, le calzó unos converse y estuvo listo.
—¿Quieres despertar a los demás?—Preguntó YoonGi.
—¡Sí!—El pequeño JeongGuk se rió removiéndose en los brazos de YoonGi que cargaba con él.
Primero se adentraron a la habitación que compartían JiMin y TaeHyung. El par de rubios estaba profundamente dormidos y YoonGi sentía pena de despertarlos, pero debían ir a clases.
—Dales besitos.—Le susurró al pequeño como si de un gran secreto se tratara. Lo dejó sobre la cama y con dificultad se encaminó hasta llegar donde sus hermanos mayores dormían. YoonGi fue en busca de los uniformes por mientras.
JeongGuk abultó sus pequeños y rosados labios y los aplastó en la regordeta mejilla de JiMin quien se removió arrugando la cara al sentir la humedad de la saliva del menor.
—Gukah.—JiMin sonrió abrazando al pequeño quien se reía entre los brazos de JiMin.
—TeTe.—Decía JeongGuk.
JiMin lo dejó ir de su abrazo y JeongGuk con dificultad se arrastró al lado de TaeHyung. Se subió sobre el moreno y le susurraba -o eso intentaba- en el oído para después dejarle besos por toda la mejilla haciendo que TaeHyung gimiera removiéndose bajo JeongGuk que reía.
—Bebé.—Le dijo nada más despertar frotándose los ojos.
—Escuela.—JeongGuk saltó sobre el estómago de TaeHyung sacándole quejidos.
—Vayan a lavarse la cara, hay hotcakes para desayunar. KoKo y yo iremos por SeokJin y HoSeok.—El pequeño morocho estiró sus bracitos a YoonGi.
El pálido lo tomó nuevamente en brazos y se encaminaron a la otra habitación donde NamJoon y HoSeok compartían.
—¡Yo!—Gritó JeongGuk emocionado. YoonGi le besó la mejilla y repitió lo anterior. Dejó al pequeño sobre la cama mientras buscaba los uniformes.
—KiKi.—Llamaba JeongGuk a HoSeok mientras le daba besos.—Escuela.—Y nuevamente dejaba besos.
—No, ve a dormir Gukkie.—Aquello molesto al morocho quien bufó y se subió sobre el pelirrojo para brincar sobre él.—Está bien, está bien.—HoSeok lo abrazó riéndose.
—KiKi.—Senquejaba removiéndose JeongGuk.—NiNi.—Decía apuntando a SeokJin que aún dormía.
—¿Besos?—JeongGuk asintió de manera frenética.—Bien, dame uno más.—Y después de darle un beso al moreno fue liberado para atacar a SeokJin.
YoonGi había descubierto que los niños por las mañanas eran muy amorosos con el menor. Así que lo usaba como despertador para que no estuvieran de mal humor en clases.
Una vez todos estuvieron despiertos bajaron en pijamas a tomar el desayuno. YoonGi lo prefería así para que no+
ensuciarán los uniformes por accidente. Primero era el desayuno, después lavarse los dientes y por último colocarse los uniformes.
JeongGuk fue colocado en su silla y un pequeño plato con hotcakes en trozos pequeños con mermelada de fresa fue colocado frente a él.
—Bana.—Pidió el menor a lo que YoonGi río entregándole su vasito entrenador con leche de plátano.
Por las mañanas los niños eran bastante tranquilos pues aún no despertaban del todo como para que sus cabezas pensaran en planes malévolos.
NamJoon apareció con su traje y se acomodó en la mesa para desayunar con los pequeños. Ya le había insistido a YoonGi que desayunara con ellos, pero el pálido era bastante consciente que los pequeños no querían aquello así que amablemente se negaba y se dedicaba a ayudar a +
JeongGuk a comer sin hacer mucho desastre.
Los pequeños llenaban de preguntas o historias a su padre quien les prestaba completa atención. NamJoon tenía mucho trabajo y él último par de días solo lo veían en el desayuno. Aunque con YoonGi se mantenía comunicado por el móvil.
NamJoon se despidió de los pequeños quienes le sonrieron, pero una vez abandonó el lugar, la cara de todos decayó.
—Pueden verlo a la hora de la cena.—YoonGi intentó animarlos.
—No sabes nada.—SeokJin le dio una sonrisa sin humor y todos se pusieron de pie.
YoonGi suspiró y vio al pequeño JeongGuk quien lamía sus pequeños dedos llenos de mermelada de fresa.
—¿Qué vamos a hacer KoKo?—El morocho lo vio con ojos brillantes.
—¡Pelota!—gritó riendo y achicando sus ojos.
Una sonrisa se instaló en los labios de YoonGi quien mordiendo su labio inferior estaba pensando en una manera de animar a los pequeños.
Una vez que dejo a los niños en clases le pidió a Henry que lo llevara a otro lugar. Ya había hablado con el personal de la casa. Realmente +
esperaba que su pequeño plan para animar a los niños funcionara.
Cuando se llegó la hora de ir a recoger a los pequeños, YoonGi pudo ver que no estaban tan desanimados como en la mañana, pero se notaba que estaban tristes aún.
El regreso a casa fue en total silencio. No es como que hablaran mucho, pero usualmente lo hacían entre ellos.
—Pónganse ropa cómoda y solo calcetines.—Los cuatro pequeños lo vieron raro pero estaban tan desanimados que obedecieron sin chistar. Cuando estuvieron abajo ya cambiados yoongi sonrió con autosuficiencia y les pidió que lo siguieran al jardín trasero.
La piscina había sido drenada y habían remplazado el agua con muchísimas pelotas de plástico de colores. Cuando la vieron los pequeños soltaron gritos de alegría y corrieron a la piscina para lanzarse.
Pronto Holly se unió a ellos y JeongGuk lo abrazaba riéndose.
YoonGi había decidió saltarse las reglas por un día. Los pequeños parecían necesitar de un merecido descanso y mucha diversión -que no fuera a su costa-.
—¡Niños!—Los pequeños dejaron de jugar y vieron al pálido.—¿Quieren pastel de chocolate de almuerzo?—Los pequeños eufóricos +
salieron corriendo e la piscina -con algo de dificultad- y se acercaron a la mesa donde estaba un gran pastel de chocolate con fresas y crema al centro.
YoonGi les entregó un trozo grande y un vaso de leche o jugo a cada uno.
—Ojalá esto fuera el almuerzo todos los días.
—No puedo prometerlo como almuerzo pero si como postre de vez en cuando ¿Eso te parece bien?—Preguntó YoonGi al pelirrojo quien sonrío alegremente haciendo ruiditos.
—¿Por qué hiciste esto?—La voz de SeokJin salió dura.
—Creí que merecían un descanso de clases extras y algo de+
azúcar. No van a morir por esto.—El pálido se encogió de hombros.
—GiGi, bana.—JeongGuk puchereaba señalando su vasito entrenador donde había leche de plátano.
—Gracias YoonGi.—El pálido sonrío como si no se hubiera sentido bien al escuchar a JiMin decir aquello.
—Bien, esperen un poco antes de volver a la piscina. Si saltan sus estomago pueden revolverse y tendrán nauseas.—Los cuatro pequeños gimieron molestos mientras que el pequeño JeongGuk solo reía viendo a Holly correr de un lado a otro.
—No sabía que el Sr. So tenia mascota.
YoonGi mordió su labio inferior nervioso al escuchar a SeokJin decir aquello, el Sr. So era el jardinero.
—Es mío—Se atrevió a decir.
—Es lindo ¿Cómo se llama?—YoonGi sonrío más tranquilo.
—Holly. Mi madre me lo dio antes de venirme a vivir a Seul para que me hiciera compañía.
—Siempre quisimos uno pero mamá decía que seguro haría un desastre con nosotros.—Confeso HoSeok riéndose mientras acariciaba la cabeza de Holly.
—Pues Holly es bastante tranquilo.—YoonGi se encogió de hombros.
Después de hablar un poco más, YoonGi se dio cuenta que los niños realmente no eran tan malos como creía. Simplemente estaban asustados y heridos por el repentino abandono de su madre y por la falta de atención de su padre. Quizás debería hablar con NamJoon al respecto.
—YoonGi parece ser bueno.—Dijo HoSeok aventando una pelota.
—A mí siempre me cuenta cuentos.—Taehyung asentía mientras veía a los demás.
—Puede que no sea un gatito tan malo.—La voz de JiMin salió tímida.
—Pues no me gusta porque quiere quedarse con papá.—Soltó muy seguro Jin.
—¡Eso no es cierto!—Defendió TaeHyung.
—Claro que sí. Todos quieren quedarse con papá.—Atacó SeokJin.
—Pero él cuida bien de nosotros Jinnie.—HoSeok balbuceo con miedo.
—Es porque quiere que creamos que es buena persona para después echarnos de casa.
—¡No puede echarnos de casa! ¡Somos pequeños!—Medio gritó JiMin. SeokJin lo jaló de la ropa para que no gritara más o iban a escucharlos.
—Es por eso que debemos hacer que se vaya.—Susrro SeokJin a los más pequeños, aunque con dudas todos asintieron.
—¡Es hora de ducharse niños!—YoonGi llamó su atención y los pequeños se quejaron.—Es tarde y deben asearse para cenar ¿Quieren galletas con leche?—JiMin y TaeHyung iban a responder entusiasmados pero HoSeok los detuvo.
—Como sea.—Aquello descolocó al pálido.
Él estaba seguro que había hecho un gran avance en ese momento ¿Qué había pasado?
Suspiró profundamente y tomó al pequeño JeongGuk en brazos para adentrarse a la casa.
Después de haber enviado a los pequeños a sus habitaciones una vez duchados y cenados tomó un libro de la estantería en su habitación y bajó a la sala para esperar a que NamJoon llegara.
Necesitaba hablar con él sobre su cuidado con los niños.
NamJoon llegó casi a la 1am. Dejó el maletín en el perchero y se sacó el saco del traje para colgarlo también. Su entrecejo se arrugó al ver luz proveniente de la sala.
—¿Hola?—Caminaba lentamente, no sabía si por el cansancio o por no saber quien estaba ahí.
Cuando se adentró a la sala vio a YoonGi en su pijama azul marino de rayas, estaba recostado sobre el reposabrazos y un libro descansaba en la mesita a su lado.
NamJoon se acercó con cautela para no interrumpir el sueño del pálido, cuando estuvo frente a él se bajó a su +
estatura para verlo mejor.
Su rostro era sereno, sus cortas pestañas eran notorias por su pálida piel, su mejilla estaba aplastada y sus labios abiertos. NamJoon se rio al ver que el pálido estaba babeando y que de vez en cuando, YoonGi arrugaba la nariz dormido.
Con cuidado acomodo al pálido en sus brazos y se encaminó a las escaleras con mucha suavidad para no despertarlo. A pesar de que YoonGi era delgado, pesaba un poco en sus brazos haciéndole difícil la tarea en los últimos escalones.
Su misión estaba casi completa con éxito, hasta que dejó al pálido en su cama, aquello lo despertó y abrió los ojos con pereza.
—Nam...—Su voz sonaba ronca y se frotaba un ojo.—Necesito hablar contigo.—El moreno suspiró.
—Dame un par de días en lo que encuentro un reemplazo.
YoonGi lo vio sin entender. Se estiró un poco desordenando su cabello en el proceso.
—No, no es eso.—Negó sonriendo con los ojos cerrados.—Es sobre los niños. Ellos necesitan de tu presencia.—El rubio apretó los labios.
—Lo sé, pero el trabajo...
—Si sigues así esos niños van a crecer sin tu figura en casa y cuando sean lo suficientemente rebeldes o problemáticos y ya no puedas hacer algo por su comportamiento; entonces lamentaras no haber estado para ellos.—NamJoon sintió culpa al escuchar aquello.
—Lo sé, es solo qué hay mucho trabajo por hacer en la empress ahora.—YoonGi suspiró cansado.
—Fines de semana—El moreno lo vio sin entender—Debes pasar como mínimo los fines de semana con ellos ¿Vas a dejar que alguien más se encargue de ellos siempre?—El pálido arqueo una ceja.
—No, por supuesto que no.—Negó rápidamente el rubio.
—Perfecto, porque el domingo tendrás un picnic con ellos por tu cuenta. Es mi día libre y debo revisar algunas cosas.—NamJoon asintió.—Ahora ve a dormir, es tarde y estás cansado.—El moreno rió por la orden.
—Tú estás cansado.—NamJoon se rió más al ver como YoonGi se había acomodado hecho bolita sin cubrirse con el edredón. Se acercó para cubrir bien al pálido que estaba medio dormido.
—Gasté algo de dinero en pelotas de plástico. Casi llenamos la piscina. Los niños se divirtieron.
—Me alegra que hayan tenido un buen día.—NamJoon peinó el cabello de YoonGi hacia atrás, el chico se veía cansado.
—También les di pastel de chocolate.
—Seguro que estaban encantados.—YoonGi hizo un sonido—Me alegra saberlo, ahora duerme ¿Está bien?—Y sin más cayó dormido.
NamJoon siguió acariciando los castaños mechones de YoonGi. De sus delgados y rosados labios salió un leve ronquido que enterneció al moreno.
—Buenas noches.—Susurró suavemente para salir de la habitación cerrando la puerta con cuidado
Suspirando, NamJoon se dirigió a su propia habitación y con mucho cuidado SeokJin salió de su escondite sin ser atrapado por nadie.
Había visto como su padre acariciaba el cabello de YoonGi y eso no le gustaba.
YoonGi había dejado todo en orden para el domingo de pícnic de NamJoon con los niños. Le dejo la pequeña maleta de JeongGuk y otra más con camistas y jeans limpios para los otros pequeños. Le pidió a las cocineras comida en trastes de plástico perfectamente ordenadas.
Dejo una larga nota para NamJoon y se fue muy temprano ya que tenía bastantes cosas que hacer.
Para cuando NamJoon fue a la cocina para pedir el desayuno de los niños, las cocineras ya lo tenían listo -por petición de YoonGi-. De igual manera el pálido había dejado la ropa de +
los pequeños ordenadas en sus habitaciones para que a NamJoon no se le dificultara el vestirlos.
Los pequeños se habían dormido un poco tarde por la euforia de ir de picnic con su padre. Hacía bastante tiempo que no salían todos juntos como familia.
—Muy bien ¿Terminaron todos de comer ya?—Preguntó NamJoon a los pequeños que lo veían con ojos brillantes.—Deben lavarse los dientes y cambiar sus pijamas, yo meteré todo al auto ¡Tienen diez minutos!—Los pequeños salieron corriendo entre risas a sus habitaciones.
NamJoon acomodó al pequeño JeongGuk en su sillita y abrochó los cinturones. Metió la comida y las mochilas con ropa de los pequeños a la parte trasera del auto.
—Hoy manejó yo Henry, toma el día libre.—El hombre agradeció y dejó ahí al moreno a la espera de sus otros hijos.
En el camino todos hablaban de algo diferente y NamJoon solo reía porque realmente no podía entender nada de nadie.
Una hora después de camino llegaron a un gran parque y buscó un estacionamiento.
—Deben ayudarme con las cosas, chicos.—Todos rieron desabrochando sus cinturones.
TaeHyung cargaba con una de las mochilas con ropa, JiMin con la otra, HoSeok con juguetes y SeokJin con la comida.
NamJoon llevaba a JeongGuk en brazos y una gruesa manta para que los pequeños se relajaran cuando llegaran a cansarse y para comer.
El moreno tendió la manta en la sobra y los pequeños dejaron caer todo tomando una pelota para ir a jugar.
—Papá.—JeongGuk se removió en los brazos de NamJoon apuntando a su hermanos.
—¿Quieres ir?—JeongGuk asintió tocando sus dientitos frontales con el índice.
—Diles que te esperen entonces.—NamJoon besó la mejilla de JeongGuk sacándole risitas y haciendo que a encogiera.
—¡KiKi!—HoSeok giró a ver al pequeño JeongGuk ser bajado de los brazos de su padre para intentar correr hacía ellos.
—¡Aquí Gukkie!—HoSeok se hincó esperándolo.
El moreno acomodó todo sobre la manta; de vez en cuando veía a los pequeños. No se habían alejado mucho, pero nunca estaba de más el estar al pendiente.
Estaba viendo a los niños cuando una llamada de YoonGi lo interrumpió. Al ver el nombre de contacto, NamJoon sonrió.
“¡Hola NamJoon!”
—Hola.—Se rió al escuchar la emoción del pálido.
“¿Cómo está yendo todo?”
—Bien, los niños están jugando ahora.—Dicho eso les echó un vistazo.—Es agradable estar con ellos.—Suspiró profundamente.—Gracias YoonGi.—Escuchó una risita del otro lado de la línea.
