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ℳ𝑜𝑜𝓃 ♡

ℳ𝑜𝑜𝓃 ♡
@moonlovesmin

Feb 18, 2020
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「𝒽𝑒𝒶𝓇𝓉𝒷𝑒𝒶𝓉 」 YoonGi siempre había estado enamorado de JiMin. Pero por alguna razón el mayor de los Park le tomó odio. Cuando YoonGi se fue de Busan juró que jamás regresaría ahí. Años después su palabra no pudo ser cumplida por una promesa al menor de los Park.

1. YoonGi 24. JiMin 30. 2. TaeHyung es Park y hermano menor de JiMin. 3. Parejas hetero. 4. Mucho drama. 5. Busan es un pueblo porque mi debilidad son los ranchos SNS. 6. Por favor, no respondan el hilo, solo citen hasta que esté terminada la historia.
YoonGi echó un ultimo vistazo al bonito rancho donde había pasado toda su vida. Había tantos recuerdos preciosos en ese lugar y también había otros recuerdos o tan buenos. Su padre había muerto y ellos se habían quedado en bancarrota.
Con el problema de alcohol de su madre era imposible que la mujer administrara bien lo poco que habían podido rescatar entre algunas joyas y prendas de alta costura que tenían.
Apretando en su mano la pequeña cadena con una flor se giró para encaminarse al auto, pero se quedó estático al ver a JiMin y TaeHyung ahí. TaeHyung y YoonGi tenían la misma edad e iban al mismo curso. Eran mejores amigos desde que el pálido podía recordar.
JiMin era el hermano mayor de TaeHyung y YoonGi había tenido un pequeño enamoramiento por él desde que tenía uso de razón. Había empezado desde que YoonGi era prácticamente un niño.
YoonGi tenía apenas ocho años cuando empezó a ir por su cuenta a casa de los Park, JiMin había estado enseñando al pequeño TaeHyung a andar en caballo ya que su padre le había obsequiado uno. Al final, JiMin terminó enseñándole a él también como hacerlo.
Había pensado en lo guapo que JiMin era. Tenia unos labios bonitos, ojos bonitos, nariz bonita… todo en JiMin era bonito y era como uno de esos chicos grandes como los que trabajaban en su casa. Eso era genial.
YoonGi no entendía porque sentía en su estomago como mariposas cuando estaba con JiMin. Pero entonces su madre le explicó que Aunque su madre había creído que cuando YoonGi le preguntaba aquello Lera alguna niña de su clase.
Le dio miedo que su madre lo regañara así que no le dijo que en realidad era Park JiMin quien lo hacía sentir así. Seguía yendo a casa de los Park por las tardes con TaeHyung y así pasaron los años en los que fueron creciendo.
JiMin era muy bueno con YoonGi, le enseñaba muchas cosas y lo ayudaba también. Fue en el cumpleaños numero catorce de YoonGi que JiMin lo había llevado a una zona alejada de la casa, donde apenas llegaba la luz artificial.
––Feliz cumpleaños GiGi.––De su bolsillo sacó una pequeña caja roja de terciopelo en la cual se encontraba una cadena con una pequeña flor. ––Minie es muy bonita.––YoonGi saltó a los brazos del mayor y le rodeo el cuello.
Sin darse cuenta besó la mejilla del amor separándose sintiendo su cara caliente. Seguro estaba completamente rojo, en ese instante agradeció la oscuridad del lugar. Pero entonces algo que realmente no esperaba pasó.
JiMin puso una de sus manos en su hombro y la otra en su mejilla, lo acercó a él y le besó los labios. Ni siquiera los movieron o algo, simplemente los unieron en un inocente beso.
Después de aquello se veían a escondidas porque YoonGi estaba muy asustado de decir que no le gustaban las chicas aunque a JiMin parecía importarle realmente muy poco lo que la gente pudiera decir. Siempre había sido de esa manera. Al final YoonGi fue descubierto por su madre.
Tenía cartas y un diario en su habitación. Su madre lo había encontrado y lo había leído, por suerte YoonGi jamás escribió el nombre real de JiMin, sino que lo cambiaba por otro.
Aunque la señora Min tampoco tuvo que pensar mucho para darse cuenta de quien hablaba en aquel cuaderno decorado por su hijo. Fue un escándalo y una pesadilla para el pálido.
A JiMin le dio igual lo que las personas dijeran de él e incluso muchos se mantenían callados cuando el rubio estaba frente a ellos. JiMin tenía una reputación muy respetable y había algunas historias que respaldaban aquello.
Como cuando una de sus vacas se fracturó por culpa de un trabajador. Le dio un arma y lo obligó a asesinarla ahí mismo. El rubio había dicho que no había manera de que el animal se curara por completo y solo estarían alargando su sufrimiento.
Después de eso el empleado a quien obligó a hacer aquello renuncio y la historia se esparció por todo el pueblo. Pero con YoonGi era diferente.
Desde que sabían todos en el pueblo que le iban más los chicos que las chicas había toda clase de personas diciendo cosas lo bastante desagradables sobre y él y para él. En un par de ocasiones algunos hombres le ofrecieron darle experiencia a su boca.
Regresó corriendo a casa completamente asustado. Solo tenía quince años. Y por si fuera poco, JiMin empezó a ser malo con él. Le decía cosas hirientes o lo alejaba.
YoonGi estaba seguro que JiMin se habia cansado de él o se había aburrido… quizás había escuchado las cosas feas que decían en el pueblo. Pero la verdad es que no lo culpaba si aquello fuera la razón de su odio.
Todo hubiera estado bien si las cosas hubieran seguido simplemente así, pero llegó al punto donde JiMin ni siquiera iba a eventos sociales donde supiera que la familia Min estaría, era con si tuvieran la peste. Incluso llegó a correrlo de su casa en más de una ocasión; cuando
iba con TaeHyung, diciendo cosas bastante duras. Pero si había algo que JiMin odiara más que al propio YoonGi, era a la señora Min YoonGi desconocía si él y su madre habían tenido alguna clase de riña. Pero el odio del rubio hacia su madre no era un secreto.
––Yoonie.––TaeHyung lo envolvió en sus brazos nada más llegar a él.––Lo siento mucho. Sus palabras eran sinceras y YoonGi agradeció eso. Desde que su padre había muerto los amigos que había tenido le habían dado la espalda. Sobre todo cuando se enteraron de las deudas de juego.
Eso y la mala reputación de la señora Min con la bebida no era nada bueno para los negocios o para tener algún tipo de lazo. ––Supe que compraron el rancho.––Dijo YoonGi refiriéndose a su ahora antiguo hogar. TaeHyung se alejó y lo encaró.
––JiMin lo hizo, dijo que quería expandir los corrales y quiere un establo más grande también. No lo entiendo, tenemos más terrenos para eso; no hay razón para querer destruir esto y hacer algo aquí. YoonGi sintió su corazón oprimirse. Sus recuerdos se iban reducir a nada.
––El nos odia, es claro que iba a hacer lo que pudiera para eliminar todo rastro.––Se encogió de hombros restándole importancia. ––Es un imbécil. Todos en casa creíamos que te pediría matrimonio cuando cumplieras dieciocho.
La señora Park, por el contrario de su madre se había tomado bien. la noticia de que a JiMin le gustaran los chicos, sobre todo cuando se enteró que su hijo andaba con YoonGi.
Park SeoYoon siempre se había lamentado el no poder tener a YoonGi como parte de la familia de alguna manera, así que aceptó encantada la relación de su hijo con el lindo amigo del menor de los Park.
––Sus intereses cambiaron. TaeHyung bufó molesto por el comentario y colocó una mano en su cadera. ––SeokJin solo lo busca por su dinero, pero JiMin es tan imbécil que no se da cuenta. Le ha regalado un anillo de diez mil dólares. Mamá estaba furiosa cuando se enteró.
YoonGi bajó el rostro reprimiendo las ganas de llorar. La primera vez que había visto al guapo chico con JiMin sintió como si le hubieran pateado el pecho. SeokJin era muy guapo, pero al mismo tiempo era muy delicado y era muy inteligente e interesante.
Era un reconocido modelo en Seúl y era abiertamente gay. JiMin y él se habían conocido en una fiesta por amigos en común. Y aunque YoonGi hubiera querido odiar al chico no podía, SeokJin era realmente muy agradable aunque TaeHyung lo odiaba, no había razón para ello.
––Yoonie.––Llamó su madre sonando el claxon del único auto con el que se habían quedado. YoonGi vio sobre el hombro del moreno y le hizo una seña a su madre, la mujer tenía un cigarrillo entre los labios. Era una adición que había empezado hacía unos días.
Parecía hacerlo sobre todo cuando estaba nerviosa. Y no era para menos si Park JiMin estaba en la puerta montando guardia para que se fueran del lugar sin llevarse nada más lo necesario.
Abrazó a TaeHyung muy fuerte prometiendo llamarle de vez en cuando. Vio por ultima vez en dirección de JiMin y el rubio permaneció con los brazos cruzados y viéndole de manera dura. Se subió al auto y sin mirar atrás, YoonGi se alejó de su primer amor a los dieciséis.
YoonGi intentaba equilibrar su maletín del trabajo con algunos folders y su cafe en mano. Entró al edificio intentando recuperar el aliento, saludó a Yuri rapidamente en la recepción y tomó el elevador al quinto piso. Tenía demasiado trabajo para esa semana.
Después de la muerte de su padre y el quedarse sin absolutamente nada. Él y su madre se mudaron a Seúl. YoonGi terminó sus estudios gracias al dinero que conseguía en los empleos que tenía, incluso llegó a vender proyectos. Usualmente en carreras relacionadas con la suya.
Pero podía hacer proyectos de temas simples y venderlos también. Había salido adelante prácticamente solo, pues su madre se había encontrado a un hombre con bastante dinero y se había ido a America hacía algunos años ya. YoonGi la amaba y estaba feliz con que su madre fuera feliz
pero el que se hubiera ido había sido un alivio, se había mudado a un departamento más pequeño donde la renta era más barata y estaba en una zona segura. Ahora le quedaba dinero extra para ahorrar y estaba tan agradecido por eso.
Aunque su madre le había regalado su primer cámara, con el dinero del hombre con el que se había casado, claro. Eso le había ayudado un montón, pues pudo usar su dinero en otras cosas que necesitaba. El pálido fue abriéndoselos camino por su cuenta, sobre todo entre revistas.
Usualmente trabajaba con marcas internacionales de alto nivel. Como ahora que tenía que ordenar sus folders porque los representantes de Channel estaban por llegar para ver las ideas del pálido para la campaña en Corea. El nombre de YoonGi era bastante sonado por ahí.
Todo había sido por un pequeño golpe de suerte, uno de sus profesores lo recomendó a un amigo que trabajaba en una revista pequeña de Seul. Alguien vio sus fotografías y le contactaron. De pronto se vio haciendo fotografías para Adidas, hasta que de pronto Gucci lo había invitado
a Italia a una de sus pasarelas para algunas fotografías. Al final habían quedado encantados con su trabajo y YoonGi se encargaba de sus campañas publicitarias. De esa y otras marcas.
Cuando llegó a su oficina dejó su cafe y el maletín en la mesita de la pequeña sala. Tomo los folders esparciendo su contenido y revisando por ultima vez antes de que se le convocara a la sala de juntas donde les explicaría sus ideas y los modelos que quería utilizar.
Algo que también le encantaba era que usualmente las marcas tenían a su modelos, pero a YoonGi le daban una descripción de lo que querían y él se encargaba de buscar a las personas que se usarían y no siempre eran reconocidos modelos.
Incluso en más de una ocasión usó modelos que había conocido en sus inicios. Se había creado renombre en el mundo y era bastante respetado por ello. ––Yoon, están aquí.––Avisó HyeJin. ––Ya voy. Recogió todo y tomando un sorbo de su café se dirigió a la sala de juntas.
Por suerte no había tenido cambio alguno en la idea que presentó. Se iba a llevar a cabo tal como había dicho en su presentación, como siempre habían accedido a que el pálido mismo eligiera a los modelos a su gusto siempre y cuando hubiera un filtro de estos.
YoonGi se dejó caer en la silla de su escritorio con pesadez cuando su teléfono empezó a sonar, cuando vio el nombre de TaeHyung en la pantalla no evitó que una sonrisa surcara su rostro.
––Hola guapo. "No creas que por decirme guapo voy a perdonarte Min YoonGi ¿Por qué no me has llamado? ¿Es que tengo que esperar a mi funeral para que sea posible que vengas a verme? ––Lo siento, he tenido muchísimo trabajo.––Se disculpó el pálido.––Pero prometo verte pronto.
"¡Claro que vas a hacerlo! En un mes y medio es mi boda y prometiste tomar las fotografías de mi boda." ––Tae... "No, ha pasado mucho tiempo y es mi boda. Tienes que venir ¿Cómo voy a casarme sin mi mejor amigo?"
YoonGi pellizcó el puente de su nariz cansado. En ese momento maldecía la hora en que había prometido al moreno ser quién sacara las fotografías cuando se casara con JiSoo. Suspiró cansado.
––Ni siquiera tengo que preguntar si JiMin va a estar ahí porque eso es obvio. ¿Cuando es la boda exactamente? Debo agendar ese día pa... "¡De eso nada! Debes venir al menos una semana. Mamá te extraña muchísimo y la verdad me encantaría que vieras al rancho."
––TaeHyung, sabes que JiMin me odia a muerte. "Sí y también es un imbécil. No sé como es que SeokJin ha aguantado tanto tiempo su carácter de mierda." ––JiMin es un buen chico. "No es el mismo chico de hace ocho años YoonGi. Él cambio muchísimo, creo que más cuando te fuiste."
––No empieces con esta conversación por favor. "Es que es la verdad. En casa todos creíamos que iban a casarse antes que yo me casara pero mira. Después de que te fuiste se volvió muy distante hasta con mi padre, incluso en su funeral."
YoonGi había asistido al funeral del señor Park, aunque solo fue cosa de ir y regresar de Seul. No podía quedarse mucho. Al igual que los demás le sorprendió como JiMin se mantuvo tan tranquilo durante el funeral, incluso podría decir que veía con cierto odio la caja.
––Tae, tengo una campaña de Gucci en manos, me es imposible ir por una semana... "Yoon, lamento hacer esto pero dime desde este momento si no puedes venir por una semana a casa para buscar a nadie más y ni siquiera te molestes por hacer espacio para mi boda."
Por más que YoonGi quisiera molestarse por las duras palabras del moreno no podía. Pues ya tenía años de esa manera, solo se veían cuando TaeHyung iba a Seul o YoonGi estaba por los alrededores de Seul donde a TaeHyung le era fácil llegar. ––Iré, lo prometo.
TaeHyung se despidió y YoonGi se dejó caer en el respaldo de su silla. Lo peor de eso era que YoonGi sabía que ese mes y medio se iría en un respiro por la cantidad de trabajo que tenía. Decidio no pensar en ello para no estresarse por la boda de su mejor amigo.
Ese camino lo recorrería después. ––HyeJin, ven a mi oficina y trae mi agenda, necesito organizar mis próximos horarios. Dijo a su asistente por el intercomunicador y después pensó en lo que tenía que hacer y cómo se organizaría para que nada chocara o le faltara.
Tal como YoonGi había previsto, su mes de trabajo se había ido volando. La campaña para la que había estado trabajando estaba terminada; lo había hecho en tiempo récord. Pero ahí se encontraba en un autobús yendo a casa de los Park, con sus viejos fantasmas.
