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ℳ𝑜𝑜𝓃 ♡

ℳ𝑜𝑜𝓃 ♡
@moonlovesmin

Sep 13, 2018
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☉ sᴀᴠᴇ ᴍᴇ ☉ La familia de JiMin está mal relacionada y éste se la pasa ocultándose de ellos. JeongGuk, lo ayuda dándole empleo en su pequeña empresa. Pero NamJoon lo odia y no deja de molestarlo. Todo se complica cuando el padre de JiMin lo tiene en la mira.

☉ JeongGuk y JiMin son mejores amigos. ☉ La edad de Nam será mayor. ☉ JeongGuk es mayor que JiMin por un año. ☉ 🔞⚠️ ☉ Por favor no respondan en el hilo, solo citen.
JiMin observaba su cabello ahora rubio. No pudo evitar hacer una mueca de disgusto, pero prefería eso. Las pequeñas ondas no se veían mal y su rostro cambiaba bastante con solo su cabello, se colocó los lentes de contacto cafés oscuros para ocultar sus ojos azules, maquilló sus
labios para hacerlos ver más pequeños y se colocó el conjunto que había elegido con anterioridad. Pantalón holgado de tela suave, camisa de cuadros y zapatos de vestir. Como último colocó unas gafas de marco grueso y asintió gustoso con su aspecto.
Él definitivamente no usaría algo como eso en otras circunstancias, sin embargo debía pasar lo más inadvertido posible. Vio el reloj en su muñeca y tomó su mochila para salir de su pequeñísimo departamento para ir a la parada del autobús para esperar el suyo. Después de diez
minutos el transporte llegó y JiMin se subió pagando la tarifa indicada. Por la hora iba bastante lleno, pero estaba bien, increíblemente se sentía más seguro rodeado de personas que estando solo… aunque sabía que eso no ayudaba en nada.
Cuando el autobús se detuvo en la zona central de la ciudad se bajo y emprendió su caminata. Era una suerte que la parada estuviera a solo tres manzanas de su nuevo empleo. Conforme se acercaba, el lugar se volvió visible dejando ver “MONO CORPORATION”.
La empresa de la familia de su mejor amigo, Jeon JeongGuk. JiMin estaba infinitamente agradecido de que su mejor amigo le ofreciera un empleo simple pero qué le serviría para vivir de manera adecuada.
Cuando entro al vestíbulo suspiro al ver lo bonito que era el interior, la recepción era preciosa. El espacio era grande e iluminado en su mayoría con luz natural, que entraba por grandes ventanales, había un bonito espejo de agua y un pequeño jardín interior.
JiMin vio aquello con ojos soñadores, su sueño frustrado era estudiar interiorismo, ademas de tener una vida normal, claro. La chica lo saludo amablemente, iba con una falda debajo de la rodilla de color rosa pastel y una blusa blanca con mangas transparentes, cabello
recogido dejando mechones despeinados y un maquillaje natural. Todo era demasiado profesional. ––Buenos días, soy Park JiMin.––Se presentó el rubio. ––Oh, hola señor Park, el joven JeongGuk me dejo esto para usted.––La castaña entrego una pequeña carpeta, un juego de llaves y +
un gafete con su nombre, una clave en éste y un código de barras.––El elevador y el almacén de documentos abren con las tarjetas del personal… solo algunos y es también para la cafetería.
JiMin arqueó las cejas, JeongGuk había dicho que la empresa que tenían él y su hermano mayor era pequeña, pero ahora dudaba muchísimo de eso. ––Oh, está bien, gracias… ––JiSoo, Kim JiSoo.–Sonrío amablemente la chica.
––JiSoo.––Repitió JiMin sonriendo.––Por favor, dime JiMin, es incomodo que me llamen por mi apellido. Eso y que ni siquiera era su apellido real. ––¡Claro! Dicho eso, JiMin se despidió una vez más y se dirigió a los elevadores donde ademas de los usuales botones había un
escáner, colocó su tarjeta y tal como JiSoo había dicho, empezó a moverse. El rubio relamió sus labios nervioso y aquello solo empeoro cuando llegó a su piso y las puertas se abrieron. Tomó con fuerza la correa de su mochila y encuadro sus hombros para salir del
elevador y adentrarse al lugar. Había otra recepción pequeña donde estaba una rubia de grandes ojos linda sonrisa. JiMin la saludo y obtuvo un saludo de regreso sin cuestionamientos o presentaciones. Conforme siguió avanzando pudo ver que había una sección pequeña de cubículos
que eran mas como pequeñas oficinas separadas por muros de cristal. Era una clase de isla pequeña de secretarias y secretarios ya que estaban rodeados de un enorme pasillo donde habia algunas plantas, muros parciales de madera y cristal que era cubiertos por persianas elegantes
que dejaban entrever el interior de las oficinas. Y pensar que JeongGuk realmente recalcaba el hecho de que era una “pequeña empresa” todo el tiempo. —¡Hola! ¿Eres el nuevo secretario?—Preguntó chica de piel morena y ojos amenazantes.—Soy HyeJin.
—Ah, JiMin. Y sí, soy el nuevo secretario. —Eres guapo.—Dijo un chico bastante pálido.—Soy Min YoonGi, trabajo para Kim NamJoon. JiMin asintió al escuchar el nombre del hermano mayor de JeongGuk. Por lo que el rubio sabía, NamJoon tenía treinta y cuatro años, así que era ocho
años mayor que JeongGuk y nueve años mayor que él. A pesar de que ambos iban a clases juntos en la preparatoria en suiza, eso pasó porque JeongGuk se tomó un año sabático mientras que JiMin entró a sus clases nada más terminar secundaria.
Durante sus años de amistad jamás había visto a su hermano en persona, solo en fotografías que JeongGuk mostraba a veces donde salía el moreno. La cosa era que, NamJoon y JeongGuk eran medios hermanos. Cuando el mayor tenía tres años, su padre murió en un accidente
automovilístico a causa de conducir alcoholíizado; dejándolos así a su madre y a él solos. Pero entonces la señora -ahora- Jeon, conoció al padre de JeongGuk y se casaron y entonces, años después vino JeongGuk. Aunque el hombre ofreció darle su apellido al mayor, la señora Jeon
no quiso. No por hacer diferencia entre sus hijos, sino por respeto a su difunto marido. Aún así, hablaron con NamJoon al cumplir dieciséis años sobre cambiar su apellido, pero este se negó diciendo que le encantaba tener algo que lo conectara con su padre biológico. Aún así, el
señor Jeon jamás puso en duda el amor del moreno hacia él, pues era su padre de crianza. YoonGi lo arrastró tomándolo de la muñeca a un cubículo vacío. —Aquí, este es el tuyo.—Le informo sonriéndole.—Hay un comedor general en la planta baja pero aquí tenemos una pequeña cocina
por allá.—Con uno de sus delicados + dedos señaló una puerta de madera con pequeñas franjas de aluminio. —Gracias. Uh ¿a que hora llega JeongGuk normalmente? —¿Ya me extrañas? Aquella pregunta lo hizo sonreír automáticamente y sin pensarlo saltó hacia su mejor amigo quien lo
recibió con los brazos abiertos. Después de aquel emotivo saludo se alejaron un poco para verse los rostros sonrientes. —Te ves muy guapo de traje ¿quien diría que eres el mismo chico que salía hasta con tres chicas a la vez en el colegio?—Aquella revelación ni siquiera tomó
por sorpresa al resto de empleados. Y JeongGuk por su parte ni siquiera negó aquella acusación, muy por el contrario la reforzó. —Sabes que las chicas de ahí eran una belleza y no me alcanzaba el tiempo que estaría para salir con una a la vez.
—Se encogió de hombros restándole importancia.—Pero bueno ¿que te parece el lugar? Acabamos de cambiarnos, mi hermano hizo algunos tratos que dejaron bastante ganancia y nos expandimos un poco. —El lugar es precioso Guk... —¿Hay alguna reunión de la que no esté enterado?
Aquella voz hizo que JiMin temblara en su lugar y se giró para ver al dueño. Reconoció a NamJoon rápidamente gracias a las fotografías que JeongGuk le había mostrado en el pasado, pero debía admitir que dichas fotos no le hacían justicia al hombre.
JiMin pensó en que el hombre llevaba un traje hecho a la medida y era un modelo. Porque no había manera en el mundo que un simple empresario luciera tan bien un traje. El pulcro traje gris resaltaba los lugares adecuados de NamJoon, abrazaba sus hombros, cintura y piernas de una
manera preciosa, dejándole ver a cualquiera que bajo aquella aburrida tela había un cuerpo de infarto. JiMin tragó duro al llevar sus ojos al rostro del moreno quien lo estudiaba sin disimulo. Labios gruesos, hoyuelos levemente marcados, nariz pequeña y ojos preciosos.
Llevaba el cabello peinado hacia atrás dejando a la vista su frente, dándole un aire muchísimo más fiero. Quizás su empleo si iba a ser un poco más complicado de lo que había previsto. —Joon, él es JiMin el amigo del que te hable. Hoy empezará a trabajar.—El moreno arrugó el
entrecejo y JiMin se apresuró a extender su mano. —Soy Park JiMin, mucho gusto.—Pero NamJoon vio primero su palma extendida y después su rostro. Muy a fuerzas la tomó rápidamente y la soltó como si fuera un repudiado.
—Tenemos reglamento de vestimenta señor Park.—La palabras salieron duras de aquellos esponjosos labios. —Uh, no lo sabía; lo lamento. No se repetirá.
—Por supuesto.—Volvió a verlo de manera dura pero después se giró hacia donde JeongGuk lo veía un poco molesto.—Necesito que vengas a mi oficina.—Y sin esperar a que le respondiera se fue de ahí para entrar a una de las oficinas. —Me odia.—Soltó JiMin dejando caer sus hombros.
—No, NamJoon es así con todos. —¿Se supone que eso me haga sentir mejor?—Preguntó JiMin incrédulo. Pero JeongGuk solo se encogió de hombros restándole importancia y yendo a la oficina de su hermano.
JeongGuk cerró la puerta a su espalda y tomó asiento frente a su hermano quien tenía los ojos puestos en la pantalla del computador. —¿Qué pasa ahora?—Preguntó el menor sabiendo que tenía algo que decirle. —Ese amigo tuyo. Quiero que se vaya.
—¿Qué? —Acabo de ver su expediente, apenas y terminó sus estudios básicos, no tiene ni una carrera abandonada y no me da buena espina.
—Joon, siempre apoyo tus decisiones o la mayor parte del tiempo, pero esta vez no. JiMin es un buen chico y es verdad que no ha estado en ninguna universidad, pero tiene sus razones. No deberías simplemente juzgarlo por algo como eso.
El moreno dejó de revisar los correos electrónicos que había marcado como urgentes desde su móvil para ver a su hermano mayor quién lo veía con un rostro serio y nada de diversión. Aquello causó un malestar en su pecho porque sabía que JeongGuk se ponía así de serio cuando
había algo. Relamió sus labios y terminó suspirando de manera profunda. —¿Sabe que no solo eres su secretario sino mío también? ¿Cómo maneja eso?
––Se lo voy a informar; y todos sus deberes en cuanto me dejes salir de aquí para dejar de perder tiempo y pueda explicarle eso. Así que si me permites.—Dicho eso se puso de pie y salió de la oficina dejando al moreno con esa incomoda sensación de que algo estaba mal.
Su móvil empezó a sonar y dejó sus malestares para después, tenía una montaña de trabajo que hacer.
JiMin dejó de balancear su cuerpo de atrás hacia adelante cuando vio a JeongGuk salir de la oficina y dirigirse a él con una sonrisa. —Sigueme, voy a mostrarte lo que estarás haciendo. JiMin asintió y siguió a su mejor migo a la que supuso era su oficina.
JeongGuk había dicho a su rubio como se manejaban los secretarios de NamJoon y él. Sí, YoonGi era el secretario de NamJoon pero a veces el trabajo se acumulaba y entonces él debía darle una mano o viceversa. Aquello estaba bien, no pensaba salir huyendo por la causa del moreno.
Debía organizar documentación de contratos, organizar agendas, reuniones, comidas, encuentros, buscar papeleo, ir a algunos lugares en caso de requerirlo, archivar papeleo físico y digital. Bien, tenía algo que hacer y aquello le gustaba muchísimo, pues no esperaba obtener
nada de manera gratis. Le gustaba esforzarse para obtener lo que tenía. Así que sin perder el tiempo empezó a hojear la agenda de JeongGuk para aprenderla o al menos el nombre de las personas que aparecían en ella, no dudo en googlear dichos nombres para ver si podía obtener
algo de información. JiMin seguía impresionándose cuando se dio cuenta que eran empresarios bastante grandes. Ahora sabía que la empresa de NamJoon se encargaba de fabricar mobiliario de alta calidad.