“Los niños extrañan pasar tiempo con su padre, debes divertirte con ellos al menos una vez a la semana y de verdad NamJoon. Considera tener una mano derecha en la empresa que reduzca tus horas de trabajo. Entiendo qué hay cosas que solo tú debes manejarlas, pero si alguien te +
ayuda, serán menos los días que debas estar lejos de los niños. Te necesitan en casa, necesitan un hogar estable ya sea solo con su padre. Debes pensar a futuro, un día encontrarás otra mujer y quizás quieras rehacer tu vida ¿Cómo vas a pedirles que te entiendan si no los +
entiendes tú?”
—Tienes razón, lamento haberte llenado de trabajo.—YoonGi suspiró frustrado.
“No se trata de su me llenas de trabajo o no. Se trata de que quiero que esos niños crezcan bien. Son buenos niños, solo están un poco perdidos ahora y te necesitan.”
—Gracias por todo YoonGi. Gracias por haber llegado a nuestras vidas.—Se escucharon algunas voces de fondo y NamJoon arrugó el entrecejo.—¿Dónde estás?
“Debo irme ahora. Estaré en casa por las 8pm ¡Diviertanse mucho!”
Y sin más cortó la llamada.
NamJoon vio por un par de segundos la pantalla de su celular pero el llamado de JiMin lo sacó de sus pensamientos.
—¡Ven a jugar!—Gritó el rubiecito lanzándole pelota.
NamJoon la atrapó y fue a donde los pequeños. De vez en cuando dejaban que el pequeño JeongGuk la tomara +
y corriera un poco con ella, la inocencia del morocho los hacía reír pues los más grandes “intentaban alcanzarlo” pero él seguía corriendo mientras reía abrazado de la -en sus pequeños brazos- enorme pelota azul.
Cuando a los pequeños les dio hambre, dejaron de correr de un lado a otro y se acomodaron un poco apretados en la manta para tomar los almuerzos que habían llevado. NamJoon se sorprendió al ver que incluso había un pequeño trozo de pastel de chocolate para cada uno como postre.
Después de comer hablaron un poco. SeokJin no podía evitar sentir que todo estaba regresando a cómo se suponía que debía ser.
—¿Cuando va a regresar mamá?—Preguntó de pronto JiMin.
—Cariño.—La voz de NamJoon salió suave.—No creo que mamá regrese, además... le pedí el divorcio.
—¿Qué es divorcio?—TaeHyung veía a NamJoon con los ojos y boca abierta.
—Es cuando dos personas ya no están juntas y deben escribirlo en una hoja.
—Pero mamá va a estar sola.—HoSeok arrugó su entrecejo.
—No lo creo.—Fue la escueta respuesta del rubio.
—No puedes dejar a mamá. Ella debe regresar a casa.—La voz de SeokJin sonaba molesta.—Ella nunca nos abandonaría ¡JeongGuk es muy pequeño no puede dejarlo solo!—Se puso de pie con la cara roja de furia.—Fue por tu culpa que mamá se fue ¿Verdad? Quiero ir con ella ¡Te odio!
—SeokJin...—JiMin tomó la mano de su hermano Mayo en viéndolo con ojos cristalizados.—Papá no nos mentiría.
—Clato que lo hace ¡Abre los ojos y deja de ser un estúpido niño! Papá nunca está en casa con nosotros, por eso mamá se fue.—NamJoon sintió su pecho arder.
—No sabes de que hablas SeokJin. Es un tema entre tú madre y yo, cuando las cosas estén claras se los haré saber.—NamJoon empezó a recoger las cosas.
—Es por YoonGi ¿Cierto? Quieres que haga de nuestra madre.—La mano de NamJoon se paralizó en el aire.—Eres asqueroso.
SeokJin sintió su mejilla arder y sus ojos cristalizarse. NamJoon lo había abofeteado. Le dio una mirada con tanto odio que NamJoon sintió miedo.
—SeokJin...
—¡Te odio!—Le gritó furioso corriendo al auto.
JiMin, HoSeok y TaeHyung se vieron entre ellos, JeongGuk estaba muy entretenido lamiendo su índice con restos de chocolate que obtenía de los trastes.
—Lo lamento.—NamJoon se disculpó dejándose caer y suspirando frustrado. Se suponía que ese día sería tranquilo y especial.
Recogieron todos y regresaron al auto en completo silencio, a excepción de pequeñas frases que el morocho decía riendo de alegría.
Y el camino a casa fue de la misma manera. NamJoon no podía evitar sentirse culpable cuando veía la marca roja en la mejilla de SeokJin.
Cuando llegaron a casa, YoonGi no tardó en salir de esta y ver a todos con preocupación. NamJoon le había enviado un rápido mensaje de texto pidiéndole que regresara más temprano.
Cuando SeokJin pasó por su lado lo empujó con rabia y entró corriendo a casa.
—Hola ¿Les gustó el pastel?—Preguntó el pálido a los otros niños que se veían un poco apagados.
—¿Vas a quedarte con papá?—Preguntó inocentemente TaeHyung tomando por sorpresa al pálido.
—¿Quedarme para ayudarle con ustedes? ¡Por supuesto!—Sacó a JeongGuk de su silla.
—Jinnie dijo que papá quiere quedarse contigo.—Entonces entendió el contexto.
—¡Oh! No, yo estoy aquí solo para cuidarlos por un tiempo y nada más.—Acaricio el rubio cabello de JiMin quien parecía estar pensando en aquello.
—¿Entonces te vas a ir?—Preguntó triste HoSeok.
—No hasta que entre a mis clases en la universidad o hasta que su padre encuentre un reemplazo para mí.—Explicó con una sonrisa.—¿Quieren ir a la piscina de pelotas?—Los niños rieron gritando alegres para entrar corriendo a casa a cambiarse.—¿Estás bien?—Preguntó al moreno.
—Sé que era tu día libre, prometo pagarte extra.—YoonGi colocó su mano en el hombro del moreno.
—Pregunte si estás bien, no si voy a obtener dinero de esto.—El rubio dejó caer sus hombros derrotado.
—Golpee a SeokJin. Me siento horrible.—Su voz temblaba.—No puedo decirles que +
su madre los abandonó por irse con su amante. SeokJin tiene razón, por mi culpa HaNa nos abandonó.—YoonGi sintió pena por el estado en el que se encontraba el moreno, pero al mismo tiempo se preguntaba como alguien había tenido el corazón de dejar a alguien tan maravilloso.
—Ve a hablar con SeokJin, yo me encargo de los niños.—YoonGi le sonrió de manera genuina pegando a JeongGuk más a su cuerpo besando sonoramente su mejilla haciéndolo reír. NamJoon sintió algo de calidez al saber que sus hijos estaban en buenas manos.
NamJoon subió las escaleras y se dirigió a la habitación que compartían HoSeok y SeokJin. Tomó una gran bocanada de aire y llamó con los nudillos.
No obtuvo respuesta.
De manera lenta abrió la puerta y adentró solo su cabeza para inspeccionar el interior.
SeokJin estaba recostado en su cama con un cuadro en sus brazos. NamJoon no necesitaba pensar mucho para darse una idea de que fotografía era.
—Jinnie.—El menor apretó los labios y sorbió por la nariz. NamJoon lamió los suyos y se sentó a los pies de la cama.—Perdón por +
haberte pegado, lo hice sin pensarlo. Sobre tu madre; quizás tienes razón ¿Sabes? Ella se fue porque nunca estoy aquí, pero YoonGi me dijo que debía estar presente en sus vidas porque me necesitan, este día me hizo darme cuenta cuanto los he extrañado.—El moreno soltó una risita.
—Quiero a mamá.—La voz temblorosa de su hijo le partió el corazón.
—Lo sé cariño y lamento mucho no poder llevarte a donde esta ella. Pero te prometo que le hablaré ¿Esta bien?—SeokJin se sentó secando sus lágrimas.
—Aún te odio.—Soltó con voz quebrada.
—Está bien.—NamJoon abrió su brazos y SeokJin se acomodó en ellos sin soltar la fotografía.—Jinnie, sobre lo que dijiste de YoonGi. Yo no te eduqué así, no debes juzgar a las personas de esa manera.—El menor se encogió en su lugar.
—No me gusta YoonGi.—Aceptó con cierto odio.
—¿Por qué?—NamJoon no entendía el porque SeokJin seguía resistiéndose a aceptar a YoonGi.
—Quiere quedarse y ser nuestra nueva madre.—NamJoon empezó a reír entonces.
—Antes que nada sería un padre más, recuerda que YoonGi es un chico y soy algo viejo para él, cariño.
—Pero papá. Eres guapo ¡Él debe querer quedarse contigo!—SeokJin se enfurruñó.
—Uhm, no creo que sea así. Puedo buscar a alguien más para que los cuide.—Ofreció con algo de miedo.
—Solo trae a mamá de regreso. Así no necesitarás buscar a nadie más.
NamJoon suspiró frustrado. No podía decirle a sus pequeños hijos el porqué su madre se había ido y tampoco que estaba peleando legalmente para tener la custodia completa de los cinco niños.
No pensaba dejar a sus bebés con esa mujer. Aunque el abogado le hablaba de las +
dificultades al ser un padre soltero -con un ayudante-. Además de su apretado horario en la empresa y los montones de trabajo que tenía.
Quizás era hora de escuchar a YoonGi y buscar a alguien que le ayudara con el trabajo también.
Una semana pasó desde el fatídico picnic. SeokJin seguía molestando a YoonGi, pero el pálido se había acostumbrado de cierta manera a eso y ahora HoSeok y JiMin se llevaban bastante bien con él, solo cuando SeokJin decía ciertas cosas se ponían un poco rebeldes.
NamJoon había encontrado a la persona indicada para que le ayudara en el trabajo y había estado llegando a casa a las 7:30pm. Los niños estaban muy felices de poder desayunar y cenar con su padre y NamJoon lucía menos cansado que días anteriores.
YoonGi y el moreno habían estado hablando más a menudo y el pálido no podía evitar reprenderse por pensar en besar los carnosos labios del rubio o en cómo se sentiría ser abrazado por él.
NamJoon había notado como el pálido veía directamente a sus labios y de manera -quizás- +
inconsciente lamia los propios.
Había una pequeña tensión sexual pero se negaban a aceptarlo. Aunque claramente esperaban que el contrario fuera lo suficientemente distraído como para no notar lo que a veces pequeños roces en el desayuno o la cena provocaban en el otro.
Ese domingo lamentablemente NamJoon había tenido que volar a otra ciudad por algo que había surgido en el trabajo, por lo tanto no estaría con ellos para la cena del domingo.
Los niños no se veían decaídos como otras veces, porque sabían que verían a su padre en la cena del +
día siguiente.
—¿Qué quieren cenar?—Preguntó a los pequeños que coloreaban en el piso de la sala. Había un montón de crayones, colores y hojas regadas en el piso.
—¡Quiero chocolate caliente con bombones!—Grtitó un emocionado JiMin.
—¡Quiero! ¡Quiero! ¡Quiero!—TaeHyung se puso de pie dando saltitos. JeongGuk sin entender nada empezó a decir incoherencias gritando emocionado.
—Pero no pueden cenar solo eso ¿Hago galletas?—Los ojos de los pequeños se iluminaron.—Sin chispas.—Aclaró el pálido.
Los pequeños suspiraron derrotados. YoonGi solía darles chocolate a escondidas de su padre o helados sin haber comido antes. Les gustaba que los mimara y también cuando los abrazaba o les daba suaves caricias. Se sentía como otro papá.
YoonGi tenía un cazo con leche calentándose, empezó a buscar en la alacena el frasco donde estaba el chocolate en polvo y la bolsa de bombones que habían traído del súper.
—¡Eres un traidor!—La voz de SeokJin sonó a su espalda. Él y HoSeok entraron jalándose en la cocina.
—No tiene nada de malo.—El pelirrojo se zafó del agarre del mayor.—¡Me gusta YoonGi y quiero que se quede!—El pálido se acercó a intervenir.
—¡Eres igual que papá!—Y SeokJin lo empujó.
Entonces todo pasó en cámara lenta.
Los ojos de YoonGi se abrieron al ver como HoSeok iba a golpear el caso con leche caliente. Se impulsó lo más que pudo hasta empujar al moreno haciéndolo caer lejos, con el movimiento golpeó el cazo con el brazo quemándose y derramando la leche caliente sobre su pierna.
YoonGi gimió por el ardor y sus ojos se llenaron de lágrimas. Parpadeo para deshacerse de estas y asegurarse que los niños estuvieran bien. HoSeok lo veía asustado con un raspón en el brazo mientras que SeokJin estaba congelado en su lugar.
—Aléjense.—Pronunció apenas.
Se puso de pie y sacó el pantalón que se le pegaba a la piel, la leche no había estado hervida pero estaba lo suficientemente caliente como para hacerle daño. Se acercó a la tarja, abrió la llave y empezó a mojar su pierna con agua fría. Echaba un poco en el piso para enfriar +
la leche derramada. Los niños solían andar en calcetines o descalzos en casa, sí llegaban a pisar se podían quemar también.
YoonGi empezó a llorar, aquello dolía mucho. Se giró y se encontró con los cinco pequeños viendo su pierna.
—SeokJin llama a emergencias.—Pidió llorando.—Por favor.—Suplico dejándose vencer por el dolor.
SeokJin salió de su ensoñacion cuando escuchó a JiMin y TaeHyung llorar al ver la pierna de YoonGi. Corrió al teléfono de casa y llamó a emergencias como YoonGi le había pedido.
—YoonGi se quemó la pierna con leche caliente. Por favor envíen ayuda... estamos solos. Papá no está y él-él está llorando. Por favor...—SeokJin repetía lo mismo una y otra vez, la mujer al otro lado había enviado una ambulancia pero intentaba tranquilizar al pequeño en la línea.
HoSeok había tomado las manos de TaeHyung y JiMin para que no se acercaran a YoonGi y lo lastimaran. JeongGuk veía con puchero a sus pequeños hermanos llorar y después veía a YoonGi también.
—Todo está bien... Ugh... todo va a estar bien.—YoonGi intentaba tranquilizarlos +
mientras colocaba su pantalón empapado en agua fría sobre su pierna y brazo.
La ambulancia se escuchó llegar a los minutos y HoSeok soltó a los pequeños para abrir la puerta. Cuando YoonGi vio a los paramédicos sintió como si pudiera dejarse ir.
—Los niños...—Susurro antes de dejarse abrazar por la oscuridad.
JiMin y TaeHyung lloraron con más ganas al ver que YoonGi cerraba los ojos. Los paramédicos le colocaron compresas frías en la piel irritada. Uno de ellos se encargó de los niños, SeokJin les explicó que estaban +
solos porque su padre había salido de viaje de negocios, las cocineras y el chofer llegaban hasta el día siguiente, no había nadie que se quedara con ellos, solo YoonGi.
A los minutos de haberse llevado al mayor en la ambulancia, una patrulla llegó por los pequeños.
SeokJin se había encargado de buscar los zapatos de cada uno y tomar la pequeña mochila que YoonGi siempre tenía para ellos con lo necesario.
—¿Iremos con Yoonie?—Preguntó TaeHyung al paramédico que se había quedado con ellos.
—Sí cariño, iremos a verlo.
JiMin y TaeHyung se secaron las lágrimas e intentaron tranquilizarse. Cuando vieran a YoonGi todo estaría mejor.
JeongGuk bebía su leche en un vasito entrenador que SeokJin le había entregado en lo que recogía sus cosas. Le dio un suéter a cada uno y una vez listos subieron a la+
patrulla que los esperaba fuera de casa. El paramédico pidió a un oficial que se quedara en la casa pues no tenían llaves para asegurarla.
En el camino SeokJin apretaba el pequeño cuerpo de JeongGuk contra su pecho, solo repetía la imagen de YoonGi quemándose en su mente.
Los pequeños estaban siendo cuidados por un oficial y un enfermero en la sala de espera.
—Cariño.—Una enfermera se acercó a SeokJin.—¿Sabes el número de teléfono de tu papá?—Seokjin asintió.—Muy bien ¿Puedes acompañarme? Necesito que le llames para que regrese pronto.
SeokJin acompañó a la enfermera y ésta le entregó el teléfono del hospital para que llamara a su padre. ¿Qué iba a decirle? ¿Cómo iba a explicarle que YoonGi tomó el lugar de HoSeok? ¿Lo odiaría por haber hecho aquello?
“¿Hola?”
—Papá...—Su voz salió temblorosa.
“¿Dónde estás? ¿De quién es este número?”
—Papá, debes regresar. YoonGi está en el hospital por mi culpa.—Después de eso no pudo decir más.
La enfermera tomó el teléfono y explicó todo al moreno, NamJoon del otro lado de la línea empezó a meter sus cosas a toda prisa.
Tomaría el primer vuelo que hubiese de regreso. La enfermera solo le había dicho que YoonGi había tenido un accidente con un cazo de leche caliente, no supo darle más detalles. Su corazón latía a toda prisa al pensar en que pudo ser uno de sus hijos el lastimado.
Estaba preocupado por YoonGi, sin duda alguna. Pero se sentía descuidado, sentía que tenía culpa en parte.
SeokJin regreso con sus hermanos y se asustó al no encontrar a HoSeok.
