Thread Reader
ℳ𝑜𝑜𝓃 ♡

ℳ𝑜𝑜𝓃 ♡
@moonlovesmin

Jan 21, 2019
44 tweets
Twitter

❁ ʀᴏsᴇs ❁ ᴏs Donde, al regalarle una rosa a la persona que más amas, esta recibe un día más de vida, y Namjoon le regala muchas a Seokjin; su mejor amigo que nunca supo ocultar bien sus malestares.

♡La idea es de @Maria🥀. Tengo su permiso para usarla. Veamos como sale esto ♡
NamJoon caminaba sintiendo el fresco viento acariciar su rostro y brazos desnudos por su camiseta manga corta. Tarareaba en un tono bajo mientras balanceaba su cabeza al ritmo de la música, al casi chocar con una chica tomó con fuerza un tirante de su mochila y la esquivó de +
manera exitosa mientras continuaba con su caminata intentando tener más cuidado. De manera rápida revisó el interior de su mochila y sonrió al darse cuenta que la rosa rosa estaba intacta. Debía llegar perfecta a su destino.
Girando en la esquina de la avenida camino a la otra acera y espero ahí hasta que el semáforo de peatones cambiara para darle su pase. La música cambió a una más tranquila y el moreno sonrió haciendo que sus hoyuelos aparecieran; robándose la mirada de más de una persona.
Cruzando la calle tamborileaba sus dedos en su muslo mientras meneaba su cabeza al suave ritmo. Un par de chicas sonrió viendo al apuesto chico caminar de manera suave y mover sus brazos de vez en cuando. Mientras tanto NamJoon disfrutaba su música con los audífonos.
Cuando la parte del coro con el cambio de ritmo llegó, el moreno estaba tan concentrado en la canción que sus ojos se abrieron a tope cuando se vio en la esquina de la manzana. Río negando y regresó sobre sus pasos hasta llegar al edificio blanco.
Siempre tenía aquella vista. La pintura del edificio algo manchada por la humedad, la diversidad de adornos en los pequeños balcones o grandes ventanales de cada apartamento haciéndolo ver con más vida. NamJoon sonrió al ver a SeokJin en su balcón con gafas de sol.
—¡Hey algodón de azúcar!—SeokJin levantó sus gafas y vio hacia abajo. —¡Estas aquí nubecita!—Gritó emocionado el mayor.—¡Te abro en seguida!—Y dicho aquello se adentró a su apartamento, segundos después NamJoon escuchó el chasquido del seguro siendo botado.
El peliazul abrió la reja u se aseguró de cerrarla correctamente para después subir las escaleras hasta el tercer piso que era donde estaba el apartamento de SeokJin. No se sorprendió cuando vio que la puerta estaba abierta, pues el pelirosa siempre hacía aquello.
Se adentró al apartamento y el familiar olor a chocolate y café inundó sus fosas nasales. Colgó su mochila en el viejo perchero de madera donde el mayor tenía aquel montón de abrigos que no usaba, pues solo usaba uno café que era su favorito y según él lo hacía ver muy guapo.
Sacó la única rosa rosa de esta y se encaminó a buscar al mayor que seguramente estaba de nuevo en el balcón. No le sorprendió ver cinco velas rojas encendidas al mismo tiempo en la pequeña mesa de centro de la sala de estar. Era algo que SeokJin siempre hacía.
Con demasiada suavidad el moreno acarició marcos que no combinaban en nada donde había fotografías de todos sus amigos y de la familia del pelirosado. Su favorita era aquella de un par de meses atrás donde le habían dado el alta al mayor.
NamJoon mentiría si decía que no se sentía orgulloso del chico. Sonrió la recordar como lo llamaba diariamente llorando por lo áspero de su cabello, lo velludas que estaban sus piernas y lo seca que estaba su piel. Sentía todo aquello tan lejano y tan cerca al mismo tiempo.
Recogió la manta bordada de color gris que la abuela del moreno había hecho para SeokJin y la colocó sobre el sofá, se había resbalado hasta quedar en la alfombra azul de la sala de estar. Cuando estuvo frente al ventanal negó sonriendo al ver al pelirosa tomando el sol.