Bien habría podido ir en su auto, pero estaba tan harto de conducir en Seul que quería olvidarse de todo por un instante. Cuando el autobús llegó a la estación se bajo con su pequeño bolso colgado al hombro y fue a recoger su otra maleta.
Había avisado a TaeHyung de que llegaría ese día y aunque había insistido en tomar un taxi al rancho, el moreno se negó diciendo que iría a recogerlo sin falta. YoonGi reviso la pantalla de su celular y en eso entró una llamada de TaeHyung..
––Ya estoy aquí ¿Dónde estás? "YoonGi, lo siento muchisimo." El pálido entendió al instante el porque de la disculpa aun si su mejor amigo no lo había mencionado. ––Está bien Tae, puedo ir en taxi. "No, Yoon es que..." ––Hola YoonGi.
El pálido abrió enormemente los ojos al ver a JiMin frente a él. Claramente los años lo habían favorecido enormemente. Su cabello estaba hacía los lados dejando su frente al descubierto y aquel par de cejas que a YoonGi siempre le habían parecido preciosas.
Sus ojos eran más afilados, su nariz recta y sus esponjosos labios rellenos. JiMin siempre tuvo una mandíbula varonil, pero ahora con el paso de los años estaba más marcada y ni hablar del cuerpo del chico. Era obvio que JiMin no tenía problema en elegir ropa, hasta con un costal
se vería guapísimo. YoonGi rescuperó el aliento y salió de su estupor cuando escuchó como TaeHyung le seguía hablando a través del teléfono. ––Ya entendí, nos vemos después.––Dijo a su teléfono para terminar con la llamada y ver a JiMin que lo veía serio. Lo estaba analizando.
Había elegido ropa simple y cómoda para viajar, no creía que aquello fuera un problema. ––Vine por ti. ––Eso me temía.––Soltó reacomodando el bolso en su hombro.––Mira, sé que no te agrado y eso está bien, no tienes porque hacer esto, puedo ir en taxi... ––No seas ridículo.
Dijo el rubio tomando la maleta que YoonGi tenía a sus pies arrastrándola por la estación obligando al pálido a andar detrás de él. Los músculos de la espalda de JiMin estaban tensos por la sutil fuerza que ponía en arrastrar el equipaje, YoonGi tragó grueso con aquella vista.
––Oh, hola.––YoonGi lo reconoció al instante, sería imposible no hacerlo. Kim SeokJin. Los estaba esperando recargado al auto del rubio y lo recibió con una sonrisa. En más de una ocasión se habían encontrado por el trabajo de ambos, más nunca habían trabajado juntos.
Y YoonGi agradecía aquello infinitamente. SeokJin era precioso y no le cabía duda en que sería demasiado fácil trabajar con él, pero le tenía cierta envidia por ser la pareja de JiMin. Su pareja de ocho años y contando.
La sonrisa en los labios del pálido tembló al ver el anillo en el dedo anular del mayor. Sus ojos fueron rapidamente a la mano de JiMin encontrando un anillo igual. Luchó contra el escozor de sus ojos, no quería llorar ahí. Se odiaba.
Claramente aquello iba a pasar en algún momento. Tenían demasiados años juntos ¿por qué no contraer matrimonio y hacer una vida juntos? Pero TaeHyung nunca le mencionó nada al respecto. Quizás había sido porque YoonGi siempre evitaba llevar el nombre de su hermano al tema.
Se arrepentía de aquello ahora mismo, si no lo hubiera hecho al menos hubiera estado preparado para aquello y no le hubiera caído como un balde de agua fría. ––Hola––Saludó a duras penas. ––Debes estar cansado ¿Quieres ir en el asiento del copiloto? puedes recostarte si quieres.
YoonGi se mordió los labios para no hacer algún ruido por lo mala persona que se sentía en ese momento. ––No, no, me recostaré en el asiento trasero. Voy a estar bien. Gracias. Tal como había dicho, YoonGi se recostó en el asiento trasero, JiMin lo había regalado al principio
diciendo que debía usar el cinturón de seguridad. Pero SeokJin besó su mejilla y le pidió que dejara al pobre chico descansar del viaje. Aquello solo hizo que YoonGi quisiera azotar su cabeza con algo y morirse. Nunca pensó que el trayecto de la estación a la casa de los Park
pudiera sentirse más largo que su viaje desde Seúl a Busan. Pero increíblemente pasó. No podía dejar de escuchar la familiaridad con la que SeokJin y JiMin hablaban o como de pronto se escuchaban pequeños chasquidos de besos. O los sutiles "te quiero" que susurraba el mayor.
Todo aquello estaba haciendo un hueco en su corazón. YoonGi se sentía estúpido de creer que quizás de alguna manera muy remota JiMin sintiera algo por él. Alguna pequeña cosa. Pero estaba equivocado y había vivido de sus propias fantasías.
Cuando llegaron al rancho de los Park; YoonGi se vio siendo apresado por SeoYoon regañándolo por no haber ido a visitarla durante todo ese tiempo. YoonGi había visto la mujer hacía unos años en el funeral de su esposo. Pero no se había atrevido a cercarse demasiado a la familia.
Temía que JiMin armara un escándalo por aquello en medio del funeral; y aquello era lo último que necesitaba. ––Ya suéltalo mamá. Las palabras duras del rubio hicieron que YoonGi se separara de la mujer sintiéndose incomodo. Se cuestionaba si realmente podría aguantar ahí.
––¡No seas grosero JiMin! Esos no son modales. ––Deberías enseñarle modales a la familia Min.––Dijo aquello viendo con frialdad a YoonGi.––Pondré esto en la habitación de invitados. Dijo refiriéndose a la maleta. ––Voy a hablar con él.––Dijo SeokJin pasando por YoonGi y SeoYoon.
SeoYoon se disculpó con el pálido por lo grosero que había sido JiMin, pero YoonGi la tranquilizó diciendo que no pasaba nada. Por otro lado, SeokJin corrió detrás de JiMin hasta la habitación de invitados. Sonrió cuando lo encontró viendo por la ventana.
––Eres un grosero.––Le regañó. Pero JiMin ni se inmutó, ni siquiera le dirigió una mirada. Al acercarse, SeokJin se dio cuenta que veía a donde su madre se encontraba con YoonGi. ––¿Realmente tan malo es qu... ––Sí. Cortó de manera tajante viéndolo duro.
SeokJin levantó las manos en forma de paz. ––Yo creo que es muy lindo, y sus fotografías son preciosas.––El mayor suspiró con ensoñación.––Nunca lo he dicho en voz alta pero quisiera que me fotografiara desnudo. ––¿Qué?
SeokJin se carcajeó por la rápida reacción de JiMin a sus palabras. ––No lo malinterpretes, es decir. YoonGi es muy respetado en la industria y es que tiene un ojo buenísimo. Sus fotografías parecen pinturas renacentistas o siempre tienen ese toque.
––Lo que digas. Cortó JiMin regresando a la puerta para salir de la habitación. ––Entonces digo que deberías tomar al chico y hablar de una vez ¿Cuánto tiempo más vas a seguir esperando a que algo pase por sí solo? Créeme JiMin, no va a pasar nada si tu no te mueves.
––Cierra la boca SeokJin. ––No. Te he visto caer de borracho mientras lloras diciendo su nombre pero cuando lo tienes en frente solo eres un; no hablo de SeoYoon. Pero eres un hijo de puta. No te entiendo. ––No necesito que lo hagas.
––Un día JiMin, va a ser muy tarde y entonces te vas a arrepentir de no haberme escuchado. Voy a estar ahí para ti como siempre. Y lo siento, pero será el "te lo dije" que más voy a disfrutar decir. Nadie se queda sin hacer nada durante ocho años por alguien que le gusta.
––¡Sabes que tengo mis razones! ––¡Lo sé! Pero YoonGi no tiene la culpa de nada ¿Es un pecado a caso el... Ambos se callaron cuando vieron al pálido entrar a la habitación. YoonGi los vio a ambos y un sonrojo se instaló en su rostro.
––Solo vine a dejar mi mochila.––La dejó con cuidado en la cama y se giró a la pareja que no se había movido nada.––Continúen... me voy. Y salió de la habitación cerrando la puerta detrás de él. SeokJin se acercó a JiMin viéndolo con mucha seriedad.
––Quiero que sepas, Park JiMin; que si para antes de la cena de ensayo no has hecho un solo movimiento voy a olvidar que somos mejores amigos y lo voy a invitar a salir ¡Es guapísimo! ––No te atreverías. ––Pruebame cariño.
Susurró el mayor dandole un beso rápido en los labios haciendo que JiMin se enojara. Pero SeokJin era más rápido y salió corriendo de la habitación. JiMin se limpio los labios con molestia y suspiró un par de veces para enfrentarse a lo que serían los días más largos de su vida.
TaeHyung llegó a casa ya entrada la noche. Él y YoonGi se fundieron en un abrazo apretado, eran todo sonrisa y platicas. Aunque se detuvieron un momento cuando JiMin tomó algo de café y se fue a la segunda planta. Después de haber dejado a YoonGi en su casa se había ido con
SeokJin del rancho y no había regresado hasta recién. YoonGi sonrió a TaeHyung al ver la mirada que el moreno le dirigía. Quizás era su oportunidad de cerrar esa parte de su vida que no había podido terminar a los dieciséis. Era ridículo que siguiera enamorado del mismo hombre.
Por la mañana YoonGi se despertó temprano, estaba acostumbrado a ir a correr antes de prepararse para el trabajo así que se colocó unos shorts cortos, una sudadera delgada y ató sus tenis. Colocó sus audífonos sin poner música y salió con cuidado de no hacer ruido.
Eran las cinco y media de la mañana. Hizo una mueca al darse cuenta que era un poco más temprano de lo que acostumbraba a correr, pero estaba bien. Colocó su playlist y estiró su cuerpo por unos diez minutos, mismos en los que algunos trabajadores lo habían saludado al verlo.
Cuando se sintió comodo empezó a trotar tomando la dirección de donde solía estar su casa. Sonrió ante los recuerdos que tenía del lugar. Solo que su corazón dolía al pensar en que JiMin inundaba la mayoría de esos recuerdos. Sacudió su cabeza ligeramente deshaciéndose de los
pensamientos que empezaban a crear una nube sobre su cabeza. Busan era realmente más caliente que Seúl, podía sentir como empezaba a sudar un poco y no llevaba ni quince minutos trotando. El pueblo había cambiado un poco pero esa zona no.
Había un par de casas nuevas con grandes graneros, corrales y tierras de cultivo. Pero no había mucho cambio, al menos no cambios significativos. Un auto se emparejó a él y YoonGi detuvo su carrera pensando que quizás era alguien que necesitaba ayuda.
Sacó uno de sus audífonos y se giró al auto, de éste salió un hombre algo mayor. Cuerpo fornido, cabello ligeramente grisáceo. ––¿Eres el hijo de los Min, cierto?––YoonGi arrugó el entrecejo pero asintió.––Vaya si que has crecido.––Al pálido le incomodo el tono del hombre.
––Disculpe ¿Hay algo en lo que necesite ayuda? ––Claro cariño, si mal no recuerdo te encantaban los penes. ¿Quieres ayudarme con esto? El hombre se movió dejando a YoonGi ver el bulto en los pantalones del hombre. ––Asqueroso. Él pálido se colocó su audífono ignorándolo.
Pero el hombre le tomó el brazo y lo jaló con fuerza haciendo caer sentado. ––Que suerte que no pasan muchos autos por aquí. Vamos, de igual manera te gusta esto. YoonGi se quejó al ser puesto de pie de manera brusca por una herida que había en su pierna por una roca.
Pero eso no le pareció importante cuando el hombre abrió la puerta del copiloto dispuesto a meterlo en su auto. YoonGi lo golpeo pero el hombre también le regresó el golpe con bastante fuerza. Aun así YoonGi siguió luchando y consiguió zafarse de su agarre para salir corriendo.
Agradecía el hacer ejercicio con regularidad. En ese momento sus piernas corrían tanto como le permitían y sus nervios estaban a flor de piel al escuchar el zumbido del motor detrás de él. La herida de su pierna empezaba a dolerle y sentía la mejilla caliente.
Giró a donde era su antiguo hogar y se sorprendió al ver que la casa seguía ahí. Había corrales nuevos y un granero más bonito. Incluso la casa se veía muy bien cuidada, como si alguien viviera en ella. Escuchó el motor del auto cerca y no dudo en correr a la casa agradeciendo
que no estuviera cerrada con llave. Empezó a recuperar el aliento y se tomó un momento para admirar su viejo hogar. Todo estaba ahí, aunque había ciertas cosas diferentes, sobre todo fotografías o adornos personales que habían tenido antes.
Algunos muebles habían sido remplazados y los muros ahora eran de un color crema en lugar de simplemente blancos. YoonGi sonrió viendo el interior del lugar pero su corazón se disparo al escuchar la puerta ser abierta. Sin pensarlo tomó un adorno de cerámica dispuesto a lanzarlo.
Contuvo el aliento y la puerta se abrió en lo que parecía cámara lenta. ––¡JiMin! Sin quererlo, el pálido soltó la pieza sin cuidado, por suerte no se rompió. Pero corrió a alcanzar al rubio y rodearlo con los bazos. ––¿Qué pasó?
Preguntó JiMin al sentir como YoonGi temblaba y lloraba. ––Yo... solo estaba corriendo... pero un auto... un auto se detuvo. Tenía mucho miedo... no quería ir... JiMin se alejó un poco del pálido tomándolo de la barbilla obligándolo a que lo viera. ––¿Te golpeo?
Preguntó pasando con suavidad su pulgar por la mejilla maltratada del pálido. El tono suave en la voz de JiMin no coincidía con la fiereza que transmitían sus ojos. YoonGi se alejó separándose del rubio sintiéndose avergonzado de haber sido tan débil.
YoonGi no se ejercitaba mucho, solo corría por las mañanas y muy de vez en cuando hacía algo de pesas. Su cuerpo estaba levemente tonificado pero no era la persona más fuerte. Se avergonzó de ser un hombre y no haber podido defenderse de otro hombre.
Que si bien, el desconocido había sido más alto y corpulento, no era excusa para aquello. ––No pude detenerlo. Admitió avergonzado desviando la mirada. ––¿Qué le pasó a tu pierna? JiMin se agacho para revisarla de cerca, era una abertura pequeña pero lo bastante profunda como
para que el pálido sangrara bastante. Por suerte no parecía necesitar suturas aunque se veía un poco dolorosa. ––Ah... yo, me caí. ––¿Quien lo hizo, GiGi? ¿Sabes quien era el hombre que te golpeo? Preguntó viéndolo desde abajo. Pero YoonGi simplemente negó.
––Sé que conoce a mi familia porque me preguntó por mis padres. JiMin hizo una mueca, aquello era información muy vaga, tendría que preguntar que autos habían visto pasar por la zona a esa hora. ––Si querías hacer ejercicio debiste usar el gimnasio en casa.
Lo regañó JiMin tomando su mano y jalándolo a la cocina. Cuando entraron lo sentó en una silla y se giró al lavatrastes para humedecer un trapo limpio. Regresó con YoonGi y limpió la herida de su pierna con suavidad, sin sangre en ella no se veía tan mal. ––No sabia que...
––Está bien. Ahora lo sabes, no salgas de casa solo. No hay peligro en Busan pero tampoco es completamente seguro.––YoonGi asintió.––Debes estar asustado aún. Dijo JiMin acariciando su mejilla que no estaba lastimada. ––No, estoy bien. Gracias.