—¿Dónde está mi hermano?—Preguntó al oficial.
—Tenía una herida en el brazo y el enfermero lo llevó a curar.—Más tranquilo, pasó sus dedos por el cabello de JeongGuk que estaba dormido en las bancas.
Al frente, TaeHyung y JiMin estaban dormidos tomados de la mano.
Todo era su culpa.
El enfermero movía el hombro del mayor con suavidad para despertarlo.
—¿Pasa algo?—Preguntó tallando su ojo por el sueño.
—YoonGi está en una habitación y quiere verlos—Aquello termino de despertarlo.
—¡HoSeok!—Movió al pelirrojo quien balbuceaba incoherencias—YoonGi despertó.
Aquello bastó para que los otros pequeños despertaran y se pusieran de pie de un salto.
—¿GiGi?—Preguntó JeongGuk recostándose en el hombro de su hermano mayor.
—Sí, Gukkie. Vamos a ver a GiGi.—El pequeño se removió entre brazos y se dejaron guiar por el enfermero.
El enfermero abrió la puerta de la habitación donde YoonGi tenía la bata abierta en la pierna. Había compresas frías aún en su pierna y brazo pero al ver a los pequeños les sonrió.
—Hola.—El pequeño grupo entró corriendo pero se mantuvieron alejados de las partes heridas.
—¡GiGi! ¡GiGi!—JeongGuk estiraba sus manos al pálido en la camilla.
—Lo siento KoKo, no puedo tomarte por ahora. GiGi está enfermo.—Explicó con paciencia al menor. Ya no sentía dolor, pues le habían pasado medicamentos por la intravenosa.
—Yoonie ¿Duele?—TaeHyung y JiMin lo veían con ojos brillantes.
—Ahora no. Los doctores me dieron medicina.—Los pequeños sonrieron al escuchar que el mayor ya no lloraría como en casa.
—Lo siento.—Se disculpó de pronto HoSeok.—Fue nuestra culpa.
—No deben pelear ni jugar en la cocina. Espero que hayan aprendido eso desde ahora.—YoonGi les hablo de manera suave, sabía que los niños estaban cansados y asustados—¿Pueden dormir aquí?—Le preguntó al enfermero.
—Sí, su padre pidió la habitación privada. Traeré algunas mantas.
Cuando el enfermero dejó la habitación los niños empezaron a pedir donde dormirían diciendo que tendrían una “pijamada con Yoonie”.
SeokJin esperó a que todos se hubieran alejado para acercarse al pálido. Sin verlo a los ojos empezó a hablar.
—Lo siento mucho YoonGi. Estaba molesto con HoSeok...—SeokJin párpado rápido para quitar las lágrimas de sus ojos.—No-Yo no pensé que pudiera haberse la-lastimado.—Su voz se rompió.—Cu-cuando te vi y... y vi tu pierna me asuste mu-mucho.—Sorbió por la nariz.—Pe-pensé que podía +
haber sido o-otro de mis hermanos po-Por mi culpa.—Por más que él pequeño castaño lo intentó, las lágrimas salieron y él retorcía los dedos de sus manos dejando la piel rojiza.—Lo siento mucho.—Sorbió secando sus lágrimas con la manga de su suéter sin levantar la vista.
—Jin-SeokJin. Está bien, ninguno de ustedes está herido, no te culpo por esto, voy a estar bien.—YoonGi estiró su mano saludable y tomó una de las de SeokJin.—Mírame.—Pidió con suavidad. SeokJin lo hizo y a YoonGi le dolió verlo llorar.—Todo estará bien.—Sonrió al menor.
—Lo siento mucho.—Entonces el pequeño cuerpo de SeokJin empezó a temblar por el llanto. YoonGi mordió su labio inferior con frustración.
Con cuidado lo acercó a él y lo abrazó acariciando su cabello.
—Está bien. Lo sé, todo va a estar bien.—Repetía para relajarlo.
El enfermero acomodó a los pequeños en en enorme sofá que había en la habitación y les dejo algunas mantas. SeokJin aseguró a JeongGuk una vez estuvo más tranquilo. YoonGi se había dormido pronto, pues el medicamento lo hacía sentirse somnoliento.
SeokJin se durmió mucho tiempo después, no podía dejar de pensar en que hubiera pasado si hubiera lastimado a alguno de sus pequeños hermanos.
Sus labios estaban lastimados de tanto morderlos, pero en algún punto se dejó vencer por el cansancio.
NamJoon había llegado hasta muy temprano por la mañana. Había pedido un taxi que lo llevara directamente al hospital, no podía pensar en nada más que asegurarse por si mismo que todo estaba bien.
Cuando entró con su maleta en mano se dirigió a la estación de enfermeras para dar+
su nombre y preguntar por YoonGi, la enfermera a cargo supo que era con quien había hablado la noche anterior. Le llamo al enfermero que habían dejado en la habitación del pálido -por petición de NamJoon- para que lo llevara a ver a los pequeños y a YoonGi.
—YoonGi.—Los ojos del moreno se abrieron al ver como el pálido tenía una pierna descubierta por completo en la cual se podía ver la piel enrojecida y pequeñas partes muy irritadas. Ya le habían explicado que una pequeña zona de su muslo había sido la más dañada. Así que +
posiblemente salieran algunas ampollas en la zona.—Oh Dios.—Se acercó a la camilla sin atreverse a tocar siquiera una fibra del castaño cabello del pálido.
—¡Papá!—Los pequeños saltaron de donde estaban para abrazar al rubio.
—Hola.—Los besó y abrazó a todos.—¿Cómo pasó?—Preguntó viendo al pálido nuevamente.
—Yo...
—SeokJin tropezó y empujó a HoSeok por accidente, me asuste así que empuje a HoSeok y derrame la leche.—SeokJin veía a YoonGi con la boca abierta.
—No fue así.—YoonGi tomó el brazo de NamJoon cuando SeokJin habló.
—SeokJin...—El pálido lo veía con súplica.
—Estaba peleando con Hobi en la cocina y lo empujé. No quería lastimarlo, no me di cuenta que podía pasar.—El castaño se mordió el labio inferior viendo a su padre.
—Es verdad papá.—HoSeok tomó la mano de SeokJin.—Jinnie no quería lastimarme, fue un accidente y fue nuestra culpa por pelear en la cocina.—Antes de que el moreno dijera algo YoonGi se adelantó.
—Fue un accidente.—Le aclaró al moreno.—Las cosas simplemente pasaron.
—¿Esperan que crea eso cuando he visto como lo tratas?—Preguntó molesto NamJoon al pequeño SeokJin.
—Papá no fue así.—El pequeño negó dejando salir sus lágrimas.
—Jin, he intentado tenerte paciencia porque eres a quien más le ha afectado el abandono de su madre. Pero eres +
demasiado problemático. Influyes en los pequeños para que hagan lo que quieres y has lastimado a alguien hasta enviarlo al hospital ¿Qué si hubiera sido JeongGuk? ¿O qué hubiera pasado si la leche hubiese estado más caliente?—El menor se encogió al escuchar el tono de su padre.
—NamJoon es suficiente.—YoonGi jaló el brazo del moreno para que se detuviera.—SeokJin, fue un accidente ¿Entiendes?—El pálido veía desesperado al pequeño.
—Los odio ¡Quiero irme con mamá!—Gritó SeokJin a NamJoon antes de salir de la habitación.
—¡Ve a buscarlo!—Gritó YoonGi.
NamJoon salió de la habitación y dejó a los más pequeños ahí.
—Todo va a estar bien.—El pálido intentó tranquilizarlos.
Después de un rato cuando NamJoon regreso, se veía cansado y molesto. Había hablado a Henry para llevarse a los niños a casa para que comieran apropiadamente+
y se ducharán. De paso lo haría el también.
—Me dijo que médico que podrás salir más tarde, vendré para entonces.—YoonGi asintió.
—¡Los veré más tarde!—Se despidió de los pequeños que dudaban en irse dejándolo ahí.
Cuando llegaron a casa, SeokJin salió corriendo y fue directo a su habitación. No quería salir para ver a su odioso padre.
Se había disculpado con YoonGi, él realmente lo sentía ¿Por que su padre no entendía eso? No era un chico tan malo.
Se duchó y vistió para seguir encerrado en la habitación. Tiempo después HoSeok subió con un sándwich y un vaso de leche.
—Debes comer algo Jinnie. Papá se ha ido al hospital para ver a YoonGi y traerlo a casa.—Informó el pelirrojo haciendo al mayor bufar.
—Fue un accidente Hobi.—Mordió su labio inferior.—Lo sabes ¿Cierto?—El moreno asintió para ir a abrazar al mayor.
—Come el sándwich, dijo la Sra. Park que bajaras los trastes sucios más tarde.—Y dicho aquello salió de la habitación.
Le dio un par de mordiscos pero no lo estaba disfrutando. Tragando grueso salió de la habitación y se dirigió a la puerta del final del pasillo.
Cuando giró la perilla la puerta cedió y el menor se adentró. Empezó a ver el despacho de su padre. Necesitaba la pequeña libreta +
azul donde su padre escribía todo.
La encontró sobre una pequeña pila de carpetas y sonriendo la abrió para buscar el nombre de su madre. Tomó el teléfono y marcó los números que estaban escritos.
"¿Hola?”
—Mamá...
NamJoon se encargó del papeleo del hospital. El médico le dio las instrucciones sobre el cuidado de YoonGi y le dio explicaciones de cómo hacerlo.
—¿Podría enviar a una enfermera? Realmente mi trabajo y los niños me consumen un poco y me preocupa que nadie esté para ayudarlo.
—Por supuesto.—El médico hizo algunas llamadas y se encaminaron a la habitación de YoonGi.
Cuando entraron a la habitación, YoonGi estaba en una silla de ruedas y el pantalón de pants que NamJoon había llevado había sido cortado en la pierna herida.
Los ojos y labios de YoonGi se abrieron ligeramente al chocar con los ojos del moreno que después dirigió su mirada a su pierna desnuda. YoonGi sintió sus mejillas calentarse por vergüenza.
—¿Estás listo?—Le preguntó carraspeando su garganta.
—Sí.—Lamió sus labios nervioso.
La silla de ruedas era empujada por una enfermera que lo llevó hasta la puerta trasera del auto de NamJoon. Cuando llegaron la chica quiso ayudarlo, pero NamJoon se ofreció.
—Puedo hacerlo solo.—Aseguro el pálido poniéndose de pie soportando su peso en su pierna sana.
Cuando se tambaleó levemente NamJoon lo aseguró por la cintura poniendo al pálido más nervioso.
—Te ayudo.—Aquello sonó como orden.
Con cuidado ayudó a YoonGi a entrar en el asiento trasero para que dejara su pierna estirada y no se lastimara.
—¿Cómo está SeokJin?—Se atrevió a preguntar el pálido.
—Se encerró en su habitación nada más llegamos a casa.—YoonGi sintió una incomodidad en su pecho.
—NamJoon, fuiste muy duro con él. Realmente fue un accidente, SeokJin estaba muy asustado cuando me vio y fue él quien llamó+
a emergencias, se encargó de los niños también. Piensas que no le agrado a SeokJin, pero realmente solo no le gusta que alguien más entre en su espacio. Es un niño que ha pasado diez años de su vida con sus padres y de un momento a otro su madre no está y entran desconocidos +
a casa para que cuiden de ellos mientras estás en el trabajo. Sé que decir esto me podría costar mi empleo, pero está bien si sólo así te das cuenta de que estás haciendo las cosas mal. No debería decirte como educar o tratar a tus hijo, pero estás juzgando a SeokJin de manera +
injusta. Y si había posibilidad de que las cosas entre nosotros se arreglaran. Por la manera en que nos gritó eso ha quedado muy enterrado.—Suspiró cansado.—Lamentó decir todo esto, es solo que me preocupan los niños y en especial él.
—Sé que fui muy duro y le debo una disculpa. Pero SeokJin también debe entender que les está dando un mal ejemplo a sus hermanos. No puedes abusar de otras personas solo porque quiere que se haga todo a su manera. Voy a castigarlo porque es lo que necesita y lo sabes.
—No. Lo que él necesita es que hables de padre a hijo con él y con los demás. Les expliques qué pasó de manera que lo entiendan. Esos niños necesitan a su madre, una mujer que los abandonó y tienen derecho a saber porque se fue.—YoonGi estaba alterándose un poco.
NamJoon no dijo nada más. Su cabeza era un torbellino en ese momento. Ideas iban y venían y estaba empezando a tener migraña.
Cuando llegaron a casa, se detuvo cerca de la puerta de entrada para ayudar a YoonGi a bajar. El pálido acepto aquello a regañadientes.
Al entrar la casa estaba insualmente en silencio. Aquello puso nervioso al par de adultos que se vieron antes de que un escalofrío bajara por sus espaldas bajas.
—Busca a los niños.—Le ordenó YoonGi sentándose en un sofá de la sala y NamJoon no puso objeción a la orden.
Subió corriendo las escaleras y abrió la habitación que SeokJin compartía con hoseok. Se encontró con el lugar hecho un desastre y se asustó al ver aquello. Fue a la habitación del resto.
Cuando no encontró a ninguno de los niños, sus ojos empezaron a picar.
Si respiración empezaba a ser errática y sus dedos hormigueaban por ansiedad. Abrió la habitación de juegos de los niños encontrándose con cuatro de ellos. El alivio recorrió el cuerpo del moreno pero no del todo pues los niños parecían estar tristes.
—¿Dónde está SeokJin?
—¡Papá!—Gritaron los pequeños corriendo para abrazar al mayor.
—Mamá vino por él y se lo llevó.—Habló JiMin.
—Le pedí que no se fuera pero me empujó para que lo soltara.—TaeHyung puchereo sorbiendo por la nariz al sentir que lloraría de nuevo. El corazón de NamJoon se detuvo.
—¿Cómo que vino su madre? ¿Por qué vino?—Su voz sonaba angustiada.
—Jinnie le hablo de tu despacho. Nos dijo que no quería estar más en esta casa porque nos odia ¿Tú también nos odias papá? ¿Yoonie nos odia?—A HoSeok le tembló la voz.
—Oh Dios.—NamJoon abrazó a los pequeños y sin poder detenerlo una lágrima bajo por su mejilla.
Si SeokJin decía algo que pudiera malinterpretarse... no quería pensar en que sus posibilidades de perder la custodia solo iban en aumento. Si bien, HaNa fue quien los abandonó, +
SeokJin podía contarle a su madre sobre lo tarde que llegaba del trabajo o de cómo contrata niñeras para su cuidado... y ahora estaba el incidente de YoonGi.
Con todo aquello corriendo por su cabeza abrazó a los pequeños más fuerte.
NamJoon se había encargado de duchar a los pequeños y llevarlos a dormir ya que YoonGi no estaba en condiciones de aquello. De cierta manera encargarse de las tareas le ayudó a no darle demasiadas vueltas al asunto de HaNa.
Pero aún debía ponerse en contacto con ella.
Cuando se aseguró de que los pequeños estaban dormidos y cómodos, se encaminó a la habitación de YoonGi quien descansaba sobre la cama y leía un libro.
—¿Puedo pasar?—Preguntó después de tocar la puerta con los nudillos. YoonGi lo vio con algo de pena y cerró su libro.
—Por supuesto.—Se acomodó mejor en la cama. NamJoon se acercó a ésta y se sentó a los pies.
—Debo hablarle a HaNa, pero estoy asustado.—Confesó sin atreverse a ver al pálido.
—¿Quieres que lo haga yo?—Ofreció amablemente el pálido.
—No, tengo que hacerlo.—NamJoon mordisqueó su labio inferior viendo el contacto en su pantalla. YoonGi al verlo tan preocupado como pudo tomó la mano libre del moreno y cuando levantó su rostro para verlo le dio un leve apretón en la mano y le sonrió de manera cálida.
Lamiendo sus labios nervioso; NamJoon llamó a HaNa sosteniéndose de manera inconsciente de la mano del pálido.
“¡Vaya! Creí que llamarías antes.”
—HaNa...
“NamJoon ¿se te perdió algo?”
—Sabes perfectamente porque estoy hablando ¿Dónde está SeokJin?—La mujer rió al otro lado de la línea.
“Tranquilo, el pequeño está bien cuidado. Está viendo caricaturas mientras come cereales. Pero Joon, SeokJin tiene cosas bastante interesantes +
para contar ¿Sabes? Quizás al juez le impresione escucharlas.”
—No te vas a llevar a mis hijos lejos de mí.—NamJoon se tensó y YoonGi acarició su brazo para confortarlo.
“Ya veremos Joon. Verás como me llevo a los niños y la mitad de tu dinero.”
—No te atrevas a tocarlo...
HaNa corto la llamada dejando a NamJoon hablando solo. La respiración del moreno se volvió agitada y YoonGi se asustó al verlo poner su mano en su pecho.
—SeokJin se lo contó, lo sabe. Se lo va a decir a su abogado y voy a perder a mis hijo.—Lágrimas bajaron por sus mejillas.
