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ℳ𝑜𝑜𝓃 ♡

ℳ𝑜𝑜𝓃 ♡
@moonlovesmin

May 21, 2020
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✧ 𝖧𝖴𝖲𝖡𝖠𝖭𝖣 𝟤.𝟢 ✧ Después de luchar contra los revoltosos pequeños Kim, YoonGi ha regresado a casa con ellos para quedarse. No solo eso ¡Se ha casado con Kim NamJoon! Pero algo extraño pasa con el moreno. ¿Qué oculta de YoonGi?

Primera parte. (No es necesario leer si no quieren) twitter.com/moonlovesmin/s…
✧ Han pasado dos años. ✧ Va a ser una historia corta. ✧ Angst/Fluff/Drama ✧ Parejas heterosexuales ✧ No respondan el hilo, solo citen por favor. ✧
✧ JeongGuk-5 años ✧ JiMin/TaeHyung-9 años ✧ HoSeok-10 años ✧ SeokJin-12 años ✧ YoonGi-28 años ✧ NamJoon-36 años
YoonGi estiró su cuerpo y escuchó el crujir de algunos huesos de su espalda. JeongGuk seguía coloreando mientras descansaba en un cojín entre sus piernas. —¿Terminaron chicos? Preguntó a los pequeños que estaban atareados con sus deberes escolares.
—No puedo esperar a ser grande como papá y solo ir al trabajo sin hacer estas estúpida a tareas. —¡Moneda!—Gritó JeongGuk dejando caer su crayón. —¿Por qué siempre nos delatas? Preguntó TaeHyung molesto mientras hurgaba en su bolsillo buscando una moneda.
YoonGi me sonrió haciendo una seña con su barbilla hacia el frasco a medio llenar de monedas. Cada vez que alguien decía una mala palabra, debía echar cincuenta centavos al frasco. A final de mes, iban todos a comer pizza y helado con el dinero recolectado.
—Sé que están cansados por tener tanta tarea, pero este viernes saldrán de vacaciones ¿no les emociona eso?—Preguntó YoonGi riendo. —No. YoonGi arqueó las cejas hacía SeokJin. —Es porque ya no verá a su novia HyeJin—. Se burló JiMin. —¡Cierra la boca! No es verdad Yoonie.
YoonGi le sonrió al rubio de una manera radiante. —¿Es la chica a que vino a casa para su proyecto de ciencias? —¡Es ella!— Saltó HoSeok. —¡Y no sabes! El día que Jin vino a casa con el uniforme estropeado fue porque se metió en una pelea por defenderla! ¡Ay!
HoSeok acarició su brazo adolorido por el golpe que SeokJin le había dado. —Les dije que cierren la boca. Ella no es mi novia... solo somos amigos. —Hey Jinnie, que te guste una niña está bien, incluso que te guste un niño. No debes avergonzarte por eso.
SeokJin le dio una pequeña sonrisa en agradecimiento. El pálido arqueó sus cejas hacia JiMin quien tenía su brazo alzado para pedir la palabra. Como en clases; YoonGi asintió hacia él. —¿Si beso a TaeMin está bien? —¡No!— Gritó TaeHyung molesto.
—¿Por qué no? ¡Claro que puedo! ¡Él me gusta mucho! —Minie, no puedes hacer eso. Si no conoces sus sentimientos. Besar a alguien que no ha aceptado está mal y eres muy pequeño aún para besar chicos. Nada de besos hasta en unos años ¿de acuerdo?
JiMin hizo un pequeño puchero. —¿Puedo besar su mejilla? YoonGi quiso soltar una carcajada pero la contuvo. —Sí, un beso en la mejilla está bien . Pero... —Solo sí la otra persona acepta que lo haga. YoonGi sonrió orgulloso hacia el rubio. —¿Qué quieren cenar entonces?
Los chicos gritaban un sin fin de cosas. Pero al final se decidieron todos por hotcakes y licuado de plátano. Aunque lo último era más por JeongGuk. YoonGi dejó a los chicos solos después de revisar sus deberes, les dijo que podían jugar un poco.
Pero como siempre tomaron asiento frente a la isla de la cocina donde estaban seguros. SeokJin le tenía verdadero miedo a la estufa, había avanzado un poco con ello, pero realmente prefería morir de hambre que usarla.
El lado bueno de aquel pequeño incidente, es que SeokJin se los recordaba a sus hermanos menores cuando querían acercarse a esta mientras alguno de sus padres cocinaba. No solían decirle papá a YoonGi muy a menudo, estaban acostumbrados a Yoonie.
Y el pálido parecía completamente bien con ello. YoonGi tampoco los llamaba por sus nombres reales o completos. Les decía pequeños motes de cariño o acortaba sus nombres. La verdad es que habían hecho lazos muy fuertes el último par de años con el hombre.
Después de haber pasado por el traumático episodio del divorcio de sus padres, el maltrato de su madre y con lo mal que habían tratado a YoonGi; las cosas habían mejorado mucho cuando el pálido regreso a casa con ellos, claramente trayendo a Holly con él.
—¿Ya alimentaron a Holly? —¡Es mi turno! HoSeok saltó de su asiento y corrió al armario donde estaba el alimento del pequeño perro. —Yoonie, yo quiero. JeongGuk daba saltitos en su asiento. Rodeó la isla para ayudarle a bajar y que fuera con HoSeok para alimentar al perro.
—Y ustedes van a ayudarme a limpiar la cocina ¿bien? Aunque se quejaron un poco de igual manera se pusieron en marcha. YoonGi los dejaba lavar algunos trastes pero nada con filo o cosas que estuvieran tibias siquiera.
—¿Llegue a tiempo? —¡Papá! TaeHyung corrió sonriendo a donde NamJoon los veía. El moreno se agachó un poco y abrazó al pequeño rubio que se abrazaba a su cuerpo sonriendo. Pronto JiMin se le unió, en cambio SeokJin solo saludó sacudiendo su mano.
Era normal en él. Estaba entrando en esa edad donde no quería ser demasiado niño, pero no era un adulto. —Hey guapo—. Dijo NamJoon acercándose a YoonGi rodeando su cintura y besándole los labios. —Hicimos hotcakes para cenar. —Tengo una mejor idea para mi cena.
Susurró el moreno en el oído del pequeño pálido haciéndolo sonrojarse y ganarse un pequeño golpe en el brazo a modo de advertencia. —Están los niños, no digas esas cosas. NamJoon se encogió de hombros. —Eso no quita que sigo queriendo comerte.
YoonGi aferraba sus huesudas manos a los hombros del moreno debajo de él. NamJoon mantenía su rostro oculto en el hueco del cuello de YoonGi mientras ambos jadeaban de manera ahogada intentando ser silenciosos. Las morenas manos se aferraron a las pálidas caderas empujándolo con
más ahínco, volviendo sus embestidas más profundas. —¡Nam...!—El gemido del pálido fue callado rápidamente por los gentiles labios del moreno que diferían de lo salvaje y duras que eran sus embestidas contra el pequeño cuerpo.