La familia Jeon tenía contrato y permisos para obtener madera de los alrededores. Claro que siempre respetaban la regla de plantar diez más por cada árbol que talaban. Después de que una importante empresa de Japón hiciera un contrato con ellos por sus muebles y fueran
un éxito en el país. Los contratos estaban llegando en todas cantidades y tamaños por lo que había bastante trabajo que hacer. Se estaba trabajando en una nueva linea, había pedidos grandes y pequeños en la lista, se debían revisar los permisos legales y supervisar el control
de ello, ademas debían cambiar una maquinaria en el taller donde se fabricaban estos ya que habían salido unas más innovadoras y fáciles de usar. JiMin suspiro y sonrío para ponerse manos a la obra. Le gustaba esa sensación de mantenerse ocupado como cualquier persona normal.
Cuando el rubio vio el reloj en su computador sonrío al ver que faltaba media hora para el almuerzo, lo cual apreciaba pues estaba realmente hambriento. NamJoon salió de su oficina cargando algunas carpetas y JiMin arrugó el entrecejo al verlo caminar hacia él.
––Revisa estas y saca las ordenes de compra de todo. Lo necesito para antes de que termine el día. Y sin esperar a más dio media vuelta y se fue de la oficina dejándolo ahí con bastante trabajo. Podía despedirse de su almuerzo por ahora.
Vio como todos iban a la cafetería de la primera planta, pero sabía que si perdía tiempo no terminaría para las 6pm. Así que simplemente le pidió a YoonGi que le trajera algo de fruta y ya estaba. Debería sobrevivir con eso hasta el final de la jornada.
JeongGuk había tenido que salir, así que a excepción de cuándo se habían visto por la mañana, JiMin no volvió a verle durante el día. Pequeñas tareas le fueron asignadas com sacar copias, enviar correos, atender llamadas. Estaba por explotar, solo quería terminar lo que NamJoon
había pedido para no tener problemas con el hombre. No había pasado desapercibido como el moreno no lo pasaba ni un poco. JiMin no entendía eso, es decir. Ni siquiera se conocían pero el hombre lo odiaba ¡Y en su primer día! Vaya mierda.
Cuando se dio cuenta de la hora, s encontró con que solo quedaba él y NamJoon por lo que podía ver la luz encendida en la oficina. Al ver su reloj nuevamente, vio que eran pasadas las ocho, estaba bastante cansado pero había terminado su tarea.
Tomo las carpetas que el moreno le había dado por la mañana; las cuales eran considerablemente más gruesas ahora por el papeleo extra que el rubio había acomodado ahí. Tomó una bocanada profunda y se adentro a la oficina después de tocar un par de veces con dificultad.
El moreno apenas y le dio una mirada y regreso su vista a lo que estaba haciendo ––Termine lo que me pidió. En cada carpeta están los documentos de cada compra/venta. NamJoon estiró la mano y tomó una de las carpetas, se inclinó hacia atrás en el respaldo de su silla y empezó a
ojear los documentos. Apretó los labios y veía todo de manera critica. JiMin no entendía eso, JeongGuk le había asegurado que NamJoon era un chico bastante agradable. Empezaba a creer que le había mentido totalmente.
Después de hacer aquello de darle trabajo poco antes del horario del almuerzo, el moreno había tomado aquello como costumbre. Aunque JiMin lo entendía ahora.
NamJoon si era agradable tal como había dicho JeongGuk, solo que él no le agradaba en absoluto y ni siquiera sabía porqué. Pero lo había visto hablar con los otros empleados y era amable con todos, solo era cuestión de que llegara él y volvía su cara seria.
Y todo parecía haber empeorado cuando empezó a vestir como el reglamento en la oficina indicaba. No entendía que le molestaba tanto si él había exigido que vistiera de acuerdo al código. La semana le había parecido eterna a causa de eso y que JeongGuk estaba fuera de la ciudad.
Y no regresaría hasta que pasara otra semana. Aquello solo lo hacia sentir más presionado. Aunque se negaba a dejar que NamJoon ganara o tuviera algo que decir sobre él. Ahora entendía que el moreno no iba a despedirlo o ser grosero de manera directa con él. Pero podia hacer que
el mismo JiMin renunciara cuando se cansara del trato que éste le daba. Para los otros empleados aquello no había pasado desapercibido y cuando preguntaban al rubio si había pasado algo, él solo se encogía de hombros más no explicaba sus sospechas.
Cuando su muy esperado domingo llegó JiMin no pudo sentirse más feliz. por fin había terminado de ordenar todo en su nuevo mini apartamento. La parte que más le gustaba de su nuevo hogar era eso. Tener un espacio pequeño para él mismo.
Justo en ese momento movía los dedos de sus pies para que se secara el esmalte azul pastel que había colocado. Pero entonces el teléfono empezó a sonar. Iba a quejarse hasta que vio que quien llamaba era JeongGuk.
––¡Tú! idiota ¿por qué me dejaste abandonado con el tirano de tu primo?––Se quejó nada más aceptar su llamada. "Lo siento Minnie, el trabajo se complicó mucho y me retraso. Pero ya estoy en la ciudad ¿qué harás hoy?"
JiMin vio alrededor y se rio un poco. ––Nada, estaba secando el esmalte de mis uñas.––JeongGuk rio un poco al otro lado de la linea. "Bien, pasaré por ti en un rato. Hay una fiesta en casa y realmente odio esto." Aunque el rubio se quejó un poco, terminó aceptando.
Se puso de pie y fue a su closet para revisar que podría usar. Sus hombros cayeron al darse cuenta de que no podría ser como usualmente. Terminó por tomar un traje cafe claro, una camiseta básica cafe y ya estaba, no iba a maquillarse o arreglar su cabello.
Extrañaba ser él libremente. No cuidar lo que decía o lo que vestía. Le gustaría que en algún momento pudiera ser libre. Sus pensamientos empezaban a decaer, pero entonces un mensaje de JeongGuk llegó a su celular avisándole que había llegado.
Cuando subió al auto de su mejor amigo este lo vio con mala cara y después pudo ver como JeongGuk veía con mala cara el edificio donde vivía. Estaba algo viejo y descuidado pero él mantenía su apartamento muy bien cuidado.
––Podías venir a vivir conmigo.––soltó de mala gana acelerando el auto. ––Sabes lo que pienso al respecto, además ya te expliqué porque estoy aquí. ––Y eso es una doble razón para que lo hicieras. Es más seguro en casa. ––No lo haría jamas y lo sabes.
JeongGuk hizo una mueca molesta porque sabía que JiMin estaba en lo correcto. Pero aun así odiaba que su mejor amigo estuviera solo y desprotegido. ––Bien, solo tengamos una noche divertida. JiMin le sonrío y se colocó las gafas nuevamente, JeongGuk negó sonriendo.
Cuando llegaron a la mansión JiMin abrió los ojos sorprendido. y admiro lo bonita que era nada más bajó del auto. Si bien hubo un tiempo donde su familia vivía muy bien, jamás tuvieron una casa tan grande y bonita como la que estaba viendo en ese momento.
Cuando se adentraron se cohibió un poco porque vio como todos iban vestidos con ropas que parecían ser carísimos. Aun así se mantuvo orgulloso de su vestimenta, porque la había comprado con el dinero de su trabajo duro. ––¿Quieres algo de beber? ––¿Piña colada?
JeongGuk soltó una carcajada y lo abrazó fuertemente para ir por bebidas. El rubio metió las manos en sus bolsillos y movía suavemente la cabeza al ritmo de la suave música que había de fondo. ––Hola.––Una mujer mayor se acercó haciendolo saltar del susto.
––Uh, hola.––Saludó amablemente pero sintiéndose inseguro de pronto. La mujer llevaba el cabello recogido y un vestido negro que marcaba su figura, sus uñas estaban brillando por el esmalte rojo y su maquillaje era impecable.
––¿Eres nuevo aquí? No recuerdo haberte visto en otras reuniones. ––Algo así, soy el mejor amigo de JeongGuk.––La mujer sonrió levemente dandole un sobro a su copa. ––JeongGuk, grandioso muchacho. Aunque le falta bastante para llenar los zapatos de NamJoon.
––¿Disculpe?––Aquel comentario lo había molestado un poco. ––Ya sabes, Kim NamJoon tiene un ojo agudo para los buenos negocios, de no ser por él la familia Jeon estaría en la ruina. ME alegro que nuestras familias estuvieran relacionadas desde antes, así puedo asegurar a mi
sobrina un buen matrimonio.––Se giró para ver en dirección al moreno quien hablaba con otras personas. JiMin siguió la mirada de la mujer y vio a la pequeña chica al lado del moreno.––¿No se ven perfectos juntos? ––Eso creo...––El rubio empezó a ver a todos lados.––Voy al baño.
––Hay uno en la segunda planta, por si quieres mas privacidad. Subes las escaleras y la tercer puerta a la derecha.––La mujer se despido de él dandole un beso en la mejilla y alejándoselo de ahí.
Al percatarse que la mujer tenía los ojos puestos en él subió las escaleras hasta perderse en la segunda planta. Ni siquiera era verdad que quería ir al baño, solo quería irse porque la mujer lo ponía muy incomodo. Pero tal como le había dicho, había un baño en la tercer puerta.
Se adentro y echó algo de agua fría en el rostro para calmarse un poco. Se escucharon unos toques en la puerta, así que se apresuró a secar su rostro para salir de ahí. Cuando abrió la puerta se encontró con la misma mujer quien lo empujo de regreso al interior con una sonrisa.
––Mi nombre es HyoRin, y la verdad es que estás guapísimo. Dicho eso atacó los esponjosos labios del rubio quien se quedó inmóvil intentando procesar todo lo que estaba pasando. Las alarmas explotaron en él cuando sintió la mano de la mujer debajo de su pantalón pero sobre su
boxer mientras acariciaba su miembro. Dio a la mujer un empujón para nada suave y salto hacia atrás intentando recuperar el aliento. ––Lo siento... yo no... ––Puedo pagarte por una noche de sexo ¿cual es tu precio? dilo y lo tendrás.
HyoRin medio su mano a los pantalones de JiMin pero esta vez se arrodilló y besó sobre la cremallera. –¡No! JiMin la empujó con más fuerza esta vez, haciéndola caer sentada y dandole el espacio suficiente para salir de ahí.
Pequeños flashback llegaron a su cabeza. Recordó como aquel amigo de su padre se burlaba de él por ser afeminado y como lo había llevado a aquel asqueroso club lleno de mujeres donde lo obligaron a tener sexo con una mujer mucho mayor que él.
Sus padres habían discutido aquella noche a tal grado que su madre subió a JiMin a un vuelo que lo llevara a suiza donde pasaría gran parte de su vida y dónde conocería a JeongGuk. Las nauseas llegaron a él cuando recordó la manera lasciva como le veía aquel asqueroso hombre.
En como aprovechaba los shorts que JiMin amaba usar para tocar sus piernas e incluso en un par de ocasiones llegando a su trasero y abdomen. Cuando terminó de bajar las escaleras chocó con JeongGuk y se colgó de su cuello rápidamente. ––Te estuve buscando ¿dónde estabas?
Tomó algunas respiraciones profundas y se separó lentamente de JeongGuk quien lo veía con el ceño fruncido. ––Quiero irme.––Dio un par de pasos hacía atrás pero termino chocando con alguien. Cuando se giró vio a la sobrina de HyoRin viéndolo furiosa porque había derramado su
copa en el vestido. ––¿que demonios te pasa?––Gritó furiosa la chica. ––Lo lamento yo...––Estiró su mano para intentar arreglar algo pero una mano morena lo detuvo de la muñeca. El agarre fue tan firme que con lo conmocionado que estaba por lo anterior termino jalandose fuerte
haciendo que se zafara del agarre, pero también que terminara en el suelo con un dolor insoportable en su otra muñeca. Cuando vio hacia arriba, NamJoon tenía la mandíbula apretada. ––¿Qué haces aquí?
––Viene conmigo.––JeongGuk salió a su defensa rápidamente.––¿algún problema? ––No. Ninguno.––El moreno se giró a ver a la chica que seguía molesta por su vestido arruinado.––Con enviarlo a la tintorería estará bien Jennie.