—No, no.—YoonGi se movió apenas sobre el colchón hasta poder acercarse al mareo y abrazarlo.—Todo va a estar bien, los niños van a quedarse aquí contigo. Eres un papá grandioso.—El pálido acariciaba el corto cabello de la nuca del rubio.
—Es mi culpa. Debí haberle puesto atención a HaNa así no se hubiera ido.—NamJoon tensó sus brazos al rededor del delgado cuerpo de YoonGi.
—Ahora no puedes solo lamentarte, debes buscar la manera de quedarte con los niños.—YoonGi sintió su hombro húmedo y a NamJoon temblar.
Por la mañana los niños seguían tan revoltosos como siempre, NamJoon los veía con cierta pena. No podía dejar de preguntarse cómo podría vivir si los perdía.
Su dinero no le importaba en absoluto; HaNa podía tomarlo todo si era lo que quería, pero sus hijos...
—Papá ¿Cuando va a regresar Jinnie?—Preguntó JiMin comiendo cereales.
—Jinnie fue a estar con mamá por un tiempo...—Dio un sorbo su café.—Niños, ustedes... ¿Quieren ir con su madre?—NamJoon temía por la respuesta de los pequeños.
—Extraño cuando mamá nos duchaba a Minnie, Gukkie y a mí. Nos ponía música y había muchas burbujas.—TaeHyung masticaba los cereales con la boca abierta.
—También cuando nos daba helado los viernes.—Apoyo JiMin.
—¡Ma!—JeongGuk agitó su cuchara regando un poco la comida.
—Sé que quieren mucho a su madre y quizás ustedes quieran ir con ella ¿Es eso lo que quieren?—Su corazón latía a toda prisa.
—Extraño a mamá, pero si nos vamos Yoonie se quedaría solo.—JiMin hizo un puchero.
—Además Yoonie nos da muchas golosinas.—TaeHyung cubrió su boca.
—También es divertido y muy paciente con nosotros.—Agregó HoSeok.—Mamá podría venir y entonces podríamos jugar todos juntos.—Habló con ilusión.
NamJoon dejó salir una temblorosa risa y sus ojos se aguaron.
—Son unos niños grandes ¿Cierto? Voy a decirles algo pero deben prometer que serán maduros.—Los pequeños, al escuchar a su padre hablarles de manera seria y con tono bajo como si fuera un secreto, sacaron sus pechos y lo veían con el entrecejo arrugado demostrando madurez.
—A veces cuando dos personas están juntas como su madre y yo. Conocemos a personas nuevas a las que queremos mucho más que con quien estamos.—TaeHyung se veía un poco perdido.—Es como con sus juguetes, todos tienen un juguete favorito ¿Cierto?—Los pequeños asintieron.—Pues a +
veces cuando van a alguna juguetería, se encuentran con qué hay otro juguete que no tienen y les gusta mas. Entonces deciden tomar ese nuevo juguete y cambiar de juguete favorito.—Los pequeños asintieron.—Pues eso pasó con mamá y conmigo. Su mamá conoció a otra persona y ahora +
es su persona favorita. Pero eso no quiere decir que no los ame a ustedes, los quiere mucho, con todo su corazón y los extraña. Solo que mamá trabaja muy duro para comprarles golosinas.—NamJoon mordisqueo su labio inferior con la esperanza de que los pequeños entendieran.
—¿Entonces tú y mamá ya no van a estar juntos en casa?—HoSeok lo veía con curiosidad.
—No, ahora su mamá estará con su nueva persona favorita.—Le sonrió levemente al moreno.
—¿Y nosotros iremos con ella?—Está vez fue TaeHyung quien hablo. NamJoon trago grueso.
—Si eso quieren, puedo dejarlos con ella.—Su voz flaqueó.
—Yo me quiero quedar contigo.—JiMin bajó de su asiento y corrió a donde su padre de encontraba.—Me gustas más que mamá.—Le susurró sonriendo de manera traviesa.
—¡Yo también!—Apoyó HoSeok.
—Pero...—TaeHyung lamió sus labios.—¿Podremos ver a mamá un día?—NamJoon le sonrió de manera cálida.
—Por supuesto.—Aseguró el moreno.
—Entonces quiero quedarme aquí contigo.—Asintió sonriendo.
NamJoon abrazó a los tres pequeños y se rió al ver que JeongGuk decía palabras inexistentes intentando obtener un poco de la atención de su padre.
—Además ahora tenemos a Yoonie para que nos cuide.—TaeHyung se abrazó más a la pierna de su padre.
—Hay algo más.—Una persona nos dirá si su mamá o yo podemos quedarnos con ustedes. Van a hablar con alguien y les hará preguntas. Deben responder a todo lo que les pregunté y no deben mentirle en nada.—Advirtió el mayor.
—¿Debo decirle que se te queman las tostadas?
SeokJin había sido llamado a la dirección por haber llegado tarde y por no haber hecho algunas tareas. Se sentía muy mal, pues jamás llegaba tarde o no hacía su tarea.
Estaba tan feliz por estar con su madre que había olvidado por completo todo lo demás.
Si hubiera estado con su padre y YoonGi. Estos se hubieran asegurado de hacerlo llegar a tiempo y que sus deberes estuvieran en perfecto orden.
Ahora la directora intentaba contactar con su madre, pero la mujer no respondía y SeokJin empezaba a sentirse mal.
Él realmente amaba a su madre y la extrañaba desde el día en que se fue de casa. Habían pasado algunos meses pero no eran tantos como para ver a su madre de manera diferente... sin embargo era justo lo que hacía.
La mujer con la que estaba ahora no lucía como él recordaba.
—...SeokJin.—El menor agitó su cabeza saliendo de sus pensamientos.—Tu madre no responde ¿Sabes el número de tu padre?—Mordiendo su labio inferior asintió y le dictó el número a la directora.
NamJoon estaba en una importante reunión y HaNeul sabía que no debía interrumpir. Por eso cuando su asistente entró a la sala de reuniones disculpándose con el teléfono en la mano, los cabellos de la nuca del moreno se erizaron.
—Es de la directora, SeokJin está en problemas.—Susurró la chica en el oído del moreno.
—Debo atender esto, si me disculpan.—Se puso de pie dando reverencias y saliendo de la sala con el teléfono en mano.—Kim NamJoon.—Habló con el teléfono en la oreja.
“Buen día Sr. Kim, habla la directora Sang. Su hijo llegó bastante tarde hoy y no trae los deberes de un par de materias ¿Podría venir a la escuela?”
—Por supuesto.—Revisó el reloj en su muñeca.—¿Puede darme un par de horas? Tengo una reunión muy importante que terminar y +
entonces seré libre de ir y hablar de manera adecuada con usted.—Internamente maldecía aquella reunión.
“Por supuesto. SeokJin será enviado a clases y se le informará cuando usted esté aquí. Lo veo pronto Sr. Kim.”
NamJoon regresó a la sala de reuniones y se disculpó nuevamente por la interrupción. Las cosas salieron como esperaba y sorprendentemente no estuvo preocupado todo el tiempo por SeokJin; lo cual agradecía, pues debía estar concentrado en aquel papeleo.
Se despidió de los presentes y fue de manera rápida a su oficina a recoger su maletín y pedirle a HaNeul que cambiara sus citas para otro momento. También llamó a JiWook; que era la persona que ayudaba en la oficina y le pidió que se encargara del papeleo pendiente.
Condujo con cuidado a la escuela de los niños y aparcó el auto.
Cuando se adentró a la instalación preguntó al de limpieza donde quedaba la oficina. No lo sabía, pues nunca había tenido algún problema con los niños como para ser llamado, era la primera vez y aquello lo tenía un +
poco nervioso.
Esperaba que SeokJin estuviera bien. Se rió suavemente al pensar en que posiblemente el pequeño se sentiría mal de que aquello quedara en su expediente.
“Con lo perfeccionista que es.”
Pensó NamJoon llegando a la oficina.
—Buen día directora Sang, soy Kim NamJoon.—Dio una reverencia y se quedó die pie frente a la mujer.
—Tome asiento por favor.—Indicó la mujer señalando una de las sillas frente a su escritorio. Presionó una tecla y pidió a su secretaria que trajera al pequeño SeokJin.
—Lamentó mucho todo esto. Hubo un incidente en casa y los niños pasaron el lunes en el hospital conmigo y su niñero.—La directora lo veía a los ojos.—Sé que no debería excusarlo, es solo que en el momento pasaron demasiadas cosas y olvidamos por completo los deberes.
—SeokJin es un chico muy bueno. Nunca hemos tenido malos comentarios sobre él hasta el día de hoy.—La puerta de abrió de nuevo y seokiin se adentró. Cuando vio a su padre corrió a abrazarlo.
—Hola.—NamJoon lo pegó a su pecho.
—Como decía. Sé sobre el buen rendimiento de SeokJin, por eso me preocupo el hecho de que su profesor de historia lo hubiese enviado conmigo.—SeokJin vio a su padre sintiéndose culpable.
—Lo siento.—NamJoon sabía que no se disculpaba por lo que decía la directora.
—Está bien cariño.—Besó su cabello y después lo agitó con cariño.
—No pondré esto en su expediente, sería una pena y una mancha muy fea. Pero debe traer esos deberes mañana y no volver a llegar tarde.—Aquello se lo dijo a SeokJin quien asentía de manera repetida.
—Muchas gracias.—NamJoon agradecía que la mujer tuviera concideracion del pequeño.
—¿Puedes esperar afuera un minuto, cielo?—SeokJin asintió, se soltó de su padre y dejó la oficina.—Sr. Kim, entiendo que tiene su empleo como cualquier otra persona. Pero me preocupa que no +
sepa con quien está dejando a sus hijos. Hoy me di cuenta de un moretón en el brazo de SeokJin, cuando le pregunté. Dijo que su madre lo había hecho por accidente. No es algo que debe decirme si no quiere pero ¿Está todo bien en casa?
—¿Él qué?—NamJoon suspiró frustrado.—Para serle honesto, mi esposa y yo estamos en trámites de divorcio y también sobre la custodia de los pequeños.—Lamió sus labios nervioso.—Es por eso que he contratado a niñeras.
—Entiendo.—La mujer asintio.—Necesitó que los niños estén en un hogar con personas constantes. Son niños en crecimiento y necesitan estabilidad.—NamJoon asintió con entendimiento.
—También espero que el proceso pase rápido.
Ambos adultos estrecharon sus manos y NamJoon salió con la promesa de que SeokJin traería los deberes hechos al día siguiente.
Cuando cerró la puerta de la oficina a su espalda, se encontró con SeokJin en una silla balanceando sus pies mientras veía el piso.
NamJoon recordó lo que la directora Sang le había dicho sobre su brazo. En ese momento el niño llevaba una chaqueta. Con los labios hechos una línea se hincó frente al pequeño y bajó el cierre de esta con suavidad.
SeokJin lo detuvo y cuando vio sus ojos se dio cuenta que +
el niño tenía miedo. Estaba asustado.
El rubio quitó la pequeña mano de SeokJin con suavidad y bajó completamente el cierre. Lo hizo sacarse la chaqueta y sus ojos fueron a parar a una marca que empezaba a formarse en su brazo bajo la manga de su camisa.
—¿Cómo pasó?—Preguntó con voz suave para no asustarlo.
—Abrace a mamá cuando ella caminaba y me empujó sin quererlo.—La voz de SeokJin sonaba tan pequeña. NamJoon asintió.
—¿Sabes llegar a su casa?—SeokJin asintió.—Bien, vamos entonces.—NamJoon colocó la chaqueta en su lugar.
NamJoon lo miro extrañado al darse cuenta que SeokJin no caminaba tras él.
—¿Vas a dejarme con ella?—Preguntó viendo al piso.
—No voy a obligarte a que te quedes conmigo si lo que quieres es estar con ella.—Aunque su voz fue suave, las duras palabras hicieron temblar al niño
SeokJin apretó sus labios en una línea recta. Su orgullo podía más que él, así que se puso de pie y levantó su barbilla.
—Sí, quiero quedarme con mamá. Es mejor que tú.—NamJoon esperaba otra respuesta. Esperaba poder llevarse a su hijo con él, pero quizás había esperado mucho.
NamJoon asintió apretando los labios y siguió caminando con SeokJin pisándole los talones.
Lo que más deseaba era llevar a SeokJin a casa y que estuviera con él y sus hermanos, pero si él no quería, NamJoon no iba a obligarlo, no quería que él pequeño lo odiara más.
SeokJin subió al asiento trasero y se colocó el cinturón de seguridad. Una vez el mayor echó un vistazo para asegurarse de que el pequeño estuviera bien encendió el auto y salieron del estacionamiento.
El silencio reinaba entre ambos aunque NamJoon veía el retrovisor de vez en +
cuando.
SeokJin lamía sus labios constantemente. Estaba preocupado por cómo le explicaría a su madre que no había llevado los deberes y que lo habían regañado porque ella lo dejó a deshoras en la escuela.
No quería decepcionar a su madre, apenas la había recuperado.
—Es aquí.—NamJoon orilló el auto y observó el complejo de departamentos.
—Jinnie...—El pequeño se detuvo para ver a su padre. NamJoon estiró un celular y un cargador.—Llámame cuando quieras y necesites. A cualquier hora y en cualquier momento. Voy a estar aquí para ti.
SeokJin tomó el móvil y salió del auto. NamJoon no se fue hasta que se aseguró de que SeokJin estaba dentro y seguro.
Ya que estaba libre hasta el almuerzo, iría a casa a ver cómo seguía YoonGi.
Cuando llegó a casa fue directamente a la habitación del pálido. No se sorprendió de verlo durmiendo, pues el médico le había explicado que el medicamento para el dolor lo harían sentir somnoliento.
Con suavidad se sentó a un costado de YoonGi y peinó su cabello.
YoonGi suspiró entre sueños removiéndose un poco. Tomó el brazo de NamJoon y lo abrazó recargando su cabeza en el.
“Mamá...”
El pálido lucía realmente tierno balbuceando cosas sin sentido mientras aplastaba su mejilla contra la mano de NamJoon quien lo acariciaba con su pulgar.
—No soy tu madre.—Habló en un susurro dejando al pálido hacer lo que quisiera con su brazo.
La piel de YoonGi era más suave de lo que parecía. Los ojos del rubio fueron a dar a la pierna descubierta de este. Aunque tenía marcas de quemadura aún; no evitó tragar grueso al ser +
consciente de la desnuda piel del chico.
La llegada de los niños lo sacó de sus pensamientos. Pues escuchó como subían las escaleras a toda velocidad y posiblemente fuesen a ver a YoonGi. Con prisa pero con suavidad, se deshizo del agarre del pálido.
Antes de que los pequeños pudieran hacer escándalo y despertar al pálido. NamJoon salió de la habitación y viéndolos colocó su índice en sus labios indicándoles que hicieran silencio, los pequeños detuvieron su alboroto al instante.
—YoonGi está durmiendo .—Les explicó.
Los pequeños dejaron caer sus hombros pero fueron chicos buenos.
Con mucho cuidado y siendo lo más silenciosos, dejaron dibujos y cartas que habían hecho para el pálido en su mesita de noche. Al igual que algunos caramelos.
Una semana pasó sin incidentes, NamJoon había tenido algunas reuniones con su abogado. Las cosas estaban un poco estancadas, como podía ganar el caso sobre la custodia de los pequeños, podía perderla.
En el peor de los escenarios, podían quitarle a sus hijos y ponerlos al *
cuidado del estado al declararlos como incapaces de mantenerlos... se estaba volviendo loco.
Lo único que lo mantenía medianamente cuerdo, era el que SeokJin le enviara mensajes de texto -muy mal redactados- todos los días a la misma hora informándole que estaba bien.
YoonGi había regresado al cuidado de los pequeños. Su pierna y brazo estaban mucho mejor. Aún debía llevar pants holgados y camisetas con manga corta. También debía aplicar cremas y una venda en la pierna. Pero al menos tenía permitido hacer su vida normal.
Los pequeños se comportaban mucho mejor al ver que el pálido tenía pequeñas dificultades para algunas cosas y aunque a momento lo olvidaban y se ponían revoltosos. Siempre estaban ordenando sus desastres para que YoonGi descansara o trabajara menos.
El pequeño JeongGuk era el único que se había vuelto un poco problemático. Ahora quería la atención de YoonGi 24/7 y a pesar de que había intentado de todas maneras el quitar esa mala manía del pequeño, nada había funcionado. Por ahora una pequeña cuna temporal estaba en la +
habitación del pálido. Pues JeongGuk no dormía si no estaba con él.
Ya TaeHyung y JiMin habían seguido los pasos del menor una noche y terminaron durmiendo en la habitación de YoonGi. Aunque éste les aclaro que sería cosa de solo una noche.
—Los estás malacostumbrando.—Le regañó una noche NamJoon.
—Lo sé.—YoonGi suspiró.—Pero es que son tan... ellos.—El pálido se rió al darse cuenta que no sabía cómo describirlo.