—Estamos cerca. Soltó NamJoon uniendo sus frentes y tragándose los jadeos del menor. Sintió como el cuerpo de YoonGi se ponía rígido y como tenía leves sacudidas a causa de las ondas de placer. NamJoon besó su mandíbula y pegó su frente a esta cuando siguió a su amante ahí.
Sus cuerpos se volvieron gelatina. NamJoon se recargó contra la cabecera de la cama y YoonGi le siguió en el firme pecho del moreno. Sus respiraciones aún eran descompasadas y estaban sudados, pero se sentían bien estando en los brazos ajenos. —Y dices que yo soy el anciano.
YoonGi se carcajeó besando el mentón del moreno que lo veía en la penumbra con ojos brillantes. —No dije que estuviera cansado aún. —Eso es bueno. Dijo NamJoon girando ambos cuerpos para dejar al pálido por debajo del suyo. —Te amo. YoonGi besó al moreno después de decir eso.
Por la mañana todo fue como siempre, YoonGi despertándose temprano y tomando una rápida ducha para empezar un nuevo día. Bajó a la cocina a preparar el desayuno para todos y cuando estuvo listo fue despertando a los chicos para que bajaran.
También fue a despertar a NamJoon, aunque era más a decirle que saliera de la cama, pues siempre se quedaba ahí revisando correos desde su móvil o su tablet. —Vamos Joon. Los niños esperan.
NamJoon le sonrió quitándose las gafas y saliendo de la cama para acercarse al pálido que estaba viéndolo con una sonrisa desde el marco de la puerta. —Ven aquí, gatito.
YoonGi soltó una carcajada cuando el moreno lo alzó a volandas para bajar con él a la cocina donde los niños ya estaban en sus lugares. —¡Papá!—JeongGuk estiró sus brazos y NamJoon bajó al pálido para ir donde JeongGuk. —No, no. Joon no. Papá.
NamJoon se detuvo poniendo una mano en su pecho sintiéndose ofendido, YoonGi se acercó al menor de todos y besó su cabello escuchando sus pequeñas risas. —¿Ya lavaron sus manos? Todos los niños asintieron mostrándolas.
YoonGi sirvió el desayuno y hablaron un poco de esto y aquello. Había terminado su maestría poco después de casarse con NamJoon, sin embargo había decidido no ejercer por el momento y dedicarse a cuidar a sus hijos. Porque YoonGi consideraba a cada pequeño suyo.
Solo estaba esperando a que JeongGuk cumpliera seis y entrara a primaria para buscar empleo. No quería más niñeras o niñeros en casa, los niños habían tenido suficiente de eso.
Cuando terminaron el desayuno todos subieron a cambiarse, excepto JeongGuk, quien todavía necesitaba ayuda para ponerse el uniforme. Una vez el pequeño estuvo listo, YoonGi le dio su pequeña mochila de Iron Man y bajaron a donde estaba el resto.
—¿Todos tienen clases extra hoy?—Los chicos asintieron. —Yoonie, necesito materiales nuevos. Olvide decírtelo. TaeHyung lo veía con ojos de cachorro. —Dame la lista cariño, los tendré para la tarde.
TaeHyung sacó un trozo de papel arrugado de uno de los bolsillos de su mochila y se lo tendió al pálido que lo examinó rápidamente. —¿Alguien mas necesita algo? Los chicos negaron saliendo de casa para subir al auto.
NamJoon se había tenido que ir antes que los chicos, al parecer había mucho trabajo en la oficina y lo entendía. Estaba por hacer algunos acuerdos con otras empresas importantes. YoonGi repasó mentalmente si tenía los bolsos de los niños para sus clases extras.
Incluso JeongGuk asistía a una. SeokJin hacía teatro, TaeHyung pintura mientras que JiMin hacía ballet; HoSeok hacía baile en un estudio cerca de casa y JeongGuk Karate. Sí, ellos tenían días bastante movidos.
Los chicos tendrían dos semanas de descanso a partir de ese día. Incluso de sus clases extras, lo cual YoonGi apreciaba bastante, pues a pesar de que disfrutaba de ellos los días se volvían demasiado pesados para él.
Estaba pensando en pedirle a NamJoon que considerara tomar una semana de descanso o al menos unos días para pasarlos juntos en familia. Podrían incluso ir a la playa, los niños estaban emocionados por ello, aún si tenían desayuno y cenas juntos, no era suficiente.
Los niños estaban cansados, habían pasado el día en la piscina jugando y ahora estaban todos colocándose sus pijamada para dormir después de ducharse y comer algo. YoonGi revisó su celular nuevamente pero no había ningún mensaje o llamada del moreno sobre llegar tarde.
NamJoon a veces llegaba tarde; era normal. Lo que no era normal era que no le avisara del todo. Cuando JeongGuk se durmió, YoonGi se preparó una taza de café y puso alguna tonta película en la televisión de la sala mientras esperaba al moreno.
NamJoon cerró la puerta con cuidado de no hacer mucho ruido, eran pasadas las tres de la madrugada y ni quería despertar a nadie, a los chicos en especial. Se detuvo a medio pasillo al escuchar voces viniendo de la sala de estar. Al entrar se recargó en el marco de la puerta.
YoonGi estaba dormido en el sofá abrazando un cojín. El lugar solo estaba iluminado por la luz de la pantalla creando sombras que enmarcaban los finos rasgos del chico. Con torpeza, el moreno se acercó al sofá y se sentó quedando frente al rostro del pálido.
––Yoonie...––NamJoon arrastró un dedo por el rostro del chico y soltando una risita cuando el pálido se removió arrugando la nariz.––Te quiero mucho Yoonie. YoonGi parpadeo repetidamente y se sentó frotando sus ojos. ––Hey, estás aquí. ¿Estuviste bebiendo?
YoonGi arrugó la nariz al percibir incluso el olor a cigarrillos. ––Los chicos quisieron beber.––Se excusó el moreno encogiendo los hombres.––¿Me puedes besar? YoonGi soltó una carcajada antes de inclinarse y plantar sus labios sobre los del moreno. ––Vamos debes tomar una ducha.
NamJoon se quejó pero se dejó hacer por el pálido que lo llevó hasta el baño. YoonGi lo ayudó a desnudarse y entrar en ésta abriendo el agua fría. Recogió la ropa que había quedado en el suelo para colocarla en el cesto pero una mancha en el puño de NamJoon llamó su atención.
Labial rojo. Revisando la camisa se dio cuenta que había un par más por el cuello pero la mancha indicaba que habían intentado borrarlo. El corazón de YoonGi se encogió pero se negó a crear escenas en su cabeza. Él confiaba en NamJoon, sabía que el moreno no haría algo así.
Dejó la ropa en el cesto y ayudo al moreno a bañarse para sacar el olor a alcohol y cigarrillo de su cuerpo. Una vez estuvo completamente limpio de olores, lo secó y llevó a la cama para que descansara. Aún si confiaba en NamJoon, no podía evitar sentir esa pequeña duda en él.
Iría a la oficina de NamJoon. Había tomado esa decisión después de que los chicos le rogaran sobre ir a comer pizza con el moreno. En circunstancias normales YoonGi los hubiera persuadido al respecto y sabe que los convencería; pero era el pretexto perfecto para averiguar algo.