––¿Estás loco? No pienso usarlo de nuevo. ––Como quieras.––El moreno se encogió de hombros y le dio un vistazo a JiMin. El rubio parecía un cachorro asustado.–Sacalo de aquí JeongGuk.––Dicho eso tomó la mano de Jennie y se alejo del lugar.
JeongGuk hizo como su hermano había dicho y llevo a JiMin a su habitación, su muñeca estaba empezando a hincharse un poco y el rubio era bastante consciente del dolor ahora pero cuando JeongGuk menciono el ir a un hospital el chico casi tiene un ataque de histeria.
JiMin odiaba los hospitales porque había demasiadas personas tocándolo y viéndolo. No le gustaba nada eso. JeongGuk sabía que a JiMin lo habían enviado a aquel internado por problemas familiares, pero el rubio nunca había comentado nada de lo que había pasado realmente, por
lo tanto el chico no estaba al tanto. Como JiMin se negaba a ir con el medico termino buscando información en internet sobre cómo colocar una venda para una muñeca lastimada.
Todo lo hicieron en silencio, en la habitación solo se escuchaban los sonidos del movimiento de cosas y nada mas. JiMin estaba apenado con JeongGuk ahora, había arruinado la fiesta para él y no solo eso, sino que había hecho un pequeño escándalo en la casa de NamJoon. NamJoon.
Seguramente se encargaría de hacerle la vida imposible una vez regresaran al trabajo por la mañana, justo como había estado haciendo toda la semana. Al menos ahora estaba JeongGuk para distraerlo un poco y apreciaba muchisímo eso. ––Lo siento. ––¿Por qué?
JiMin se removió incomodo en su lugar y miro hacía un lado. ––Arruine la fiesta frente a todas esas personas importantes. –Minnie…––El morocho se acercó a él y se sentó a su lado tomando su mano.––No arruinaste absolutamente nada ¿entiendes? ––Dile eso a tu hermano.
––¡No entiendo porque te odia!––JeongGuk se arrepintió al instante de decir aquello.––Lo siento, Minnie; él no… ––Descuida, lo ha dejado claro después de todo el trabajo que me ha dejado estas semanas, ni siquiera entiendo porque necesitaba las ordenes de compra con +
tanta urgencia.––El rubio se encogió de hombros al decir aquello. ––¿Ordenes de compra? ¿Qué demonios? De eso se encarga YoonGi. ––Creo que está ocupado en otras cosas.
––No puede, si hubiera otras cosas que hacer, te lo hubieran dado a ti. No eres el secretario directo de NamJoon y las ordenes de compra son cosa de YoonGi. Ahora que lo pienso estás más delgado ¿De verdad te hizo trabajar tanto? JiMin solo le sonrío y se colgó de su cuello.
––Está bien, debo ganarme mi sueldo después de todo. JeongGuk estaba molesto con NamJoon, no pensaba ir abajo y gritarle cuando sabia que había socios uy amigos importantes ahí pero definitivamente necesitaba hablar muy seriamente con el castaño. ––Vamos voy a llevarte a casa.
Cuando JeongGuk estuvo de regreso en casa después de dejar a JiMin en la suya, agradeció que casi todos se hubieran ido del lugar, estaba furioso con su hermano por tratar mal a JiMin sin ninguna razón.
Vio como el personal se estaba encargando de recoger todo para poner orden en el lugar, cuando vio la castaña cabellera de NamJoon no dudo en ir a él y jalar de su brazo. Un chasquido se escuchó y se sintió un poco mal al notar lo que su hermano y Jennie habían estado
haciendo, solo lo comprobó al ver los labios hinchados de ambos. ––Lo siento, pero tengo que hablar contigo. Ahora. NamJoon le vio arqueando una ceja pero termino despidiéndose de la chica con un simple beso en la mejilla y siguiéndolo al despacho.
Cuando entro vio a JeongGuk esperándolo de espaldas. ––¿Que quieres? ––¿Qué está mal contigo? ¿Por qué estas dandole trabajo a JiMin que no le corresponde? ––AH, ¿así que fue a llorarte por el trabajo?
––No lo hizo, menciono lo que había estado haciendo estos días que estuve ausente. NamJoon no sé porque no te agrada JiMin, no lo conoces… ––Lo hago, sé la clase de persona que es.––JeongGuk lo vio sin entender.––En su primer día en la oficina por casualidad llegué detrás de +
él, vi la manera en que veía todo el lugar ¿Sabes? Y no es la primera vez JeongGuk, una de las veces en que fui a verte al internado, me lo encontré por casualidad y estaba hablando con un hombre que se veía adinerado. El hombre le dio un fajo de billetes y lo +
besó. ¿De verdad crees que quiere tu amistad? ¿No logras ver que quiere algo más que eso? JeongGuk ni siquiera lo pensó cuando soltó el primer puñetazo a la mandíbula del chico. ––No vuelvas a hablar de él de esa manera. No lo conoces, no sabes lo que ha pasado así que no hables.
NamJoon lo vio con los ojos muy abiertos. JeongGuk nunca se molestaba de esa manera con él, aquello solo le molesto mas, pues quería decir que el pequeño rubio tenía a su hermanito donde quería.
Lamio sus labios asintiendo, tendría que mover sus cartas y moverlas cuidadosamente si quería que eso acabara pronto y su hermano no saliera mal parado ahí. ––No sabía que te iban los chicos. ––Eres el menos indicado para decir eso. NamJoon sonrió de manera cinica.
––Al menos yo no lo oculto. ––Nam, no me gustan los chicos, no me gusta JiMin si es lo que estás pensando. ––Bien.––Se enderezó y sonrió al chico.––Porque estoy pensando en llévarlo a la cama conmigo.
JeongGuk hizo amago de golpearlo nuevamente pero esta vez el moreno fue mas rápido y lo detuvo. ––¡No te atrevas! ––Jamás obligo a nadie a acostarse conmigo y lo sabes. ––NamJoon, si llegas a tocar un solo cabello de JiMin, te juro…
––¿Y qué si es él quien toca primero? ¿Entonces que harás? Dicho eso salió del lugar dejando a JeongGuk hecho una furia, por ahora tenía cero que tenía que cuidar del rubiecito de su hermano.
Seguía sin entender porque NamJoon tenía esas ideas locas de JiMin, si era de las mejores personas que habia encontrado en su vida.
Por la mañana JiMin llegó temprano para cuando llegara NamJoon no tuviera nada que reclamarle. Estaba nervioso porque sabía que el hombre iba a llenarlo de trabajo nuevamente, pero sabía que quizás sería peor por el hecho de haber hecho una escena en su fiesta.
––Hey Jiminie, llegas temprano hoy.––Saludó YoonGi bebiendo de su café. ––No podía seguir durmiendo.––Aquello no era del todo mentira. Había pasado la noche pensando en que haría si NamJoon decidia que iba a despedirlo.
Tendría que buscar un nuevo empleo y hacer que su dinero llegara a fin de mes. ––¿Te preocupa algo? ––No, solo… tengo insomnio de vez en cuando. YoonGi lo vio ladeando su cabeza, su entrecejo se arrugó levemente y sus labios se adelgazaron un poco cuando los apretó un poco.
Estiró su pálida mano y rozó la mejilla de JiMin quien abrió los ojos enormemente y saltó hacia atrás. ––Lo siento.––Se disculpo rápidamente YoonGi alejando su mano del contrario.––Solo quería comprobar algo. ––¿Comprobar?
––No te agradan los hombres. Mejor dicho no te gusta que se acerquen mucho a ti, excepto por JeongGuk. Lo noté el primer día cuando tenías que saludar a todos, con las chicas no tuviste problema alguno, pero cuando tenías que estrechar la mano con un hombre +
dudabas y temblabas un poco. La boca de JiMin se abrió un poco con sorpresa, no creía ser tan obvio con su pequeño problema, pero al parecer YoonGi era alguien a quien no se le escapaba nada.
––No tienes que decirme nada. Solo… creo que deberías decirle al resto que te incomoda el contacto físico y ya está. Quizás eso ayude a tu insomnio. El pálido le sonrío levemente y se fue a su lugar.
JiMin seguía procesando lo que YoonGi acababa de decirle, era verdad que odiaba el contacto físico, especialmente con hombres, después de lo que había tenido que soportar por años en su antiguo hogar.
El recuerdo de la visita que le hizo SeokJin en el internado en suiza fue a su cabeza. Ese día JeongGuk había salido con su hermano que estaba en la ciudad para visitarlo por su cumpleaños, lo había invitado pero él se había negado.
No se sentía cómodo con otras personas y le gustaba estar solo y vagar por la ciudad. Tenía días en que su madre no respondía sus mensajes y llamadas y eso le estaba preocupando muchísimo, pero tampoco tenía el dinero suficiente como para comprarse un boleto de avión e ir a casa.
La idea tampoco le gustaba para nada, pues el amigo de su padre vivía al lado de su casa y sabría que él había regresado, JiMin sabía lo que aquel hombre era capaz de hacer por obtener lo que quería.
Se detuvo para admirar juguetes de niños en una vitrina y sonrió al recordar como su madre solía comprarle cada juguete que quería. ––Hola Dolly. Aquel apodo se lo había dado aquel hombre después de repetirle en más de una ocasión como era tan bonito como una muñeca de porcelana.
JiMin lo odiaba. ––SeokJin.––Soltó sin aliento y viendo horrorizado al hombre a su costado. ––No fue fácil encontrarte. Tu madre se encargo de esconderte muy bien.––Dio un paso hacia él y su mano se posó en su mejilla para acariciarla con su pulgar. ––¿Como…
––Hubo problemas en casa, Dolly. Tu padre está perdido y tu madre… lo siento. ––¿De que hablas? ––Al parecer tu madre tenía un amante y tu padre se entero de eso, la discusión que tuvieron terminó muy mal… Tu padre mato a tu madre.
Las piernas del castaño flaquearon pero no se derrumbó. Empezó a negar, se negaba a creer que su madre había hecho tal cosa y que su padre era esa clase de persona. No. Sus padres eran buenas personas. No creería las mentiras de SeokJin.
––¡Eso es mentira!––Se alejó del hombre de un salto y pudo ver cómo SeokJin cuadraba los hombros y lo veía con cierta molestia. ––Estoy diciéndote la verdad y será mejor que regreses a casa conmigo. Ah. Así que era eso.
––No no voy a ir a ningún lugar contigo. Te lo dije muchas veces, me das asco, no me gustas, no quiero nada de ti… vine aquí para estar a salvo pero ahora tu también estás en este lugar. JiMin sentía su corazón golpeando contra su pecho por la adrenalina.
––Bien.––SeokJin sacudió su chaqueta y sacó un fajo de billetes de esta para ponerlos a la fuerza en la mano del castaño.––Es tu pago.––Y antes de que JiMin pudiera siquiera reaccionar, SeokJin estaba besándolo de manera agresiva y hambrienta.
Sintió sus mejillas húmedas, SeokJin solía hacer aquello para después llamarle zorra, ya que recibía dinero por “su servicio”. Cómo pudo lo empujo y se limpio los labios con furia. Pero SeokJin solo lo veía con una sonrisa tonta en sus labios.
––Puedes sentirte todo o seguro que quieras que, Dolly. Pero cuando salgas y no tengas a donde ir vas a buscarme… o mejor aun, estaré siempre detrás de ti.
Dicho aquello el hombre se alejo de JiMin quien se dejo caer en el frio concreto de la banqueta y dejar que sus lagrimas simplemente siguieran fluyendo.
Se sentía sucio nuevamente, ahora solo le preocupaba que no había tenido noticias de su madre y quizas SeokJin no había mentido. Pero se negaba a creer eso, el hombre jugaría sucio con tal de tenerlo en la palma de su mano.
Aunque al final había resultado ser verdad que su madre había muerto, JiMin lo supo días después en una llamada apresurada de su padre. JeongGuk tuvo que consolarlo sin saber qué le pasaba. Pues JiMin jamas le contó al respecto.
Solo fue a visitar la tumba de su madre seis meses después cuando terminaron las clases y entonces entendió que la advertencia de SeokJin era real. Pues el hombre lo había estado esperando fuera del cementerio.
JiMin solo podía huir de aquel hombre. Pero parecía que no importaba que, siempre terminaba encontrándolo. A veces tardaba más y otras ocasiones menos. Pero siempre lo encontraba. Hasta que JiMin decidió cambiar su aspecto y usar el apellido de su madre.