—Creo que entiendo un poco lo que quieres decir. Son mis hijos después de todo.
Los niños habían ido a clases extras ese día, por lo tanto terminaron rendidos en cama muy temprano. Por primera vez en días, YoonGi se podía sentar de manera tranquila a comer un sándwich, pero justo entonces NamJoon había llegado de la oficina y terminaron cenando juntos.
YoonGi mordisqueaba su labio inferior, una pregunta rondaba por su cabeza y estaba listo para dispararla. Pero debía tener prudencia, pues no era algo de sus asuntos.
El moreno notaba como el pálido parecía querer decir algo pero se contenía, decidió no decir nada hasta que el +
propio pálido hablará por su cuenta. Sin embargo; este solo dejó caer sus hombros y llevó sus trastes sucios a la tarja para lavarlos.
YoonGi estaba recogiendo el pequeño desastre de la cocina de manera distraída. Pues si cabeza era ocupada por miles de cosas al mismo tiempo.
NamJoon se asustó cuando vio como el pálido iba a tomar una cazuela de la estufa de manera distraída.
Prácticamente corrió y tomó la muñeca de YoonGi con brusquedad haciéndolo tambalearse un poco y abrir los ojos con sorpresa.
—Fíjate donde demonios pones tus manos.
—Tranquilo.—Suspiró YoonGi.—Está fría.—Tomó la cazuela por el acero y comprobó lo que decía al moreno.
—Lo siento... es solo...—NamJoon sacó aire de sus pulmones de manera temblorosa.
—Lamento haberte asustado.—YoonGi peleaba contra la urgencia de agitar su mano para liberarla.
Era bastante consiente del agarre en su delgada muñeca. En cómo sus tonos de pieles contrastaban, en lo firme que aquella mano le sostenía y en lo varonil que lucía.
El contacto de aquella piel le quemaba; y no de una mala manera o no de una buena.
—Lo siento.—Se disculpó NamJoon dejando caer su frente en el hombro del pálido que quedaba parcialmente descubierto por la holgada camiseta que vestía.
—E-Está bien.—YoonGi se regañó mentalmente por tartamudear y verse vulnerable.
NamJoon no se movió por algunos segundos que a YoonGi le parecieron eternos. No podían negar la tensión sexual que había entre ellos, pero YoonGi se negaba a sucumbir a aquello, pues sabía en cómo arruinaría su empleo. No es que en ese punto le importara la jugosa paga.
Más que nada le preocupaba el que no le fuese permitido volver a ver a los pequeños revoltosos que cada día se ganaban su corazón y se adentraban más y más haciéndose lugar en él... incluso SeokJin.
—NamJoon.—YoonGi palmeó de manera suave el hombro del moreno. El recién llamado levantó su rostro quedando muy cerca de YoonGi quien sintió su respiración atascarse.
Quizás por nerviosismo o quizás por inercia; lamió sus labios viendo los ajenos.
Cerró un segundo sus ojos sacudiendo de manera muy leve su cabeza para recuperar la compostura. Tomó una profunda bocanada de aire para hablar.
Pero entonces sintió los carnosos labios del moreno sobre los suyos.
YoonGi suspiró cerrando los ojos.
Por un momento dejó su mente en blanco y de manera inconsciente sus manos se hicieronnpuños en la tela en la cintura de NamJoon.
El moreno en cambio colocó sus manos en las pálidas mejillas para profundizar el contacto.
NamJoon se acercó al pequeño pálido cuerpo, tenía la necesidad de sentir el calor del contrario.
Con lentitud lamió los delgados labios de YoonGi y éste soltó un muy suave gemido.
Aquello lo sacó de su ensoñacion.
Rompió el beso de manera brusca dando un paso hacia atrás y abriendo de sobremanera sus ojos.
Llevó una de sus manos a sus labios y la otra la mantuvo con la palma abierta frente a él para marcar distancia entre ellos.
—YoonGi.—La voz de NamJoon salió de manera suave.
—No. No. No. No. No.—La voz de YoonGi se rompió. Quería llorar.
¿Qué iba a pasar con él ahora? ¿Qué pensaría NamJoon de él? ¿Por qué se había dejado llevar de aquella manera? ¿NamJoon había escuchado su pequeño gemido? ¿Iba a ser despedido? ¿Podría ver a los niños de nuevo?
—Hey, tranquilo. Todo est...—YoonGi dejó salir sus lágrimas y entonces NamJoon realmente se asustó.—YoonGi.—Pero éste nuevamente negó.
Sin decir nada más, salió de la cocina y prácticamente corrió a su habitación. Sentía demasiada vergüenza como para encarar al moreno.
NamJoon le dio su espacio a YoonGi. Se dio cuenta como el pálido se había asustado por el beso que recién habían compartido así que relajó sus músculos y respiró de manera adecuada para tranquilizarse.
Tomó un vaso de agua y se encaminó escaleras arriba. Tenía que hablar con él.
Tocó la puerta con los nudillos y giró el pomo. YoonGi estaba acostado dándole la espalda.
—Tenemos que hablar.—Dijo en tono suave. Pero aquello no evitó que el pálido se tensara.
—Lo siento.—Su voz rota llego a oídos del moreno poniéndolo alerta.
NamJoon se acercó al pálido y colocó su mano de manera suave en el hombro.
—YoonGi ¿Qué está mal?—El pálido se encogió en su lugar y sorbió por la nariz.
—De-debes pensar muy mal de mí ahora.—Un nuevo temblor en el pequeño cuerpo.—Y yo no-no quiero irme. Me gu-gustan los niños.
—¿Por qué pensaría mal de ti?—NamJoon intentó evitar reírse de aquello.
—Beso.—Fue todo lo que el pálido respondió con voz constipada.
—Ven aquí bebé grandote.—NamJoon lo hizo girar y YoonGi rápidamente cubrió su rostro con sus manos.
El moreno soltó una risa floja al ver el comportamiento de YoonGi pero lo dejó ser. Tomó el pequeño y delgado cuerpo del pálido hasta subirlo a sus piernas.
Dejó un beso en su cabello sin segundas intenciones y YoonGi se relajó entre sus brazos.
—Quizás es el peor momento para intentar algo contigo. Tengo el divorcio, la custodia de los niños y SeokJin viviendo con HaNa. El trabajo me consume y soy padre de cinco pequeños mientras que tú eres un chico que busca hacer su maestría.—NamJoon era realmente consciente de todo+
lo que se podía “interponer” entre ellos.—Por ahora solo me basta con que te quedes aquí. Con nosotros.—Acarició la espalda de YoonGi.—No pienso mal de ti por un beso.—Aclaró su garganta.—Para ser honesto, desde el primer momento en que te vi, quise sostenerte y besarte.
—¿Qué?—El pálido dejó descubierto su rostro.
—Es que lucías tan delgado, pero tus labios brillaban mucho, al igual que tus ojos y tienes esa linda nariz. Quería abrazarte y cuidarte como a uno de mis bebés pero de una manera un poco más... especial.—NamJoon desvió su mirada.
—Eso sonó extraño.—Susurró YoonGi. Las mejillas de NamJoon tomaron color al entender sus palabras.
—¡Oh Dios!—Cubrió la mitad de su rostro con una de sus manos.—¡No me refería a eso!—YoonGi dejó salir una temblorosa risita y después de unos segundos habló de nuevo.
—Entonces... ¿No crees que soy el peor en mi trabajo por haber besado a mi jefe?—Mordió su labio inferior con nerviosismo.
—No lo creo.—NamJoon tomó una de las huesudas y pálidas manos y la llevó a sus gruesos labios para besar sus nudillos. YoonGi suspiró por aquello.
—Bien.—Susurró sin aliento.
—Dame un poco de tiempo para que todo se solucione... prometo llevarte a una cita de manera apropiada entonces.—Una preciosa sonrisa que mostraba sus rosadas encías se estampó en los rosados labios de YoonGi.
YoonGi abrazó al moreno sintiéndose seguro. Estaba feliz de que no sería despedido y que no lo alejarían de los pequeños. Parecía que nada podía romper su bonita burbuja de felicidad.
El móvil de NamJoon empezó a sonar de manera insistente y cuando revisó el nombre de contacto +
dejó salir aire de manera temblorosa.
—¿Jinnie?—Escuchó un gemido del otro lado.
“Papá... sácame de aquí... por favor... papá date prisa... duele mucho...”
NamJoon jadeo poniéndose de pie. Su respiración se volvió pesada, YoonGi lo veía con el entrecejo arrugado.
—Ya voy cariño. Estaré ahí pronto. Papá va en camino.—El pálido abrió los ojos.
—Voy contigo.—No fue una pregunta. Se colocó un suéter y se calzó rápido.
Salieron de la casa a toda prisa y se subieron al auto. YoonGi conducía. NamJoon estaba tan nervioso y molesto que sus manos temblaban demasiado. Un accidente de auto es lo que menos necesitaban en ese momento. En uno de los semáforos, YoonGi tomó la morena mano y la apretó de +
manera suave. NamJoon suspiró y dejó de insultarse por haber dejado a SeokJin hacer lo que quisiera por haberlo dejado ir a casa de su madre.
En su mente se repetía una y otra vez la voz de SeokJin. Estaba llorando y gimiendo de dolor y él solo esperaba que estuviera bien.
YoonGi aparcó el auto y prácticamente dieron un salto fuera de este. NamJoon tomó la mano del menor y lo jaló dentro del edificio... sólo entonces la realidad lo golpeó.
¿Cuál era el departamento de HaNa?
SeokJin jamás se lo dijo y él tampoco preguntó.
YoonGi vio preocupado como el moreno empezaba a respirar de manera errática. Sabía que estaba empezando a tener un ataque de pánico.
Soltó al moreno un segundo y corrió a donde una pequeña recepción estaba.
—Hola, necesito saber en qué departamento está Kim HaNa.
—Uh, no hay ninguna Kim HaNa aquí.—YoonGi parpadeo un par de veces de manera incrédula.
—¿Qué?—Preguntó sin aliento. El hombre buscaba en el libro de registros de manera pausada para asegurarse que no había visto mal.
—Park HaNa.—Hablo NamJoon. El hombre buscó de nuevo pero negó viéndoles con pena.
—¿Cómo es ella?—Preguntó YoonGi a NamJoon.
—Uno setenta, delgada, piel blanca, cabello entre rojizo y castaño, ojos grandes, cejas pobladas y pestañas largas. Un niño la acompaña.
—Sé quien es ella. La he visto entrar. Pero quién está registrado es su marido. Chan MinHo.—YoonGi arrugó el entrecejo.
—¿Marido?
—Sí, llevarán un par de años de casados, no mucho—La boca de NamJoon se abrió.
—¿Qué departamento?—El hombre les dio la información e indicaciones.
NamJoon prácticamente arrojó su móvil a YoonGi quien lo atrapó en el aire.
—¡Llama al abogado Jung!—Gritó el moreno corriendo al elevador.
YoonGi desbloqueó el móvil y llamó rápidamente.
NamJoon tamborileaba sus dedos en uno de los muros de acero de la caja metálica.
Cuando por fin se abrió en el quinto piso, el moreno prácticamente saltó fuera de ésta y tocó de manera frenética la puerta que el hombre le había indicado.
Un hombre, un par de años más joven que él quizás. Abrió la puerta viéndolo desconcertado.
—¿Chan MinHo?—Preguntó sin aliento.
—Soy yo ¿En que puedo ayudarlo?—NamJoon agarró el cuello de la camisa de MinHo y lo estampó con el muro.
—¿Dónde está SeokJin?—preguntó entre dientes.
—Está en su habitación.—MinHo lo empujó soltándose de su agarre.
NamJoon no perdió tiempo en adentrarse por completo al departamento y revisar las puertas diciendo el nombre del pequeño.
—¡Papá!—El pequeño se lanzó a los brazos de NamJoon.
—Ven aquí.—Lo abrazó fuerte.—¿Qué tienes?—Preguntó el moreno alejándose un poco. Entonces el pequeño le mostró su mano izquierda.—Vamos al hospital.—Cargó en brazos a SeokJin.
Cuando se encontró a MinHo en la puerta con SeokJin en brazos se acercó de manera amenazante a este.
—Te esperó a ti también en la corte.—Y dicho eso salió del departamento.
Cuando el elevador se abrió dejó ver a YoonGi con el teléfono en mano. Este se relajó al ver a SeokJin.
NamJoon se subió a la parte trasera del auto sin soltar a su pequeño en lo que YoonGi conducía nuevamente, pero esta vez en dirección al hospital.
El moreno intentaba mantener al pequeño lo más inmóvil posible para no lastimarlo más. No quería sacar conclusiones, pero +
posiblemente fuese una fractura.
—Ya casi llegamos SeokJin. Debes aguantar un poquito más ¿Sí? Recuerda que eres el mayor de tus hermanos y debes ser fuerte para cuidar de ellos. Lo haces muy bien.—YoonGi hablaba sin despegar sus ojos del camino.
Cuando llegaron, YoonGi se detuvo en urgencias y esperó a que solo NamJoon -con SeokJin en brazos- bajara para buscar dónde aparcar el auto.
El moreno por su parte, acariciaba la espalda SeokJin que no había dejado de llorar en todo el camino.
Cuando entró, una enfermera se acercó a él. Llevaron una camilla y dejaron a SeokJin ahí. NamJoon tomó su mano saludable mientras la enfermera revisaba el brazo.
YoonGi se apresuró a ir a urgencias en cuanto encontró un lugar libre en el estacionamiento.
Cuando entró, se encontraba solo NamJoon. Habían llevado al pequeño a rayos x.
Después de unos veinte minutos o un poco más, la misma enfermera que lo había revisado con anterioridad se acercó al par que esperaba de manera impaciente. Los llevó a donde tenían a un SeokJin más +
tranquilo, la enfermera explicó que le habían suministrado analgésicos y algo de anestesia así que no sentía dolor por el momento.
Cuando SeokJin vio a NamJoon llegar sus ojos se iluminaron y le sonrió. YoonGi se quedó un poco atrás sin atreverse a romper la armonía.
El médico empezó a explicar que en efecto, su muñeca estaba fracturada, sería necesario ponerle escayola y debía tener cuidado al mover ese brazo. La escayola le llegaría a la mitad y aún podría doblarlo o sus dedos. Pero debía ser cuidadoso.
Después de algo de papeleo e indicaciones del medico, por fin pudieron regresar a casa.
NamJoon y SeokJin viajaban en la parte trasera del auto, mientras YoonGi conducía. No había dicho palabra alguna desde que habían llegado al hospital. Y es que en parte sentía culpa...
Si no se hubiese quedado tanto tiempo como niñero, SeokJin no lo hubiera pasado tan mal, no hubiese pasado el accidente con la leche y jamás se hubieran peleado a tal punto de que SeokJin hubiera corrido a brazos de su madre.
Entonces SeokJin no tendría escayola.
¿Qué era lo que él había estado haciendo mientras SeokJin la pasaba mal? Besar a su padre.
El pálido mordió su labio inferior con -demasiada- fuerza sacándose sangre de este. Llevó su mano a su boca y limpio sin despegar sus ojos del camino.
Sus ojos picaban por querer llorar, pero aguantó las ganas. Pronto estarían en casa y podría ir a su habitación, abrazar a Holly y descargar todo. Su día había sido demasiado largo.
NamJoon no había notado lo apagado que se encontraba el pálido, se sentía feliz de tener a su +
hijo de regreso a un lugar seguro. Y SeokJin no se atrevía a hablarle a YoonGi, lo seguía odiando sin razón alguna al parecer, pues su madre no parecía tan genial ahora.
Cuando llegaron a casa, YoonGi se despidió de ellos y se encerró en su habitación.
Mientras tanto NamJoon interrogaba de manera sutil a SeokJin, esta vez le contó que su madre lo “golpeaba de manera accidental” demasiado y que le decía mentiras al “señor”. Así se refería a MinHo.
Era algo tarde, SeokJin había pasado por muchas cosas y posiblemente estaba demasiado cansado.
A la hora de ir a su habitación, le pidió a su padre dormir con él, realmente no quería admitir que sentía un poco de miedo que su nadre llegara y se lo llevara con ella.
YoonGi había dormido muy mal, tenía círculos negros al rededor de sus ojos, los cuales cubrió con algo de maquillaje esperando que no fuese muy notorio.
Suspiró profundamente y se preparó para otro día.
Como siempre, fue a despertar a JeongGuk primero para empezar su rutina.
Despertó a los niños y los llevó al desayunador de la cocina donde les esperaba el desayuno. Dio de comer a JeongGuk para que no hiciera un desastre y aunque intentaba ser como siempre había algo que lo detenía.
Cuando NamJoon entró a la cocina dando los buenos días, su cuerpo +
se tensó. SeokJin corrió a donde sus hermanos y los pequeños no dudaron el abrazarlo y decirle lo mucho que lo habían extrañado. Todo ese rato, YoonGi se ocupó de alimentar al pequeño JeongGuk quien parecía estar más interesado en sentir su papilla que en comerla.