—¿Hasta cuando vas a dejar de hacer esto?—Preguntó NamJoon cruzando el umbral del ventanal. —Hasta que mi piel deje de tener este enfermizo pálido. Parezco una copia barata de YoonGi—El pelirosa hizo un puchero viéndolo. Pero salto de su silla al ver la flor en manos del moreno.
—¿Es para mí?—Preguntó le mayor tomándola e inspirando profundamente el agradable y dulce olor que emanaba la flor. —No, es para mí.—Respondió riendo el moreno. —Tan cruel.—SeokJin empequeñeció sus ojos y lo vio con una pequeñita sonrisa en sus labios.
NamJoon rodeó la cintura del mayor y SeokJin dejó un beso en la mandíbula del moreno para después esconder su rostro en el hueco de su cuello. —¿No vas a cortarla?—Preguntó en un susurro muy suave provocándole escalofríos al mayor. —Di que no quieres abrazarme y ya.
NamJoon negó riendo mientras SeokJin buscaba sus tijeras de jardinería e hilo plástico para después perderse por un pasillo. Cuando pasaron varios minutos y NamJoon se dio cuenta que el mayor no había regresado dejó caer su móvil, pues había estado viendo algunos libros que +
quería comprar y otros que necesitaba para su tesis. Con el corazón acelerado fue a lo que SeokJin llamaba la “Habitación de pánico”. Era una habitación con muros blancos, pero estaba tapizada de todo tipo de flores rosas que NamJoon se encargaba de llevar diariamente.
Desde que se dio cuenta del estado de SeokJin empezó a regalarle todo tipo de flor rosa. Pues su abuela solía contarle una historia cuando era pequeño.
“Cuando le regalas una flor a la persona que amas, es un día más que va a vivir a tu lado. Por eso tu abuelo siempre me trae estos bonitos ramos.” Había dicho la mujer poniendo en agua un pequeño ramo de girasoles que su abuelo le había llevado ese día.
NamJoon sabía que nunca entendería del todo como se sentía SeokJin y porque hacía aquello. Pero de algo estaba seguro. Y era que no lo dejaría caer, que jamás lo dejaría solo. Porque NamJoon lo amaba con cada pequeña parte de su ser que deseaba de manera desesperada que el +
mayor se diera cuenta de aquello y de cómo sus acciones no solo lo lastimaban a él, sino a las personas que lo amaban también. Por suerte la realidad ahora era otra.
Cuando abrió la puerta de la habitación se encontró con que SeokJin tenía los ojos rojos y las mejillas húmedas mientras quitaba algunas flores dejando un hueco blanco. —¿Qué está mal?—NamJoon tomó las mejillas del mayor y besó su frente ocultando el rostro ajeno en su cuello.
—Están muertas.—Lloró el mayor apretando en puños la camiseta del mayor. Éste suspiró cerrando los ojos con fuerza. —Es normal que lo hagan. Pero yo te traeré nuevas flores que se verán preciosas aquí.—Consoló el moreno acariciando su espalda y cabello para relajarlo.
—¿Por qué...?—SeokJin sacó su rostro del cuello del menor y se alejó un poco hasta encararlo.—¿Por qué eres tan bueno?—Al peliazul le dolió que aquella pregunta saliera con tanta tristeza. —Porque te amo.—Soltó sin rodeos sonriendo.
—No deberías. Soy tan...—El pelirosa negó pero NamJoon secó sus lágrimas con sus pulgares y unió sus frentes. —Eres grandioso. Eres fuerte. Eres guapo. Eres carismático. Eres listo. Eres increíble. Eres Kim SeokJin, el chico de quien estoy enamorado desde los dieciocho.
El mayor abrió los ojos con sorpresa. NamJoon era el típico chico que a todos sus amigos abrazaba, les daba palabras de aliento, les decía lo mucho que los quería. Así que cuando creía ver ciertas señales se decía a sí mismo que solo estaba viendo lo que deseaba que fuese.