JiMin asintió dejando el trapo en el lavatrastes. Se lavó las manos y se giró a ver al pálido. YoonGi lamió sus labios desviando la mirada pero JiMin sabía lo que quería preguntar. ––Es mía. Decidí quedarme con ella al final. ––Es... sigue casi igual a como la recuerdo.
––Tuve que hacer algunos arreglos, pero sí. Era bonita por sí sola. -–Debería regresar, quede de ver con Tae...––JiMin soltó un gemido de dolor cuando se puso de pie doblandose un poco. JiMin se acerco a él pero YoonGi le sonrió.––Está bien, solo... solo me dolió un poco.
––Vamos, te voy a llevar a casa antes de ir a hacer mis recados. Tomó un brazo de YoonGi pasándolo por sus hombros y cuando menos pensó se encontraba siendo cargado por JiMin a estilo nupcial. ––Puedo caminar. Soltó avergonzado el pálido.
––Por supuesto que si cariño. Abre la puerta, anda. YoonGi mordió su labio inferior sintiendo un calor en su pecho por el mote cariñoso que había soltado el rubio. Quizás lo hizo sin darse cuenta. JiMin lo dejó en uno de los sofás de la sala cuando llegaron al rancho y pidió que
le dieran algo para el dolor y una venda para la pierna. Después de eso se fue y YoonGi no supo de él ni cuándo estuvo con TaeHyung preguntando sobre la boda, posiciones y todas esas cosas que necesitaba saber para acomodar su equipo.
YoonGi no comentó nada sobre el hombre del incidente. Le pidió a JiMin que él tampoco lo hiciera y el rubio aceptó a regañadientes. En cambio le dijeron a los Park que había pisado mal en una bajada un poco inclinada y se había caído, eso explicaba el golpe de su pierna.
YoonGi les había dicho que su mejilla también se había golpeado al caer, pero aquello no convencía mucho a TaeHyung. Aun así prefirió no decir nada. YoonGi se mostraba un poco más suelto por la tarde, sus hombros habían dejado de estar tensos y ahora hasta se carcajeaba.
TaeHyung no iba a preguntarle a YoonGi que había pasado entre ellos pero estaba muerto de curiosidad por ello. Aun así prefería revolcarse en su curiosidad que arruinar el buen animo de su mejor amigo poniéndolo incomodo.
Para cuando regresaron a la casa ya era bastante tarde y la cena estaba servida. ––Yoon ¿Puedes decirle a JiMin que baje a cenar? Pidió TaeHyung yendo a la cocina, YoonGi secó sus manos en sus jeans y rubio las escaleras para ir en dirección a la habitación del rubio.
Tocó un par de veces y escucho un suave "pase" con un tono extraño. Cuando YoonGi abrió la puerta se encontró con JiMin que tenía el torso desnudo y JiMin que tenía su palma en el vientre trabajado de JiMin. ¿Por qué siempre tenía que encontrarlos en situaciones incomodas?
––¡Lo siento!––Gritó girándose para no ver.––Me envió TaeHyung, dice que bajes a cenar. ––Ah, gracias. En seguida vamos. YoonGi asintió sin esperar a que se dijera nada mas y bajó corriendo al comedor sintiendo su corazón doler.
Que JiMin hubiera sido amable no significaba absolutamente nada, ademas él seguía con SeokJin ¿cómo podía haber olvidado eso? YoonGi se abrazó a sí mismo y se repitió que solo quedaba poco tiempo para ir a casa y tener su vida normal de regreso.
–¡Jin! Se quejó el rubio al sentir cómo la crema golpeaba su abdomen. ––Te dije que curaras tu herida tu mismo. Pero no, tenía que ayudarte y justo él tenía que venir. Dile que no es lo que está pensando. ––Déjalo así Jin, sabes qué es mejor.
––Realmente no te entiendo JiMin. Además, estoy conociendo a alguien...––El mayor lamió sus labios humedeciéndolos. ––¿Estás seguro de eso? JiMin no quería ver a su mejor amigo siendo lastimado nuevamente, suficiente había sufrido cuando descubrió que el hombre del que había
estado enamorado por un par de años e incluso había tenido algunos encuentros demasiado íntimos; en realidad era casado. Aquello había destrozado a SeokJin por completo y JiMin no estaba en su mejor momento tampoco. Así que empezaron a hacerse cercanos y estuvieron para el otro.
En algún momento de su amistad habían intentado algo más allá, pero definitivamente ellos no funcionaban como pareja, solo como amigos. ––Nunca estaré seguro y creo que siempre tendré miedo ¿pero qué es el amor sin un poco de riesgo? Aquello lo había soltado con doble intención.
––Sabes que solo voy a lastimarlo. ––No harías eso si hablaras con él. JiMin se quedó en silencio pero solo dejó la habitación y a SeokJin en ella en completo silencio. El mayor dejó caer los hombros, él realmente amaba a JiMin y quería que fuera feliz con la persona que amaba.
Desde que lo había conocido supo de los sentimientos del chico y era injusto que se negara a estar con la persona que amaba por algo en lo que YoonGi ni siquiera tenía culpa. SeokJin estaba seguro que el pálido ni siquiera sabía algo al respecto.
Suspiró pesadamente antes de salir él también de la habitación para ir al comedor a tomar la cena. También esperaba que JeongGuk no fuese igual que NamJoon y solo fuera el sucio secreto de alguien casado y con familia.
La alegría que YoonGi había estado radiando horas antes parecía haberse drenado de pronto, sus hombros estaban hundidos y hasta parecía encogerse en sí mismo. TaeHyung tenía una ligera sospecha de lo que había pasado cuando vio a su hermano bajar siendo seguido de SeokJin.
El pálido ni siquiera había probado su comida y sus ojos iban a las escaleras como si haciendo aquello pudiera huir al Comfort de su habitación. Como si la vida supiera lo que necesitaba su celular empezó a sonar en su bolsillo y lo sacó disculpándose.
––Es mamá, debo tomar esta llamada. Lo siento.––Se disculpó con todos en la mesa y subió las escaleras pegando el celular a su oreja. En la mesa se hizo un silencio, JiMin que había estado tan suelto y relajado antes, ahora parecía tenso y un poco molesto.
––Permiso. Se disculpó también yendo escaleras arriba. Para el trio en la mesa era muy obvio a donde iba el rubio y TaeHyung vio con curiosidad como SeokJin seguía comiendo sin inmutarse. Sus cejas se arquearon sin poder evitarlo. ––¿Estás bien?
Preguntó el moreno sin darse cuenta hasta que las palabras abandonaron sus labios. SeokJin lo vio y después vio a SeoYoon. ––¿Sí? El hombre lucía realmente relajado y aquello no cuadraba para los Park. ––JiMin acaba de ir escaleras arriba. ––¿Tengo que ir con él? Puedo hacerlo.
TaeHyung dejó sus cubiertos y se recargo por completo en el respaldo de la silla. Estaba analizando a SeokJin que había llevado algo de arroz a su boca y masticaba lentamente viendo al menor. ––¿Sabes que YoonGi está arriba también y ellos fueron pareja?
––Lo sé. Pero sigo sin entender tu punto. ––Tae, cariño. Déjalo. ––¿Cómo puedes estar tan comido cuando el hombre con quien sales está yendo escaleras arriba con su antiguo amante? Aquello hizo a SeokJin ahogarse con su comida. SeoYoon rodeó la mesa y palmeó su espalda.
SeokJin tardó unos segundos en recuperar el aliento y con la cara ligeramente roja y ojos llorosos encaró a TaeHyung. ––Creo que JiMin jamás les ha aclarado que solo somos mejores amigos ¿No? Aquello si que los tomó por sorpresa. TaeHyung no se creía aquello, los había visto ser
como una pareja todo el tiempo durante años. Iban a citas y SeokJin se queda a dormir en la habitación de JiMin. Se abrazaban bastantes y besaban sus mejillas o frentes, aunque era algo que hacía más SeokJin. ––Mientes.
––Sé lo que estás pensando justo ahora.––Dijo el mayor sonriendo burlón.––¿Pero no es eso lo que también tú haces con YoonGi? ¿Alguna vez nos has visto besarnos realmente? Hablo de JiMin y yo. El moreno abrió la boca dispuesto a hablar pero la cerró de golpe al darse cuenta.
No. Había visto muestras de afecto; claramente. Pero nada demasiado intimo como para una pareja. Y SeokJin tenía razón, él también salía a lugares solo con YoonGi, dormían juntos cuando se visitaban, se daban apretados abrazos y algún que otro beso porque se querían mucho.
Pero eso no indicaba para nada que fuesen una pareja. Aquello le cayó como un balde de agua fría; porque ahora realmente no estaba entendiendo a JiMin. Si ellos no eran pareja ¿Por qué se empeñaba tanto en alejar a YoonGi?
––Hola mamá ¿Cómo estás? "Hola cariño, estoy muy bien. MinHo te envía saludos" ––Dile que envio saludos también. ¿Qué has estado haciendo? "No mucho. Sigo yendo a rehabilitación y es... está bien. Tengo cuatro meses sobria. MinHo me ha ayudado." ––Estoy muy feliz de escucharlo.
"Pero Yoonie, lo importante es, tengo un vuelo a Corea mañana ¿Sigues en Busan?" Aquello encendió alarmas rojas en YoonGi. ––Sí, pero mamá. Yo... estoy en casa de los Park. "¡Mejor aun! Quiero hablar con ellos sobre recuperar el rancho."
Aunque la noticia podía haber alegrado a YoonGi sabía que su madre yendo ahí era solo sinónimo de problemas... y realmente era lo ultimo que necesitaba. ––Mamá, no necesitas recuperar el rancho. Ni siquiera quieres vivir aquí. "Lo quiero porque tengo recuerdos preciados ahí."
––Entiendo eso, pero de verdad. No vengas aquí, puedo irme a Seul y te veo ahí ¿Quieres? YoonGi sabía que su madre podría percibir su desesperación en su voz. "Yoonie, de verdad quiero ir. No voy a causar problemas. Nos vemos en dos días. Te amo."
Y antes de que pudiera siquiera decir algo, su madre había terminado la llamada. YoonGi pegó su celular a su pecho relamiendo sus labios con nerviosismo. Agradecía no haber comido nada en la cena porque su estomago se sentía como un nudo, incluso le costaba respirar.
––Visitas inesperadas ¿Eh? YoonGi saltó en su asiento cuando escuchó la voz de JiMin a su espalda. El hombre le había hablado en un tono bajo y ronco haciendo sentir escalofríos, eso y como se encontraba recargado en el marco de la puerta con brazos cruzados.
YoonGi tragó grueso a la vista de aquello. ––Yo, no... ––Busca donde meter a tu madre porque no pienso dejar que ponga un jodido pie aquí. Puedes decirle también que se deshaga de sus estúpidas ideas de tener mi propiedad en sus manos.
A YoonGi. no le pasó desapercibido el tono que JiMin había utilizado para recalcar "mi". Sus manos hicieron puños la tela de su pantalón con nerviosismo. ––Descuida, mañana mismo buscaré donde podremos quedarnos los días que mi madre esté aquí.
JiMin arrugó el entrecejo con aquello. ––Puedes quedarte, pero tu madre no. ––Gracias por tu consideración de permitirme quedarme, pero realmente no quiero hacerlo cuando claramente mi presencia te disgusta tanto. Soy un simple invitado y eres quien vive en ésta casa.
JiMin descruzó sus brazos dejándolos caer a los costados de su cadera y entró en la habitación viendo al pálido directamente a los ojos. YoonGi no pudo evitar comparar al rubio con un león o un tigre yendo a por su presa.
Cuando estuvo frente al pálido este tenía que echar su cabeza ligeramente hacia atrás para ver el esculpido rostro del rubio. La mandíbula de JiMin estaba tensa y YoonGi se dio cuenta que no lo veía a los ojos sino a sus labios, aquello lo hizo lamerlos de manera inconsciente
dejándolos húmedos y brillantes. Una de las manos de JiMin se acunó su mejilla y con su pulgar tocó los labios de YoonGi quien los abrió de manera muy ligera sintiendo el calor correr por su cuerpo.
JiMin, aun viéndose como un depredador se agacho hasta apoyar una de sus manos en el posabrazos y la otra en el respaldo sin dejar de ver al pálido. ––Si no tuvieras esos lazos sanguíneos, probablemente estarías en mi cama ahora mismo.
Aquello hizo al pálido arrugar el entrecejo sin comprender al mayor. Pero también lo hizo salir de su estupor, cuando el rubio bajó un poco más con la intención de unir sus labios YoonGi se hizo para atrás; tanto como el respaldo de la silla le permitía, y cerrando los ojos.
Aquello molestó al rubio, él no obligaba a nadie a nada. Con un bufido molesto se alejó un par de pasos del pálido y metió sus manos en sus bolsillos. ––Me iré mañana.
Fue lo ultimo que dijo YoonGi poniéndose de pie sintiendo sus piernas temblar, pero yendo al baño con la dignidad que le quedaba.
Por la mañana, JiMin había salido muy temprano. TaeHyung y SeoYoon intentaron persuadirlo de que se quedará en el rancho y que llevara a su madre. YoonGi había inventado alguna excusa lo suficiente creíble para no hacerlo. Tampoco quería acusar al rubio como un niño pequeño.
TaeHyung ofreció llevarlo al pequeño hotel que había en la zona céntrica del pueblo. Era bastante bonito y cómodo. YoonGi pagó por dos habitaciones y pensó en que debió haber llevado su auto. Por suerte su madre había rentado uno en Seul.
TaeHyung tenía algunas cosas que ver con JiSoo sobre la boda así que lo dejó solo. YoonGi decidió que era buen momento para darse una vuelta por el pueblo. Después de todo no había tenido tiempo de hacerlo antes y realmente pensaba que sería agradable.
Tomó su cartera, celular y la llave de la habitación. Se había cambiado de ropa por algo más ligero ya que el día era agradable. Se colocó unos shorts negros que le quedaban arriba de la rodilla y un poco pegados, una camiseta básica blanca un poco suelta y sandalias negras.
Quizás su piel tomaría algo de color. Realmente esperaba eso. Le cansaba que las personas se impresionaran por lo pálido que era. Salió del pequeño edificio viendo a ambos lados decidiendo a dónde debería ir. Encogiéndose de hombros se encamino a la izquierda.
Si su memoria no fallaba por ahí había una heladería a la que solían ir él y TaeHyung cuando salían de clases y no pasaban por ellos. Entonces a ambos les parecía algo horrible caminar por media hora a casa. Ahora a YoonGi le parecía agradable una caminata tranquila.
Por un momento pensó en ir al rancho de los Park, pero no podía alejarse mucho porque su madre podría llegar en cualquier momento. Para su mala suerte, la heladería estaba cerrada, pero en frente había un restaurante y no dudó en entrar al lugar.
Era bastante bonito y muy colorido. Pudo ver que al fondo había un minibar donde estaba un grupo de hombres. Había una familia en la mesa a su lado y unas chicas con el uniforme escolar un par de mesas mas allá. Pronto se sintió un poco solo.
Pero se rehuso a sentir pena de si mismo así que solo ordeno algo y se quedo viendo por la ventana a las personas que pasaban por la banqueta en lo que su pedido llegaba.
Solo esperaba que su madre llegara pronto, tenía que convencerla de que regresaran a Seul, subirla al primer vuelo con destino a America y regresar a Busan para la boda de TaeHyung. Esperaba que todo saliera como pensaba porque no necesitaba más estrés en su vida en ese momento.