Dos platos más de desayuno fueron colocados por alguien del personal, pero YoonGi se rehusaba a levantar su rostro. Sentía que se soltaría llorar en cualquier momento.
—Yoonie ¿Tendremos pastel para celebrar que Jinnie regresó?—Preguntó JiMin muy alegre.
—Está bien.—Respondió sin pensarlo mucho.
—Yoonie ¿No vas a comer?—Está vez fue HoSeok. El pálido trago grueso, pues desde que SeokJin se había ido de alguna manera había empezado a desayunar con ellos. Pero ahora no se sentía correcto.
—No tengo hambre.—Dio una rápida sonrisa.
—Pero Yoonie...—Lo estaban poniendo nervioso.
—Deben apresurarse para que se cambien y cepillen sus dientes.—YoonGi revolvió el rubio cabello de TaeHyung quien soltó una risita.—Andando.—Y con aquello las preguntas terminaron.
SeokJin no decía nada, sólo respondía a preguntas que sus hermanos le hacían. Se sentía extraño el estar de regreso.
NamJoon revisaba su computador, tenía muchas cosas por hacer. Más ahora que tenían el expediente médico de SeokJin para presentar en la corte en una semana.
El moreno fue el primero en irse. Pronto los pequeños estuvieron listos y subieron al auto como antes, Henry y YoonGi se encargaron de dejarlos sanos y salvos en la escuela.
Cuando regresó a la solitaria casa solo con JeongGuk, aflojó su cuerpo sintiéndose cansado.
No sabía cuánto tiempo duraría en esa casa. No se sentía cómodo y no quería estar ahí... no pertenecía ahí.
Pero entonces recordó el juicio, sólo debía esperar a que el juicio pasara para poder decirle a NamJoon que se iba, le ayudaría a buscar a una persona nueva que se +
encargará de los pequeños de manera adecuada y entonces podría irse de manera tranquila.
—GiGi, quiero galleta.—La dulce voz de JeongGuk lo sacó de sus pensamientos.
Al ver al pequeño morocho sus ojos se aguaron.
Amaba con todo su corazón a cada niño, inclusive a SeokJin. Pero sabía que jamás podría estar con NamJoon sin tener problemas.
Sabía que SeokJin lo seguía odiando, podía sentir su mirada perforándole la espalda como antes. Sabía la manera en que influía en sus hermanos.
Sabía que SeokJin no descansaría hasta que él saliera de esa casa y de sus vidas.
Justo como le había dicho antes.
YoonGi quería a NamJoon, pero se amaba más a él mismo y quedarse ahí no era saludable.
Los días parecían ser lentos pero prácticamente se estaban yendo como agua entre los dedos.
YoonGi seguía siendo cariñoso con JeongGuk. De hecho, prácticamente lo acaparaba solo para él, pues solamente así se sentía seguro. Había dejado de decirles motes de cariño a los otros +
niños. También había dejado de consentirlos tanto; así quizás cuando se fuera no le doliera tanto.
SeokJin era igual que siempre. Ignorándolo, empujándolo de manera sutil... dando guerra en todo; y no es que tuviera la esperanza de que algo cambiase.
Sabía perfectamente que SeokJin no lo toleraría incluso después de lo que había pasado.
Pero estaba bien, ya había previsto eso. Tomó al pequeño JeongGuk en brazos para llevarlo a tomar una sisesta ya que seguía queriéndolo para dormir. Era algo que también debía solucionar.
Había llamado a una agencia para dar algunos requisitos para que le enviaran una lista de personas sugeridas y calificadas para que tomaran su puesto pronto.
Al doblar en el pasillo, se encontró de frente con SeokJin quien lo vio con molestia. YoonGi apretó los labios.
Era hasta ridiculo el como un niño estaba haciéndole sentir tan pequeño. Pero quizás sus inseguridades sólo salieron a flote por su causa.
De manera sutil, el pálido se hizo hacia un lado mientras el pequeño lo veía de manera desafiante. Necesitaba salir de ahí pronto.
Apretó el agarre en JeongGuk para sentirse más cómodo. Desvió la mirada de SeokJin y caminaba recto.
—Mamá está molesta porque estás aquí. Así que vete.—YoonGi dejó salir aire de manera temblorosa.
—Lo siento.—El que el pálido se disculpara fue como un golpe para SeokJin.
—Deberías irte ya. Nadie te quiere aquí. Papá te odia.—Una parte de YoonGi sabía que eso no era verdad, pero en ese momento se encontraba tan venerable que sin saber porque, creyó aquello.
—Yo...—No sabía que decir.
—Es enfermo que te guste mi papá, es un hombre y tú también.
—Lo lamentó.—Su voz era temblorosa.
—Mamá va a regresar a casa con papá y seremos felices como antes. Sin ti. Eres molesto y desagradable.—YoonGi empezó a temblar al luchar contra el llanto.
—Me iré en unos días.—Solo entonces se atrevió a ver al niño.—Tú ganas SeokJin. No quiero seguir aquí, sé que me odias, lo sé. No lo digas más, me ha quedado claro. Me iré pronto, tienes mi palabra... así que déjame solo hasta entonces por favor.—Los ojos del menor se abrieron.
—Me alegra saber eso. Mamá estará muy feliz cuando se entere.—YoonGi estaba tan metido en sus pensamientos que no entendió en ese momento las palabras del pequeño.—Espero que nos dejes pronto.—Y dicho eso el pequeño siguió su camino al igual que YoonGi fue a su habitación.
HoSeok peleaba mucho con SeokJin a causa de su mal comportamiento hacia YoonGi. Pero de pronto, YoonGi había dejado de existir para SeokJin de manera casi mágica.
A pesar de ser pequeño, HoSeok era lo suficientemente listo como para saber que algo estaba mal.
—¿Qué le hiciste a Yoonie?—El pelirrojo encaro a SeokJin.
—No he hecho nada. No sé de qué hablas.—El mayor tomó un libro y empezó a hojearlo.
—Lo hiciste. Desde que regresaste Yoonie cambio, ya no nos hace cariños.—SeokJin se rió sin humor.
—No vamos a necesitar a Yoonie cuando mamá regrese.—Dijo muy seguro el mayor.
—¿Estas loco? Mamá no va a regresar. Ella tiene una nueva persona favorita.—Soltó sin problema HoSeok.
—¡Eso no es verdad!—Gritó empujándolo.
HoSeok cayó de trasero, no se había lastimado, pues había caído en la alfombra. Se puso de pie con el entrecejo arrugado y viendo con toda la seriedad que un niño de ocho años podía tener a su hermano mayor.
—Es la verdad. Papá nos contó que mamá tiene otra persona favorita.
—Eso no es verdad. El señor es amigo de mamá. Ella se fue para darle una lección a papá y que la buscara ¡Pero papá no lo hace! Solo sigue trayendo a gente estúpida para cuidarnos ¡Quiero que YoonGi se vaya de aquí!—Gritó a todo pulmón golpeando su pie en el piso.
—No, papá ya no es su persona favorita.—TaeHyung y JiMin habían entrado a la habitación tomados de la mano.
—Y también iremos con una señora que nos va a preguntar cosas para saber si nos quedaremos con mamá o papá. Y yo me quiero quedar con papá.—Dijo con seriedad JiMin.
—Ustedes no lo entienden. Mamá va a regresar a casa cuando YoonGi se vaya.—SeokJin se aferraba a las palabras de su madre.
—No quiero que Yoonie se vaya.—TaeHyung hablo fuerte. SeokJin con molestia hizo ademán de empujarlo.
—Vas a lastimarlo como hiciste con Yoonie. Eres feo.
Aquello fue como una patada para el mayor quien veía a los demás con asombro.
—¿Cómo puedes decir que quieres más a alguien que no es mamá?
—Proque mamá dejó a papá sin persona favorita cuando ella encontró a su otra persona favorita. Ella es mala Jinnie.—JiMin se acercó a él.
—¡No es así! Él no es su persona favorita, papá lo es. Ella me lo dijo.—Su voz empezaba a romperse.
—Papá nunca miente Jinnie.—HoSeok dijo aquello con molestia.—Es mala porque se fue y dejó a KoKo aquí solo y ahora Yoonie lo cuida bien y lo quiere mucho.
—Tu también eres malo.—TaeHyung veía a SeokJin con enojo.—Cuando te fuiste hiciste que papá se preocupara mucho. Cuando lo llamaron de la escuela fue a buscarte y tú te fuiste con mamá y dejaste a papá solo otra vez. Papá nunca nos dejaría solos como mamá lo hizo.
—Ustedes no entienden. Mamá dijo que papá no la quería como antes y por eso está haciendo esto. Mamá nos quiere mucho ¿No la quieren ustedes?—SeokJin empezaba a desesperarse.
—Si la queremos, pero es mala Jinnie. No quiero vivir con ella... y ahora tampoco quiero vivir contigo.
SeokJin arrugó el entrecejo y sus ojos se cristalizaron. HoSeok se acercó a él y colocó una mano en su hombro en modo de apoyo.
—Mamá lo prometió.—Habló con voz rota.
—Pero mamá te lastimo Jinnie. Las mamás no hacen eso.—TaeHyung tomó con cuidado la mano con escayola.
NamJoon entró a la habitación y se encontró con los niños rodeando a SeokJin quien parecía estar a punto de llorar. Se adentró al lugar y cuando SeokJin lo vio a los ojos sus lágrimas por fin salieron y empezó a llorar a pecho abierto; NamJoon se apresuró a llegar a él.
—¿Qué pasa?—Preguntó acariciando el cabello de SeokJin.
—Mamá me va a odiar. Ya no me va a querer papá.—Dicho eso lloró con más fuerza aferrándose a su padre.
—No cariño, mamá te ama mucho. A todos ustedes los ama mucho.—Le sonrió a todos.
—Papá.—SeokJin talló uno de sus ojos con su mano.—Mamá dijo que si no hacía que regresara ya no me iba a querer... no quiero que mamá deje de quererme.—A NamJoon le rompió el corazón ver a su pequeño han expuesto.
—No lo dijo en serio. Ella no te dejará de querer nunca.
El resto de los niños se unieron al abrazo de NamJoon y SeokJin. TaeHyung, JiMin y HoSeok empezaron a reírse.
Solo entonces SeokJin dejó el peso que cargaba en sus hombros. Era un niño pero sabía que su madre estaba mal, sabía que los había abandonado y sabía que no los quería.
Pero era su nadre, era imposible para él odiarla. Solo que ahora se daba cuenta de que realmente estaba mal, su padre no era como ella.
—Perdón.—Berreó SeokJin abrazándose más a NamJoon quien sonrió apretando el abrazo en todos los chicos.
—Está bien Jinnie. Podemos beber chocolate caliente con bombones para que no llores más.—HoSeok palmeo con suavidad su cabello.
—Antes que nada.—NamJoon se alejó de ellos.—Mañana deben ir a ver a la psicóloga y ella le dará una... uh, carta a la persona que nos dirá con quien +
van a quedarse. ¿Recuerdan lo que les dije?—Los niños asintieron.
—No mentirle en nada de lo que pregunté.—Respondió JiMin con orgullo.
—Eso es.—Sacudió su cabello y el de abultadas mejillas soltó una risita.
—¡Vamos por Yoonie!—TaeHyung jaló la mano de JiMin para salir corriendo de la habitación.
Abrieron la puerta y estaban por gritar pero se dieron cuenta que el mayor estaba profundamente dormido abrazando a JeongGuk que se aferraba con sus manitas a la camiseta del pálido.
El par de rubios se acercó de manera silenciosa a la cama. Dejaron caer sus hombros al ver que el pálido no iba a despertarse.
—¿Vamos por papá?—Preguntó TaeHyung a JiMin quien asintió. Ambos salieron en silencio de la habitación... YoonGi dejó salir el aire que retenía.
—¡Papá!
—Yoonie está dormido.—TaeHyung hizo un puchero.
—¿Crees que este enfermo? Sus ojos y nariz están rojos.—JiMin arrugó el entrecejo. SeokJin tragó grueso al escuchar eso.
—Vamos a ver.—NamJoon salió de la habitación.
NamJoon con los pequeños entraron a la habitación sin hacer ruido, pues JiMin y TaeHyung se habían encargado de decirles que YoonGi y JeongGuk estaban dormidos y que podían despertarlos.
Cuando NamJoon estuvo al lado de YoonGi arrugó el entrecejo.
—Yoon...—Con su pulgar secó el rastro húmedo de lágrimas a los costados de sus ojos. Tal como los niños habían dicho, sus ojos y nariz estaban rojos y quizás era más notorio por su pálida piel. YoonGi se movió lejos del toque de NamJoon fingiendo estar dormido.
—Dejemos dormir a YoonGi. Debe estar cansado.—Susurró NamJoon a los pequeños.
Todos salieron de la habitación después de que el moreno cubriera al pálido y a JeongGuk con una manta para protegerlos del frío.
Como NamJoon había dicho a los pequeños. Al día siguiente sacó un permiso en la escuela pues debían ir a hablar con la psicóloga; y por si fuera poco, el comportamiento distante y evasivo de YoonGi no estaba ayudando a tranquilizarlo.
—Ustedes quédense aquí.—Indicó NamJoon a YoonGi quien cargaba a JeongGuk en brazos.
El pálido tomó asiento en en la sala de espera, tomó el peluche de JeongGuk y empezó a jugar con él para entretenerlo. NamJoon los vio suspirando y se adentró a la oficina de la psicóloga.
NamJoon saludó a Dra. Min quien le sonrió de manera cálida y tomó a los niños de la mano para llevarlos a una clase de sala de juegos en la cual NamJoon no podía entrar. La mujer le dijo que le tomaría una hora o un par hablar con los pequeños; el moreno entendió el mensaje.
Cuando el rubio salió de la oficina se encontró con la tierna escena de YoonGi jugando con el pequeño JeongGuk que era todo risitas y babas.
NamJoon hubiera sonreído si no fuese por el estado del pálido... Círculos negros, pómulos marcados, ojos sin brillo.
Se acercó dando pasos cuidadosos en dirección al sofá que ocupaban su hijo y YoonGi. Se sentó en ese mismo manteniendo una distancia prudente del pálido, pues se había percatado que éste huía de él.
YoonGi se tensó por un instante pero ignoró al moreno a su lado.
—¿Vas a hacer como que no existo?—Habló algo cansado el moreno después de una media hora de silencio en la cual YoonGi se dedicaba a jugar y hablarle al pequeño JeongGuk.
—Lo siento.—Su voz sonó apagada y NamJoon quiso abrazarlo pero se detuvo.
—¿Qué está mal? Creí que... creí que las cosas entre nosotros habían quedado bien después del beso que compartimos ¿Qué cambio?—YoonGi mordió su labio inferior y luchó contra la urgencia de llorar.
¿Cómo le decía a NamJoon que uno de sus hijos lo había molestado a tal grado de traer de regreso sus inseguridades y todos los recuerdos que mantenía en un rincón de su memoria? ¿Cómo le decía que se sentía sucio por tener pequeños sentimientos por él? ¿Como decirle que se iría?
—Yo...—JeongGuk se recostó en su hombro como si supiera que eso era lo que necesitaba.—Recibí un correo de la universidad.—Sonrió de manera falsa acariciando la pequeña espalda del morocho.—Mis clases empezarán antes y... debo irme.—La mentira sabía amarga en su boca.
—¿Qué?—Preguntó el moreno sin aliento.
—Uh, eso. Debo irme en unos días.—YoonGi desvió la mirada.—Pero ya estoy buscando quien se quede en mi lugar. No te preocupes por eso.—Su tono de voz disminuyó.
—¿Desde cuándo lo sabes? ¿Por qué no me lo habías dicho?—NamJoon se alteró.
—Hace algunos días. Desde entonces estoy buscando la persona correcta para que me suplanté.
—¿Por qué no me lo dijiste?—Aquella pregunta salió con molestia.
—Estabas pasando por demasiadas cosas.—Se encogió de hombros el pálido.
—YoonGi, puedes... puedes seguir cuidando a los niños. Podrías ir a clases en el mismo horario que ellos y podemos meter a Guk en una guardería en ese tiempo. Pronto entrará al jardín de niños... yo...—YoonGi quería decirle que si, que se quedaría. Pero sabía que no podía.
—Lo siento mucho. Sé que será difícil para ellos adaptarse a una nueva persona. Pero está maestría es muy importante para mí.—NamJoon supo que no lo haría cambiar, sabía que YoonGi se iría no importaba si le ofrecía el cielo y las estrellas. Dejó caer sus hombros en derrota.
—Si es lo que quieres.
—Es lo que he soñado toda mi vida.—Su voz flaqueó pero el moreno estaba metido en sus propios pensamientos como para percatarse de aquello.
Así pasó el tiempo en silencio entre ellos en aquella sala de espera. Solo se escuchaba la voz del pequeño Gukkie.