Ademas de ir a una ciudad pequeña. Le aterraba ir a un lugar demasiado pequeño porque sería más fácil dar con él pero tampoco quería estar en un lugar muy grande porque los tumultos de personas le ponían nervioso.
Volvió en sí cuando JeongGuk tocó su hombro mientras lo veía preocupado. ––¿Estás bien? ––Lo siento, sí. Solo… estaba pensando un poco. ––¿Seguro estás bien? ––Sí, no es nada.––JiMin le sonrió a su mejor amigo tomando su Mao y apretándola suavemente.
––Park, a mí oficina.––La voz demandante de NamJoon lo hizo sentir escalofríos correr por su esposa dorsal. ––Enseguida. Relamió sus labios y suspiro antes de separarse de JeongGuk e ir a la oficina del moreno.
NamJoon estaba en su silla giratoria revisando algunos documentos sin prestarle atención a él, como siempre. Pero se sorprendió cuando el hombre dejo la carpeta en el escritorio y se recargo en el respaldo de la silla para verlo directamente.
––Como has mostrado ser muy eficiente y bueno en tu trabajo, serás mi asistente personal ¿tienes algún problema con eso? JiMin sabía que debía andar con cuidado, quizás aquello era todo una trampa del moreno. ––Ninguno.
––Bien, porque tenemos una reunión para el almuerzo con un posible socio. ––Uh yo…––NamJoon lo vio arqueando una de sus cejas.––Lo veo en el almuerzo, señor. Y dicho eso salió de la oficina preguntándose qué demonios acababa de pasar.
Ahora debía avisarle a JeongGuk que no podría almorzar con él porque al parecer a su hermano se le ocurrían cosas un poco extrañas.
Un par de semanas se habían pasado volando para el rubio, trabajar como asistente personal para NamJoon era cansado, no porque tuviera mucho trabajo, sino por el hecho de que sentía que no podía cometer el más mínimo error porque el hombre lo decapitaría.
Pero también había logrado ver a un NamJoon relajado y simpático. En mas de una ocasión, mientras estaban en el auto discutiendo la agenda del moreno, este se relajaba al punto de soltarse un poco con él, pero entonces parecía darse cuenta y regresaba a su postura recta.
JiMin empezaba a entender a NamJoon, parecía ser una clase de chico rudo pero en realidad si era como JeongGuk y los otros empleados lo describían. Era amable, simpático y servicial. Aun si con él no había sido así aun.
Lo cual lo llevaba a la siguiente cuestión. Porqué siendo NamJoon alguien tan listo y amable salía con alguien como Jennie. Solo había estado cerca de la chica en dos ocasiones. Una en la fiesta donde hizo una escena con ella y otra en una comida.
Todo había estado bien hasta que el regresó del baño para tomar asiento, cuando la castaña lo vio ahí giró a ver al moreno de manera furiosa. ––¿Qué hace este imbécil aquí?––NamJoon dejó de leer la carta para verla con una ceja arqueada.
Jennie al darse cuenta de aquello, carraspeo y encuadró los hombros para sonreír moviendo su cabello. ––Te dije que tendría un asistente personal. ––No puedes esperar que comamos con tu asistente. JiMin estaba incomodo, no iba a decir nada a la chica, era la pareja de su jefe.
––¿Tienes algún problema? ––Es tu empleado, no puedes comer con alguien inferior a ti. Ademas...––La chica barrió con su mirada al rubio.––Alguien que no es de tu estatus social. Y aquella fue su alerta, si seguía ahí iba a estallar y gritarle algunas cosas.
Simplemente se puso de pie y se disculpó con ambos tomando sus cosas para salir del lujoso restaurante. Cuando estuvo afuera respiro con mas tranquilidad y buscó algún lugar de comida rápida. Era deliciosa y su economía se lo permitía.
Justo cuando terminó de ordenar una hamburguesa su celular empezó a sonar y no se sorprendió al ver que era NamJoon. "¿Dónde estás?" ––Lo siento, estoy cerca del restaurante, solo vine por algo de comer ¿Necesita algo? "¿Dónde estás?" ––Vine a comprar una hamburguesa.
"JiMin por ultima vez ¿Dónde estás?" El rubio exhalo sonoramente y tomó la bolsa de papel que una chica le tendía. ––Estoy de camino el restaurante ¿Lo veo ahí? "Estaré esperándote afuera." Dicho eso cortó la llamada. Su estomago pedía algo de comida pero no le emocionaba ir
caminando mientras comía, terminaría hecho un desastre o bien, terminaría completamente sucio. Cuando se fue acercando al restaurante se dio cuenta que efectivamente el castaño lo estaba esperando en la puerta. ––Estoy aquí.––Informó sin aliento. NamJoon apretó los labios al ver
la bolsa de papel en la pequeña mano del rubio. JiMin siguió su mirada y se dio cuenta lo que estaba viendo. ––Ah, pedí para llevar para no tardar en regresar ¿Necesita que haga algo por usted? ––No vas a comer esto.––Y aquello si que lo tomó desprevenido.
––¿Disculpe? El moreno no hizo más que tomar la bolsa de papel y tirarla a un cesto de basura. aquello puso furioso al rubio. ––¿Estás loco? Cuando NamJoon vio sus intenciones de ir por la bolsa de papel en la basura lo tomo del brazo y lo jaló hacia el interior del restaurante.
Lo sentó en la silla donde habia estado antes, Jennie seguía ahí viéndolo con molestia. JiMin deseaba haberse quedado en el otro lugar para comer, no quería estar incomodo. ––Ordena algo. La castaña bufó bajo per ambos la escucharon.
––Estoy bien, debería...––Cuando intentó ponerse de pie la mano del castaño lo detuvo. ––Bien, lo haré por ti.––Con una mano llamó al camarero y pidió algo del menú. Aquella había sido la comida más tensa que había tenido en años. Al final ni siquiera probó la comida.
Aquello había molestado al moreno claramente, pero JiMin no pensaba que pudiera comer algo cuando estaba tan tenso. ––JiMin ¿A qué hora es mi siguiente reunión? Preguntó el moreno regresando al rubio a la realidad y sacándolo de sus recuerdos. ––En media hora, señor.
El moreno regresó a su teléfono no sin antes darle una rápido vistazo al del rubio. ––Recuérdame pedir que compren un nuevo teléfono para ti. Aquello puso tensó a JiMin. No usaba teléfonos con mucha tecnología o demasiadas cosas. Su teléfono era de pantalla táctil pero un modelo
bastante pasado de moda y quizás obsoleto para muchas personas, pero no para él. Sabía que SeokJin tenía contactos que podrían ubicarlo usando solo su teléfono celular, no necesitaba eso. ––Puedo tenerlo para el trabajo. Aquello hizo al moreno arrugar el entrecejo.
No era la primera vez que se daba cuenta de ciertas cosas sobre el rubio. Como lucia incomodo cuando estaba en un grupo grande de personas, como cuidaba muchísimo como gastaba su dinero, en el color extraño de sus ojos y en cómo era bastante... simple.
Parecia disfrutar de las cosas más tontas y triviales. Como cuando veía alguna pequeña flor crecer entre los adoquines de las banquetas o cuando veía a alguien pasear a sus perros. Como sus ojos brillaban al ver algún artista callejero.
JiMin era bastante abierto pero al mismo tiempo era muy retraído. Y aquello estaba empezando a despertar el interés del moreno. ––¿Quién eres? La pregunta abandono sus labios antes de que se diera cuenta.
––¿JiMin? Preguntó el rubio sin entender la pregunta del todo. NamJoon tosió levemente girando su rostro lejos de la curiosa mirada del rubio. Antes de que pudiera descifrar aquello el chofer se detuvo y JiMin bajó primero para esperar al castaño.
Cuando NamJoon se bajó dio dos zancadas y JiMin lo seguía desde atrás. Ambos escucharon una campanilla sonar y cuando giraron el rostro vieron a un chico en una bicicleta yendo directamente al moreno. JiMin por pura inercia dio un paso mas empujándolo fuera del camino.
Pero fue demasiado lento como para esquivarlo también así que el chico terminó arremetiendo contra el rubio. JiMin sintió el impacto en sus costillas y como era derrumbado en el suelo. ––¡JiMin! Aquella era la voz de NamJoon. Pero se escuchaba un poco lejana.
Todo empezó a dar vueltas, se había golpeado la cabeza también. Sus oídos estaban empezando a tumbar y sentía nauseas. ––Quédate quieto, no te muevas hasta que lleguen los paramédicos.––NamJoon estaba arrodillado a su lado. ––¿Esta fracturada?––JiMin escuchaba mas voces.
Pero sus ojos empezaban a cerrarse debido al mareo y no escuchaba nada, sintió como su pierna empezaba a escocer pero no lo suficiente como para mantenerlo consciente.
NamJoon y JeongGuk estaban en la sala de espera del hospital, NamJoon tenia una venda envolviendo su mano, pues se la había golpeado cuando JiMin lo había empujado. La buena noticia era que el rubio no tenía las costillas rotas, la mala era que su pierna sí.
Habían hecho tomografías del craneo para revisar que el golpe no hubiera hecho algún daño al craneo, por suerte tampoco era el caso y solo eran heridas superficiales. Así que solo tendría la molestia en su pierna. El chico de la bicicleta no se había herido gravemente.
Al final aunque el chico los había arroyado, la culpa había sido suya, pues habían estado invadiendo el carril de bicicletas sin darse cuenta de aquello. NamJoon se maldijo por haber sido tan descuidado y JeongGuk se lo había estado recordando.
––¿Cómo dejaste que esto le pasara? ¡Eres increíble! ¿Y si se hubiera abierto la cabeza? Debes cuidar de JiMin ¿qué no ves lo pequeño y frágil que es? ¡Dioses tengo ganas de darte un puñetazo! JeongGuk seguía despotricando y no parecía que fuera a detenerse pronto.
––¡Ya dije que lo siento! ¿Crees que no me siento mal? Aquello hizo callar al menor quien carraspeo y arregló su traje y su cabello viendo con curiosidad al moreno. ––Creí que JiMin no te agradaba. ––No me agrada. Mentira. JeongGuk sabía que estaba mintiendo.
Pero al ver el rostro atormentado del moreno fue suficiente para que se detuviera ahí. El doctor que estaba ateniendo a JiMin salió a la sala y ambos se acercaron rapidamente. ––¿Cómo está? El doctor río suavemente al ver al par de chicos.
––Un poco perdido y adolorido. Le dimos algunos analgésicos para el dolor, son algo fuertes así que va a estar un poco torpe y adormilado, no va a tener apetito por lo que resta del día, sería mejor si fuera a casa a descansar. Va a llevar muletas por las siguientes cinco
semanas y claramente no puede hacer mucho movimiento. ––¿Cuándo tiene revisión? ––Uhm... en dos semanas está bien. A menos que sienta alguna molestia y tenga que venir antes. Haré la receta y el pase de salida. ––¿Dónde tenemos que ir para cubrir los gastos médicos?
––Uh sobre eso, el chico quiere pagarlo él mismo. Aquello de alguna manera puso furioso a NamJoon. ––¿Dónde está él? ––Habitación ciento dos. No esperó a que dijera nada más, se encaminó dando grandes zancadas hasta llegar a la habitación y abrir la puerta de golpe.
JiMin se asusto por el ruido que se tambaleo un poco con sus muletas y NamJoon corrió a detenerlo. ––¿Qué mierda haces de pie? Masculló entre dientes afirmando al rubio por la cintura. ––Intento vestirme, pero estoy algo torpe, lo siento. ¿Estás bien?
––¿No debería estar yo haciéndote esa pregunta? ––Es un poco molesto, pero está bien. JiMin le sonrió haciendo que sus ojos se volvieran pequeños, entonces NamJoon notó algo. Los ojos de JiMin eran azules.
––Tus ojos son azules.––Dijo con el entrecejo arrugado. Los labios de JiMin se abrieron un poco y rápidamente dejó de ver al moreno para girar su rostro y morder su labio. Debían haberle sacado las lentillas por laguna razón. Mierda.
––Bueno... sí. ––¿Por qué los ocultas? JiMin tragó grueso mientras su cerebro corría a toda prisa. ––No me... no me gustan porque me molestaban por ellos. Uh, decían que estaban... encantados. Así que...