YoonGi preparó a los chicos que estaban entusiasmados por ir al trabajo de papá. Tomó los bolsos necesarios y los encaminó a todos al auto. —Wow.—JiMin veía con ojos brillantes el edificio. —Como si no hubieras venido aquí antes.—Se burló SeokJin. —Lo decía por ese niño.
—¡No pueden gustarte los niños aún!—chilló TaeHyung. —Claro que si, Yoonie lo dijo. —En realidad él sí que puede Tae ¿qué te molesta tanto, cariño? TaeHyung arrugó el entrecejo y apretó los labios. —Nada.
YoonGi apretó los labios intentando no sonreír. Para él era claro que le molestaba que su mellizo empezara a tener interés en otras personas y lo fuese dejando de lado. Era normal que TaeHyung se sintiera de esa manera cuando toda su vida había tenido a su hermano a su lado.
—Vamos chicos, tengan cuidado.—Pidió YoonGi al bajar a los chicos. Llevaba a JeongGuk de la mano, ya que este no quiso separarse de él. En cambio el resto de ellos caminaban delante de él hablando en susurros. Cuando llegaron a la recepción de la oficina de NamJoon, YoonGi le
pidió a los chicos que tomaran asiento en lo que él hablaba con la secretaria para pedirle que informara al moreno de su llegada. —Hola, soy YoonGi ¿podrías decirle a NamJoon que estoy aquí? —¿Podemos ver a papá? —En eso estoy, espera un poco.—Pidió YoonGi al menor.
Había una secretaría nueva que YoonGi no había visto antes, no recordaba que NamJoon le hubiera mencionado aquello. —Uh...—La chica les dio una rápida mirada a los niños y regreso sus ojos al pálido.—Veré que me indica el presidente Kim. La mujer tomó el teléfono y habló en voz
baja. Como si esperara que NamJoon le dijera que se deshiciera de ellos sin más. YoonGi tomó a JeongGuk en brazos y el morocho recargó su rostro en el hombro del pálido. —Pueden pasar. Indicó la mujer con una falsa sonrisa.
Los pequeños entraron a la oficina haciendo un revuelo, NamJoon fue a ellos y los abrazos riendo. —Hey ¿cómo llevas la resaca? —Increíblemente me siento bien. ¿Que hacen aquí chicos? YoonGi empujó la decepción a algún rincón al notar como namjoon no lo había saludado a él.
YoonGi paseó su mirada por la oficina de NamJoon sonriendo al ver que tenía algunas fotografías de los chicos ahí, pero pronto se dio cuenta que no había ninguna donde ellos estuvieran juntos. Lamió sus labios sintiéndolos secos en ese momento. ––Iré a buscar algo de café.
Salió de la oficina excusándose. Mientras caminaba afuera se dijo a si mismo que era algo normal, el que no tuviera una foto de ellos juntos no quería decir nada. Absolutamente nada. ––¡Lo siento! Se disculpó una chica rubia un poco más baja que él y con gafas. ––Ah, descuida.
Ayudó a la chica a tomar bien algunas hojas en sus brazos y le sonrió disculpándose mientras acomodaba las hojas en sus brazos. Se extrañó al ver a un par de mujeres que veían hacia él hablando entre ellas. ¿Había hecho algo malo?
––¿Eres el niñero no?––YoonGi la vio sin entender.––De los Kim quiero decir. Ellas solo quieren hablarte para saber como acercarse al presidente. No las culpo, el presidente es guapo pero no me veo haciendo algo como hablar con el niñero de sus hijos por obtener información.
––¿Niñero? ––¿No lo es? Uh, lo siento. Creí que era el niñero de los niños.––La chica hizo una reverencia viendo preocupada al pálido. YoonGi apretó los labios y forzó una sonrisa. ––No, no. Es solo que me tomó por sorpresa. ¿Por qué quieren acercarse al presidente?
––¿No es obvio? Para ser la madrastra de esos niños. El presidente es rico, guapo y soltero. Además les ahorra la parte de tener hijos con los que ya tiene, claramente cada mujer aquí está buscando la manera de colarse a sus brazos. YoonGi sintió sus entrañas retorcerse. Soltero.
Ellos creían que YoonGi era el niñero de los niños y que NamJoon estaba soltero. Tenían un año casados y un año de noviazgo. Las cosas para YoonGi encajaron un poco en ese momento y se sintió enfermo. ¿Así que eso era?
Aunque no quería, las dudas empezaron a hacerse camino a toda velocidad a su interior. NamJoon nunca les dijo que estaba casado y mucho menos con un hombre, eso era claro. ¿Tanto se avergonzaba de él?
YoonGi sabía que no era el hombre más guapo del mundo, en el espejo seguía viendo a un delgado y pálido hombre sin más encanto. Pero él realmente quería a NamJoon... ¿Había mentido sobre sus sentimientos? ¿qué de todo lo que había pasado o dicho era real?
––Uh... yo... tengo que irme. YoonGi se disculpo y se encamino a la salida del edificio, necesitaba aire fresco pronto. Sentía que iba a llorar en cualquier momento. ¿Había estado siendo un sucio secreto para NamJoon hasta ese momento?
Era eso porque no salían con amigos del moreno, YoonGi ni siquiera recordaba conocer a alguno de sus amigos, no recordaba el haber ido con él a ninguna fiesta de la oficina o que sus compañeros hubieran hecho. ¿Qué estaba haciendo NamJoon ahora?
¿Era esa la manera de darle estabilidad a sus hijos mientras encontraba una madrastra adecuada para ellos? El corazón de YoonGi se encogió al darse cuenta de eso. De darse cuenta que quizás era solo un remplazo temporal.
Si NamJoon esperaba obtener un divorcio cuando encontrara a una mujer adecuada... los niños pasaran por lo mismo nuevamente... no. Él no era HaNa, no necesitaba ni queria el dinero del moreno, solo esperaba que lo dejaran ver a sus chicos de vez en cuando.
El nudo en su garganta se hizo mas grueso y difícil de ignorar, sobre todo cuando le estaba costando trabajo respirar. ––¡Yoonie!––La voz de SeokJin lo sacó de su estupor. Secó sus lagrimas a toda prisa y colocó una falsa sonrisa en su rostro.
Pero no pudo mantenerla mucho tiempo, NamJoon lo veía de una manera extraña. YoonGi parpadeo repetidas veces bajando la mirada para evitar que nuevas lagrimas salieran, pero sus ojos se detuvieran en la mano que mantenía a JeongGuk pegado al moreno cuerpo. Ahí.
Su dedo anular desnudo. Por más que YoonGi apretó los labios y luchó por mantener la compostura no lo logró. ––¡Yoonie!––Escucho a HoSeok gritar mientras él y SeokJin llegaban a donde él se encontraba. Volvió a secar su rostro sin éxito, pues las lagrimas no se detenían.
––Lo siento, es solo que... no me siento bien. Lo siento. SeokJin lo abrazó y YoonGi se dejó hacer, porqué él realmente necesitaba ese abrazo en ese momento. ––Hey Yoon ¿Qué pasa? ¿Qué te duele? YoonGi cerró los ojos con fuerza sintiendo su estomago volverse un nudo enorme.