El regreso a casa fue más silencioso de lo normal. Incluso los niños estaban callados.
La psicóloga había dicho que tendrían que asistir al juicio al día siguiente, por lo tanto le dio una hoja firmada donde explicaba la situación para que la entregara en la escuela.
Todo fue silencioso, sólo se escuchaba balbuceo o risas de JeongGuk. Los niños estaban serios.
No se negaron a la cena ni al ir a bañarse o a dormir temprano. NamJoon no cruzó más palabras con YoonGi y el pálido no se esforzó por mantener su fachada a ese punto.
Por la mañana, las cosas parecían un poco más calmadas. Los niños estaban bastante habladores ese día, NamJoon los escuchaba con atención mientras desayunaban.
YoonGi por su lado, estaba de pie a un lado de la silla para niños de JeongGuk dándole desayuno e intentaba ocultarse.
—¿Yoonie?—El pálido se tensó al escuchar la voz de TaeHyung.—¿Por qué no desayunas con nosotros?—Preguntó haciendo un puchero.
—Uhm, no tengo hambre cari-TaeHyung.—Le dio una rápida sonrisa y se giró a ponerle toda su atención a JeongGuk.
—YoonGi, tenemos que hablar.—La voz de NamJoon sonó dura. Las manos de YoonGi temblaron un poco.
—Mañana llega mi remplazo.—Soltó de pronto sin pensarlo.
—¿Qué?—NamJoon se sorprendió.
—¿Qué es remplazó papá?—Preguntó JiMin.
—Es cuando cambias algo o alguien por otro.—Explicó HoSeok.
—¿Nos vas a dejar?—TaeHyung corrió a donde YoonGi se encontraba pasmado.
—Debo ir a clases.—Respondió una vez salió de su ensoñacion.
—Puedes ir a la escuela con nosotros.—Ofreció JiMin.
YoonGi sonrió con dulzura viendo la sonrisa de JiMin. Acarició el cabello de TaeHyung quien le dio una de sus características sonrisas también.
—No puedo ir a tu escuela JiMin. Debo ir a una escuela para personas adultas.—Intentó explicar.
—Pero eso es aburrido.
—Es verdad.—Apoyó HoSeok a TaeHyung.
—Nuestra escuela tiene muchos colores bonitos.—JiMin asintió orgulloso.
—De verdad desearía poder ir a clases con ustedes. Pero debo ir a mi propia escuela.—Explicó con calma el pálido.
Los niños empezaron a llenar a YoonGi con razones por las cuales debía ir a su escuela colorida y no a una aburrida para personas adultas. El pálido se sintió un poco más tranquilo aún si sentía dos pares de ojos taladrando su frente.
NamJoon apresuró a los pequeños a vestirse. Pues debían estar a las 9am en la corte.
YoonGi tomó al pequeño JeongGuk en brazos y se encaminó a las escaleras... pero NamJoon se interpuso en su camino haciendo que el pálido retrocediera un par de pasos con la vista en el suelo.
—¿Qué te pasa?—Preguntó directamente.
—Nada.—Su voz salió en un susurro.
—Pues no lo parece. Dejaste de ser cariñoso con los niños, siempre estás a la defensiva y luces enfermo.—NamJoon suspiró.—Voy a preguntar de nuevo ¿Qué te pasa?
—Solo estoy... estoy estresado por la universidad.—Mintió nuevamente.
—Mírame a los ojos.—Demandó el moreno; YoonGi mordió su labio inferior.—Mírame a los ojos.—Hizo pausa en cada palabra.
YoonGi tragó grueso antes de levantar la vista de una manera lenta y suave hasta llegar a los brillantes ojos del moreno.
—¿Qué te pasa?—Preguntó nuevamente enfatizando cada palabra.—Y si dices algo sobre la universidad nuevamente, voy a palmearte el trasero.
—No quiero estar aquí.—NamJoon abrió los ojos sorprendido. No esperaba aquella respuesta.—No me gusta estar aquí. Quiero irme a casa.—Su voz sonaba rota y aquello hizo que el moreno dejara su actitud dura.
—¿Qué está mal cariño?—Se acercó al pálido.
YoonGi abrió la boca dispuesto a soltar un nombre. Pero solo cerró sus ojos apretándolos para negar y dejar salir sus lágrimas.
—Solo quiero irme.—Habló apenas.
—GiGi...—JeongGuk colocó su manita en la pálida mejilla de YoonGi mientras puchereaba.
YoonGi le sonrió apenas tomando su manita y dejando un beso en la palma. JeongGuk por su lado se escondió en el hueco de su cuello abrazándolo apenas con sus cortos brazos.
—Te quiero.—La aguda voz de JeongGuk salió amortiguada seguida de una risita.
YoonGi abrazó más fuerte -pero aún siendo suave- el pequeño cuerpo de JeongGuk dejando un beso en su mejilla.
—Yo también te quiero mucho Je-KoKo.—Sonrió apenas. NamJoon intentaba descifrar al pálido, pero no podía, no lo entendía.
El pálido se tensó cuando sintió la mano de NamJoon en su mejilla y su pulgar acariciando su piel.
—Nam...
Los gruesos labios del moreno lo hicieron callar. YoonGi parpadeo un par de veces viendo el entrecejo arrugado de NamJoon, era casi como sintiera dolor.
El pálido iba a negarse pero entonces pensó que probablemente ya no tendría oportunidad de hacerlo nuevamente. Con aquello en mente cerró sus ojos y se inclinó un poco más hacia el frente sin llegar a aplastar al pequeño JeongGuk en sus brazos.
NamJoon lamió los rosados labios ajenos y YoonGi abrió más su boca dándole acceso a esta. Suspirando entre el beso, sus lenguas se encontraron en un vaivén lento. Intentaban de manera desesperada obtener suficiente del contrario para sobrevivir a la separación.
YoonGi fue el primero en dar un paso hacia atrás dando por terminado aquel encuentro. Se agachó dejando su frente sobre los labios de NamJoon quien no perdió tiempo y dejó un par de besos en esta con demasiada ternura.
—Lo siento.—YoonGi rodeó al moreno y salió de la cocina.
Con su palma seco sus lágrimas y cuando estaba por llegar a las escaleras se detuvo en seco, SeokJin estaba ahí.
Bajo la mirada de manera sumisa encogiéndose de hombros. Pegó al pequeño JeongGuk a su cuerpo y subió rápidamente las escaleras... Los había visto.
SeokJin, NamJoon y YoonGi se mantenían en silencio en el camino a la corte. El resto de los niños no para de hablar de lo que harían cuando salieran de ahí.
YoonGi sentía náuseas, no se atrevía a respirar si quiera en dirección del moreno, era ridícula la manera en que SeokJin +
le aterraba. Pero no podía con eso.
Peinó su cabello hacia atrás para despejar su frente, sentía una ligera capa de sudor en esta. Incluso -con algo de miedo- bajó el cristal de la ventana. Necesitaba relajarse.
NamJoon le dio indicaciones a YoonGi de donde debían sentarse y a los pequeños les explicó que debían mantenerse en silencio y obedecer al pálido. Lo de mantener silencio se lo recalcó especialmente a TaeHyung y JiMin que eran los más revoltosos.
Cuando HaNa entró al lugar NamJoon quiso reírse. Vestía de manera recatada y fingía muy bien su papel de mustia, MinHo la acompañaba.
Cuando SeokJin miró a su madre no pudo evitar sentir algo de dolor en su pecho. Así que desvío la mirada hacia su padre quien les sonreía.
Los pequeños no entendían muchas de las cosas que se trataban ahí y a veces saltaban un poco cuando su madre gritaba algunas cosas bastantes feas a su padre quien mantenía silencio. YoonGi apretaba de manera inconsciente al pequeño JeongGuk intentando mantener la calma.
Los ojos de todos se abrieron cuando HaNa abofeteo a NamJoon tan fuerte que el golpe resonó por toda la sala.
La corte había fallado a favor de NamJoon y HaNa no tendría derecho a pelear ni la custodia ni una manutención por parte de NamJoon.
—¡Eres un maricon asqueroso!—Gritó enfurecida a NamJoon.—¿Eso quieren que vean los niños? ¿Un par de maricas follando en cualquier lugar?—YoonGi se puso de pie tomando la mano de los niños para sacarlos de ahí, sabía que NamJoon no querría que vieran ese lado de su madre.
—Vamos rápido.—Susurró YoonGi apresurándose a salir.
—¡Tú!—YoonGi sabía que aquello era dirigido a él.—¡Tú eres el culpable de todo esto!—HaNa lanzó su móvil con fuerza en dirección del pálido quien reaccionó rápido y lo esquivó con el corazón latiendo a toda prisa.
El pálido revisó a los pequeños para asegurarse de que estaba bien. Un par de policías inmovilizaron a la mujer que estaba hecha una furia.
—Quiero una orden de restricción.—Habló con una calma bastante alarmante el moreno dirigiéndose al juez quien asintió.
SeokJin no podía dejar de ver a su madre y en cómo se estaba comportando. Sus hermanos habían tenido razón todo el tiempo ¿Por qué le había tomado tanto tiempo en darse cuenta? Su madre era una persona despreciable. Ni siquiera le importo si les hacía daño.
NamJoon se acercó a abrazar a sus hijos con una enorme sonrisa. Los pequeños regresaron el abrazo sonriendo cuando su padre les explicó que se quedarían con él.
YoonGi cedió al pequeño JeongGuk a los brazos de NamJoon quien dejó un sonoro beso en su mejilla haciéndolo reír.
—¡Vamos a comer pastel!—JiMin daba saltitos riendo.
—Debe ser de chocolate. Lo prometiste.—TaeHyung asentía haciendo sus ojos enormes.
—Muy bien.—Asintió el moreno sonriéndoles.—Vamos.—Se puso de pie con JeongGuk aún en brazos.
—¡Yoonie vamos!—HoSeok tiró de su brazo.
—Lo siento, debo ir a casa a empacar.—Se soltó de manera suave del agarre del pelirrojo quien lo vio con un leve dolor en sus ojos.
—Pero... debes ir con nosotros.—Su entrecejo se arrugó.
—Después celebrare con ustedes ¿Está bien?—Sonrió levemente a HoSeok despeinando su cabello.
—Te llevó a casa entonces.—Ofreció NamJoon con seriedad.
—¡No!—YoonGi carraspeó.—No, puedo tomar un taxi. Estaré bien.—Se despidió del grupo agitando sus manos y salió casi corriendo.
SeokJin se abrazó a sí mismo al ver la figura del pálido volverse más lejana con cada paso. Quería decirle todo a su padre y quería disculparse pero tenía miedo... le asustaba que su papá se volviera como su madre si le decía la verdad, sí le decía que no lo había hecho bien.
YoonGi preparó sus maletas con lentitud. Metió todas sus pertenencias, no llevaba nada que le recordará demasiado a aquel lugar.
Cuando tomó las cartas y dibujos que los niños hacían para él por fin se derrumbó llorando mientras abrazaba aquellas hojas arrugándolas.
Después de un rato se obligó a controlarse. Pues no sabía en qué momento los niños y NamJoon estarían de regreso. Guardo las hojas en su mochila y tomó la muda de ropa que había dejado afuera para darse una ducha fría. Necesitaba que lo hinchado de su cara bajara rápido.
Era bastante tarde -para los pequeños- cuando escuchó la puerta principal abrirse y el silencio de la casa ser remplazado con risas y gritos.
Salió de su habitación y se encaminó a las escaleras. NamJoon debía estar muerto, así que le ayudaría a ducharlos y dormirlos.
SeokJin y HoSeok tomarían una ducha con su padre, mientras YoonGi se encargaría del resto.
JeongGuk dejaba besos en las mejillas de sus hermanos y se reía por la espuma de la tina. YoonGi estaba empapado, quizás meter los tres al mismo tiempo había sido una muy mala idea.
Pero al menos se había estado riendo por cosas que haciando o decían los pequeños.
Su corazón se sentía más ligero al haberse cargado con risas y mimos de los niños. Metió su mano a la tina y comprobó que el agua empezaba a enfriarse, era hora de sacarlos y vestirlos.
Había metido al par de rubios a la cama y se habían dormido al instante. Por ahora mecía al pequeño JeongGuk en sus brazos, estaba quedándose dormido por pequeños momentos y volvía a moverse intentando mantenerse despierto. YoonGi daba palmaditas suaves en su espalda y tarareaba.
Cuando escucho un suave ronquido que le sacó una risita, lo acomodó con mucho cuidado sobre su cuna y encendió el monitor por si se despertaba.
Se aseguró de que la ventana estuviera cerrada, que se encontrara bien abrigado, encendió la lámpara de estrellas y salió en silencio.
Cuando se adentró a su habitación cerrando con cuidado la puerta un par de manos en su cadera lo giraron de manera brusca.
NamJoon pegó su frente a la del pálido con los ojos cerrados.
—Por favor no te vayas.—Rogó con voz ronca.
—¿Q-qué haces aquí?—Preguntó el pálido alarmado.
—YoonGi... por favor... por favor no me dejes. No nos dejes.—NamJoon lucía tan vulnerable. YoonGi colocó sus manos en las morenas mejillas del contrario y las acarició con sus pulgares de manera suave.
—Tengo que irme.—Su voz también salió ronca por el tono bajo.
—No, no tienes. Podemos solucionarlo juntos.—Se separó del pálido para verlo esperanzado.
YoonGi mordió su labio inferior sopesando las posibilidades. Deslizó sus manos hasta dejarlas en el cuello de NamJoon.
—NamJoon...Seo...—NamJoon estampó sus gruesos labios con los delgados belfos del pálido.
YoonGi suspiró inclinando su cabeza hacia atrás para darle más acceso al moreno. NamJoon colocó sus manos en la delgada cintura del pálido.
YoonGi colocó sus brazos sobre los hombros del moreno y jugó con el cabello de su nuca. Mientras abría más la boca e inclinaba su cabeza para profundizarlo.
Las grandes manos de NamJoon hicieron su camino al pequeño y redondo trasero de YoonGi para cargarlo a la cama.
Lo recostó con suavidad en medio de ésta sin deshacer el beso. El pálido apretó sus piernas al rededor de las caderas de NamJoon pegándolo más a él.
Cuando el moreno empezó a dejar un rastro de besos desde su boca a su mandíbula, no detuvo el profundo gemido que salió de sus +
labios. Hizo un puño el cabello de la nuca de NamJoon y arqueó su espalda frotando sus pechos juntos cuando el mayor mordió sutilmente su cuello dejando una marca.
—Joonie.—Suspiró sin aliento el pálido.
—Aquí estoy cariño.—Besó nuevamente los delgados labios del castaño.
Con urgencia pero al mismo tiempo con una suavidad casi dolorosa, NamJoon metió una de sus manos bajo la camiseta de YoonGi haciéndolo temblar por la sensación de los largos dedos del moreno en su sensible piel.
Empezaba a ser insuficiente.
Con urgencia. El pálido jaló de la camiseta del moreno sacándola por completo. Cargó su peso en sus codos para ver a NamJoon que estaba hincado entre sus piernas y totalmente erguido viendo hacia abajo al pálido que relamía sus labios por la imagen frente a él.
NamJoon tenía aquella preciosa piel morena, su cara estaba levemente sonrojada y sus labios rojizos por la sesión de besos. Se podía ver la lujuria en sus ojos...
Bajando su mirada, YoonGi se encontró con el largo cuello que abrazaba aquellas clavículas que parecían pedir a +
gritos que las marcarán. Su moreno pecho subía y bajaba de manera constante pero algo acelerada, sus abs se contraían levemente por la exitación y la rápida respiración de NamJoon. Las venas de sus brazos se marcaban de una manera suave, aquello solo hacía que YoonGi tuviera la +
urgencia de lamerlos y quizás morderlos... Y de sus caderas casi como si se burlaran de él. El elástico del pijama abrazaba las caderas del moreno, dejando a la vista el bulto que empezaba a formarse en este.
YoonGi quería sentir en su boca el caliente miembro.
NamJoon se inclinó para sacar la camiseta de YoonGi también, necesitaba verlo y sentirlo.
Cuando estuvo libre de la prenda se dejó caer de nuevo en el colchón dejando su cabello revuelto.
—Eres precioso.—El rubio acarició la pálida mejilla con sus nudillos.
El castaño estiró sus manos al elástico de la pijama de NamJoon quien se bajó de la cama para deshacerse de el y de sus bóxers quedando completamente desnudo frente a YoonGi quien parecía comerse cada milímetro de su piel con la mirada.
—Ven aquí.—Habló con voz ronca acercándose a YoonGi.
Sacó sus tenis y calcetines para después jalar de su pantalón con sus bóxers. Los cuales dejó por algún lugar en el piso con el resto de sus prendas. El pálido luchó contra la urgencia de cubrir su cuerpo.
NamJoon suspiró de manera profunda antes de tomar la pierna donde aún se veían algunas marcas de la quemadura.
Empezó a buscarla desde el tobillo hasta llegar arriba de la rodilla viendo al pálido directamente a los ojos.