HyeJin le había enviado algunos correos con información de un par de campañas que estarían esperándolo a su regreso. No quería ni pensar en el monton de trabajo que tendría al llegar a casa. Aunque por otra parte lo agradecía, pues así podía mantener su mente ocupada.
Justo cuando estaba pagando la cuenta su celular sonó y vio que era su madre. Quedó de verla frente al hotel diciendole que estaría ahí pronto. Metió su celular en el bolsillo delantero de su short y se encaminó a la salida. Una palmada en su trasero lo hizo congelarse.
––Nos encontramos de nuevo. YoonGi vio sobre su hombro y sus ojos se ensancharon al ver que era el mismo hombre del incidente mientras corría. ––Alejese de mi. Dijo YoonGi dando un paso dispuesto a alejarse. Pero el hombre lo tomó de la muñeca.
––Mis amigos y yo nos preguntábamos si querías ir a pasar el rato con nosotros. El aliento a alcohol llegó a las fosas nasales del pálido haciendolo arrugar la nariz con asco. Intentó soltar su brazo pero solo hizo que el agarre del otro hombre se apretar en su delgada muñeca.
Eso iba a dejar una marca. ––Con todo respeto, usted y sus amigos me dan asco. Ahora déjeme ir o armaré un escándalo. Advirtió el pálido con una gota de valentía. ––Hazlo, grita como damisela en apuros. Dijo el hombre burlándose de YoonGi.
El pálido apretó los labios con molestia. Sin pensarlo soltó un torpe puñetazo en dirección del hombre pero este lo esquivó sin problemas mientras reía. ––Suelteme. Ordenó de manera temblorosa, el hombre solo le sonrió de manera tétrica y aflojo un poco su agarre.
––Ya nos encontraremos pronto YoonGi. Y que aquel sujeto hubiera pronunciado su nombre con aquella asquerosa boca, hizo que el pálido quisiera doblarse sobre su propio eje y sacar lo que reciéntame había comido.
Mientras que casi corria al hotel no dejaba de frotar su lastimado brazo. Tal como había predicho había una fea marca rojiza que pronto se convertiría en un maratón de colores. Odiaba tener la piel tan delicada, Ya pensaría en algo para excusar aquello. Igual intentaría cubrirlo.
––Hola cariño. Lo saludó la mujer radiante. Realmente el haberse ido le había caído muy bien. Ya no tenía esa apariencia enfermiza de antes, incluso se veía más joven. ––¡Mamá! El pálido corrió el ultimo tramó y rodeo a la mujer en sus brazos.
––Te extrañe mucho.––Dijo la mujer llenando su cabeza de besos.––Mira que gua... ¿Qué le pasó a tu brazo? WheeIn lo tomó para examinarlo de cerca. A pesar de que YoonGi había alejado el brazo rápidamente a la mujer no le pasó desapercibido la marca de unos dedos en el.
Pero decidió dejar el tema para más tarde. ––Nada ¿Qué tal estuvo el vuelo? ––Comodo, dormí la mayor parte. YoonGi le sonrió a su madre tomando su mano. ––¿Deberíamos ir a pasear por ahí? Sugirió YoonGi recostándose en el hombro de su madre. ––Vamos con los Park.
––Mamá... Dijo el pálido en tono de advertencia y suplica. ––Nada, Yoonie. De verdad quiero recuperar ese lugar, significa muchísimo para mí y quiero que tu lo tengas, que tus hijos lo tengan después y los hijos de tus hijos lo tengan después.
YoonGi vio la suplica en los ojos de la mujer y dejó caer sus hombros en derrota. ––Bien, vamos entonces. La mujer sonrió y beso su mejilla para ir al lado del conductor, yoga con resignación se subió al copiloto esperando que JiMin no estuviera al rededor.
Conforme se acercaban al rancho de los Park, YoonGi sentía ese nudo en su estómago nuevamente. Pero se las arreglo para sonreírle a su madre sin parecer muy forzado, el dolor de su brazo se había vuelto incomodo y echándole un vistazo pudo ver que ha había un moretón ahí.
Cuando pudo ver como entraban al terreno de los Park, entonces si YoonGi era un manojo de nervios. él y su madre se bajaron del auto y SeoYoon al ver a WheeIn no dudo en dejar lo que estaba haciendo e ir a abrazar a su vieja amiga. Ambas mujeres se veían con cariño.
––Yoon, vamos dentro. Le invitó SeoYoon pero se negó diciendo que se quedaría por un rato afuera a tomar un poco de sol. Las mujeres lo dejaron y se adentraron a la casa hablando de cualquier cosa. Un cachorro llegó a los pies de YoonGi y no dudo en tomarlo en brazos.
Tras el llegó HoSeok, el capataz del lugar regañando al pequeño peludo que estaba en brazos del pálido. ––¡YeonTan no salgas corriendo así!––Le regañó el hombre, pero el perro estaba muy ocupado recibiendo caricias de YoonGi. ––¿De quién es? ––De TaeHyung.
––JiSoo y él todavia no se casan y ya tienen hijos ¡Una deshonra! Ambos se rieron por el comentario del pálido. ––Es bueno tenerte por acá. YoonGi negó. HoSeok era algunos años mayor que él pero no tanto como JiMin. El hombre trabajaba en el rancho desde muy joven, ya que su
padre había sido el antiguo capataz. HoSeok era conocido por la amabilidad que tenía hacía las personas. Era raro cuando se comportaba grosero y cuando alguien no le caía bien, tenía sus razones. ––Deberías decirle eso a JiMin. HoSeok lo vio con el entrecejo arrugado.
––¿Por qué? Él parece más relajado desde que estás aquí. Aquello tomó al pálido por sorpresa. ––Debes es... ––¡HoSeok, trae tu culo aquí! ––Hablando del rey de Roma.––Tomó al cachorro en sus brazos y se giró en dirección a JiMin que los veía de manera dura.
YoonGi relamió sus labios ante la vista. Podría ver un millón de veces a JiMin con ropa de trabajo, sucio y sudado y jamás se cansaría de ello. Es que debía ser un delito verse así de guapo en ropa de trabajo y con barro encima.
El rubio dio algunas ordenes a HoSeok y después ambos se separaron. YoonGi se puso nervioso al ver que JiMin se dirigía hacia él. ––Creí que te habías ido ¿Fuiste por tu coche?
Preguntó apuntando con la barbilla al auto donde habían llegado él y su madre. YoonGi consideró mentir por un momento pero sabía que sería inútil. Derrotado rascó su cabeza y abrió la boca dispuesto a confesar. ––¿Qué demonios te pasó en el brazo?
Aunque las palabras del rubio habían sido bruscas e incluso el tiron que le dio, no lo lastimo. ––Me caí en la ducha. Mintio rapidamente. Se morido los labios al darse cuenta lo jodidamente estúpido que sonaba eso si pensabas en como te pudiste haber caído para golpearte de
esa manera en la zona de la muñeca. ––¿Crees que soy idiota o algo así? ––He venido aquí con mi madre. Soltó el pálido antes de que pudiera siquiera darse cuenta de la confesión que había soltado. JiMin apretó el agarre haciendo al pálido gemir y doblarse un poco por el dolor.
Lo soltó de manera brusca y se encaminó al interior de la casa. YoonGi asustado fue tras el rubio poco después de recuperarse del dolor. ––¡Fuera de mi casa ahora mismo! ––¡YoonGi! Su madre corrió a refugiarse tras él mientras JiMin le gritaba a todo pulmón que se fuera.
SeoYoon intentaba calmarlo pero YoonGi sabía que no había caso, el hombre estaba furioso. Con sus manos temblorosas por los gritos tomó la de su madre saliendo lentamente de espaldas. ––¡No los quiero aqui! A ninguno de los dos. Son igual de traicioneros. Unos hijos de p...
YoonGi se encogió y cerró los ojos esperando un golpe. JiMin había alzado la palma abierta dispuesto a golpearlo y él no tenía los reg¡lejos suficientes como para salir limpio de aquello. ––¡JiMin!
SeoYoon se colgó del brazo del rubio deteniéndolo a tiempo, YoonGi abrió los ojos para ver como JiMin lo veía un poco asustado, aunque la furia seguía bailando en sus ojos. ––Nos vamos, ahora. Declaró YoonGi tomando a su madre y saliendo de la casa.
Mientras salía del terreno pudo ver como JiMin fue tras el auto y aquello solo lo asustó haciendolo pisar el acelerador. Su mano dolía a horrores por el agarre que le había hecho JiMin un momento antes, pero no dejó de pisar el acelerador hasta llegar al hotel donde recogió sus
cosas y las de su madre y se fueron a Seul. No pensaba dejar que su madre estuviera un momento más ahí, no sabía si JiMin era capaz de llevar a la policía o a sus trabajadores para que lo escoltaran hasta la salida del pueblo.
Bastante había tenido con las habladurías cuando se fueron a la bancarrota y cuando salió del clóset como para agregar algo como eso. Ya hablaría con TaeHyung para decirle que algo se había presentado con urgencia y que lo vería hasta el día de su boda.
Su madre no dejó de mordisquear su labio inferior durante todo el camino, incluso le temblaban las manos y pidió un cigarrillo en mas de un par de ocasiones. A lo que claramente YoonGi se negó.
Su brazo punzaba como si le hubieran atascado agujas, pero tampoco confiaba en que su madre estuviera en su mejor momento para conducir. El nudo en su garganta no se iba por más que tragara saliva.
Al llegar a Seul le pidió a su madre que regresara con MinHo a America, era lo mejor. ––Yoonie, lo siento mucho.––La mujer se echó a llorar.––Es mi culpa que no puedas estar con él. ––No mamá, no es así. ––Hay algo que debes saber.
YoonGi se acomodó mejor en el sofá de su departamento donde habían llegado y se habían duchado para relajarse por todo lo ocurrido. Había apagado su celular al ver que TaeHyung lo llamaba con insistencia. No tenía fuerza para lidiar con su mejor amigo en ese momento.
––Me siento muy avergonzada.––Dijo su madre peinando los cabellos que se salían de su moño.––Cuando salías con JiMin y se volvieron cercanos yo...––La mujer carraspeo viendo hacia otro lado.––Yoonie, uno no decide a quien amar o a quien entregarle el corazón ¿Sabes? Amé +
muchísimo a tu padre. Lo juro. Pero...–La mujer encaró a su hijo con los ojos cristalinos.––Pero amé mucho más a Park JiHyung.––El corazón de YoonGi se detuvo. ––¿Qué?––Preguntó en un susurro sin aliento. ––Nos amabamos tanto, YoonGi y no espero que lo entiendas.
––¿De qué hablas? ¿Qué estás diciendo? El pálido se puso de pie alterado. ––Unos meses antes de que tu padre muriera nosotros tuvimos una aventura... JiMin nos descubrió. YoonGi dejó caer sus hombros y se dejó caer en el sofá.
El pálido negó sin querer creer lo que la mujer sentada frente a él estaba diciendo. ––¿Qué hay de SeoYoon? ¡Es tu amiga! ¡Mamá! ¿Qué demonios estabas pensando? Empezó a gritarle a la mujer haciendo que se encogiera en su sitio.
––Lo siento Yoon. Lo lamento. Pero es que nosotros... nos gustábamos mucho. Pero sus padres le habían arreglado un matrimonio con SeoYoon y no pudimos estar juntos. Aun así encontrémoslas a un hombre maravilloso, porque tu padre fue un hombre excepcional... Pero nunca fue él.
––¿Por qué lo hiciste? ¿Era por eso que no querías que estuviera con JiMin? La mujer desvió su vista avergonzada de admitir aquello, pero aun así asintió levemente. ––Lo siento muchísimo Yoonie, te amo y quiero tu felicidad... de verdad la quiero.
De pronto YoonGi se irguió y cuadró los hombros viendo fijamente a su madre. La adrenalina corría por sus venas. ––¿Soy... realmente soy un Min, mamá? La mujer lo vio con ojos enormes y abrió la boca. ––¡Claro que lo eres! Nunca engañé a tu padre, jamás. Solo fue en esa ocasión.
YoonGi soltó el aliento que había estado reteniendo. Lamió sus labios apoyando sus manos en sus rodillas y curvando su espalda. ––JiMin... ¿qué fue lo que vio? ––Yoo... ––¿Qué fue lo que vio? Preguntó de manera dura.
––Ellos habían venido a Seul y estarían unos días aquí. Tu padre estaba en Daegu y nosotros solo. Nos vimos en su casa. JiMin regresó antes por algo de un caballo nuevo... estábamos en la habitación de JiHyung.
YoonGi metió sus dedos a su cabello sintiendo las ganas de llorar a flor de piel. JiMin jamás perdonaría eso. "Si tan solo no tuvieras esos lazos sanguíneos" Ahora todo tenía sentido. Se sentía dolido y avergonzado al mismo tiempo. ¿Cómo se había complicado todo tanto?
¿Cómo se suponía que vería a SeoYoon ahora? ¿Cómo podría seguir siendo amigo de TaeHyung? ¿Qué pasaría cuando se enteraran? Sintió la mano de su madre en su hombro y la alejó. Su voz se negaba a salir por el enorme nudo en su garganta.
––No me toques.––Dijo con odio.––Arruinaste mi vida, mamá y le hiciste daño a personas que te consideraban alguien buena. ¿Cómo pudiste? WheeIn se encogió en su lugar llorando también. ––Lo sé Yoon, espero que un día entiendas todo.
Dicho eso la mujer se puso de pie tomando sus cosas para dejar el departamento del pálido. YoonGi se quedó ahí en medio de su sala sintiendo la soledad más fuerte que nunca. Se abrazó a si mismo y se dejó caer en el piso llorando de manera dolorosa.
El siguiente par de días YoonGi la pasó como zombie dentro de su departamento. Ni siquiera se había molestado en tomar una ducha y ni recordaba si había estado comiendo. Se estaba hundiendo en la miseria, lo tenía ganado después de todo el desastre en que se había convertido su
vida personal. Ahora podía desechar cualquier posibilidad que hubiera existido antes con JiMin. En ese par de días había pensado en todo lo que su madre le había dicho. Ahora entendía en parte el actuar de JiMin hacía él y sobre todo hacía su madre.
Se había puesto en los zapatos de cada uno y entendía a JiMin y el que no quisiera relacionarse con ellos por lo que su madre había hecho. Lo entendía. Si hubiese sido al revés quizás él hubiera sentido el mismo odio o repulsión hacía JiHyung y no es que odiara al resto de la
familia, pero si estaría molesto con él mismo por tener sentimientos por alguien tan cercano a alguien que odia. También entendía a su madre. Sobre no decidir a quien amamos, él tenía años enamorado del mismo chico que ahora tenía un esposo y ni la noticia había ayudado.
YoonGi seguía queriendo a JiMin aun sabiendo que él ya no era un hombre libre. Lo entendía todo; y era por eso que no podía dejar de sentirse miserable. Para su mala suerte era el día de la boda de TaeHyung y había prometido estar ahí con todo y su equipo. Tendría que tomar una
larga ducha y preparar un bolso pequeño. No sentía fuerzas como para conducir y un autobús tomaría demasiado tiempo. Lo mejor sería que tomara el tren y pronto.
Lo unico bueno de regresar a Busan fue que pudo dormir durante todo el trayecto. Quizás había dormido más en ese viaje que en los pasados días. Pero aun así el cansancio no dejaba su cuerpo. Tomó su bolso y salió del tren a la estación, ubicó la zona donde los taxis estaban
aparcados y se encamino ahí para tomar uno. No le había hablado a TaeHyung y realmente no esperaba que el moreno tuviera cabeza para algo tan simple como recogerlo. Sus manos sudaban en el trayecto y su estomago cada vez se encogía más.