––Quiero regresar a la casa, no me estoy sintiendo bien... lo siento chicos. Vayan con su padre, estaré bien...––Sacó las llaves de la camioneta de su bolsillo y se las entregó a NamJoon que lo veía con el entrecejo arrugado.––Voy a tomar un taxi, es mejor si usan la camioneta.
––Yoon ¿que...? ––No.––Su voz salió mas dura de lo que hubiera querido.––Solo... quiero estar solo un momento. Y sin esperar a que le dijera algo más empezó su caminata en busca de un taxi para regresar a una casa que ya no sentía como su hogar. ¿Seguiría siendo bienvenido?
Al llegar solo a casa la vio desde otra perspectiva, se vio a él mismo como cuando recién llegó a ese lugar, no siendo algo más que un empleado asalariado, solo que ahora estaba acostándose con su jefe.
Subió a la segunda planta pero no tenía ganas de estar en la habitación que compartía con NamJoon en ese momento. Por lo tanto se encaminó a la habitación que había ocupado en los días que fue un empleado del lugar.
Lo que necesitaba en ese momento era despejar su cabeza pero al mismo tiempo acomodar las ideas de todo lo que estaba flotando en el aire en ese momento. Tenía que hablar con NamJoon al respecto...
Esperaría a que el moreno le dijese algo, le daría el beneficio de la duda al menos. Y si NamJoon no hacía nada, entonces tendría bastantes respuestas a sus dudas. Solo esperaba que el moreno de verdad dijera algo o iba a terminar rompiendo lo que quedaba de su corazón.
YoonGi se removió en la cama encontrándose con la habitación completamente a oscuras. Sabía que ahora estaba en la habitación que compartía con NamJoon e incluso sentía el brazo del moreno en su cadera. De manera inconsciente se empujo más cerca del cuerpo ajeno.
NamJoon se removió acercándolo más a él mientras que YoonGi acomodo su rostro en el cuello del hombre. Por ahora el frio que había sentido antes ya no estaba e iba a disfrutar de ese pequeño momento. ––Hey Yoonie...––La ronca voz del moreno lo hizo sentir un escalofrío.
––Vuelve a dormir, estoy cansado. Aquello no era del todo mentira en realidad. ––Tenemos que hablar... ––No... solo quédate así. Solo quiero dormir por ahora. NamJoon acaricio el cabello de YoonGi y el pálido se dejó hacer. Solo quería un poco de esto y aquello antes de hablar.
YoonGi despertó temprano como de costumbre, aun si los niños no tenían clases en ese momento él no podía evitar el simple hecho de que su cuerpo estaba acostumbrado a ello. Salió de la cama y se dirigió al baño para tomar una ducha rápida que le ayudara a aclarar sus ideas.
La oscuridad en su interior solo se iba expandiendo con fuerza y él se sentía cada vez más absorbido por ello. Secó su cuerpo y lo hidrató antes de ponerse ropa cómoda encima y salir del baño. NamJoon estaba atando su albornoz cuando YoonGi salió del baño. ––Puedes usarlo.
Dijo simplemente señalando con su barbilla al baño mientras continuaba secando su cabello con la toalla. NamJoon solo asintió como si hubiera captado una orden y se perdió detrás de la puerta. El móvil del moreno vibro en la mesita de noche pero se detuvo, entonces volvió a
hacerlo llamando la atención de YoonGi. Mordió su labio inferior preguntándose si debería atender la llamada o avisarle a NamJoon de ello. ––¿Hola? "¡Namie! Sé que es temprano y es tu día libre, pero ¿Podemos quedar para desayunar? Hay algunas cosas que quiero mostrarte. Sabes +
de que hablo..." El tono sugerente no pasó desapercibido para YoonGi que solo cortó la llamada y borró el registro antes de dejar el móvil en la mesita donde estaba. Apretó sus manos en puños pegándolas a su pecho. ––Voy a la cocina. Casi gritó cuando NamJoon salió del baño.
YoonGi se quedo viendo a la nada cuando entró a la cocina, no supo por cuánto tiempo fue aquello hasta que escuchó pasos en la escalera fue que corrió a la alacena y la abrió para fingir ver en el interior. ––Eh Yoonie...––NamJoon relamió sus labios nerviosos.––Tengo que salir.
YoonGi sintió su cuerpo tensarse y la bilis subir. ––¿A dónde vas? Se golpeó mentalmente por escuchar su voz salir tan aguda. ––Tengo que ver al señor Lee, es algo de la fusión... ya sabes. ––Claro. Dijo con simpleza el pálido sin moverse un poco siquiera para despedirse.
Su alma cayó a sus pies cuando la puerta se cerró detrás del moreno haciendo eco en la desolada casa en ese momento. YoonGi había luchado por no hacerse ideas erróneas y confiar en NamJoon, pero no podia seguir haciendo eso.
¿Por qué le había dicho que era con el señor Lee con quien tenía que encontrarse y no con la mujer a la que él le había respondido la llamada? YoonGi dejó una rapida nota para SeokJin en la isla de la cocina.
Tomó las llaves del auto y le pidió a Henry que le echara un ojo a los chicos en lo que él regresaba. Subir a us auto teniendo en la mira apenas el auto de NamJoon. Tendría que ser cuidadoso al seguirlo si no quería ser descubierto.
Cuando vio a NamJoon aparcar en un hotel sus lagrimas no dejaban de salir pero se las arregló para salir del auto con la dignidad que le quedaba. Se adentró al lugar y pudo ver a NamJoon con una mujer en el área del restaurante del hotel.
Las inseguridades del pálido regresaron al ver lo hermosa que aquella mujer era. Sentía un poco de envidia por su físico y sobre todo por como NamJoon estaba dispuesto a darle la espalda incluso a sus hijos por un momento con ella.
El moreno no podia verlo porque estaba de espaldas a él, pero YoonGi conocía perfectamente la silueta de este. La mujer le sonrió acercándose al moreno mientras le tomaba la mano y YoonGi giró su rostro queriendo evitar el ver aquello.
Cuando regresó la mirada pudo ver que estaba incluso algo sonrojada. NamJoon no retiró su mano de su toque. YoonGi tragó el nudo de su garganta y se encamino hasta la mesa donde el moreno se encontraba mientras sacaba su sortija de su dedo anular.
––... Aerum, no podemos... lo prometiste...––Decía NamJoon a a chica que lo seguía viendo con una sonrisa. ––¿Y que piensas hacer Namie? ¿Castigarme?––La chica soltó una risita. ––No juegues Aerum, estas colmando mi paciencia.
––No juego, sabes que disfruté de tus castigos, sobre todo en la cama.––Al decir aquello la chica vio a YoonGi a los ojos sonriéndole.––¿Tú no? Preguntó volviendo su vista al moreno. ––Sabes que lo que pasó fue un error y... ––Pero pasó Namie ¿o vas a negarlo?
Hubo un pequeño silencio mientras YoonGi esperaba de pie ahí que el moreno lo negara. Pedía a algún Dios que él lo negara. ––No. Aun así... ––Hola ¿necesitas algo?––Saludó Aerum viendo a YoonGi que estaba estático con el rostro rojo.
