El príncipe SeokJin siempre da de que hablar. Siempre está ayudando a personas, yendo a comer a comedores comunitarios, vistiendo atuendos preciosos y siendo el mejor en todo, básicamente. +

HoSeok es su guardaespaldas, al que la gente ama por la linda amistad que parecen tener ambos sin importar la situación. Lo que las personas no sabían, era que cuando las puertas del palacio se cerraban y las cámaras ya no estaban, ambos estampaban sus labios en +

besos hambrientos, sus manos tocaban todo lo que pudieran del cuerpo completo y terminaban con marcas en el cuerpo que eran fáciles de ocultar y sus cuerpos enredados en una desastrosa cama. +

Debían mantener aquello en secreto, pues SeokJin sabía que nadie aprobaría aquello y HoSeok lo aceptaba porque sabía todo lo que se ponía en juego al revelar aquel enorme secreto. +

Pero entonces pasó lo inevitable. Una princesa de Tailandia viajó a Seúl para contraer matrimonio con el guapo príncipe. HoSeok y SeokJin tuvieron su última noche de aventuras juntos porque al empezar aquello el guardaespaldas lo había dicho...+

“El día que debas cumplir con tus obligaciones maritales me marcharé para siempre, no podría soportar verte con alguien más.” +

Y no hubo nada que SeokJin pudiera hacer para detenerlo. Porque su pueblo dependía de él, su familia dependía de él y ahora la princesa dependía de él. Se despidieron con varios besos cargados de amor y amargura. Con muchos te amos no dichos, con muchos abrazos no dados.