Pero era real. Todas las señales que creyó entender de manera equivocada eran reales. Sonrió sintiéndose incrédulo y el peliazul notó aquello. —Dieciocho.—Repitió SeokJin.—cinco años.—Las mejillas de NamJoon se sonrojaron de una manera adorable.
—Bueno, en realidad son seis. Tengo veinticuatro ahora ¿recuerdas?—SeokJin se encogió de hombros mientras reía de aquella manera graciosa que odiaba pero NamJoon adoraba escucharlo. —Soy un desastre.—Se quejó aún riendo.—Y arruine el momento.—Puchereo un poco.
—No es así.—El moreno rodeó el cuerpo del mayor pegándolo al suyo. Era agradable estar de aquella manera, disfrutando del olor y calor que emanaba el otro. SeokJin pensó en ese momento que no podría estar más feliz de estar vivo en aquel momento. Pensó con un poco de tristeza +
en como podría haberse negado a sí mismo vivir ese momento. Pero estaba feliz de haber superado todo aquello y haberlo dejado en el pasado. Ahora sabía que si NamJoon estaba con él nada sería imposible. Estaba listo para hacerle frente a lo que viniera.
Salieron de la habitación tomados de la mano. El agarre solo se soltó para que el mayor sirviera una taza de café y otra de chocolate. Colocará galletas que había cocinado esa mañana en una bandeja y NamJoon escogiera algo en la colección de los clásicos de Disney de SeokJin.
Se acomodaron en el mullido sofá del pelirosa y se cubrieron con la manta bordada que la abuela de NamJoon había hecho. En algún momento, SeokJin no resistió más y con un par de dedos en la mandíbula de NamJoon lo hizo girar para besarlo en los labios.
NamJoon se sorprendió un poco pero después se dejó llevar por las agradables sensaciones que las caricias otorgadas por aquel par de esponjosos labios le causaban. Poco a poco SeokJin lo fue empujando hasta dejar al moreno recostado en el sofá subiéndose sobre este.
No dejó de besarlo, muy por el contrario tomó las manos del moreno y las colocó en su cadera, pero NamJoon las subió hasta su cintura y SeokJin soltó una risa rompiendo el beso. —Eres un puritano.—Se burló. —Después de que tengamos al menos un par de citas decentes verás.
—Estaré esperando.—Habló en tono coqueto el pelirosa. NamJoon sonrió besando de manera ruidosa su mejilla y apretándolo contra su pecho. Pronto ambos se quedaron dormidos de aquella manera.
SeokJin por primera vez en mucho tiempo pudo dormir sin medicamentos y NamJoon sonrió la felicidad de despertar y sentir aquel ligero eso extra encima haciéndolo sentir un poco entumido pero bastante feliz al mismo tiempo. Dejó un beso en el cabello ajeno y sonrió +
cuando SeokJin se removió balbuceando incoherencias. NamJoon acarició con ternura su cabello y pensó en que él pelirosa haría un enorme drama al darse cuenta que lo había babeado. Aquello no molestaba al moreno. —Te amo.—Susurro abrazándolo suavemente pero firme.
Y justo cómo había prometido al pelirosa. Cada día llevo simples flores o ramos completos. Compro una casa para ambos con un enorme jardín en donde abundaron las flores rosas. Llevó a SeokJin a lugares preciosos y le dio la felicidad de ser padre cuando adoptaron a un par de +
niñas preciosas que alegraron sus vidas Y su tradición siguió incluso en la boda de sus pequeñas, pues estas fueron decoradas con preciosas flores rosas. Incluso el ataúd de aquel par lucía precioso con aquellas brillantes y vivas flores rosas que eran símbolo de su amor.
❁ ᴇ ʟ ғ ɪ ɴ ❁
Gracias por leer, espero que les haya gustado y que compense el que siempre estoy escribiendo angst o demasiado drama. Nos leemos por ahí. All the love, x.
Missing some tweets in this thread? Or failed to load images or videos? You can try to .