Cuando NamJoon giro su rostro y vio a YoonGi de pie ahí se puso de pie tan a prisa que termino haciendo caer la silla. ––Yoonie... ––No me toques.––Dijo el pálido con furia.––No te atrevas a tocarme. ––Espera Yoon, puedo explicarlo, lo juro solo tienes que escucharme.
YoonGi negó sonriendo sin humor mientras la chica veía todo expectante. El pálido tragó grueso para aminorar el nudo en su garganta. —Bien ¿quién es ella? NamJoon masticó su labio inferior y YoonGi sabía que estaba nervioso.
—Aerum es una colega. —Una colega con la que evidentemente has tenido sexo. NamJoon bajó la mirada a sus pies. —¿Y qué si hemos tenido sexo? No es nada de otro mundo. Habló la chica en ese momento. —Aerum, por favor guarda silencio.
—No entiendo que tiene de malo que nos estemos acostando NamJoon. —¿Hace cuánto que se acuestan? Preguntó YoonGi intentando sonar casual. —No entiendo porque te incumbiré. Pero tres meses quizás. No hace mucho. YoonGi volteó a ver al moreno que lo veía con ojos suplicantes.
—¿Lo sabe?—NamJoon apretó los ojos y negó.—¿Alguien de tu compañía lo sabe?—Aunque sabía la respuesta quería que NamJoon se lo confirmara. Y nuevamente el moreno negó.—Se acabo NamJoon. Esto se acabo.—Dijo YoonGi en voz baja para que solo el moreno lo escuchara.
—Yoon por favor.—La voz de NamJoon se quebró y tomó su brazo para detenerlo. YoonGi se rio sin humor al ver como Aerum los veía extrañada intentando descifrar lo que pasaba. —¿Quieres que me quede?—El moreno asintió.—Entonces bésame. Bésame aquí frente a todos.
NamJoon paseó su mirada por todo el lugar dándose cuenta que todos los ojos estaban puestos en ellos. —No puedo... yo... entiéndeme por favor. Y YoonGi lo hacía. Él realmente entendía todo. Tomó la mano de NamJoon y colocó su sortija. —Iré a empacar, yo le explicaré a los niños.
—YoonGi... La voz de NamJoon salió tan apenas qje el pálido se sorprendió de haberlo escuchado. Aún así no se detuvo. Solo salió del lugar con la cabeza en alto y con orgullo. Pero al entrar al auto se desmoronó por completo.
Nunca se había detenido a admirar cada pequeña cosa de aquella casa y en lo mucho que los niños dejaban huella. Había un par de bicicletas tiradas por el jardín. Juguetes de Holly y juguetes de JeongGuk regados por ahí.
Cuando entro a la casa olisqueó la comida y supo que la señora Sang había llegado y estaba alimentando a los pequeños. Sin hacer mucho ruido se recargó en el muro a ver cómo los niños hablaban alegremente con la regordeta mujer que los alimentaba.
Su corazón se encogió al saber que no los vería en mucho tiempo. Se secó el rostro y puso una pequeña sonrisa en el rostro. —Que guapos se ven todos. —¡Papá!—JeongGuk saltó de su silla y corrió a él.—¿Dónde estabas? Tenemos tostadas de desayuno.
—¿Están deliciosas? —¡Mucho! —Muy bien, cuando terminen ¿pueden ir a la sala de televisión? Hay algunas cosas que quiero hablar con ustedes. Los chicos lo vieron extrañados, sobre todo SeokJin, pero asintieron. El pálido besó rápidamente a todos antes de salir de ahí.
YoonGi sentía los pies de plomo en cada paso que daba. Se dirigió a la habitación y sacó un par de maletas grandes donde guardaría sus escasas pertenecías. No había mucho que tomar además de ropa a decir verdad. Después de todo la mayoría de las cosas que había ahí habían sido
compradas con dinero de NamJoon y lo último que quería era tener que deberle algo o tomar sus cosas. Echó ropa que había comprado con sus pequeños sueldos de cuando había seguido siendo mesero, estaba algo gastada pero era suya.
Sacó fotografías de marcos para llevarlas con él también. Incluso una del día de su boda. YoonGi la admiró con tristeza. En ese momento haberse casado de manera espontánea con NamJoon había sido mágico. No habían tenido una ceremonia o una fiesta, solo habían decidido que
querían casarse y fueron a hacerlo. Que tonto de sintió el pálido al darse cuenta el porque había sido todo tan “mágico”. Para NamJoon no había sido más que un secreto que no estaba dispuesto a contar.
—¿Yoonie?—SeokJin entró a la habitación empujando la puerta.—¿Qué estas...? ¿Por qué estás empacando? ¿Vamos de viaje? YoonGi vio las maletas nervioso y después volvió su mirada a SeokJin. —Vamos con los chicos. SeokJin se dejó hacer por el mayor. Pero la incomodidad seguía ahí.
Los chicos estaban sentados en orden en los sofás del lugar. JeongGuk se rio y corrió hacia el pálido que no tardó en sentarlo en sus piernas. Besó su mejilla con ternura y JeongGuk hizo lo mismo con él.
—Chicos hay algo que deben saber. Sé que son niños grandes y van a entender esto.—Carraspeó un poco e intento demostrar seguridad.—¿Recuerdan lo que hablamos sobre nuestras personas favoritas? —¡TaeMin es mi persona favorita! Gritó JiMin sonriendo.
—Ya cierra la boca y deja de hablar de ese tonto. Interrumpió TaeHyung. —Chicos, no pelean ahora. Estoy intentando decirles algo aquí, pongan atención ¿sí?—Los chicos asintieron.—Bueno, como saben, a veces nosotros encontramos a otras personas favorita con quienes queremos estar+
juntos.—El pálido tragó grueso.—Yo... encontré a mi nueva persona favorita. —Pero Yoonie ¿qué hay de papá? —¿Y de nosotros? ¿Vas a dejarnos? ¿Es por qué no recogemos nuestros juguetes? Prometeos recogerlos.
—No cariño no es eso. Yo los amo. Los amo muchísimo, son los mejores niños del mundo. Lo prometo. —¿Entonces por qué nos estás dejando? Si nos quieres no deberías dejarnos. TaeHyung puchereaba mientras tomaba la mano de JiMin. —Dijiste que no eras como mamá.
—No soy como ella... cuando sean grandes van a entender que cuando los adultos encontramos a nuestra persona favorita en el mundo, queremos estar con esa persona porque la queremos mucho y duele si no estamos juntos.
—Pero nos estás dejando Yoonie. Estás yéndote como lo hizo mamá. Decías que mamá nos amaba pero no era así ¿ya olvidaste lo que le hizo a Jinnie? —Claro que no lo he olvidado, Minnie. Estuve muy asustado por Jinnie en ese momento. —¿Es esa la verdad?
YoonGi vio a SeokJin que se había mantenido callado hasta ese momento. —Sí. SeokJin apretó los labios. —Así que te irás. —Sí. Aún si no había sido una pregunta. YoonGi terminó por responder de igual manera. —Mentiroso. Eres un mentiroso como mamá.