La mentira pareció funcionar porque NamJoon puso su cálida mano en la mejilla del rubio acariciandola con el pulgar de una manera tan suave que a JiMin le fue imposible no restregarse un poco en esta. La mentira de JiMin no era del todo falsa.
Era real que no le gustaban sus ojos y que lo molestaban por ellos, pero a su mente solo iba la voz de SeokJin cada vez que lo arrinconó. "Tienes los ojos que encantara ver humedecerse mientras te follo duro." SeokJin solía decir que eran los ojos de una buena zorra.
––No deberías darles ese gusto ¿Sabes? tus ojos son bonitos.––Cuando JiMin vio al moreno éste arrugó aun más el entrecejo y apartó su mano.––Lo que me recuerda ¿le has dicho al medico que vas a pagar tu mismo la cuenta?
––Ah eso, sí. Puedo pagarla en un par de meses, dijo que no había problema si lo hacía lentamente. ––¿Estás loco?––Esta vez su voz sonaba más dura de lo que JiMin alguna vez hubiera escuchado.––Voy a pagar esa maldita cuenta y no quiero escuchar una jodida palabra al respecto.
El rubio había abierto la boca para decir algo pero la cerro inmediatamente al escuchar la molesta voz del contrario. ––Puedo pagarte a ti entonces.––Asintió sonriendo––Pueden descontarlo de mi paga.
––JiMin, juro por Dios que si no te detienes voy a sacudir tu jodida pierna para que te amarren a una camilla por las cinco semanas. Aquello hizo que los ojos del rubio se abrieran enormes. Sabía que NamJoon no era del tipo que usara violencia, pero nunca se podía estar seguro.
––Es que el accidente ocurrió porque hemos sido muy torpes.––Dijo con la voz tan baja que si el moreno no estuviera tan cerca no lo habría escuchado.––Señor Kim ¿Puedo sentarme un poco? Está empezando a dolerme.––Confesó apenado.
NamJoon se maldijo al darse cuenta que había mantenido al pobre chico de pie. Si bien JiMin no se estaba apoyando en su pie lastimado, su pierna sana claramente iba a dolerle por tener que mantener todo el peso. ––Lo siento. Lo ayudo a regresar a la camilla y ponerse comodo.
––Está bien, solo me cansé. Al final JiMin cedió con lo del pago y NamJoon salió directamente a pagar la cuota del hospital así como compró los medicamentos del rubio. Para cuando regresó, JiMin estaba siendo empujado en una silla de ruedas por JeongGuk.
Una pizca de celos se instalo en su pecho al ver como el chico era más abierto con él. Se estaba riendo a carcajada limpia aunque hacia muevas de dolor y colocaba su mano en el yeso. No recordaba una sola ocasión en que hubiera escuchado a JiMin reírse así con él.
Se acercó al par y carraspeo fuerte para que lo notaran, JiMin se acomodó mejor en su silla y volvió a su postura seria. ––Fui por tu medicamento.––Las cejas de ambos chicos se arquearon. ––Esto sí voy a pagartelo.––Dijo el rubio aceptando la bolsa plástica.
NamJoon rodó los ojos pero sonrió al ver la sonrisa traviesa de JiMin, como si fuera un niño que acababa de salirse con las suyas y se había comido todo un paquete de galletas. ––¿Sabes que está drogado, cierto? El moreno vio a su hermano sin entender.
––JiMin esta drogado y por eso se comporta de esa manera. –Ah, claro. Se dirigieron al auto para llevar al rubio y NamJoon aun tenía cosas que hacer, subieron al JiMin con cuidado y tomaron caminos separados.
––NamJoon tiene hoyuelos muy bonitos. ––¿Eso crees? ––Mhm, es guapo Gukkie, realmente guapo. JiMin se acomodó en el sillón para recargar su cabeza en el cristal y cerrar los ojos. ––NamJoon no es guapo. ––¡Claro que sí! Ademas es muy inteligente y es amable.
––Estás hablando así por las drogas JiMin. ––Nop, no es así. Joonie es guapo. He decidido llamarlo Joonie ¿Es bonito uh? Pero hay algo que no me gusta de él. ––¿Qué es? ––Su novia, es bonita pero es muy mala, siempre me hace sentir mal, no me gusta.
––Mejor duerme anda. La morena mano acaricio los rubios mechones despeinados. JiMin gimió suavemente y se acurruco mejor. NamJoon tragó grueso. Sabía que estaba empezando s sentir cierta atracción por el chico, pero también sabía que no podía pasar nada entre ellos.
JiMin tenía permiso medico por cinco días. Pero estaba tan harto de estar en casa haciendo nada que al tercer día se vistió lo más decente que pudo. Tuvo que romper uno de sus pantalones de vestir para poder meter la pierna en este pero se alentó diciéndose que se compraría
un par de pantalones nuevos cuando tuviera su paga. Pidió un taxi y con un poco de esfuerzo, con ayuda de las muletas y el amable conductor llego a su trabajo. Se sorprendieron un poco de verlo y de su aspecto pero lo saludaron amablemente. El rubio agradeció aquello.
Cuando llegó a su piso YoonGi lo vio y sus ojos se hicieron tan grandes que pudo ver lo blanco de sus esferas. Se puso de pie y frente a cualquier pronóstico no fue hacia él como los demás. Se dejó caer de manera pesada en su silla y sonrió al ver pequeños regalos y notitas.
––¿Qué se supone que haces aquí? JiMin vio al moreno e intentó ponerse de pie pero este lo detuvo. ––¿Trabajar?––Preguntó mordiéndose el labio inferior. ––Tienes permiso medico y sobre todo, el medico dijo... ––Dijeron que estaba bien si no hacia mucho esfuerzo.
Los ojos suplicantes del rubio removieron el interior de NamJoon quien suspiró cansado. Sabía que no tenía mucho caso hablar con el chico. ––¿Sabes qué? Solo le diré a JeongGuk. Y dicho eso fue a la oficina de su hermano para sacarlo y llevarlo con él.
––Llévatelo.––Ordenó el moreno a su hermano quien se atragantó con su propia saliva al ver a su mejor amigo ahí. ––¿Qué demonios haces aquí? JiMin e encogió en su asiento y bajó la mirada. ––Es aburrido estar en casa.––Susurró siendo apenas audible. ––Pero Minnie, estas enfermo.
JiMin junto sus cejas y sus ojos brillaron peligrosamente. Apretó los labios y sus manos entrelazadas en su regazo. ––¡No! ¡Park JiMin ni lo pienses!––El rostro del chico se volvió un poco rojo y sus ojos brillaron con más intensidad por las lagrimas.
––¿Qué de... ––Igual él puede trabajar desde su asiento en todo momento ¿No?––Preguntó JeongGuk a su hermano viéndolo suplicante. ––Tiene permiso medico. ––Puede llegar tarde e irse un poco temprano.––Sugirió nuevamente el menor. ––Puede venir dos horas nada más. Aceptó NamJoon.
Pero JeongGuk al ver a JiMin puchereando volvió desesperado a ver as u hermano mayor. ––¿Cinco horas? ––Tres. ––¡Ocho horas! Ambos chicos vieron al rubiecito que estaba indignado.
––¿Estás loco? Vete a casa ¡Ahora! ––¡Quiero trabajar! JeongGuk arqueo las cejas y abrió enormemente los ojos al ver a su amigo haciendo frente a NamJoon por primera vez. ––Entiende que debes descansar para recuperarte. ––Estoy bien. De verdad estoy bien.
NamJoon frotó su sien con cansancio. La verdad es que el par de días que JiMin no había estado para ayudarle con su agenda había sido un poco desastroso. Tampoco pensaba en poner al chico a andar de un lado a otro, pero no quería que trabajar, le preocupaba que su accidente había
sido realmente reciente. JiMin solo tenía un par de días de ello y quería trabajar. Estaba completamente loco. ––JeongGuk va a pasar por ti y te llevara a casa ¿entendido?––JiMin sonrió con los labios apretados.––Pero al la primer molestia o dolor te vas a casa.
––Okay.––Aceptó de buena gana. NamJoon regresó a su oficina y al cerrar la puerta a su espalda sacó el aire que no sabía que estaba conteniendo. JiMin estaba provocando sensaciones que no le gustaban. Sin pensarlo mucho llamó a Jennie para quedar de comer con ella.
La nueva rutina de JiMin consistía en despertar temprano para prepararse y estar abajo cuando JeongGuk pasara por él. Siempre le llevaba chocolate caliente que aceptaba gustoso. Llegaban a la oficina y el chico entraba con él, en otras ocasiones no. Se pasaba el día completo en
su escritorio recibiendo llamadas de NamJoon para que le informara de sus pendientes o pedirle que anotar alguna cita nueva. Cuando el moreno estaba por la oficina siempre echaba miradas al rubio y este sonreía amablemente para demostrarle que estaba bien.
NamJoon incluso le había llevado algo de comer en más de alguna ocasión y JiMin se lo agradeció, pues a veces era molesto ir al comedor con sus muletas. En su cita con el medico le dijo que todo estaba bien y que en tres semanas sería libre nuevamente.
Aquella noticia lo había tenido en las nubes, tanto que ni siquiera se dio cuenta cuando solo quedaba una semana para eso.
Era sábado así que había salido temprano del trabajo, ahora estaba en casa descansando un poco cuando llamaron a su puerta. El rubio se río tomando la chaqueta que JeongGuk había olvidado al dejarlo en casa. Pero cuando abrió su sonrisa despareció.
––¿Qué haces aquí?––Su voz salió dura. ––Necesito quedarme un par de días, no pido más. ––¿Cómo me encontraste? ––La sangre siempre va a llamar Jiminie. ––Hace mucho que dejaste de ser mi familia. ––Siempre seré tu padre.
Aquello golpeo al rubio y sentía nauseas con ganas de lloras. No podía creer que aquel hombre se atreviera a pedirle el más mínimo favor, después de prácticamente haberlo lanzado a SeokJin.
Su padre sabía de las intenciones de SeokJin y nunca lo detuvo, incluso lo lento. Todo porque el hombre estaba dispuesto a soltar algo de dinero por mantenerse cerca del chico. JiMin se negó a darle el pase pero su padre lo empujo y entró al lugar. ––Es muy pequeño.
––Vete de aquí o llamo a la policía. El hombre se sentó en el sofá viendo todo con curiosidad. ––Llamalos, sabes que es cuestión de qué les llames para que tengas a SeokJin aquí. Aquella amenaza casi lo golpeo fisicamente, porque sabía que aquello era cierto.
––El hijo de puta tenía razón. Tienes el rostro de tu madre ¿Por qué lo has arruinado tiñendote el cabello? ¿Y qué hay con esas lentillas? ––De verdad tienes que irte. No puedes quedarte aquí. El hombre relamió sus labios y se puso de pie pasando sus dedos por su barbilla.
––Necesito dinero. ––No tengo dinero, mi empleo me da para vivir de manera justa. ––Sé donde trabajas JiMin, ese niño... JeongGuk. Es tu mejor amigo ¿No? Entonces pídele un préstamo. ––¡No voy a hacer eso!
––Lo vas a hacer porque si te niegas voy a contactar con SeokJin y decirle que has estado con JeongGuk otra vez. ¿Quieres que le diga eso a SeokJin? Los ojos de JiMin se aguaron y vio con odio y asco al hombre que algunas vez llamó "papá".
––¿Cuánto? ––Quinientos mil dólares. Los necesito para irme del país. ––¡No voy a pedir esa cantidad de dinero! ¿Estás loco? ––Por tu bien, es mejor que lo pidas. Vendré a verte en una semana y es mejor que lo tengas. No pienses en escapar porque te estaré vigilando.
Al cerrar la puerta JiMin se encaminó con pasos torpes al sofá y se dejó caer. El dolor en su pecho solo se hizo más grande y pronto se encontró hecho un ovillo mientras lloraba descontrolablemente. Odiaba que cuando las cosas parecían empezar a ir bien, había algo malo.
Miró el que había sido su hogar por aquellos meses, tendría que empezar a empacar, se iría nada mas le quitaran el yeso. No pensaba pedirle aquella ridículamente cantidad de dinero a JeongGuk y tampoco quería ponerlo en peligro.
Cuando regresó al trabajo JeongGuk preguntó si todo estaba bien, el rubio ni siquiera había probado el té que le había llevado aquel día. Pero JiMin alegó estar un poco cansado por haber estado limpiando el apartamento a profundidad. Lo cual no era del todo mentira.