Había algunos autos en el rancho, de algunos salían arreglos florales, de otros algunas mesas y adornos, luces. Había personas yendo de un lado a otro adornando el lugar. YoonGi se bajó del auto y pagó al conductor la tarifa dicha por este.
Respiró profundamente y se obligo a poner un pie frente a otro para acercarse a la casa. Sus dedos hormigueaban y le aterraba la idea de enfrentarse a cualquiera de ellos. No sabía como actuar, que decir o como verlos a los ojos. Se sentía fuera de lugar.
La puerta principal estaba abierta y se atrevió a entrar sin llamar antes. Vio a todos lados y el lugar estaba lleno de meseros y cocineros que iban de un lado a otro. Era todo un caos. ––¡Yoonie! Sintió los brazos de TaeHyung rodearle y se tensó al instante.
––Hola. Dijo en un susurro bajo. ––Creí que no vendrías, mamá me contó lo que pasó. Lo siento mucho. YoonGi quería gritarle que no tenía porque avergonzarse, pero solo se mantuvo en silencio. ––No te iba a dejar sin fotografías de este gran día.
Dijo cuando se separaron. TaeHyung sonrió nervioso y rascó su nuca. ––Verás. Todo fue un poco de engaño para que vinieras a pasar tiempo en el rancho. En realidad ya teníamos a un equipo de fotografía. Pero creo que las cosas no salieron como pensaba. Perdón.
YoonGi arqueó sus cejas viendo al moreno. ––¿Qué pensabas que iba a pasar TaeHyung? ¿Estás loco? Sabes lo mucho que JiMin me odia. Regañó el pálido poniendo sus manos en su cadera y viendo a TaeHyung de manera dura.
––Yoonie, te amo. Eres mi mejor amigo y JiMin es mi hermano. Pensé que si estabas aquí podrían arreglar sus problemas y... no lo sé. YoonGi quería enfadarse con el moreno, pero claramente no podría hacer algo como eso. Entendía que las intenciones habían sido buenas.
Dejó caer los hombros y se acercó a abrazarlo fuertemente. ––También te amo, Tae. Estoy muy feliz de que estes feliz. TaeHyung apretó un poco el abrazo y de pronto estaba temblando, YoonGi se asustó al sentir que estaba llorando. Pero no preguntó, dejó que lo abrazara sin más.
––Estoy muy feliz.––Empezó a hablar el moreno cuando se relajó un poco más.––Pero e duele que tu no lo seas. El corazón de YoonGi se encogió, si TaeHyung supiera todo ¿Cómo lo tomaría? ¿Seguiría siendo su mejor amigo? ¿Seguiría creyendo que merecía la felicidad?
––¿Dónde está JiMin? Preguntó el pálido cuándo se separaron. ––Fue a Seul, dijo algo de SeokJin. El moreno vio cómo el rostro de YoonGi cayó por un segundo pero se las arregló para recomponerse y darle una sonrisa. ––Bien. Creo que debo prepararme para tu boda.
Antes de que TaeHyung pudiera decir algo, YoonGi ya había ido escaleras arriba a la habitación donde se había quedado días antes. Cuando cerró la puerta secó sus ojos con furia. Estaba cansado de pasarse todo el rato llorando.
Se metió al baño y tomó una ducha rápida para quitar el sudor por el viaje. Había colgado su traje en un perchero y lo había arreglado para que se viera presentable. Sus zapatos estaban limpios y brillantes a un lado. Iría completamente de negro.
No tardó mucho en estar completamente vestido. Colocó el cintillo en su cintura para marcarla un poco más y sonrió a su reflejo. Puso algo de maquillaje para cubrir sus ojeras y no lucir tan cansado, incluso arregló sus cejas y pestañas y colocó delineador para hacer que sus ojos
se vieran más afilados. Asintió satisfecho con o que había logrado. Se sentó en una de las esquinas de la cama. No había empezado nada y él ya quería salir corriendo del lugar. Solo quería que pasaran a la parte de la fiesta pronto para poder desaparecer de ahí.
Sus delgados dedos se retorcían entre sí por los nervios que sentía en ese momento. Tenía un mal presentimiento al estar ahí. Quizás solo debía decirle a TaeHyung que no se sentía bien y tomar un tren a casa. ––Yoon ¿Estás listo? Era TaeHyung.
rindiéndose con su pensamiento sobre huir del lugar solo suspiró profundamente y se puso de pie para encaminarse a la puerta y abrirle a su mejor amigo. ––Hey, sí, lo estoy. ––¡Mirate! Te ves tan guapo ¿Debería dejar plantada a JiSoo y huir contigo?
Ambos rieron por la estupidez dicha por el moreno. ––Es capaz de seguirnos hasta el fin del mundo, ella está realmente enamorada de ti ¿Sabes? ––Sí.––Sonrió el moreno.––Y yo lo estoy de ella. YoonGi le dio un fuerte abrazo sin poder evitar la emoción por ello. ––Vamos a tu boda.
Ambos chicos salieron la habitación diciendo algunas tonterías y empujando un poco entre ellos. Cuando llegaron al patio trasero YoonGi se quedó sin aliento. Había flores por todos lados, era como si hubieran pedido las flores de todo el mundo para el lugar.
Aquello combinaba con las mesas con manteles blancos y sillas de madera., los centros de mesa eran arreglos florales pero con colores más pasteles. Había una gran carpa protegiendo a los invitados del sol pero había gasas rosas pastel; casi blanco y blancas yendo en una dirección
y otra, haciendo un juego con ellas. Lamparas que se podía adivinar su tipo de iluminación suave, mientras que en tres zonas de la enorme carpa había tres candelabros más llamativos. La pista de baile estaba hecha de una plataforma con luz blanca que contrastaba con el pasto.
y había una zona al fondo donde se podía adivinar el altar. Que estaba adornado con un gran marco lleno de flores preciosas y con algunas luces suaves. YoonGi suspiró llevando una de sus manos a su pecho, TaeHyung sonrió al verlo. ––Es precioso Tae. Dijo emocionado el pálido.
––JiSoo quería su boda de cuento de princesas y es lo que iba a darle. YoonGi sintió una pizca de envidia en ese momento. Se preguntaba si algún día él encontraría alguien que lo amara de esa manera, de la manera en que alguien recuerda lo que quieres y lo que te gusta como para
intentarlo todo por hacer ese sueño realidad. Como algo como una boda. Sus ojos se aguaron un poco pero parpadeó rápidamente para deshacerse de ellas; no quería arruinar su maquillaje antes de siquiera arruinarlo con los votos de su mejor amigo y su esposa.
Había personas ya en sus asientos y YoonGi abrazó por ultima vez a su mejor amigo antes de dejarlo en su lugar en el altar. Cuando se giró pudo ver cómo JiMin se encontraba con SeokJin hablando muy cerca el uno del otro con sus manos enlazadas.
Ahí también estaba SeoYoon así que simplemente barrió el lugar con la mirada y se encontró con HoSeok en una mesa medianamente vacía. No dudó en ir a donde se encontraba el agradable hombre y saludar sonriendo para tomar asiento después de preguntar si podía.
––YoonGi, te ves muy guapo. Elogio HoSeok en cuanto estuvo sentado a su lado, el pálido le dio una sonrisa agradecido. ––Tu también te ves muy guapo. ––Yo siempre, es solo que nadie ve más alla del fango. Bromeó encogiéndose de hombros.
YoonGi le sonrió y sin poder evitarlo sus ojos buscaron a cierto rubio sorprendiéndose un poco al darse cuenta que JiMin también lo estaba viendo. Sin saber qué más hacer bajó la mirada a sus manos sintiendo una incomodidad en el pecho.
––Yoonie, Seokie. Vengan a la mesa conmigo.––SeoYoon llegó a donde estaban invitándolos con una sonrisa. ––Ah, yo... ––Seguro. Antes de que YoonGi se negara amablemente, HoSeok se puso de pie y tomó su mano llevándolo con él.
SeoYoon se sentó a un lado de un chico que YoonGi no había visto antes al lado de SeokJin. HoSeok tomó asiento al lado de SeoYoon y al pálido no le quedó más que sentarse al lado de HoSeok con un asiento vacío a su lado. YoonGi ni siquiera se dio cuenta cuando el sol había
empezado a ocultarse y el lugar era iluminado por las luces artificiales. Aquello solo hacía que el lugar se viera mucho más bonito. La música empezó a sonar y todos se giraron a ver al final del pasillo poniéndose de pie para la gran entrada de la novia.
JiSoo se veía preciosa. Ella realmente estaba ahí siendo la princesa que había soñado ser. Su vestido era abultado y quedaba ligeramente largo sin llegar a ser algo peligroso. De la parte de arriba era ajustado a su fino cuerpo con una abertura muy ligera en el pecho.
Mangas largas hechas de tela transparente con bordados que iban por todo el vestido desvaneciéndose en la falda del vestido. Su maquillaje resaltaba sus suaves rasgos y el ramo de flores rosas en sus manos se veía precioso por el contraste.
El velo era sencillo pero eso lo hacía ser bonito, ya que todo se enfocaba en ella y el vestido. YoonGi no evito girar a ver a TaeHyung que veía a la chica con ojos brillantes por lagrimas y una enorme sonrisa. YoonGi sintió sus ojos picar.
Estaba tan felizmente de que su mejor amigo estuviera ahora con la persona que amaba; y todo era tan precioso. TaeHyung había tomado la mano de JiSoo cuando llegó a su lado y le dio un beso haciendo que todos se rieran por ello.
Tal como YoonGi había previsto, terminó arruinando su maquillaje cuando ambos dijeron sus votos. Pero no podían culparlo, se sentía tan feliz por su mejor amigo que no pudo evitar emocionarse por él; y tampoco fue el único.
La silla a su lado se movió pero YoonGi ni siquiera se movió, permanecía en su lugar como una estatua. ––Yoon. El cabello de su nuca se erizó y encuadró los hombros al escuchar a JiMin cerca de él. ––JiMin, yo...––Sin disimularlo.––Podemos hacer esto después ¿Por favor?
YoonGi estaba nervioso. Estaban bastante cerca de los demás como para que no escuchara sobre lo que su madre había hecho y era lo ultimo que necesitaba. ––No, Yoon. Quiero disculparme por lo que pasó. Yo perdí el control y... bueno. Se encogió de hombros viendo al pálido.
––Está bien JiMin. Entiendo porque lo hiciste. Entiendo porque nos odias a mi madre y a mí. Lo sé. Solo... por favor. JiMin relamió sus labios y sin decir nada más se puso de pie yendo hacía la casa a sus espaldas. YoonGi vio cómo SeokJin se disculpaba yendo tras el rubio.
YoonGi se quedó viendo hasta que el par se perdió detrás de la puerta, mordisqueaba su labio inferior con un poco de ansiedad. Había visto los ojos de JiMin verlo con algo de ¿Dolor? ¿Vergüenza? ¿Ira? ¿Lastima? No lo sabía, solo sabía que la incomodidad estaba ahí.
––Cariño.––Le llamó SeoYoon.––Deberías hablar con ellos. YoonGi parpadeó un par de veces viendo con incredulidad a la mujer. Pero sin saber qué decir solo asintió y se puso de pie para ir con el par que se había perdido en el interior de la casa.
Conforme se acercaba a la puerta podía escuchar cómo los murmullos se hacían cada vez más fuertes. Entró a la cocina pero se la encontró vacía; pero podía escuchar claramente como SeokJin y JiMin hablaban en el pasillo continuo, aun si no podía verlos.
Al principio no podia entender del todo lo que estaba escuchando hasta que agudizó su oido y sintió como algo bajaba desde su pecho hasta sus pies hormigueando por todo su cuerpo. Colocó su mano en la encimara para no perder el equilibrio y su respiración se volvió más rápida.
––¡Tienes que aclararle las cosas a YoonGi, JiMin! ¿Hasta cuándo vas a entender eso? ––Ni siquiera va a perdonarme por lo que hice ¿Cómo esperas que le diga lo demás?
––Eres mi mejor amigo, pero no pienso privarme de disfrutar esta noche con JeongGuk solo porque te niegas a aclararle a YoonGi que tú y yo no somos más que solo amigos. ––En realidad él piensa que estamos casados. Soltó el rubio viendo hacia un lado.
––¡Eso es peor aun! El chico se muere de amor por ti y tu sólo... sólo te dedicas a alimentar las mentiras que él mismo se crea en la mente. ––¿Y por qué no aclaras las cosas tú con él entonces? ––No es mi asunto y lo sabes, ni siquiera somos cercanos.
––¿Y cómo esperas que le diga? "Hola YoonGi ¿Sabes? Tengo una historia muy graciosas, SeokJin es mi mejor amigo y no estamos casados o cualquier otra cosa solo... Ambos se callaron al ver al pálido verlos a ambos con los labios abiertos y los ojos inundados en lagrimas.
––Ustedes... ––Yoonie, espera. Déjame explicarte. JiMin dio un paso al frente intentando tomar la mano del pálido que con un movimiento pegó sus manos a su pecho dando un paso hacia atrás alejándose del toque.
––¿Fue divertido?––El otro par vio al pálido con el entrecejo arrugado.––¿Se divirtieron viendo como me moría de amor por ti mientras creía que estaban casados? ––No, YoonGi lo estas entendiendo mal.
Dijo SeokJin acercándose un poco pero deteniéndose también al ver como YoonGi se alejaba nuevamente negando.
––¿Lo estoy entendiendo mal?––Sorbió por la nariz.––Dios, que humillante.––Se secó con furia las lágrimas que habían mojado sus mejillas.––Lamento mucho lo que mamá te hizo, pero lamento más que yo tuviera que pagar por algo que no hice.
JiMin hizo puño sus manos a sus costados al ver como YoonGi se veía más vulnerable y roto que nunca frente a él y frente a SeokJin. Y todo era su culpa.
––YoonGi... ––Lo siento. Perdón. Lamento mucho lo que mamá hizo. Y sé que no puedes entenderlo ni perdonarlo. Pero de verdad lo siento, solo... solo déjame en paz, por favor, déjame en paz. Dio media vuelta y salió del pasillo y después de la cocina.
Se aseguró que nadie hubiera notado que había salido y rodeo la casa. Iba a irse de ahí. No podía estar en ese lugar por más tiempo, se sentía tan miserable. Se abrazó a sí mismo y ni siquiera se preocupó por recoger sus cosas.
Conforme se alejaba del lugar la música iba bajando. No le tomó importancia a que estaba oscuro o que estaba haciendo un poco de frio. Sintió sus mejillas frías por las lagrimas que las empapaban y el frío viento, Pero solo se limitaba a secarlas sin más.
––Oh Dios. JiMin se tambaleo un poco y SeokJin tuvo que tomarlo del brazo para evitar que se cayera. Lo acercó. una silla y lo dejó descansando ahí. JiMin frotaba sus manos en su pantalón con nerviosismo, la angustia se instaló en su pecho y parecía no querer irse.
––¿Te sientes bien? Se atrevió a preguntar el mayor. ––No, lo he perdido Jin. El mayor lo rodeó en sus brazos y lo acarició con sus palmas para darle confort. ––Solo deben hablar, deben aclarar todo. Le has hecho mucho daño.
A JiMin le tomó unos minutos recomponerse lo suficiente como para regresar con SeokJin a la fiesta. No se sorprendió al ver que YoonGi no estaba en la mesa, seguro no quería ni siquiera compartir el mismo espacio con él y eso estaba bien. No iba a seguir hostigando al chico.