—No. No. yo los amo. Los amo como si yo fuera su padre... —¡Eres nuestro papá!—Gritó HoSeok haciendo que su rostro se volviera rojo.—Los papás no abandonan a sus hijos. No puedes irte Yoonie. YoonGi sintió como su corazón dolía por los pequeños frente a él.
—Dijiste que éramos como una familia de gatitos, como la película que vimos ¿eso era mentira? El corazón del pálido dolió al ver a TaeHyung lloroso y temblando al lado de JiMin. —Yo no les mentí sobre eso. Aún si no estoy aquí, los voy a seguir queriendo mucho.
—Entonces no te vayas. No nos dejes papá.—HoSeok se acercó a abrazar a YoonGi mientras lloraba.—Seré un buen chico, tendré las mejores notas de la clase y nunca me voy a quejar de ello otra vez, pero no te vayas.
YoonGi tuvo que tomar toda su fuerza de voluntad para no desmoronarse. Pronto TaeHyung se le unió al abrazo junto con JiMin... al final, incluso SeokJi estaba ahí. Su corazón dolía. Era un dolor físico. Sentía como algo apretaba su corazón haciéndolo doler en su pecho.
—Nunca duden lo mucho que los amo. Yo jamás mentiría sobre el amor que les tengo. Pero... pero tengo que irme chicos... si yo... si no estoy con mi persona favorita en otro lugar... me va a doler mucho aquí. YoonGi colocó una mano en su pecho siendo visto por los niños.
—¿Podemos ir contigo? —Llévanos contigo Yoonie. YoonGi río a pesar de todo. —¿Y como haré para mantenerlos a todos? Yo no soy rico. Además su papá los va a extrañar y va a estar muy triste aquí solo. —Podemos trabajar en la cafetería. Prometo esforzarme.
YoonGi río sintiéndose relajar cuando los chicos parecían estarse relajando también. —Por muy bien pensado que suene eso, no funcionaría. Ustedes deben estar en un lugar seguro donde esté su padre. —¡Que tú eres mi papá! ¿Por qué no lo entiendes? TarHyung gritó frustrado.
—TeTe, habló de tu papá con el que tienes la misma sangre, cariño. —Pero tu sangre también es roja. Eso te hace tener la misma que nosotros. Bueno, no podía pelear contra esa lógica en realidad. —Me refiero a que yo soy su padre porque me casé con su verdadero padre.
—Sí ¿entonces por qué no podemos ir contigo? —Porque cuando me vaya, su papá y yo ya no estaremos juntos. Me iré con mi persona favorita y quizás pronto su papá también tenga a otra persona favorita. Sé que están tristes y molestos, pero sé que lo entienden.
—Los adultos son muy complicados. Solo deberías traer a tu persona favorita aquí. —No puedo cariño.—Se puso de pie bajando a JeongGuk de sus piernas.—Prometo venir a verlos pronto. —¿Te vas ahora? —Tengo que irme. Perdón.
YoonGi salió de la sala y se dirigió a la recámara donde terminó de meter cosas en las maletas. Cuando se giró para salir de la habitación se encontró con SeokJin viéndolo con el entrecejo arrugado. —¿Qué pasó en realidad?
YoonGi se había olvidado lo inteligente que SeokJin era. En como era bastante perspicaz y siempre terminaba captando cosas que los demás pasaban desaparecidas. El pálido aferró su agarre a las manijas de las maletas. —Me gusta alguien más.
—Mentiroso. Tomaste fotografías donde está papá y estos días has estado triste y llorando. Si fueras como mamá y estuvieras por irte con alguien más... ni siquiera nos hubieras dicho nada. ¿Es papá verdad? ¿Es a él a quien le gusta alguien más?
YoonGi tragó grueso mordiendo su labio inferior y desvió la mirada. —No, no... es a mí. Lo prometo Jin, me gusta alguien más. SeokJin lo inspeccionó con los labios apretados y la molestia reflejada en su rostro. —Dame las fotografías.—YoonGi giró su rostro para encararlo.
—¿Qué? —Dices que te vas porque papá ya no te gusta. Entonces no te lleves ninguna fotografía. Damelas. —Jin por favor. —¿Por qué mientes? Ya no soy un niño y ya no soy cómo antes, no te odio... yo te amo y no quiero que te vayas. Quédate. Por favor quédate papá.
Los ojos de YoonGi se llenaron de lágrimas al ver como SeokJin se mostraba vulnerable frente a él. —Ya no me quiere Jin. Y yo no puedo quedarme porque me hace daño. Por eso tengo que irme antes de que sea demasiado tarde. Perdón, perdóname por no poder soportarlo y quedarme.
—Lo odio. Siempre hace que las personas que amo se vayan. —No, no.—YoonGi se acercó a abrazarlo.—No lo odies cariño. Es tu papá y debes entender sus decisiones. También debes ser fuerte porque los más pequeños te van a necesitar. ¿Puedes hacer eso por mi? ¿Ser fuerte?
SeokJin asintió sorbiendo por la nariz y abrazando al pálido más fuerte. YoonGi le besó el cabello y se separó con una desgarradora lentitud. Tomó sus maletas y dándole una última mirada a los chicos salió de la casa que había sido su hogar.
NamJoon llegó un par de horas después. La casa se sentía extrañamente tranquila y eso lo ponía nervioso. Sabía que había arruinado todo con YoonGi, pero esperaba que el pálido lo entendiera. Él había sido heterosexual toda su vida, jamas le había interesado un hombre.
Hasta que el menor entró en su vida. Sus padres, sus amigos y sus colegas habían conocido a HaNa, muchos habían asistido a la ceremonia y al banquete. Habían estado en el nacimiento de sus hijos. Pero con YoonGi... Sabía que eso cambiaba completamente el juego.
No solo porque fuera hombre, sino porque ademas tenían un año de casados ya. YoonGi siempre había sido tranquilo y dedicado con los niños, lo cual agradecía profundamente. No supo en qué momento las dudas empezaron a hacer tanta mella en su corazón como para engañarlo.
Estaba ebrio y bajo presión porque sus padres no dejaban de hablar de que debería tener citas y encontrar una buena mujer para que cuidara de sus hijos. En la empresa siempre recalcaban lo bien que manejaba todo cuando estaba solo y a cargo de cinco pequeños.
Quería decirles que no era así, que todo el mérito de lo buenos que eran sus niños se lo debía a YoonGi. Pero le asustaba como cambiaria el trato de las personas hacia él. Harían bromas a su espalda ¿Y si su empresa se arruinaba por lo snob que podían ser algunas personas?
Ni hablar de sus padres. Seguramente ellos dejarían de hablarle. Su padre era de esos hombre que estaba orgulloso de su masculinidad, que le gustara meter su pene en el trasero de un hombre no lo hacía muy masculino a ojos de su padre.
Subió las escaleras captando el suave murmullo de voces desde la sala de televisión. Cuando abrió la puerta sus pequeños estaban sentados ahí hablando en susurros con rostros angustiados. ––¿Niños? ––¡Joonie, papá se fue! JeongGuk corrió a abrazar a su papá con los ojos aguados.