Había empezado a empacar sus cosas para no tener que hacerlo todo de un día a otro. JeongGuk sabía que había algo más, pero no quiso indagar mucho en el tema en caso de que el rubio no se sintiera cómodo hablando de ello.
Al principio JiMin trabajaba de manera automática y en más de una ocasión había arruinado algo. NamJoon y JeongGuk más que estar molestos estaban preocupados por el chico. EL moreno podia ver como de un día a otro JiMin había perdido su brillo, incluso parecía tener unas
ojeras enormes que intentaba cubrir con maquillaje mal colocado. Era la tercera vez que leía los documentos en la carpeta porque no podía poner su cabeza en lo que estaba haciendo en ese momento. En todo lo que pensaba era en el rubio.
Sacó su teléfono celular y llamo a la castaña. Jennie atendió al segundo pitido. "Hola cariño" ––Hola Jennie ¿Estás ocupada? "Sabes que para ti nunca ¿Quieres que nos veamos?" ––Dijiste que uno de tus tíos era detective ¿Podrías enviarme su número?
"¡Claro! ¿Está todo bien, Nam?" ––Sí, solo... necesito investigar a una persona que quiero contratar para la empresa...––Era una mentira a medias. "Oh, bien. Debes asegurarte de contratar a buenas personas. Le dire a mi tío que vas a llamarle para que te atienda rápido."
––Gracias Jennie. "No me lo agradezcas, mejor llévame como tu cita al baile de beneficencia." ––Hecho.––Había soltado aquello sin pensar que una parte de él estaba esperando poder llevar a JiMin. "Nos vemos pronto NamJoon."
JeongGuk había sacado a JiMin para que comieran fuera de la oficina, su amigo cada vez lucia más miserable y estaba harto de ver a su mejor amigo en aquella situación. Sabía que las sonrisas que le daba el chico no eran genuinas y se estaba molestando de no hacer nada.
JeongGuk había obligado a su mejor amigo a comer lo que había ordenado para él y después de comer fueron por un helado. Lo llevó a uno de los parques que más le gustaba de la ciudad y agradeció que estuviera solo. Necesitaba saber que le pasaba a JiMin.
––Bien, ya soportó mucha de esta mierda. ¿Qué pasa? Y si dices que nada voy a quebrarte la otra jodida pierna. JiMin se removió nervioso revolviendo el helado sin comerlo. Se debatía entre decirle la verdad o simplemente inventar alguna excusa. ––Tengo que contarte algo.
Dos días después cuando JiMin y JeongGuk entraban a la oficina. NamJoon llamó a su hermano para que entrara a esta. JiMin tenía un mal presentimiento al respecto pero simplemente llegó a su escritorio y dejó sus cosas.
––¡Vete a la mierda!––Gritó JeongGuk saliendo de la oficina de NamJoon para azotar la puerta e irse del edificio. JiMin vio en la dirección por donde se había ido su mejor amigos con la boca abierta. Quería ir atrás de su mejor amigo pero si estúpida pierna se lo impedía.
NamJoon no había salido para preguntar sobre sus citas o cualquier cosa en general en todo el día. JeongGuk tampoco había regresado así que la mente del rubio iba a toda velocidad. NamJoon no podía saber nada, JeongGuk jamás le diría lo que había confesado, confiaba en él.
Pero si era el caso ¿por qué el malestar no se iba? Intentó despejar su cabeza y ponerse un poco feliz, ya que al día siguiente debía ir al hospital para que le quitaran el yeso. Pero también le quedarían solo dos días para ver a su padre. Esa parte no lo emocionaba mucho.
Cuando la hora de salida llegó, JeongGuk no aparecía por la oficina así que pediría un taxi. Pero entonces NamJoon se acercó a él. ––Te llevaré a casa. No fue una pregunta o una sugerencia. Había sido una orden directa.
Ambos salieron del edificio el auto estaba esperando por ellos. JiMin se subió con cuidado a la parte trasera del auto, como siempre y NamJoon rodeo este para subir por el otro lado. Lo que extrañó al rubio fue que NamJoon oprimió el botón para levantar el cristal que dividía la
parte delantera de la trasera. Aquello. lo puso. nervioso y labio sus labios. ––¿Cuál es tu precio JiMin? El rubio lo vio parpadeando un par de veces sin creer haber escuchado bien lo que el moreno acababa de preguntar. ––¿Disculpa?
––Podias jugar al tonto antes por tener a mi hermanito de tu lado, pero ya no JiMin. Sé quien eres y sé lo que buscas. JiMin vio con horror algunas fotografías salir de una carpeta que el moreno le arrojo de manera descuidada. En ellas se veía a su padre saliendo de su
departamento y había otras tantas que parecían sacadas de CCTV. Estaba jodido. Lo sabía. ––Yo... ––No te quiero cerca de mi hermano o de mi ¿Entendiste? Los ojos del rubio empezaron a quemar por las lágrimas, pero aun así asintió.
Cuando llegaron al edificio de Jimi este salto con torpeza del auto y se sorprendió al ver a NamJoon esperando a que saliera del auto. Cuando vio el rostro húmedo del rubio rodó los ojos y bufó molesto. ––Deja de llorar, se ha caído tu estúpido teatro.
––Lo siento, lo siento.––Se disculpaba el rubio secando su rostro sin cuidado. NamJoon tomó el mentón de JiMin y alzó su rostro para que lo viera. ––Me hubiera encantado conocerte en otras circunstancias, te hubiera llevado a mi cama con muchísimo gusto.
Con algo de fuerza alzó más el rostro del rubio y bajó el suyo para estampar sus labios juntos. El choque incluso lastimo el labio inferior del menor quien gimió por ello pero NamJoon no le tomó importancia. Por el contrario lo besaba de manera ruda dejándole claro que dominaba
la situación, pero todo cambió cuando JiMin sintió la lengua del moreno invadir su boca. Aquello conectó sus recuerdos con SeokJin. Soltó las muletas y empujo al moreno con toda su fuerza haciendo que este retrocediera un paso y llevándolo a él a caer sentado en el duro concreto.
Su pecho subía y bajaba de manera furiosa, sus labios estaban hinchados y había un pequeño rastro de sangre en ellos por el beso forzado. ––Vete.––Suplicó de manera llorosa. NamJoon lo vio de pie con desdén arreglando su cabello y su chaqueta.
––No te queda el papel de víctima, JiMin. Así que deja de intentar parecer una damisela en apuros. Y así sin más, el moreno se adentró a su auto y dejó al rubio ahí. JiMin sintió el pecho pesarle toneladas y las ganas de llorar incrementaron.
Al día siguiente JiMin fue solo al hospital para que le retiraran el yeso. Fue bueno que al menos una cosa en su vida estuviera resuelta. Su corazón seguía doliendo. Había pasado el tiempo suficiente con NamJoon como para tener un pequeño enamoramiento con el chico.
Por lo que los recuerdos de la noche anterior hacían que su pecho siguiera doliendo. Al salir del hospital se asustó al ver a su padre viéndolo fijamente. Sin pensarlo mucho se acercó a él y con voz temblorosa lo saludó. ––¿Dónde está el dinero? ––No lo tengo.
Su padre lamió sus labios y se puso de pie viéndolo con fastidio. Se acerco a él de manera amenazadora. ––SeokJin sabe donde estoy... No le he dicho que tu también estás aquí, así que si quieres que esto siga así, tienes hasta mañana para tener ese dinero.
La mandíbula del rubio tembló por la necesidad de querer llorar pero se contuvo. ––No hay manera de que lo consiga... yo... ––Shhh.––el hombre puso su indice en los labios del rubio.––Sería una pena que alguien saliera herido en la fiesta de esta noche ¿No?
Los ojos de JiMin se abrieron enormemente, no sabía como era que su padre estaba al tío de la fiesta de beneficencia pero eso bastó para hacer que supiera que JeongGuk y NamJoon podían salir lastimados. ––Date prisa Jiminie, el tiempo se te acaba. Y con eso se fue.
JiMin sabía que había tenido que decirle todo a JeongGuk aquel día. Maldecia el momento en que decidió guardarse algunas cosas para si mismo. Pidió un taxi y fue a su casa primero para tomar algunas cosas, las iba a necesitar si quería que NamJoon entendiera.
Era tarde. JiMin iba tardísimo al lugar de la cena. Estaba desesperado por llegar a donde estaba su mejor amigo y su hermano para verificar que estuviera bien. La gente lo veía con mala cara cuando vieron como cojeaba un poco al andar y por las ropas que vestía.
Cuando quiso entrar al salón, un par de hombre corpulentos lo detuvieron. ––¿Nombre?––JiMin quiso llorar de frustración. ––Park JiMin.––El hombre recorrió la lista y JiMin sabía que aquello era innecesario, su nombre no figuraba en ella. ––No aparece, lo siento. Quería llorar.
––¿Puede decirle a Jeon JeongGuk que lo estoy buscando? De verdad es urgente ––El hombre lo vio con desdén y apretó los labios ligeramente, aun así ofreció una sonrisa hipócrita. ––Lo siento, intente llamarle a su teléfono si necesita algo. Y con aquello fue sacado del recibidor.
Cuando el par de gorilas lo dejaron en la entrada estaba de verdad desesperado, sobre todo cuando vio a su padre vestido de camarero entrando con algunas cosas al local sin problema. Echó un vistazo al muro de protección y solo podía esperar que su pierna no lo jodiera.
Cuando logro saltar el muro sus brazos estaban aruñados y el cabello enmarañado. Algunas personas lo vieron y cotillearon sobre su aspecto pero no podia importarle menos necesitaba encontrar a JeongGuk y decirle todo. ––¡JeongGuk!––Gritó aliviando al ver al chico.
Cuando éste lo vio su entrecejo se arrugó al ver el aspecto del rubio. ––¿Estás bien? ¿Tuviste otro accidente?––JiMin luchaba por recuperar el aliento. ––Tienes que salir de aquí... tú y NamJoon... tienen que salir... van a matarlos... por favor...––Empezó a lloriquear.
––¿De que hablas? ¿Te medicare nuevamente?––JiMin negó histérico en los brazos de su amigo. ––Tie... ––¡Hey!––JeongGuk jaló a JiMin molesto cuando un par de hombres intentaron llevárselo a la fuerza.––¿Qué demonios está mal con ustedes? ¡Suéltenlo! ¡No lo toquen!
––Son ordenes joven Jeon.––NamJoon los veía a la distancia bebiendo de su copa con Jennie colgada de su brazo. ––Suéltenlo, es una orden.––El par de hombres parecía dudar de aquello pero aun así lo hicieron. JeongGuk tomó la mano de JiMin y lo jaló en dirección de NamJoon.
––¿Que mierda, NamJoon?––Gritó JeongGuk lo suficientemente alto como para que lo escucharan los invitados y pusieran sus ojos sobre ellos. El moreno ni siquiera si inmuto. Jennie soltó su brazo con fastidio cuando el moreno dio un paso hacia su hermano que arrastraba al rubio.
JiMin aun no se recuperaba del todo pero vio a su padre y el destello de algo en la mano, iba in dirección del moreno. Sus ojos se ampliaron y jalando a JeongGuk para tomar impulso corrió al moreno. Cuando estuvo cerca lo abrazo pegando sus pechos, el moreno lo vio con fastidio
cuando JiMin gimió y arrugó su entrecejo haciendo una mueca. Sus piernas quedaron débiles de pronto. Jennie llego al rubio apartando de manera brusca del oreja y este cayó al suelo respirando con mas dificultad. Podía sentir el sabor metálico en su boca.
Algunas personas gritaron y unos cuatro guardaespaldas corrieron tras el hombre vestido de camarero que hueca con las mangas ensangrentadas. ––¡JiMin!––JeongGuk se arrodilló a su lado viendo como su camisa blanca se manchaba de rojo al instante.
NamJoon boqueó y parpadeo asustado. El impacto era tal que no lograba conectar los putos en su cabeza. Solo podía ver a su hermano llamando a una ambulancia con las manos manchadas de sangre y a un JiMin más pálido que nunca.
JeongGuk había rotado un poco el cuerpo del rubio y estaba presionando con su saco la herida para detener la hemorragia. JiMin decía incoherencias y sus ojos se abrían y cerraban cada vez más lento. ––Está bien Gukkie. Fue lo ultimo que salió de sus salidos labios.
Cuando la ambulancia llegó, el pálido estaba inconsciente y su ritmo cardiaco estaba cayendo espantosamente. Los paramédicos se movieron rápido y cuando la palabra quirófano se escucho en uno de ellos NamJoon salió de su nube. JiMin no podía morir por una herida ¿cierto?