SeokJin le dio una copa con algo que parecía vino, ni siquiera lo pensó cuando dejó la copa vacía. SeokJin lo vio con algo de pena. ––¿Dónde está Yoonie? Preguntó sonriendo a su hermano con su esposa tomando su brazo. ––No lo sé. JiMin se encogió de hombros.
TaeHyung echó un vistazo a las otras mesas pero no logró ver a su mejor amigo. ––Pero mamá dijo que estaba con ustedes.––Aquello llamó la atención del rubio.––¿Qué le hiciste ahora? ––Yo... no... ––¿Lo corriste? ¿Dejaste que se fuera solo de noche? ¡Ni siquiera trajo su auto!
JiMin se puso de pie echando un rápido vistazo por el lugar. YoonGi no estaba, corrió a buscarlo por los alrededores siendo ayudado por TaeHyung, SeokJin y JeongGuk. Pero YoonGi no estaba.
YoonGi vio las luces de un auto iluminar su camino pero no prestaba atención realmente. Estaba bastante lejos de la casa de los Park para ese momento y seguramente era alguien regresando a casa de la fiesta. Lo que sí le incomodo fue que el auto se detuvo a su espalda.
Se giró para ver quien era pero la luz lo cegó un momento. Se asustó al sentir dos pares de manos tomar sus brazos. ––¿Qué demo... Su pregunta quedo a medias cuando metieron un pañuelo en su boca. Era el mismo hombre con el que había tenido un incidente días antes.
YoonGi empezó a retorcerse en el agarre queriendo liberarse de aquellos hombres. Lo subieron a la parte trasera del auto y entonces empezó a entrar en pánico real. Cuando vio el interior del auto ser iluminado por las luces de otro auto se sintió aliviado hasta que sintió la
sucia mano del hombre que lo retenía apretar su pene sobre su ropa para que mantuviera silencio. Y lo estaba logrando, aquel agarre dolí a horrores y su pánico seguía creciendo en su interior.
––Hola. señor Lee ¿Tiene un problema con su auto? Preguntó JiMin cuando bajó de su auto. ––Oh, no. Es solo que estoy cansado y decidí irme antes de la fiesta. Creí haber visto un venado, pero creo que solo lo imaginé. JiMin lamió sus labios.
––¿Vio a un chico en traje por aquí? Estoy buscándolo. ––No. No lo he visto. El mayor lucía un poco nervioso, pero JiMin no le tomó importancia realmente. No hasta que el auto del hombre se movió ligeramente llamando su atención.
"Yo... solo estaba corriendo... pero un auto... un auto se detuvo. Tenía mucho miedo... no quería ir..." Las palabras de YoonGi regresaron a su memoria entonces empujó al hombre y abrió la puerta trasera mostrando a un YoonGi con la camisa abierta por la falta de algunos botones,
el saco estaba roto de una manga y lo peor, era que el señor Choi lo sostenía a fuerza. ––¡YoonGi! ven aquí. JiMin lo jaló sin delicadeza obligando al otro hombre a soltarlo al verse descubierto. Palmeó el cuerpo del pálido buscando heridas pero solo podía sentir cómo temblaba.
Sacó su celular y llamó a la policía mientras de una manera u otra se encargaba de mantener a salvo al pálido e impedir que el par de hombres huyera. Por suerte la policia no tardó más de diez minutos en enviar una patrulla. Cuando los oficiales bajaron, JiMin les explicó lo que
había pasado en ese momento y comentando el incidente pasado. Lamentablemente no había mucho que hacer, ya que YoonGi no estaba herido o ni siquiera habían efectuado un secuestro tal cual. Aquello enfureció por completo al rubio quien no dudó en pedir una orden de restricción.
YoonGi no se había separado de él en ningún momento, aunque tampoco JiMin lo había dejado que se alejara absolutamente nada. Lo hizo que se quitara el saco roto que llevaba y tomó un suéter de la parte trasera de su auto para colocárselo al pálido sobre la camisa abierta.
––¿Estás más tranquilo? Preguntó JiMin acariciando sus mejillas con sus pulgares manteniendo su rostro acunado. YoonGi asintió cerrando los ojos. ––Bien, vamos a casa. Todos estábamos preocupados por ti. JiMin tomó su mano pero YoonGi no se movió.
––Yo no... no puedo. No puedo ver a tu madre a la cara o a TaeHyung. Nuevamente se creo esa barrera entre ambos. ––YoonGi escúchame. He estado equivocado todo este tiempo, te he hecho pagar por los errores de tu madre y sé que es difícil que lo creas, pero lo siento mucho.
––Aun así, estoy muy avergonzado con ellos. ––Ellos no saben nada y nunca lo sabrán. Vamos a casa, ellos están de verdad preocupados por ti. Aunque al principio se mostró renuente a ir, al final terminó cediendo.
Cuando bajó del auto de JiMin fue recibido por los brazos de TaeHyung que rodeaban su cuerpo en un apretado abrazo. ––¿Dónde estabas? ––Solo necesitaba un poco de aire. Mintió sonriéndole cuando se alejaron. a TaeHyung no le pasó desapercibido que el chico no llevaba su chaqueta.
––Está bien––Decidió no incomodar al pálido al preguntarle sobre su vestimenta.––Ven, haremos el brindis y no podía hacerlo sin ti. YoonGi se vio siendo jalado por el moreno hasta dónde se encontraba SeoYeon, los padres de JiSoo, la misma JiSoo y JiMin. La familia del matrimonio.
A pesar de la inicial incomodidad del pálido terminó disfrutando de la fiesta. Ni siquiera había notado cuando le habían sacado fotografías en las cuales salía riendo tranquilamente o comiendo algún bocadillo. Siempre en compañía de JiMin.
Cuando empezó a hacerse tarde, los novios se fueron causando un gran revuelo como era costumbre. Para ese punto YoonGi estaba algo mareado por el alcohol, pero tampoco estaba ebrio como para necesitar ayuda para andar. Se dejó caer sobre la silla dejando su fuerza desvanecerse.
La sonrisa en su rostro no se fue por nada del mundo. JiMin llegó a su lado tendiéndole una botella de agua y tomando asiento a su lado. ––¿Cansad? ––Un poco. YoonGi asintió sonriendo y después bebiendo de la botella de agua.
JiMin colocó su brazo en el respaldo de YoonGi y con su mano acariciaba los mechones de cabello del pálido. YoonGi suspiro cerrando los ojos y disfrutando de la caricia. ––No lo hagas, mi cabello está sudado. Dijo arrugando la nariz..
––Eso está bien, un poco de sudor no mata a nadie. Dijo JiMin continuando con sus caricias. Sin ser consciente de ello el pálido termino por recargarse en el hombro de JiMin. ––Tengo sueño. Se quejó murmurando escondiéndose en el hueco del cuello del rubio.
––Eres como un bebé grandote.––JiMin sonrió; echó un vistazo al lugar para darse cuenta que todos los invitados empezaban a irse.––Vamos, te llevaré a tu cama. JiMin se puso de pie y YoonGi se quejó por haber sido movido del cómodo lugar.
JiMin avisó a su madre que se irían y se acercó a SeokJin prácticamente cargando a YoonGi en brazos. ––Hey Jin, mamá dice que pueden tomar la habitación de invitados al lado de mi habitación. ––Gracias JiMin, lo tomaremos.
Él y JeongGuk también se pusieron de pie para adentrarse a la casa. ––Gukkie ¿Tienes tus cosas contigo? ––Sí, creo que las deje en el auto de JiMin. El rubio sacó las llaves de su bolsillo para dárselas al pelinegro e ir escaleras arriba con YoonGi.
Con un poco de dificultad abrió la puerta de la habitación de YoonGi y lo ayudó a entrar. Lo dirigió a la cama, lo sentó en la orilla y se arrodilló frente a él para sacarle los zapatos y los calcetines. YoonGi alto una risita cuando JiMin lo jaló con suavidad para sentarlo; pues
se había acostado en la cama. JiMin lo hizo levantar los brazos para sacar el suéter sobre su cabeza, el enojo volvió a él al ver la camisa mal colocada del pálido. Desabrochó los pocos botones restantes y sacó la camisa del cuerpo del chico dejando su torso desnudo.
Fue al guardarropa y sacó un pijama extra que tenía ahí. Le colocó la camiseta al chico y prosiguió con sus pantalones. No evitó echarle un vistazo a las lindas piernas de YoonGi; el chico era delgado pero él realmente tenía un cuerpo muy bonito y sus piernas eran preciosas.
Le puso el short y lo ayudó a acomodarse mejor en la cama mientras balbuceaba incoherencias por estar medio dormido. JiMin sonrió mientras cubría al pálido con la suave sabana. Se acercó a besar su frente y a peinar su cabello hacia atrás y cuando estaba por irse el pálido lo
tomó de la mano para detenerlo. ––Quédate aquí Minnie. Pidió adormilado el chico y aunque JiMin fácilmente podría deshacerse del agarre, no lo hizo. Relamió sus labios un poco nervioso pero aun así se sacó los zapatos y el saco. Tomó un pijama para él y se cambio rápido.
Abrió la sabana y se adentro jalando el cuerpo del pálido. YoonGi por su parte se acomodo mejor en los brazos de JiMin sintiendo la calidez. ––Buenas noches, cariño. JiMin peino el cabello de YoonGi y beso una de sus mejillas y se dispuso a dormir.
YoonGi se despertó al sentir demasiado calor. Se removió en la cama pero el agarre de los brazos de JiMin solo se apretó en su cuerpo. ––Minnie, tengo calor. Se quejó el pálido removiéndose entre los brazos del rubio. ––Quédate quieto, encenderé el aire acondicionado.
Sin abrir los ojos tanteó la mesita de noche, abrió el cajón y encendió el aire acondicionado. ––Minnie, tengo que ir al baño. ––No.––Gruñó.––Vamos a dormir. Se quejó removiendo para abrazar más el pálido cuerpo. ––Voy a vomitar.
JiMin abrió los ojos enormemente y salió de la cama a toda prisa, tomó al pálido y prácticamente saltó cargándolo al baño. ––Sacalo. YoonGi lo veía con la boca abierta y cejas arqueadas mientras JiMin permanecía a su lado hincado acariciando su espalda.
––Yo... uh... ¿puedes dejarme solo? ––¿Que tal si me necesitas? ––Entonces te hablaré. El rubio se puso de pie y salió del baño pero permaneció recargado a un lado de la puerta. Cuando vio el reloj se sorprendió al darse cuenta que eran las seis de la mañana.
Había sentido como si hubieran pasado muchas más horas mientras dormían. Escucho la cadena ser tirada y después el agua del lavamanos, pronto la puerta fue abierta y YoonGi apareció en el umbral dando un pequeño salto al ver a JiMin a su lado.
––Mierda ¡No me asustes así! ––Vamos a dormir. Dijo JiMin tomando su mano y guiándolo a la cama de nueva cuenta. ––En realidad. Quisiera dormir solo. El rubio dejó caer su mano libre al escuchar aquello. ––¿Está todo bien?
––Sí, es solo que aun no hemos hablado y aclarado las cosas entre nosotros y bueno... eso... JiMin tragó saliva parpadeando un par de veces mientras desviaba la mirada. ––Tienes razón. Pero ¿Hablaremos más tarde, verdad? La inseguridad en su voz no pasó desapercibido por YoonGi.
––Sí, lo haremos. Aquello pareció ser suficiente para que el rubio fuera a su propia habitación. YoonGi se quedó algunos segundos de pie en medio de la habitación. Por las cortinas se podía entrever como el cielo empezaba a aclararse poco a poco.
A pesar de que en un momento se sentía adormilado, eso se había ido por completo. Se metió bajo las sabanas pero no logró conciliar el sueño otra vez. Se quedo viendo cómo el cielo se volvía más claro y cómo empezaba a escucharse un poco de bullicio en el exterior.
Durante la fiesta se había sentido valiente gracias al alcohol, pero en ese momento no se sentía tan valiente como para encarar al rubio. ¿Qué podía esperar de esa charla? No era como si JiMin y él fueran a solucionar todo lo que había pasado entre ellos durante años.
YoonGi tenía inseguridades en cuanto a su físico y sus emociones por causa del rubio y ni hablar de sus problemas para involucrarse con otros hombres. Y aquello no era por falta de candidatos, sino que YoonGi no quería pasar por lo mismo que seguía pasando con JiMin.
Porque eso era lo peor de todo. Él nunca había dejado ir a JiMin; seguía enamorado de él y seguía con sus falsas esperanzas en él ¿No era deprimente que su vida amorosa siguiera girando en torno a su primer y único novio? Estaba muy confundido.
También estaba muy deprimido. Se daba cuenta de como había desperdiciado ocho años de su vida sin poder avanzar más en su vida. ¿Realmente todo lo que había dejado pasar en su vida había valido la pena solo por un amor no correspondido?
Pateó las sabanas fuera de su cuerpo con molestia. Se daría una ducha y se vestiría, no había manera en que volviera a dormir. La ducha fría había ayudado bastante con sus nervios y a quitar un poco su dolor de cabeza. Aun así tomó un par de pastillas.
Usaba ropa deportiva y tenis. No había llevado en su pequeño bolso. Cuando salió de su habitación no dudó en echar un vistazo a la puerta cerrada de la habitación de JiMin. Su mente aun era un revuelo y ni siquiera estaba seguro en encarar al hombre.
Cuando bajó se encontró con que SeoYoon ya estaba despierta y radiante como si no hubiera tenido solo unas pocas horas de sueño. ––Hola cariño. ¿Dormiste bien? ––Hola SeoYoon, sí. Aunque tenía un poco de dolor de cabeza ya he tomado pastillas para eso.
––Eso es bueno, ven aquí hay desayuno preparado. No puedes estar sin algo en el estomago. YoonGi se relamió los labios nervioso, estaba por decir qué mejor subiría a dormir un poco más. Realmente no se sentía cómodo estando al rededor de SeoYoon.
La mujer era tan buena y dulce, y su madre había hecho algo tan horrible. El que YoonGi entendiera porqué su madre había hecho aquello, no quitaba el hecho de que había traicionado a su mejor amiga. Claro que el señor Park no estaba tampoco limpio de aquella culpa.
Incluso lo habían arrastrado a él por su pequeña aventura. Aunque si lo pensaba se ponía en la situación de su madre, quizás él hubiera hecho lo mismo. Si JiMin realmente hubiera estado casado con SeokJin pero ellos se amaran... quizás él también hubiera aceptado.
Hubiera tenido una pequeña aventura con el hombre porque estaba demasiado enamorado como para negarse a tenerlo al menos una vez en su vida. Sonrió a la mujer y tomó asiento en uno de los extremos de la mesa. YoonGi apuró su pantalón cuando la mujer tomó algo de pan.
Ella aun llevaba su anillo de bodas. Aquello le encogió el estomago. Quizás su plan B era el que entraría en acción y no su plan A. No podía seguir ahí o quedarse, no soportaría ver a la cara a SeoYoon o TaeHyung y esperar no sentir nada o que algo de lo que dijeran o hicieran
no le recordara constantemente lo que su madre había hecho. Había tomado su decisión. Esperaría a hablar con JiMin para aclarar algunas cosas entre ellos y calmar un poco las aguas y entonces se iría de la vida de todos.
––¿Qué te pareció la fiesta? Hablé con TaeHyung hace rato, estaban por abordar el avión. ––Fue... divertido. ––Oh, hola cariño. YoonGi dirigió su vista a donde veía SeoYoon para encontrarse con JiMin entrando al comedor; YoonGi bajó su vista a su comida de inmediato.