––Ya regresara, cariño. Todo va a estar bien. ––No, se llevo sus cosas y se fue... se fue como mamá. JiMin puchereó viéndose a nada de romper en llanto. ––¿Se fue? ¿Él realmente se fue? ––Sí, porque parece que alguien encontró a su nueva persona favorita.
A NamJoon no le pasó desapercibido el duro tono de SeokJin y la mirada enfada que el niño tenía. Se preguntaba cuanto sabía más que sus hermanos. ––Esperen ¿encontró a alguien más? ––Eso fue lo que él dijo. SeokJin recalcó las ultimas palabras y NamJoon entendió que lo sabía.
––Trae a papá de regreso. TaeHyung le exigió al moreno. ––Debes traerlo, no nos puede dejar. Él prometio que no sería como mamá. Secundó HoSeok. ––¡YoonGi no es como mamá!––Gritó SeokJin sorprendiendo a todos en la habitación.––NamJoon es como mamá.
Los pequeños veían a su hermano mayor extrañado. NamJoon dejó con cuidado a JeongGuk en el suelo. ––Jin, espera... hablemos esto ¿quieres? ––No, tú... eres una persona horrible. Papá nos quiere y nos cuida y ni siquiera tiene nuestra sangre. O algo así dijo él. Pero aun así nos +
ama y está aquí. Tú no. Y tu eres un mentiroso, eres malo y mentiroso. Lo hiciste llorar porque ya no lo quieres, porque encontraste a otra persona como mamá. Papá me dijo que le prometiera no decir nada pero yo crucé los dedos así que puedo hacerlo.––SeokJin se giró a ver a +
sus hermanos mientras señalaba a NamJoon.––Él es quien hizo que papá se fuera, porque ya no lo quiere, porque tiene una nueva persona que va a traer a casa con nosotros y yo no quiero.––Volvió a ver a NamJoon.––Quiero irme con papá o a casa de mis abuelos. Ya no te quiero.
NamJoon sintió su aliento atascarse en su garganta. TaeHyung, JiMin y HoSeok se acercaron a SeokJin mientras este hablaba. JeongGuk parecía no entender del todo lo que pasaba pero aun así siguió a sus hermanos al pequeño montón que habían hecho.
––¡No seas ridiculo! No voy a llevarlos con sus abuelos o con YoonGi, él no puede cuidarlos. ––Siempre nos cuida muy bien. Llevamos con él. Al escuchar y ver a sus hijos, NamJoon se dio cuenta realmente de el daño tan grande que había hecho.
––Yo soy su padre, YoonGi no puede cuidar de ustedes. ––¡Pero le hiciste daño a papá!––JiMin le gritó.––Yo tampoco te quiero. Quiero ir con papá. JeongGuk se aceró al rubio para abrazarlo. ––YoonGi no va a regresar por un tiempo chicos, él se fue... ––Porque lo cambiaste.
––Yo no... ––Y ahora mientes. Cuando creía que todo estaba mal, Yoonie siempre estuvo aquí para mí y me ayudó, así como ayudó a los demás. Es quien ha cuidado de KoKo. No tú. Nunca tú. Preferiría regresar con mamá que quedarme contigo.
NamJoon dio un paso hacia atrás como si le hubieran golpeado físicamente. Antes de que pudiera decir otra cosa, los niños salieron del lugar yendo a encerrarse a una habitación y NamJoon se dejó caer en el sofá más cercano. Todo era un desastre.
Ni siquiera sabía donde buscar a YoonGi. Tenían que hablar, tenía que hablarle al pálido sobre sus miedos. Quizás a estas alturas era un error por no haberlo hecho antes ¿pero que podía perder? Ya había lastimado a las personas que amaba y lo sabían.
Sabía que merecía el odio de sus hijos y de YoonGi... pero se negaba a aceptarlo todo de buena manera sin moverse para recuperar algo de ello de regreso. Estaba asustado de llevar a los niños con sus padres. No quería que los niños dijeran algo a los mayores y entonces todo se
volviera algo muchísimo más grande y que se saliera de sus manos. Deseaba que YoonGi no se hubiera ido y le dijera qué hacer, él siempre sabía que hacer.
Pasaron algunos días en los que ninguno de los niños le dirigía la palabra, JeongGuk lo hacía un poco pero los demás niños lo llevaban con ellos. No se había podido comunicar en absoluto con YoonGi y estaba empezando a desesperarse porque las cosas empezaban a complicarse más.
En la oficina estaba cometiendo errores enormes por estar distraído, no se sentía con ánimos de hacer absolutamente nada. Aerum había intentado acercarse a él en más de una ocasión, pero al final por fin la mujer pareció entender que no quería nada con ella. Aun si era tarde.
Giró el anillo en su dedo anular de manera distraída, aquello le daba una falsa calma que agradecía. Había ido por su anillo a la joyería el día anterior. Lo había dejado ahí para que le hicieran un grabado y no había podido pasar por el hasta ese día. Había quedado muy bonito.
El anillo de YoonGi lo llevaba en una cadena colgada al cuello, no quería separarse de él, le gustaba mantener algo del pálido cerca de él. Su intercomunicador sonó sacándolo de sus pensamientos. –"Señor Kim, está el señor... Chan aquí. No tiene cita pero necesita verlo."
––Dile que estoy ocupado. Hubo un pequeño silencio del otro lado. "Dice que es el abogado del señor Min." NamJoon apretó el su mano alrededor del anillo en su cadena. Abogado. ––Déjalo pasar. Después de un momento llamaron a su puerta y dio el pase poniéndose de pie.
Un hombre que se veía bastante bien conservado, estaría en mediados de sus cuarenta quizás, cabello un poco cano, complexión delgada y enfundado en un traje azul marino. ––Buenas tardes señor Kim.––Saludó el hombre acercándose al moreno.––Solo vengo a darle una visita rápida +
para comunicarle que el señor Min, mi cliente ha solicitado el divorcio. El tramite será empezado y me veo en la obligación de hacerle llegar la información al ser la otra parte involucrada. Le entregó una carpeta con algunas hojas y cerró de nuevo su maletín.
––¿Dónde está YoonGi? ––Uh, lo siento señor Kim. Mi cliente pidió estrictamente que no se compartiera información personal de ningún tipo de no ser necesario. NamJoon no esperaba obtener algo de información en realidad, pero nada perdía con intentarlo.
Abrió la carpeta para echarle un vistazo en lo que el hombre seguía diciendo cosas más técnicas. NamJoon frunció el entrecejo al ir leyendo el documento que le había sido entregado. Era lo que quedaría en el documento legal que tendrían que firmar ambos.
YoonGi solo solicitaba poder ver a los niños con libertad de no tener horarios marcados en calendarios o supervisión de un tercero. En cuanto a lo demás no pedía absolutamente excepto eso.
NamJoon se sintió enfermo al recordar como los niños habían dicho que YoonGi los había dejado como cuando su madre lo había hecho. YoonGi no tenía ni una pestaña de parecido a HaNa. ––¿Qué pasa si no quiero firmar?
––Entonces se abrirá un juicio con varias citas en la corte donde ámbas partes deben llevar pruebas del porque se debe aceptar o negar el divorcio. Aunque eso será un proceso mucho más largo. Pero es su decisión. Cualquier cosa le dejo mi contacto para que me lo haga saber.