Le sonrió con malicia y mordió la blanda carne sacándole +
un gemido. Aquello aceleró el pulso del moreno, saber que sus caricias lo tenían de aquella manera... le encantaba saberse capaz de eso.
Siguió con su camino para dejar suaves besos en las marcas y se dirigió dejando un rastro de saliva con su lengua al interior del muslo.
YoonGi intentó cerrar las piernas pero NamJoon sostuvo sus rodillas y lo hizo permanecer con ellas abiertas.
El moreno dejó húmedos besos y leves mordidas a los costados del duro pene del pálido, sacándole suspiros al sentir el húmedo músculo sobre su piel.
YoonGi dejó salir un largo y profundo gemido echando su cabeza hacia atrás cuando NamJoon engulló su miembro por completo sin previo aviso.
El pálido arqueó su espalda y encogió sus piernas al sentir como la lengua del mayor dejaba rastros de saliva en su glande.
Podía sentir el palpitante miembro del pálido contra su boca, como sus venas se marcaban y empujaban en su lengua. El moreno subió ambas manos, con una acariciaba de manera lenta el pálido vientre hasta llegar a uno de sus pechos y el otro lo llevó a su boca para que lamiera +
sus dedos.
YoonGi tomó el brazo del moreno y succionaba con ímpetu pasando su lengua ensalivada entre los largos dedos para mojarlos lo suficiente.
NamJoon lamió y mordió suavemente el rojizo glands haciendo que el cuerpo del pálido temblara de extasis.
Cuando sacó sus dedos de la boca de YoonGi un hilo de saliva mojó su barbilla y pecho. El pálido relamió sus labios viendo al moreno a los ojos quien le sonrió besando su plano vientre.
Sin mucha prisa adentro uno de sus dedos en el apretado cuerpo del pálido sacándole un gemido+
entre lastimero y excitado. Todo lugar por donde los besos y manos del mayor tocaban se sentía como lava caliente, pero por más que se quemaba. No lo odiaba, sólo se encontraba deseando tener más y más.
NamJoon metió la mitad de su dedo moviéndolo en círculos mientras besaba, lamía y mordisqueaba los pezones de YoonGi quien se retorcía bajo su cuerpo.
Cuando adentró otro dedo mordió con algo de fuerza una de sus clavículas dejando una marca rojiza.
—Joonie.—Cerró los ojos gimiendo.—Tú... A ti... Te quiero a ti...—Gemía el pálido entre suplicas.
Pero NamJoon negó sonriendo. Metiendo solo la mitad de sus dedos busco por la prostata del pequeño y cuando lo sintió tensarse para después temblar supo que lo había encontrado.
—¡Ahí!—Gritó entre dientes echando la cabeza hacia atrás. NamJoon tocó nuevamente el lugar y YoonGi se deshizo en gemidos y temblores. Pronto su estómago estaba cubierto de semen y le costaba horrores respirar.—Dios...—Dijo sin aliento.
NamJoon soltó una risita y se relamió los labios al ver a YoonGi a su merced. Su pálido cuerpo brillaba por una ligera capa de sudor, algunos mechones de cabello se pegaban a su frente.
El moreno se inclinó sobre el manchado vientre del pálido y con su lengua empezó a limpiarlo.
Sin tragar el semen por completo con facilidad giró el cuerpo de YoonGi dejándolo boca abajo. Tomó con fuerza sus caderas y las elevó dándole libre acceso a su ano.
Con sus manos separó más los glúteos del pálido y abriendo la boca dejó caer la viscoza mezcla sobre su entrada.
Dejó un beso en medio de su espalda y con una de sus manos esparció el semen mezclado con saliva. También mojó su palma para después restregar su propio pene y hacerlo más resbaladizo.
Cuando alineó su pene con la entrada de YoonGi, se percató de que el pálido lo veía sobre su +
hombro por el rabillo del ojo. Su boca estaba abierta y su cara sonrojada. NamJoon le dio una sonrisa socarrona y se adentró poco a poco en el pequeño cuerpo que se fue extendiendo para abrazarlo por completo.
—¡Sí!—Gruñó el moreno tomando las caderas ajenas.
YoonGi dejó salir débiles gemidos y quejidos, pues se amortiguaban con sus brazos los cuales mantenía sobre su cabeza pegándolos a sus labios y haciendo puños las sábanas. Los dedos de sus pies se curvaron al sentir como de vez en cuando entre estocadas, NamJoon se movía de +
forma circular tocando a veces apenas su prostata haciéndolo perder la cordura.
—Quiero... más...—Lloriqueo YoonGi dejando salir lágrimas al no saber controlar tanta lujuria.—Por favor... más... más rápido...—Cada vez que hablaba NamJoon entraba más duro.
El moreno se percato de que YoonGi hablaría de nuevo, así que dejó una fuerte palmada en el pálido trasero que rápidamente se volvió rojo.
—No me digas que hacer, gatito.—Advirtió el mayor inclinándose un poco para tomar al pálido por el cuello y levantar su cuerpo manteniendo +
su espalda curveada. Lo obligó a girar su cabeza y besó con furia sus delgados labios.
Cuando NamJoon aumentó la profundidad y el ritmo; YoonGi se separó para gemir cerrando los ojos.
—Es-Estoy ce... cerca...—Estaba sin aliento.—No-No puedo...—Lloriqueo el pálido.
NamJoon lo doblo de nuevo pegando su pecho a la cama. Cargó su peso en sus manos y empezó a penetrar de manera certera al pálido. El rubio sentía su propio orgasmo formarse, sus músculos se tensaron cuando estaba en su límite y YoonGi solo decía incoherencias mientras se +
removía en cada estocada. Pronto ambos se corrieron... YoonGi en las sábanas y NamJoon en su interior.
El moreno abrazó la cintura del pálido y los hizo caer de lado estando de cucharita, sus respiraciones eran erráticas y sus músculos se seguían tensando.
El mayor dejó un beso en la pálida nuca de YoonGi quien temblo. No supo si por el beso o por el segundo orgasmo que acababa de tener.
Después de un par de minutos cuando se encontraron más cuerdos y la nube de lujuria había bajado un poco, NamJoon se deslizó de manera muy lenta +
fuera de YoonGi quien gimio por lo sensible que se encontraba aún.
El pálido sintió el caliente y viscoso líquido correr fuera de su ano y bajar por su glúteo hasta humedecer la sábana.
Sabía que debían tomar una ducha, pero se encontraba tan cómoda entre los brazos de NamJoon.
YoonGi se sentía tan lleno pero tan cansado al mismo tiempo que ni siquiera se movió un milímetro. Solo cerró los ojos y se dejó abrazar por Morfeo.
Cuando NamJoon se recuperó completamente de puso de pie y se dirigió al baño, tomó una de las toallas limpias y la humedeció con +
agua tibia. Regresó a la habitación y con cuidado tomó primero el cuerpo del pálido y lo alejó de la gran mancha húmeda de semen que habían dejado.
Limpio sus glúteos y muslos con ternura. Después lo giró para limpiar su vientre y regresó al baño.
Nuevamente humedeció otra toalla y regresó a limpiar el resto del cuerpo del pálido. YoonGi se quejaba un poco dormido e incluso se quejaba cuando se movía. NamJoon sintió culpa por haber sido tan rudo.
Con algo de dificultad, sacó las sábanas sucias y colocó unas limpias.
Cuando estuvo seguro de que YoonGi estaba limpio y cómodo fue al baño y tomó una rápida ducha. Simplemente secó su cuerpo y se adentró bajo la sábanas pegando el pequeño y pálido cuerpo de YoonGi al suyo. Antes de dormirse, dejo un beso en su frente y lo pego más a su cuerpo.
Cuando NamJoon despertó por la mañana se alarmó al no sentir el pequeño cuerpo de YoonGi a su lado, despertó de golpe palpando la cama pero entonces vio la hoja en la mesita de noche y su alma cayó a sus pies.
All the love, x.
NamJoon busco al pálido en cada rincón de aquella habitación sintiendo que lloraría en cualquier momento al no encontrar ni una sola pertenencia del pálido chico.
Por su parte, YoonGi se encogía abrazando a Holly y oliendo la camiseta que había robado de NamJoon.
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—Aquí están los postres Yoon.—EunHa le entregó un par de platos y cubiertos en una charola, el pálido la tomó y llevó el pedido a la pareja que se daba tiernas sonrisas. Sin poder evitarlo, elntambien sonrió de manera genuina al verlos.
—¿A qué hora termina tu turno?—Preguntó a la rubia cuando estuvo sentado a su lado.
—En una hora.—Respondió la chica con alegria.—¿Qué hay de ti?—YoonGi bufó.
—Hasta que el café cierre.—EunHa le dio palmaditas en el hombro en seña de comprensión.
—Al menos tus clases no empiezan del todo.—Intentó animarlo la rubia a lo que YoonGi le dio una mirada furibunda.
—El deber llama.—YoonGi señaló con su barbilla al ver que algunos clientes alzaban sus manos llamando su atención. La chica gimio en protesta.
—¿Puedes...?—La rubia lo vio con ojos de cachorro a lo que YoonGi puso sus ojos en blanco.
—Bien.—Se encaminó con su mejor sonrisa a la mesa.
La campanilla de la entrada sonó y se escuchó algo de alboroto, YoonGi sonrió internamente al pensar en que EunHa estaría quejándose.
El pálido se encontró siendo acaparado por algunos clientes, limpiando algo que habían derramado, pidiendo más bebidas o comida. Se volvió un poco calórico hasta pasada unos usents minutos las cosas se tranquilizaron y pudo sentarse de nuevo.
Solo quería ir a casa, hacer fideos instantáneos y dormir acurrucado con Holly.
—Min, mi turno termino.—Informó EunHa, YoonGi se quejó internamente. Pues había un lapso de media hora en la cual estaba prácticamente el solo como mesero.
—Bien, te veo mañana.—EunHa agitó su mano.
YoonGi agradeció cuando llegó JiChan pues para cuando había cambio de turno, el lugar solía llenarse y los pedidos e incidentes llovían por todos lados.
YoonGi vio la fecha en su celular y sonrió con ternura; pero el llamado de JiChan lo sacó de su ensoñacion.
Las horas restantes se fueron muy rápido, pues no había tenido ningún momento para pensar en algo. Solo había ido de un lado a otro corriendo para entregar pedidos.
—Dios, sólo quiero encontrar otro empleo.—JiChan se dejó caer en el banquillo al lado del pálido.
—Dímelo a mí. Ya tengo cuatro meses aquí. Pero al menos no paso frío.—Intentó ser optimista viendo por el gran ventanal al exterior.
—¿Cómo lo llevas?—YoonGi se tensó.
—No he sabido de ellos por un largo tiempo ahora. Espero que estén bien.—Sonrió levemente.
—Bueno.—Aplaudió JiChan poniéndose de pie.—¡Hora de limpiar el lugar!—YoonGi rodó los ojos pero aún así tomo una charola para recoger tazas y platos que habían quedado desperdigados en algunas mesas.
La campaña sonó y YoonGi suspiró profundamente.
—Lo siento ya c...—La charola cayó de sus manos.
—¡Yoonie!—JiMin fue el primero en correr a abrazar al pálido que se había congelado.
—¡GiGi! ¡Papá, es GiGi!—JeongGuk se removía en los brazos del moreno para llegar al pálido.
—¡Yoonie!—Gritaron HoSeok y TaeHyung a la par que corrían a abrazar al castaño que no despegaba sus ojos de NamJoon. Ni siquiera cuando este se agachó para bajar al pequeño JeongGuk que corrió hacia YoonGi riendo y agitando sus manitas.
—¡GiGi!—Solo cuando el pálido sintió el tirón en su mandil y se agachó para encontrarse con el pequeño JeongGuk abrazando sus piernas y su barbilla pegada a su muslo viéndolo con una sonrisa salió de su ensoñacion.
—Hola.—El pálido se hincó y abrazó a los niños.
—Yoonie te fuiste.—Regañó TaeHyung.
—Tenía que ir a clases.—Respondió sonriendo con pena.
—No es verdad. No seas como mamá. No mientas.—Habló por primera vez SeokJin. YoonGi lo vio tragando grueso.
—Yo...—Parpadeo algunas veces viendo a SeokJin y NamJoon de manera alterna.
—Lo sabemos.—HoSeok abrazó a YoonGi.—Lo sentimos, Yoonie.—El pequeño dejó un beso en su mejilla, YoonGi arrugó el entrecejo.
—Perdón por mi comportamiento, sé que hice cosas malas y que si me odias +
está bien. Solo quería disculparme.—SeokJin mordisqueó su labio inferior. Los ojos de YoonGi se aguaron y un nudo se instaló en su garganta.
—Ven.—Moviendo suavemente a HoSeok estiró sus brazos a SeokJin quien corrió a abrazarlo llorando.
—¡Lo siento mucho!—Lo abrazo fuerte.
Cuando JiChan salió de la cocina para ver si YoonGi había terminado se encontró con el montón de niños y el moreno.
—Creo que tendré que limpiar yo ¿Cierto?—Preguntó viendo con reproche al pálido.
—No. No.—YoonGi se secó las lágrimas y se rió.—Yo lo haré—Aseguró a su compañero.
—¿Podemos ayudar?—Preguntó TaeHyung.
—Seremos muy cuidadosos Yoonie.—JiMin lo veía con ojos brillantes.
—Claro que pueden.—Aseguró el pálido. Los niños empezaron a recoger los trastes y acomodar las sillas de manera correcta. YoonGi los vio con orgullo, habían madurado mucho.
Cuando el lugar estuvo limpio los niños de rieron sintiéndose orgullosos. En todo momento NamJoon y YoonGi habían cruzado moradas más de una vez pero jamás dijeron palabra alguna.
—¡Nos vemos mañana Yoon!—JiChan se despidió agitando su mano.
—Bueno...—No sabía cómo despedirse.
—¿Vendrás a casa Yoonie?—Preguntó JiMin con ojos brillantes.
—Tenemos chocolate caliente y papá puede hacer tostadas ¡Ya no se le queman!—Anunció con emoción TaeHyung. Los mayores rieron por aquello, aunque NamJoon con algo de pena.
—¿Yoonie?—SeokJin preguntó viéndolo con ojos llorosos.
—Debo ir a casa... Holly esta solo...
—Papá ¿Podemos ir por Holly?—HoSeok preguntaba dando saltitos aplaudiendo.
—Niños.—Dijo en tono de advertencia, los pequeños dejaron caer sus hombros.
—Lo sentimos Yoonie.—Dijeron los pequeños bajando su cabeza.
—No, no. Está bien.—YoonGi le hablaba a los pequeños.—Yo...—Levantó su mirada hasta engancharla con la de NamJoon.—¿Po-Podemos ir por-por Holly?—Se pateo mentalmente por tartamudear.
NamJoon peleó con todas sus fuerzas por no sonreír... falló en el intento.
—¡Claro!—Carraspeó y volvió a recuperar la compostura.—Quiero decir... claro.—Los niños empezaron a saltar riendo, JeongGuk estiró sus brazos al pálido para que lo cargara y él sonriendo lo hizo.
YoonGi metió una muda de ropa en una mochila pequeña, productos de aseo personal -por si necesitaba- y algo de comida para Holly, le colocó la correo y salió de casa asegurándola.
Cuando regresó al auto los niños empezaron a hablarle al perrito quien meneaba su cola con emoción.
Cuando llegaron a casa Holly empezó a correr por todos lados y los niños lo perseguían. JeongGuk olvidó los brazos del pálido por unirse a sus hermanos.
—Entonces...—Empezó NamJoon.—Hola de nuevo, gatito. Nos encontramos de nuevo ¿Crees que esta vez si sea nuestro momento?
YoonGi vio a los niños reír mientras jugaban con su cachorro. JeongGuk hacía caras y un poco de baba humedecía sus rosados labios al ser un poco torpe al hablar. Los otros se burlaban de eso pero Holly lamia las mejillas del pequeño haciéndolo reír.
Sintió la calidez de una familia que podría llamar suya en su pecho. Una sonrisa se plasmó en sus labios y sus ojos se llenaron de amor. Giró a encarar a NamJoon quien se relajó al verlo de aquella manera.
—Ya veremos.—Respondió antes de unir sus labios.
✧ ᴇʟ ғɪɴ ✧
Wow! fue un recorrido largo y corto al mismo tiempo. Muchas gracias por tomarse el tiempo de leer. Bienvenidos a los nuevos que llegaron acá por este AU. Gracias por tenerme paciencia como siempre, y pues que los amo mucho y nos leemos por ahí ♡
Al the Love, x.
✧ 𝖧𝖴𝖲𝖡𝖠𝖭𝖣 𝟤.𝟢 ✧
Después de luchar contra los revoltosos pequeños Kim, YoonGi ha regresado a casa con ellos para quedarse. No solo eso ¡Se ha casado con Kim NamJoon!
Pero algo extraño pasa con el moreno.
¿Qué oculta de YoonGi?