––Hola mamá ¿Dormiste bien? el rubio sacó la silla al lado del pálido para tomar asiento. ––Sí ¿Qué hay de ti? El par siguió hablando un poco pero YoonGi se mantenía con los ojos pegados a su comida sin mencionar palabra alguna. Dio un pequeño salto cuando JiMin tocó su mano.
––¿Hablamos después del desayuno? –Claro. El pálido apresuró un ultimo par de bocados de comida y se puso de pie para ir a su habitación a lavar sus dientes. Cuando salió se encontró con JiMin esperándole fuera de la puerta.
––¿Quieres ir al establo? Tenemos crias nuevas. Sin decir palabra alguna asintió siguiendo al rubio que guiaba el camino. Sus ideas eran un desorden en su cabeza, no sabía que era lo que JiMin iba a decirle o que era lo que él iba a decir. ¿Cómo iba a salir eso?
Cuando se adentraron al establo se dirigieron al final donde estaba una de las vacas con su pequeña cria mientras bebía leche. YoonGi casi saltó los últimos metros para ver al precioso bebé. Una sonrisa surcó su rostro sin poder evitarlo.
––Es preciosa. Dijo suspirando. ––Lo es. Ahora... ¿Quieres empezar tú o lo hago yo? YoonGi lamió sus labios humedeciéndolos y después mordió su labio inferior. ––Creo... creo que será mejor que lo haga yo.
JiMin lo hizo que se girara un poco para quedar ambos de frente. ––Cuando quieras. ––Sé lo que pasó con mamá y tu padre. Sé que los encontraste y sé que no lo entiendes; yo tampoco lo hacía. No estoy pidiendo que la perdones o algo, pero ¿nunca has querido tanto a alguien? +
Tanto que si esa persona fuese prohibida aun así harías una locura por estar con ella. Porque yo sí. Lamento mucho lo que mi madre hizo y lamento mucho lo que sea que yo haya hecho. JiMin apretó los labios en una fina linea sintiendo la culpa, vergüenza e ira burbujear en él.
––Yoon. Tienes razón sobre lo que dijiste que te hice pagar los errores de tu madre. Y lo siento muchísimo. No voy a perdonar a tu madre... o mi padre. Pero lamento mucho haber hecho eso. Lo digo en serio. Los ojos de YoonGi se humedecieron entonces. ––Esto se acaba aquí, JiMin.
Aquello dejó al rubio de piedra. No esperaba que el pálido dijera algo como eso. ––¿De qué hablas? ––Esto.––Se señalo a él y a JiMin.––Se acaba aquí. No voy a volver aquí y tampoco voy a acercarme a ustedes nunca más. Ganaste esto.
––Pero yo no quiero que termine, Yoon. Quiero que hablemos y retomemos... YoonGi puso sus dedos en los labios de JiMin y negó suavemente con una sonrisa. ––Ha sido suficiente. Han sido los ocho años más largos de mi vida, me he quedado estancado y todo por ti.
––Pero yo no hice nada. Dijo rápidamente el rubio cuando tomó con su propia mano la de YoonGi. ––No, lo he hecho yo. No me he permitido avanzar porque solo seguía esperándote. ¿Te das cuenta lo mal que estoy? Necesito avanzar, necesito seguir con mi vida y tú con la tuya.
JiMin pudo sentir como el dolor empezaba aflorar en su pecho haciéndole casi doloroso el respirar. Tampoco era como si pudiera rogar por una oportunidad después de todo lo que había hecho al pálido. ¿Qué quedaba ahora?
Estaba dispuesto a arrastrarse si eso estaba bien para YoonGi; si eso le permitía al menos poder hablar con el chico de vez en cuando. Se odiaba de maneras increíbles por haber arruinado todo lo que pudo haber tenido en un momento por un montón de mierda.
Había sido un snob y se había dejado llevar por el enojo irracional que lo había llevado a tomar las decisiones más erróneas. Dando como resultado el haber lastimado al único chico del que ha estado enamorado hasta ahora. No. Eso no era amor.
Lo que él había hecho no podías hacérselo a alguien que amabas ¿quién haría tanto daño a la persona más importante de tu vida? Solo buscaba justificar su enojo y sus malas decisiones por algo en lo que YoonGi ni siquiera había tenido que ver.
JiMin tragó el grueso nudo que empezaba a formarse en su garganta y carraspeo un par de veces antes de hablar. ––Tienes razón. Estoy feliz de que decidas avanzar y seguir con tu vida, GiGi. YoonGi sonrió por el mote cariñoso que había salido del rubio.
Cuando fueron novios en su adolescencia, el chico le llamaba de todas las maneras cariñosas que existieran cuando estaban a solas compartiendo algunos besos y abrazos. Pero en público, YoonGi se avergonzaba de mostrar su cariño en público y había pedido a JiMin que lo llamase
Yoonie, como el resto de las personas. Aquello lo había ofendido enormemente, pues había dicho que él no era cualquier persona como para llamarle de la misma manera que los demás. Así que terminó haciendo un nuevo apodo para él. ––Te quiero, Minnie.
Dio un paso acercándose al rubio. Colocó sus manos en los hombros del chico y se colocó de puntillas para besar su mejilla con suavidad. Antes de que pudiera alejarse, JiMin rodeo su cintura en un apretado abrazo que no duró más de lo necesario. ––¿Necesitas que te lleve?
––Eso estaría genial. Gracias. Ambos sonrieron y caminaron de regreso a casa para que YoonGi pudiera tomar sus cosas y JiMin lo llevara a la estación de tren. Iba a regresar a casa y seguir con su vida. Al menos ahora podía hacerlo. ¿No?
YoonGi había regresado a Seul y a su vida. Tenía demasiado trabajo como para detenerse a pensar en si había tomado las decisiones correctas por una vez en su vida. Incluso llegaba a casa tan cansado que no tenía un solo segundo para pensar en JiMin.
TaeHyung había regresado a casa y no había perdido el tiempo en llamar a su mejor amigo, JiMin atendió el teléfono, pero le explicó al chico que estaba demasiado ocupado esa temporada así que no podía hacer planes en absoluto.
Cuando se encontró trabajando con SeokJin y JeongGuk, los saludó con cariño y se sorprendió por lo fácil que fue hacer el trabajo con el par. Se alegraba de que SeokJin estuviera feliz con su nueva pareja.
Y agradeció el hecho de que ninguno mencionara al rubio, aun cuando sentía un poco picar la curiosidad en él. Se detuvo. Tenía cerca de ocho meses haciendo el trabajo de mantenerse lejos física y mentalmente de JiMin como para arruinarlo por un desliz.
Pero las cosas cambiaron cuando llego una muy jugosa oferta de trabajo y con ello venía una mudanza por algunos años a Italia. Algunas marcas reconocidas tenían un proyecto enorme en el que querían a YoonGi, sin duda alguna.
Las reuniones para discutir el proyecto habían pasado, YoonGi estaba emocionado por el trabajo pero una parte de él, una muy pequeña. Se balanceaba en duda por cierto chico. Se había dicho que seguiría con su vida y dejaría todo atrás.
Pero viviendo en Seul, tenía la diminuta esperanza de que en algún momento por azares del destino se encontrara con el chico. Pero irse a Italia por tres años con posible prórroga. Cambiaba completamente el juego.
Sabía que tenía que dejar todo e irse sin importarle nada más que él mismo. Le dieron un mes, que era lo que le quedaba de su actual proyecto para darle una respuesta a los de la compañía, sobre irse o ceder el trabajo a alguien más.
Una noche antes de hablar con los directores sobre su decisión no aguantó más y llamó a la casa del rubio. Eran cerca de las dos de la mañana y sabía que era imposible que él respondiera. Sobre todo porque JiMin dormía temprano ya que trabajaba todo el día, normalmente.
"¿Hola?" El corazón de YoonGi golpeo tan fuerte sus costillas que pudo jurar que escucho un crujido. "¿Hay alguien del otro lado? ¿Quien eres?" La voz de JiMin sonaba un poco ronca, como si hubiera estado dormido, lo cual era muy lógico por la hora. Se escuchó un suspiro cansado.
"No sé quien seas o que necesites, pero es demasiado tarde como para hacer llamadas de broma y..." ––Voy a irme a Italia. YoonGi no sabía porque había soltado aquello, solo sabía que lo había soltado incluso antes de ser consciente de ello. "¿GiGi?"
––Me han ofrecido un trabajo grandioso, Minnie. Y he decidido aceptarlo. Así que la próxima semana me iré a Italia. "Eso es grandioso ¿cuándo regresas?" YoonGi relamió sus labios. ––En tres años si no firmo algún otro contrato con ellos o si no me quedo por allá.
El silencio se hizo presente al otro lado de la linea. YoonGi solo necesitaba una palabra, sabía que con solo una palabra que dijera JiMin no dudaría en echar todo a la basura y tomar el primer tren para ir a donde estuviera para pedirle que lo intentaran.
Ahora lo veía como algo más posible, después de que habían arreglado las cosas entre ellos; y aun si no habían hablado después de eso. YoonGi no dudaría en seguir al rubio si solo le decía "quédate",
"¡Vaya! Eso es bastante tiempo. Pero Gigi, te mereces esa oportunidad... Eres realmente bueno en tu trabajo y... seguramente esta oportunidad no se presentar ante ti de nuevo." Hubo un pequeño silencio con algunos ruidos suaves del otro lado.
"Estoy muy feliz por ti, GiGi. Estoy orgulloso de todo lo que has logrado. Sé que harás un trabajo genial." YoonGi empujó su decepción al fondo y aun si el rubio no podía verlo, sonrió de manera temblorosa. ––Gracias Minnie.
Se quedaron unos segundos en silencio sin saber que más decir, así que YoonGi terminó cortando la llamada sin despedirse siquiera. Pegó el celular a su pecho y cerró los ojos respirando profundamente. Tenía su respuesta y no iba a echarse atrás.
YoonGi había estado viendo sobre su hombro todo el tiempo, sabía que era estúpido que esperara que con en las películas; JiMin llegara corriendo a él y le dijera que no se fuera, que se quedara con él. Claro que aquello no había pasado y él se encontraba aterrizando en Italia.
Suprimio cualquier sentimiento negativo llevándolo muy al fondo y dejando envolver solo por buenas vibras. Nada más dejar su equipaje en el apartamento amueblado que había rentado y tomó su cámara, algo de dinero y su celular para salir a explorar el lugar.
No estaría de más revisar qué era lo que había cerca del edificio que sería su nuevo hogar. Realmente siempre estaría enamorado de Roma y lo románticas que eran sus calles. Le encantaba lo llenas de artistas que estaban y como todo el lugar parecía viejo.
Cuando el sol empezó a ocultarse supo que era momento de regresar a casa. Se detuvo a comprar un panini y un cafe frio par comerlo al llegar. Quizás vería alguna mala película en lo que hacía eso y después iría a dormir. Debía estar temprano en las oficinas donde se llevarían a
cabo las reuniones par discutir los últimos detalles. Esta vez YoonGi no había elegido todos los modelos. Algunas compañías habían decidido llevar a algunos con los que siempre trabajaban y eso estaba bien para él.
Por suerte habían enviado folders de trabajos anteriores de los modelos con los que YoonGi pudo trabajar para visualizar bien lo que ellos querían con lo que él quería. TaeHyung no había dejado de enviarle mensajes que él respondía esporádicamente.
El moreno había estado furioso cuando se enteró de que se iba y no le había dicho absolutamente nada. YoonGi agradecía el no haberse alejado del todo de TaeHyung, pues prácticamente era su único amigo y en el único que confiaba del todo.
Los días siguieron pasando y esos se convirtieron en algunas semanas, hasta que pasaron algunos meses. Dormía algunas horas y apenas y tenía tiempo libre de vez en cuando. Aunque usualmente usaba su tiempo libre en adelantar trabajo. Salía den ocasiones con sus compañeros de
trabajo, pero mantenía su distancia con ellos. Él había ido ahí por trabajo y no por crear vínculos muy fuertes con ellos. TaeHyung le enviaba mensajes de texto casi diarios y la única vez que habían hecho videollamada habia sido cuando el moreno le contó sobre su paternidad.
JiSoo estaba embarazada y no cabían de alegría. YoonGi había pasado horas hablando con la joven pareja sobre todo, pues la ultima vez que se habían visto habia sido en su boda y de eso hacia ya un año. Ese tiempo tenía sin ver al rubio también.
No es que no hubiera pasado tiempo así con anterioridad. De hecho JiMin le enviaba mensajes de texto ocasionalmente pero YoonGi no los respondía, incluso había ocasiones en que ni siquiera los leía.
El rubio usualmente le deseaba un bonito día o le escribía sobre algo que le había recordado a él. No se sentía lo suficientemente fuerte como para responderle al chico. Fuera de eso, a JiMin no lo ubicaba en el mapa. Pues ni siquiera su mejor amigo comentaba algo sobre él.
Pero eso fue hasta que un mensaje de TaeHyung llegó a el. Había estado de pie frente al computador en el escritorio de su propia oficina en el enorme edificio. Había dejado caer su café y se sentó sintiendo todo su cuerpo temblar como gelatina. "JiMin ha tenido un accidente."
Releyó de manera frenetica aquellas cinco palabras. Su corazón golpeaba su caja torácica y su garganta se cerró. Solo fue consciente de su llanto cuando HyeJin estaba arrodillada frente a él preguntando que era lo que pasaba.
Sin decir palabra alguna, el pálido se abalanzó a los brazos de la chica. Necesitaba un abrazo, necesitaba alguien que le dijera que estaba bien. ––Te-tengo que... tengo que regresar a casa. Yo... necesito ir.––HyeJin le dio una rápida mirada al celular con la pantalla oscura.
––¿Es JiMin?––El pálido asintió sintiéndose tembloroso todavía.––Yoonie, tranquilo. Sea lo que sea que haya pasado va a estar bien. Voy a hablar con los directores y buscaré vuelos par ambos, no puedes irte solo en este estado.
Abrazó una vez más al chico y salió de la oficina para encargarse de todo. HyeJin y YoonGi tenían una relación en el trabajo de asistente y jefe, pero también eran amigos, muy buenos a decir verdad. Siempre habían estado en los peores y los mejores momentos del otro.
La morena sabía por lo que YoonGi había pasado con JiMin, sabía sobre su enamoramiento e incluso sabía lo de la madre de éste. Si algo había pasado debía ser realmente malo como para tener a su amigo en ese estado.
Tuvo la suerte de que los directores entendieran la situación. Claro que al final había mentido un poquito diciendo que el problema era con los padres del chico y no con un... lo que sea que ellos fueran.
Había conseguido que le dieran dos semanas, por suerte YoonGi llevaba suficiente trabajo adelantado como para permitirse eso sin que le afectara realmente. Para cuando regresó a la oficina del chico se le encogió el corazón de tener que despertarlo, se notaba que había estado
llorando bastante. Sus rostro estaba sonrojado y sus ojos eran los mas notorios con irritación. Aun así desperto al pálido y le explico lo que pasaba. Debían ir a sus departamentos, recoger un pequeño bolso con ropa o lo que necesitaran y debían ir corriendo al aeropuerto.
Pues había conseguido asientos en un vuelo en cuatro horas. YoonGi salió a toda prisa del lugar cuando HyeJin le informó que podrían irse y que su vuelo salía pronto. También había comprado los boletos de tren que saldría una hora después de su llegada a Seul.