JeongGuk se subió a la ambulancia y fue con ellos. A pesar de que había querido ser fuerte, estaba asustado. Estaba furioso. JiMin había estado sufriendo toda su vida y nunca había tenido un momento de paz. Era injusto que todo terminara así.
Debió haberlo buscado antes, debido haberle dado el dinero en cuanto lo sacó del banco. Odiaba a NamJoon por haberle quitado el dinero para no permitirle dárselo antes. Amaba a JiMin. Él había estado ahí en muchos momentos.
Era su mejor amigo, pero también era su familia y lo amaba. Si le pasaba algo una parte de él se moriría. Eso era seguro. Aun no le decía las nuevas noticias de sus proyectos, no le había contado de su nueva novia ni los planes que estaban haciendo juntos. Se rehusaba.
Se rehusaba a aceptar que JiMin podía morir en ese momento sin haber vivido una vida feliz. NamJoon salió del lugar y subió a su auto sin importarle que su chofer le hablaba para decirle que él conducía. Solo quería llegar pronto al hospital. Por suerte habían atrapado al hombre.
Y solo con verlo NamJoon supo que era el mismo hombre de las fotografías del expediente que el tío de Jennie le había entregado. Lo que no esperaba era saber que el hombre era el padre del rubio y no uno de sus amantes como decía aquel expediente.
Lo cual le recordaba que debía buscar al jodido detective de mieda y preguntar cuanto de lo escrito ahí era real y cuales eran sus jodidas fuentes cuando ni siquiera mencionó que el padre de JiMin era un prófugo de prision por asesinato.
Cuando NamJoon llegó al hospital, JeongGuk estaba en la sala de espera viendo a la nada. No dudó en acercarse al menor y tocar su hombro con suavidad. JeongGuk lo vio con molestia y se sacudió del agarre del moreno. ––¿Cómo está?
––Está en cirugía y entro muy mal.––Miró directamente al moreno a los ojos.––Cayó en paro cuando llegamos y ha perdido mucha sangre. NamJoon sintió el nudo formarse en su garganta. ––¿Cuándo tendrán noticias? ––¡No lo sé! ¡No hables! ¡Callate!
Los ojos del moreno picaron un poco al ver como los de su hermanito destilaban odio. Se había equivocado bastante. Había cometido muchos errores, sobre todo con JiMin y no había manera en que pudiera arreglarlo ahora que estaba en un punto de no retorno.
Era obvio que ambos chicos no olvidarían lo que el moreno les había hecho. Se asqueaba tanto por haber tenido ese odio irracional hacia el pequeño rubio que no hacia nada más que ser amable y tímido. Se odiaba porque él nunca era malo con las personas.
Pero con JiMin fue así desde el principio. Pero es que solo ver al chico le había robado el aliento y que lo tuviera como su asistente personal no había ayudado en nada porque solo lo hacia ver que JiMin era un alma pura. Un alma pura que él había arruinado por su necedad.
Y por su odio irracional. No le gustaba como JiMin controlaba sus sentimientos y que le fuera imposible pensar correctamente cuando el chico estaba al rededor. No le gustaba la sensación de que el rubio podía pedirle que se lanzara de un acantilado y lo haría. Sin pensarlo.
Le había tomado tanto tiempo darse cuenta que se había enamorado del chico. Pero estaba tan empeñado en seguir siendo el prototipo de empresarios perfecto que aun si las personas sabían que también le atraían los chicos, le preocupaba que eso arruinara la imagen que tenían de el.
Y ahora se lamentaba, porque al principio JiMin parecía ser un chico capaz de soportar cualquier cosa. Pero en su mente tampoco estaba que eso implicara tenerlo al borde de la muerte. Había hecho todo mal.
Y aun debía hablar con el jodido detective de mierda que había hecho el expediente de JiMin. Ahora se preguntaba cuanto de verdad había en aquel montón de papeles. ––Sé que me odias en este momento, pero... necesito que me digas la verdad sobre JiMin. Realmente lo necesito.
JeongGuk se giró a ver a us hermano de manera furiosa pero todo aquello se disipó al ver lo frágil que lucia el moreno. Algo dentro de él se removió sin poder describir que clase de sentimiento era. ––Será mejor que te sientes.
NamJoon se sentó con cuidado dejando un espacio entre ambos. JeongGuk suspiró profundamente y alborotó el cabello de manera nerviosa. Aquello no le gustaba. ––¿Vas a... No terminó cuando JeongGuk lo silencio y dejó caer los hombros.
––Espero que Minie me perdone por esto.––Dio una mirada rápido al moreno.––Es algo que empezó desde que JiMin tenía trece años...
"JiMin amaba el verano, le gustaba usar shorts a medio muslo y camiseta sueltas. También le gustaba cuando pasaba el heladero pedir una paleta de fresa, le gustaba el color rojizo que quedaba en sus labios por el colorante.
No tenían mucho de haberse mudado a ese barrio cuando a su padre le ofrecieron un muy buen empleo como contador de un hombre bastante adinerado. SeokJin tenía una casa muy bonita y era muy bueno con él. JiMin sentía pena porque el hombre no tenia familia, pero estaba bien porque
JiMin y sus padres serian su familia ahora. El hombre iba de vez en cuando a comer a la pequeña casa donde ellos vivían y eso le gustaba porque solía llevar toda clase de dulces como regalos. SeokJin siempre lo abrazaba cuando estaban solos.
Pero eso también estaba bien porque ellos era amigos. El hombre solía jugar mucho con él y al principio era extraño para JiMin porque su padre no jugaba tanto con él cuando estaba en casa, y su padre era solo un par de años más viejo que SeokJin.
Le gustaba cuando el hombre le mostraba juguetes nuevos. Aunque a veces le pedía que hiciera cosas como abrazarlo o darle besos en las mejillas. JiMin no le veía lo malo porque él quería mucho a SeokJin y SeokJin lo quería mucho a él.
Pero poco después cuando él empezó a crecer, ya no le gustaba muchos como lo tocaba el hombre o como le hablaba. Incluso hubo una ocasión en la que le enseño su pene y JiMin sabía que eso estaba mal. Cuando se lo contó a su madre, sus padres tuvieron una pelea muy fea.
Pero no pasó nada más. JiMin empezó a dejar de seguir a SeokJin a todas partes o incluso ir con él. No le gustaba la manera en que tocaba sus piernas o la manera en que lo veía. Pero todo sobrepasó los limites cuando JiMin solo tenía quince años.
El padre de JiMin había salido con su madre y él había decidido quedarse. Cuando escucho la puerta de la casa corrió a ver si su madre le había traído algún bocadillo. Grande fue su sorpresa al darse cuenta que en realidad era SeokJin.
Se retorció un poco sintiéndose incomodo d la mirada del hombre. Jalaba su camiseta mas abajo cuando se dio cuenta que solo tenía unos bóxers encima y sus calcetas de dibujos aparte de su camiseta holgada. Había dicho de manera nerviosa que su padre no estaba en casa en ese
momento, pero que regresaría en cualquier segundo en caso de que necesitara hablar con él. Jamás se esperó un agarre brusco de parte del mayor ni como lo empotro contra la pared para cernirse sobre él. JiMin estaba asustado y su corazón iba a toda velocidad.
Las lágrimas no tardaron en llegar cuando sintió las sucias manos tocar su cuerpo. Pero por alguna razón divina sus padres llegaron en ese momento y SeokJin le soltó para que pudiera ir corriendo a refugiarse en su habitación. Aquel día lo marcó.
Dejo de usar la ropa que le gustaba, incluso era desaliñado. Aunque aquello tampoco ayudaba a mantener a SeokJin alejado, lo peor era que JiMin no podía decir nada porque entonces su padre se quedaría sin empleo y tendría problemas. Qué ingenuo había sido al creer aquello.
Las cosas siguieron de esa manera por bastantes meses hasta que un día SeokJin había hecho bastante. Tenía a JiMin medio desnudo en el sofá de su sala cuando su madre entró a casa y vio aquello aterrorizada. Lo peor de todo fue enterarse que el propio padre de JiMin estaba
de acuerdo con aquello. Que había aceptado jugosas cantidades de dinero por dejar que SeokJin se acercara al pequeño. Estaba asqueada del hombre que algún día amó. Así que le robó el dinero suficiente para mandar a su pequeño niño a otro país donde pudiera estar seguro.
Su marido se había puesto furioso al enterarse que su esposa le había quitado a la gallina de los huevos de oro; y en un arranque de ira, terminó asesinando a su esposa. Fue llevado. juicio, aunque tiempo después SeokJin lo sacó de presión pagando bastante dinero.
Pero él estaba tan enamorado de JiMin, que haría cualquier cosa. Cualquier cosa. Por eso lo había perseguido desde que lo vio llegar a su casa de la mano de su padre. Y por eso se encargaba de tenerlo vigilado hasta ahora. Después de tatos años.
JiMin se vio involucrado en algunos asesinatos como sospechoso porque a los días de conocer a un par de chicos, aparecían muertos. JiMin sabía que era obra de SeokJin y por eso se empeñaba en permanecer solo. Hasta la actualidad, SeokJin seguía detrás de él dandole caza."
––Hubiera preferido que JiMin te contará esto por su cuenta pero sé que no lo hará y tu seguirás haciendo la existencia más difícil de lo que ya la tiene.––NamJoon supó que su hermano había terminado; o algo así.
––¿Hace cuanto que sabes esto? ––¿Importa a caso?––Vio a su mayor con fastidio.––Hace algunos días me contó todo. Ah, el hombre que viste con JiMin en Suiza... él es SeokJin. NamJoon sintió nauseas y las arcadas. Estaba tan jodido.
––JeongGuk...––Ambos chicos se pusieron de pie al ver al medico llegar a donde ellos.––JiMin salió de la cirugía. Aunque está muy débil por la perdida de sangre. Las siguientes horas son criticas. ––¿A qué se refiere?––La voz de NamJoon tembló.
––Hemos hecho todo lo humanamente posible por mantenerlo vivo, pero eso no asegura nada. Solo nos queda esperar. ––¿Podemos verlo? ––Lo siento, por el momento está en UCI y la cirugía es bastante reciente. No puedo dejar que pasen por ahora. Será mejor que vayan a casa.
A pesar de haber tomado aquello de mala gana, NamJoon ni siquiera podía pensar en regresar a casa así nada más. Se despidió de JeongGuk y fue por su auto, tenía algunas llamadas que hacer.
JiMin no sintió su consciencia despertar poco a poco. Sus ojos se abrieron con el débil aleteo de sus pestañas, pues apenas y podía abrirlos un poco. La habitación daba vueltas y se sentía en su mayoría adormecido. Sintió una mascar de plástico en su cara y soltó un pequeño
quejido para que supieran que había despertado. Aquello pareció funcionar porque pronto vio un borrón blanco. Supuso que era un enfermero. Supo que era una mujer porque escucho la suave voz a la lejanía y de manera distorsionada haciendo algunas preguntas a las que
respondía negando muy levemente con su cabeza. Seguía atontado. La mascara fue retirada de su rostro y pudo respirar por su cuenta. Después sintió como empezaba a ser movido del lugar. Quería preguntar por JeongGuk y NamJoon, si estaba bien o si su padre les había hecho algo.
Pero se sentía tan cansado a pesar de que apenas había despertado. Así que son los suaves murmullos de los ruidos a su alrededor se dejo abrazar por la oscuridad nuevamente. Esperaba tener más control de su cuerpo la próxima vez que despertara.
Cuando JeongGuk llegó por la mañana al hospital fue todo sonrisa y felicidad al saber que JiMin había despertado y que había sido bajado a piso a una habitación privada. Tal como el par de hermanos había pedido, querían que el chico estuviera cómodo mientras se recuperaba.
El azabache no corrió por los pasillos porque no quería arriesgarse a que lo echaran de patadas del lugar sin poder ver a su mejor amigo. Aunque la manera en que caminaba se asimilaba mucho a eso.
Cuando llegó a la habitación se encontró con todo una imagen. Usualmente en televisión o incluso en algunos libros ponían a las personas enfermas como si se vieran guapísimas de manera natural o algo por el estilo. Falso. JiMin lucia como la mierda.
Su cabello estaba enmarañado y lucía áspero. Su cara estaba un poco hinchada y estaba entre pálida y roja; y su mirada era adormilada pero aun así le sonrío un poco con sus labios resecos. Y a pesar de todo eso, JeongGuk juraba que lucia hermoso así... solo por estar vivo.