A YoonGi el viaje le parecía eterno. No veía la hora de poder llegar a Busan a ver como estaba el rubio. Por suerte ya iban en el tren. Después de quince horas de vuelo. Su cuerpo pedía un descanso y que comiera algo, pero también pedía que corriera a ver al chico.
HyeJin se mantenía a su lado hablando con él de cualquier cosa para que el chico no sobrepasara sobre JiMin. Cuando por fin llegaron a la estación en Busan, YoonGi fue consciente de lo mucho que necesitaban ducharse, pero eso lo haría después.
Salieron a toda prisa y tomaron un taxi para ir al rancho de los Park. Conforme avanzaban y la casa se iba haciendo visible para sus ojos, algo pesado se instaló en su estomago. Estaba muy preocupado por el chico. HyeJin apretó su mano y le sonrió tranquilamente.
YoonGi suspiró y relajó un poco los músculos que hasta ahora había mantenido en tensión. Cuando el taxi se detuvo, salió a tropezones del auto importándole poco lo que el señor decía. Subió las escaleras de la entrada y ni siquiera se detuvo a llamar a la puerta.
Cuando entró escucho murmullos provenientes de la sala de estar y cuando se quedo de pie viendo todo dejó salir un jadeo tembloroso. ––¿YoonGi?––Pregunto JiMin con sus cejas arqueadas desde el sofá.––¿No deberías estar en Italia?
YoonGi barrio con la mirada al chico, tenia medio brazo enyesado y una pierna casi por completo. No había más golpes o aruñones. ––Tú... tuviste un accidente. TaeHyung... JiMin soltó un gruñido. ––Ese cabrón. No es nada Gigi. Me he caído de un caballo que intentaba domar.
––Yo creí... yo... El pálido balbuceaba sin decir nada realmente. Entonces se dejó caer al suelo sentado y empezó a llorar. ––Gigi, no llores. Gigi, por favor, no puedo ir ahí. ¿Puedes venir? El rubio extendió; como pudo. Su mano sana en dirección al pálido.
YoonGi ni siquiera se puso de pie sino que fue gateando a donde el rubio descansaba en el sofá. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, se elevo quedando de rodillas y se acosto en el pecho de JiMin mientras seguía llorando como un niño pequeño.
Pudieron escuchar la voz de SeoYoon e HyeJin, pero no le prestaron atención del todo. YoonGi estaba muy ocupado palpando el cuerpo del mayor y JiMin intentaba hacer que el llanto del pálido se detuviera. Aunque parecía que aquello iba a tomar algo de tiempo.
––Cariño, deja de llorar. Todo está bien. Se necesita más que esto para lastimarme. El rubio acariciaba el cabello de YoonGi con suavidad mientras el pálido solo temblaba un poco por el llanto. Con mucho esfuerzo, JiMin le hizo espacio en el sofá y YoonGi prácticamente escalo en
su cuerpo cuidando de no lastimarlo pero tampoco se atrevía a soltarlo. Le asustaba que se fuera si lo hacía. JiMin acarició con suavidad la espalda del contrario y aquello pareció funcionar de manera muy lenta. YoonGi limpio su rostro con la manga de su camisa y se elevó para
encarar al rubio. El corazón de JiMin se encogió un poco al ver el rostro del pálido. Estaba rojo y un poco hinchado en algunos lugares. ––Estaba muy asustado. Tae solo dijo que habías tenido un accidente y vine en cuanto pude.
––¿Por qué el idiota no especifico que clase de accidente tuve? Entonces YoonGi bajó un poco su rostro y lo ocultó en las palmas de sus manos dejando ver solo sus ojos. ––Tampoco le pregunté nada. Confesó bastante avergonzado.
Entonces se dio cuenta de que su amigo bien pudo haber estado bromeando y él no se había detenido a comprobarlo cuando ya estaba a bordo de un avión. ––Tae es un imbécil por asustarte de esa manera ¿Qué hay de tu trabajo?
––HyeJin se encargó de todo. Estaré por aquí un par de semanas. Uh, quiero decir. No aquí ahora que sé que estás bien, pero... ––¿Entonces no vas a cuidarme? Preguntó JiMin con una pequeña sonrisa en sus labios y con una mirada risueña.
––Tienes quien te cuide aquí. YoonGi había hecho un pequeño puchero con sus labios de manera inconsciente. ––Pero ellos no son tan lindos como lo eres tú. El rubor regresó al rostro del pálido.
––Deja de decir eso. Golpeo sin mucha fuerza el pecho del chico y JiMin se quejó haciendo que YoonGi se alarmara un poco. ––Solo bromea.––Le dijo sonriéndole.––No puedo creer que hayas venido de Italia solo por un mensaje mal redactado por lo que me doy cuenta.
––Estaba preocupado.––YoonGi desvió la mirada––¿Si fuera al revés no hubieras ido a verme? Cuando las palabras abandonaron sus labios se arrepintió de manera inmediata. ––Cruzaría el mundo por ti, Gigi. ––Voy por algo de agua ¿Necesitas algo?
JiMin se dio cuenta que el rostro de YoonGi estaba furiosamente rojo y que estaba muy nervioso. Pero no comentó nada para no hacer que el chico se sintiera más avergonzado de lo que ya estaba. ––¿Puedes traerme mi medicamento? Empieza a dolerme un poco.
YoonGi se mordió el labio inferior y puso ojos de cachorro, JiMin adivinó que era porque no había nada que él pudiera hacer para ayudar al rubio a mejorarse pronto. Pero solo asintió abandonándolo para ir por su medicamento y algo de agua para él.
JiMin no mentiría al decir que se sentía como en las nubes al tener al pálido ahí cuidando de él. Fue un problema cuando tuvieron que llevarlo a su habitación, aunque algunos trabajadores lo ayudaron. YoonGi no lo dejaba ni por un segundo asegurando que no le doliera nada.
Revisaba si estaba comodo, si quería algo de comer o algo para hacer. JiMin hizo espacio en su amplia cama y palmeó su costado para que el pálido se recostar con él. A pesar de que estaba un poco drogado por el medicamento, aun estaba lo suficientemente sobrio como para darse
cuenta que el pálido no había parado desde que había llegado. Al principio YoonGi se negó diciendo que no había tomado una ducha, entonces JiMin lo envió a tomar una diciendo que se tomara su tiempo. Y así lo hizo. Cuarenta minutos después, YoonGi regresó con un pijama.
Al principio se veía un poco avergonzado, pero una vez recostado en el pecho del rubio todo se fue. El cansancio acumulado llegó de golpe haciendo que se durmiera al instante. No pasó mucho tiempo cuando ambos estaban dormidos, juntos.
Los siguientes días, JiMin los pasó en un casi un paraíso si no fuera por sus lesiones. Pero YoonGi tenía todas sus comidas con él, habían empezado a ver series y películas o jugar cartas. También ayudaba al pálido a organizar su trabajo y el pálido ayudaba a tener informes del
rancho para que supiera que habían hecho en el día y no se desesperará por querer salir. TaeHyung había sido regañado por JiMin por haberle enviado un mensaje de ese tipo al pálido sin explicar que realmente las cosas no eran tan malas como creía.
Después de que se disculpara el moreno obsequió a YoonGi algunos dulces y flores para pedirle perdón. JiSoo también los había visitado y YoonGi estaba encantada de lo preciosa que se veía la chica con el vientre abultado.
Por otro lado, HyeJin y HoSeok habían estado saliendo un poco y YoonGi se imaginaba que perdería a su asistente en cualquier momento y tendría que regresar solo a Italia. Lo que sí había sido difícilmente, fue cuando YoonGi ayudó a lavar el cuerpo de JiMin con un trapo.
Primero había lavado las extremidades del chico evitando no ver mucho, pero claramente en algún momento, el rubio quedó solo en ropa interior y YoonGi lo limpio estando completamente rojo y evitando verlo a los ojos. Por suerte, JiMin podía moverse un poco más ahora y los baños
de esponja eran cosa del pasado. Aunque aun lo ayudaba a entrar a la ducha y sentarse para él lavar su cuerpo y cabello, pero al haberlo visto semi desnudo antes, estaba bien con eso y ya no se sentía tan avergonzado.
Pronto sus días de licencia iban a terminar y una parte de él no quería irse. Era tan feliz en ese lugar con JiMin. Habían sido tan hogareños que no quería regresar a su departamento solo en Italia. ––¿Estás bien? Preguntó el rubio sacándolo de su ensoñación.
Se dio cuenta que había dejado de leer y su mirada estaba perdida. ––Sí. Solo... solo estaba pensando que tengo que regresar a Italia en unos días. JiMin lamió sus labios y desvío la mirada al televisor donde estaba una película animada que había querido ver.
––Gigi ¿De verdad tienes que ir? Quiero decir, puedes quedarte aquí con nosotros... conmigo. Los ojos de ambos se encontraron y un escalofrío corrió por sus columnas vertebrales. Sin ser consciente de sus movimientos, el pálido dejó de lado su libro y se acercó al rubio.
Se sentó en el pequeño espacio que había a su lado en la cama y se inclinó para atrapar los esponjosos labios del contrario con los suyos. Ambos suspiraron al contacto y JiMin con su mano sana tomó al chico de la nuca para evitar que se alejara.
Hacía años que sentía sus labios hormiguear por besarlo. Cuando YoonGi le había dicho que se iba no había querido hacer otra cosa que gritarle al telefono que no lo hiciera, quería ir corriendo detrás de él y detenerlo. Pero no debía.
YoonGi había luchado por sus sueños y no había tenido un camino fácil; no podía negarle al chico que avanzara solo por quedarse con él. JiMin quería que YoonGi fuera alguien grande, alguien como él había soñado que sería un día. Y lo estaba logrando. Pero ahora...
Ahora que JiMin lo tenía en pegado a él y sintiendo el calor que emanaba su cuerpo. No quería que se fuera, quería atarlo a la cama e impedir que se fuera tan lejos de nuevo. Quería estar con YoonGi. Aquello hizo que el beso se profundizara.
Ahora sus lenguas se acariciaban y las manos del pálido estaban en su cuello haciendo una suave presión. Ambos jadeaban por aire pero no se detenían. Era como si estuvieran demasiado sedientos y ahora estuvieran bebiendo agua por fin.
Después de unos largos segundos terminaron con el beso sabiendo que no podían ir más allá por el estado del rubio. Aun así juntaron sus frentes jadeando por la falta de aire y por el fuerte palpitar de sus corazones. ––Quédate. Susurró el rubio sin abrir los ojos.
YoonGi quería gritarle que sí que lo haría, que se quedaría. ––No puedo. JiMin dejó caer su mano a un lado del cuerpo del pálido y abrió los ojos alejándose para poder verlo a los ojos.
––¿Pero volveras?––JiMin negó al escuchar sus palabras.––No, no regreses. Tienes que hacer lo que amas y si eso no te permite regresar está bien. Eso es lo correcto ¿Entiendes? Preguntó viendo los ojos del pálido para asegurarse de que este lo entendiera.
YoonGi le dio una pequeña sonrisa y se agachó para besar los labios del rubio de manera corta. ––Volveré. Justo el día después de que termine mi estancia en Italia volveré por ti. Y esta vez no vamos a huir. JiMin tomó la mano del chico y la apretó suavemente.
Pasaron aquella tarde hablando de todo y nada al mismo tiempo. Haciendo planes sobre cómo sería todo a partir de ese punto. JiMin no quería que YoonGi se alejara en ningún momento pues alegaba que se iría dos años lejos de él y debía tener su ración de Gigi.
y YoonGi estaba más que complacido por cumplir los caprichos del rubio. En ese momento los días malos se veían tan lejanos que por un momento se preguntó si realmente habían pasado. Pero todo lo bueno debía terminar.
Sin poder detenerlo. Los días pasaron y la partida de los chicos con ello. HyeJin y HoSeok habían empezado a salir y se despidieron con promesas de esperar por el otro y verse pronto. Lo mismo que JiMin y YoonGi.
Ahora ambos solo querían terminar con el trabajo que tenían en Italia para regresar a los brazos de las personas que más querían. YoonGi giró el pequeño anillo en su dedo anular sonriendo. JiMin había dicho que era un anillo de promesa.
Dos años pasaron bastante rápido para YoonGi pero no lo suficiente para JiMin así que el rubio y HoSeok habían ido a Italia de sorpresa un par de veces alegrando a sus respectivas parejas. También YoonGi e HyeJin habían regresado a Corea para las fiestas navideñas.
Pero todos estaban emocionados por verse de nuevo y empezó los planes que habían hecho tiempo atrás. HoSeok incluso había comprado una pequeña casa y la había arreglado con el pasar del tiempo y JiMin estaba emocionado por ver a su pálido chico.
Habían llegado con bastante anticipación al aeropuerto para recogerlos y llevarlos al rancho donde tendrían una pequeña fiesta de bienvenida porque sabían que los chicos regresarían cansados de su vuelo. JiMin no dejaba de moverse a la espera de que YoonGi atravesara las puertas.
Cuando YoonGi atravesó las puertas a JiMin no le importo absolutamente nada y corrió a su encuentro. Por su lado, YoonGi dejó caer su bolso y saltó a los brazos del rubio. A ninguno le importo que estuvieran rodeados de personas que podrían ver de mala manera el que dos hombres
se estuvieran besando. Lo hicieron. JiMin cargaba al pálido mientras que YoonGi enredaba sus piernas en las caderas del chico y rodeaba sus hombros con sus brazos. ––Hola lindo. YoonGi le sonrió sonrojándose. ––No hagas eso Minnie.
––Pero eres lindo. Déjame ver tu bonita cara. Decía quejándose el rubio haciendo amago de bajarlo de sus brazos pero el pálido solo se agarro más fuerte escondiendo más su rostro en el cuello de este. JiMin tembló cuando sintió los húmedos labios en su cuello.
––Gigi. Dijo en tono de advertencia. ––Tu empezaste. Le dijo sonriéndole con falsa inocencia cuando salió de su cuello y lo encaró. ––Vamos a casa ¿Quieres? No puedo esperar para dormir contigo, extraño abrazarte por las noches ¿Sabes?
YoonGi soltó una carcajada al recordar lo mucho que JiMin se quejaba porque YoonGi siempre lo usaba de almohada y ahora le decía que lo extrañaba. Los cuatro salieron del aeropuerto siendo todo sonrisas y felicidad. YoonGi hablaba de los regalos que traían para todos.
Claro que la mayoría eran para MinKi, el pequeño niño de TaeHyung y JiSoo. YoonGi recargo su cabeza en el hombro del rubio suspirando en el camino de regreso. Sonrió al sentir el frio metal del anillo en el dedo anular de JiMin.
Las cosas con su madre se habían arreglado, pero JiMin aun no hablaba con la mujer y YoonGi entendía perfectamente eso. Se habían casado hacia algunos meses en una pequeña ceremonia en casa con solo los amigos. No querían nada más, después YoonGi había tenido que regresar y
JiMin fue con él para pasar algunos momentos juntos. Ahora por fin podría vivir de la manera que se imagino que estaría cuando tenía solo dieciséis. El camino había sido largo y duro. Pero estaba completamente feliz por todo.
––Gigi.––El pálido se levanto para ver al rubio que aprovecho para robarle un rápido beso.––Te amo. YoonGi le dio un beso corto pero mas lento. ––También te amo, Minie. Sí, podía contra cualquier obstáculo que viniera.
「 ᴇ ʟ ғ ɪ ɴ 」
Gracias por leer y tenerme tanta paciencia. Oficialmente el fin. Fue divertido hacer esta historia. Nos leemos por ahí. All the love, x.
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