Tragó grueso y sus pasos se volvieron lentos y torpes mientras se acercaba al rubio quien a duras penas descendió una mano hacia su mejor amigo. Cuando el azabache por fin tomó la mano de JiMin dejó salir una respiración temblorosa.
––¿Cómo estás? ¿Te duele algo?––Sus llorosos ojos viajaban por todo el cuerpo del chico. ––Creo que estoy bastante drogado como para sentir algo. ¿Están bien? ––¡Eres un imbécil! ¿Cómo pudiste? ¿En qué demonios estabas pensando?––A pesar de las duras palabras se sentía el miedo.
JiMin sonrió apretando suavemente la mano del contrario como si quisiera decirle "aquí estoy". Aquello pareció funcionar porque el azabache respiró lentamente de manera profunda; después le sonrió al rubio y se acerco a abrazarlo.
Después de un poco de tiempo hablando una enfermera entro para pedirle amablemente a JeongGuk que esperara en la sala de espera en lo que el doctor examinaba la herida. A JiMin le pareció extraño, se suponía que tenía una enfermera de planta y no era ella.
Pero tampoco dijo nada porque bien pudo haber un cambio de turno. JeongGuk salió; como la enfermera había pedido y al llegar a la sala de espera se encontró con que NamJoon estaba llegando y no solo eso, sino que llevaba un pequeño ramo de flores.
Jeongguk arqueó las cejas al verlo y después sonrió burlón. NamJoon al verlo se sonrojó un poco pero puso cara de fastidio hacia su hermano menor.
—¿Hubo cambio de turno? Usualmente es la enfermera Lee quien me atiende.—Habló JiMin al quedarse solo con la enfermera. Esta lo vio con fastidio y el rubio decidió hacer silencio. La enfermera fue a la puerta de la habitación y dio un vistazo fuera, cuando regreso con él saco
una jeringa con líquido de su bolsillo. JiMin iba a protestar pero vio entrar al doctor. Cuando iba a preguntar que iban a suministrarle su cuerpo se paralizó. Ahí estaba SeokJin frente a él vestido de doctor. —¿Qué...
Ni siquiera pudo decir más al sentir el pinchazo en brazo y después como se iba adormeciendo. —Estarás bien cariño.—Había dicho SeokJin acariciando su cabello.
—¿Por qué estás aquí? Creí que estarías con JiMin. —Entró una enfermera para revisarlo. —La enfermera Lee. —Uh no, era otra. —¿Cómo que otra sí contrate a la enfermera Lee para JiMin? Ambos se vieron antes de correr en dirección de las habitaciones a donde estaba la de JiMin.
Se encontraron con la habitación vacía y JeongGuk corrió a oprimir el botón de ayuda para la estación de enfermeras. NamJoon por su parte salió corriendo por los pasillos en busca de la rubia cabellera de su chico... pero no estaba por ninguna parte.
Cuando la enfermera Lee entró a la habitación JeongGuk le explicó la situación y no perdieron tiempo en ir a hablar a seguridad para cerrar el edificio. NamJoon vio a JiMin en una silla de ruedas siendo empujado por un doctor o al menos eso parecía.
Pero JiMin estaba dormido y el hombre veía hacía todos lados pero manteniendo su cabeza baja. Aquello fue suficiente para que el moreno entendiera lo que pasaba. Seokjin se estaba llevando a JiMin en sus narices.
Trató de ser casual al acercarse a SeokJin, no quería poner en alerta al hombre al no saber si tenía algún arma con él. ––¡Doctor! Que bueno que lo encuentro. Oh ¿A donde llevan a JiMin? ¿Está bien? Aprovechó aquello para revisar al rubio que a simple vista se veía bastante bien.
––Tenemos que hacerle algunas pruebas.––NamJoon se sintió furioso por la cínica respuesta del hombre. ––¿Pero eso no lo hacen las enfermeras? ––Quiero hacerlo personalmente.––SeokJin intentó avanzar pero NamJoon se lo impidió. ––No creo que sea correcto, regresemos.
SeokJin supo en ese momento que había sido atrapado. Así que golpeo a NamJoon en la cara y corrió por el pasillo dejando a JiMin olvidado. El moreno pensó en ir tras el hombre pero desecho la idea al ver el estado de JiMin.
Lo tomó en brazo con cuidado y regresó a la habitación que se encontraba sola. Presionó el botón de enfermería y esta vez fue la enfermera Lee quien acudió al llamado. ––Que bueno que lo encontró, hablamos a seguridad e iban a cerrar el edificio. ––Llamen a la policia.
––¿La policia? ––Quien quiso llevárselo es alguien buscado por la policía, apresúrese y que se aseguren de encontrarlo. La enfermera asintió y salió corriendo a informar al personal. Poco después regresó para revisar a JiMin quien parecía estar sedado.
Cuando el rubio recupero la conciencia, NamJoon estaba en una silla a su lado con una laptop en sus piernas. ––¿Dónde? ¿Qué?––Los recuerdos de SeokJin volaron a su cabeza.––SeokJin está aquí.––Se sentó de golpe al decir eso. ––Wow, tranquilo. Recuestate.
––No, NamJoon. Él está aquí, no entiendes... ––JiMin. Tranquilizate. SeokJin fue capturado. El rubio sintió sus ojos picar y de pronto se encontró llorando de felicidad, sin ser consciente, quitó las manos de NamJoon de sus hombros y se colgó de su cuello.
A pesar de que esperaba que el moreno lo separara o lo mandara a recostarse. Sorpresivamente rodeo su cuerpo e incluso inclinó su cabeza. JiMin no estaba seguro pero creía haber sentido un beso en su enmarañado cabello.
––¡Lo siento!––Se disculpó tirando de su cuerpo hacia atrás hasta alejarse del moreno.––Yo solo... gracias. NamJoon podía jurar que jamás en su vida había visto a JiMin tan guapo. Porque pudo sentir entre sus brazos como el hombrecito se relajaba como si su carga de años se
hubiera ido para siempre. La sonrisa que JiMin le había dado había sido la más pura y sincera que había visto de él hasta ese momento. Definitivamente se veía guapo. Y sin poder evitarlo le dio un rápido beso... en la mejilla.
El rubio abrió un poco los labios y lo vio asombrado. NamJoon fue testigo de como la piel de JiMin empezaba a sonrojarse hasta las orejas. ––Yo... yo creo... ––Tu dijiste que era guapo. El rubio parpadeo un par de veces. ––¿Qué? ––Pero que no te gustaba Jennie.
El rubio se sentó recto. NamJoon había escuchado todo lo que había estado diciendo aquel día en el hospital. Él había jurado que eran inventos del su mente por los medicamentos, pero ahora se daba cuenta que era algo que realmente había pasado.
Se preguntaba si la parte del beso también había sido real. Sacudio la cabeza para alejar ese pensamiento y pensar en que decir sobre aquello. ––¡Lo siento mucho! No debí haber dicho nada de eso. Dios. Qué vergüenza. Lo lamento ¡, realmente lo hago. Lo juro.
JiMin lo veía afligido y NamJoon no pudo soportar más el tener una cara de seriedad. Así que estalló en carcajadas que descolocaron a JiMin por completo. ––Eres todo una caja de sorpresas, Park JiMin. Su nombre se escuchaba muy bonito al salir de los esponjosos labios del moreno.
––No entiendo. NamJoon sonrió al escuchar la voz del rubio tan pequeñita. ––Este es el plan. Vas a salir de este hospital cuando estes mejor y entonces tú y yo tendremos una cita. Si no crees que fui demasiado imbécil, aceptaras. Pero si no lo haces entonces lo aceptaré.
––¿Aceptarás qué? –––Tu rechazo. Pero solo un par de días, entonces idearé la manera de conquistarte hasta que aceptes salir en una cita conmigo. El rubio lo vio bastante asombrado y confundido. ––Pero soy libre.––NamJoon lo vio sin entender.––Por primera vez en años puedo hacer+
lo que quiera e ir a dónde quiera sin tener miedo de que SeokJin estará ahí asechando. Y yo... El entendimiento golpeo a NamJoon quien dejo caer sus hombros y suspiró profundo. Levantó una de súmanos y la llevó a la mejilla del rubio para acariciarla con ternura.
––Entonces hazlo. Sé libre y sé feliz dónde quiera y con quién sea que quieras estar. El moreno le sonrió de manera genuina y esta vez, besó la frente del rubio quien cerró los ojos para disfrutar de la caricia.
JiMin se preguntaba porque si tenía la libertad que tanto anhelaba se sentía tan vacío el ir hacia ella.
El siguiente mes fue una locura. JiMin fue llamado a declarar algunas veces e incluso tuvo una compensación monetaria por los daños que SeokJin había ocasionado en su vida. Así como recibió algo de dinero de su padre también por algunas otras cosas.
JiMin tenía lo suficiente como para no trabajar por un tiempo e irse de viaje hasta encontrar un lugar donde vivir, un empleo y buscaría alguna universidad. Quería seguir con sus estudios por fin. Estaba tan feliz. Pero también estaba esa parte de él que deseaba quedarse.
Había descubierto que se sentía atraído al moreno. Pero tenía ese conflicto interno por esa causa. Y es que su libertad era algo que había estado anhelado desde hacia tanto tiempo que ahora que la tenía no quería desperdiciara.
Pero tampoco quería irse sin averiguar que era lo que podía pasar entre ellos. Ambos eran lo suficientemente maduros como para tomar las cosas con seriedad. Pero JiMin tenía tantas cosas por hacer aun. Su prioridad era su educación.
Cuando el día de su partida llegó. JeongGuk y NamJoon fueron a despedirlo. JiMin abrazo muy fuerte a JeongGuk y prometió enviarle mensajes todos los días.
Y cuando llegó el turno de despedirse de NamJoon, ambos actuaban un poco extraños. JiMin metió sus manos en los bolsillos traseros de su jean mientras que NamJoon jugueteaba con sus dedos entrelazados. —Supongo que esta es la despedida.—Habló primero el moreno.
—Sí, fue... fue muy agradable para mi el estar aquí por algo de tiempo. —¡Puedes regresar cuando quieras y quedarte en nuestra casa! Si eso quieres, claro.—NamJoon se avergonzó por lo emocionado que había sonado con la posibilidad del regreso del rubio.
—Lo pensaré. Gracias por la oferta. Sin previo aviso, el rubio abrazó a NamJoon quien rodeó con sus brazos el esbelto cuerpo de JiMin. Ambos disfrutaban del calor que emanaba el contrario.—Nos vemos.—Dijo al separarse.
Pero NamJoon no tuvo que esperar mucho. Dos semanas después JiMin irrumpió en su oficina con una enorme sonrisa, piel ligeramente tostada, sin lentillas, cabello castaño y ropa adecuada a su figura. —¡Me aceptaron en la universidad!—Gritó nada más entrar a la oficina del moreno.
JiMin corrió hacia el moreno quien lo atrapó en sus brazos. El ahora castaño no dejaba de dar saltitos envuelto el los brazos de NamJoon y hacer ruidos de felicidad. —¿De qué hablas MinMin? —Antes de irme, hice un examen en una universidad aquí, para diseño de interiores.
—¿Aquí? —En un par de días tendré un apartamento, así que tomaré tu propuesta de quedarme en casa contigo y JeongGuk. También espero que tengamos nuestra primer cita ¿es mucho pedir un empleo a medio tiempo? Realmente....
Pero NamJoon lo callo con un beso. Al principio, JiMin se había quedado estático, pero después relajó su cuerpo y se recargó ligeramente en mano on siguiendo con el baile de sus labios. Cuando se separaron, ambos dejaron sus frentes unidas. —Bienvenido de regreso.
—Gracias por salvarme. JiMin se colocó de puntitas y dio un pequeño beso en la abrí de NamJoon. Después sonrió grande encogiéndose entre sus hombros y torciéndose un poco.
Sí, las cosas estarían bien ahora. Aún le faltaban muchísimos momentos difíciles, pero ahora estaba en un lugar que podría llamar hogar y tenía algo similar a una familia. Estaría bien. NamJoon tomó su mano y la beso. Definitivamente estaría bien.
☉ ᴇʟ ғɪɴ ☉
No puedo creer que después de tanto tiempo, por fin haya terminado esta historia. Creo que estoy satisfecha por cómo quedo aunque se qué hay muchos errores, como siempre. En fin, gracias por leer y tenerme paciencia. All the love, x.
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