NamJoon revisó el documento que el abogado de YoonGi había dejado, ahora su cabeza no dejaba de rondar por donde mismo. Su espalda se puso recta al recordar las palabras del abogado y no dudó en llamarle rápidamente.
Habían pasado algo de tiempo. NamJoon había tenido que contratar una nueva niñera para los chicos. Estaba realmente preocupado por el hecho de que los niños uno estaban haciendo travesuras como antes e iban desganados a clases, incluso lucían deprimidos.
Un mes y medio se había ido demasiado rápido y demasiado lento al mismo tiempo. YoonGi por fin había accedido a verlo después de negarse a firmar el divorcio sin hablar antes al respecto. Al final solo tuvo que presionar un poco para ello.
Secó la palma de sus manos en sus pantalones de vestir y vio la hora en su reloj en la muñeca nuevamente. Eran veinte minutos tarde de la hora acordada. NamJoon estaba por darse por vencido e irse del lugar cuando YoonGi llegó prácticamente corriendo a donde él estaba.
Se veía precioso como siempre, llevaba jeans flojos negros con una sudadera que quedaba un poco grande de color cafe y un par de tenis. Su cabello estaba revuelto y su rostro un poco sonrojado. ––¡Na...!
Uno de los meseros tiró de su brazo con fuerza haciéndole daño, al menos eso pudo ver NamJoon por la cara que hizo YoonGi. ––Lo sentimos mucho, entro sin autorización. ––¡YoonGi!
El moreno saltó de su lugar y llegó en tres zancadas a donde el pálido era retenido por un guardia de seguridad. YoonGi mantenía su mano sobre su hombro y NamJoon se dio cuenta de que realmente le habían hecho daño por como temblaba su labio inferior.
Empujó al hombre que lo retenía obligándolo a soltar a YoonGi y retroceder. ––Quita tus sucias manos.––El hombre se puso recto rapidamente y la mujer que se había disculpado unos momentos antes con NamJoon abrió los ojos enormemente al darse cuenta del error que habían cometido.
No podían culparla de ello, después de todo ¿Quien en su sano juicio iba a un restaurante de alta calidad con esa vestimenta? ––¿Duele?––Pregunto NamJoon tanteando el hombro del pálido que gimió bajo cuando toco cierto punto y asentía.
––Llegue temprano pero no me dejaron entrar. Perdón por llegar tarde.––Se disculpó el pálido viéndose avergonzado ante su retraso. NamJoon sabía lo mucho que YoonGi odiaba llegar tarde a sus citas o a cualquier lugar donde tuviera un horario establecido.
––¿No te dejaron entrar?––YoonGi negó.––¿Y cómo por qué razón no te dejaron entrar? Su voz se volvió dura. ––Señor, tenemos un código de vestimenta y cómo podrá ver, su acompañante no lo cumple. ––Ah, ya veo.
Tomó su movil de la mesa y dejó algo de dinero. La mujer se asustó al ver cómo el moreno tomaba su abrigo y cubría los hombros del pálido para encaminarse a la salida. ––¡Señor! Pero tiene una reserva... ––Cancélela. Tampoco creo que regrese a este lugar. Tengan buen día.
NamJoon empujaba a YoonGi suavemente a la salida pero el pálido lo detuvo. ––Jo... NamJoon no hagas esto. Ellos tienen reglas que deben cumplir, no seas borde con ellos.––NamJoon iba a responderle pero YoonGi le ganó.––No quiero que se metan en más problemas.
––Debemos ir a que un medico vea tu hombro. ––Estará bien, lo golpee hace unos días mientras metía algunos muebles al departamento. No fue su culpa.––NamJoon apretó los labios porque YoonGi no debería ir por ahí cargando cosas pesadas.––No soy un niño y tampoco soy débil.
El rostro del moreno se cubrió por una suave capa rosada por la vergüenza que le provocó que el pálido supiera qué era exactamente lo que estaba pensando. ––Lo siento. ––¿Podemos quedarnos? Realmente no tengo mucho tiempo ahora. Debo ir al trabajo pronto.
––¿Trabajar? ¿Dónde estas trabajando? YoonGi se rió suavemente. ––No puedes realmente esperar a que responda eso ¿Cierto? Necesito el empleo para vivir. NamJoon, de verdad no tengo mucho tiempo para esto, si quieres hablar... ––Nos quedaremos.
NamJoon dijo aquello a la mujer que rápidamente los re dirigio a una mesa en la zona privada. NamJoon aprecio aquello aunque sabía que era un movimiento por salvar un poco del desastre que ellos mismos habían creado. ––¿De qué quieres hablar? Preguntó YoonGi tomando asiento.
––Más que hablar a decir verdad quiero que me escuches. Prometo hacer cualquier cosa que digas sin reprochar nada si solo me escuchas. ––Bien.––YoonGi tomó su mochila y sacó una carpeta junto a un bolígrafo.––Tendrás que firmar al final.
NamJoon vio con nervios la carpeta sobre la mesa pero decidió no pensar en ello. Relamió sus labios humedeciéndolos y cuadro sus hombros para ver directamente a YoonGi.
––Te debo una gran disculpa por haber hecho todo esto. Pero no es una simple disculpa, voy a empezar hablándote por todo por lo que estoy pidiendo perdón. Mismo que estás en tu derecho de negarme. »Mi error fue apresurarlo todo. Tú llegaste a casa cómo caído del cielo cuándo mi +
vida era un completo desastre, así que te veía como mi héroe. Aun no eres. Quizás en ese momento sí confundí mis sentimientos, no soy muy bueno en ese campo, la única pareja que había tenido hasta ese momento había sido HaNa y nadie más.
Eres atractivo y también tienes una personalidad grandiosa, el que cuidaras y quisieras tanto a mis hijos era algo más para añadir. Nuestro noviazgo fue extraño porqué sólo había cambiado el hecho de que te habías mudado a mi dormitorio y teníamos sexo.
Ese fue un gran error de mi parte. Sé que me gustas, sé que te amo y estoy asustado. Mi burbuja se rompió cuando estaba pensando en que podríamos casarnos, pero mis padres mencionaron la hija de uno de sus amigos y en cómo estaba soltera y sería una madre asombrosa para los +
chicos. Mis padres sólo te conocían como la niñera de mis hijos y no cómo mi pareja porque me asusté de lo que pudieran pensar al enterarse de ello. No me di cuenta de lo mal que estuvo apresurar las cosas porque de esa manera ni siquiera yo lo asimilé cuando ya estábamos +
casados o teniendo nuestro primer aniversario cuando yo no siquiera terminaba de entender que realmente me gustaban los hombres tanto o más que las mujeres. Nunca dije nada en la oficina o con mis amigos porque sé como las personas pueden cambiar el trato que tienen hacia ti y +
no sabía si estaba listo para eso. Incluso ahora estoy asustado. No voy a excusarme con eso, porque mis errores los cometí yo por mis inseguridades y te arrastré en ello. Lo siento. Mis padres... mis padres van a solicitar la custodia de los niños.
Tuve una gran pelea con ellos y se enfurecieron cuando se enteraron de mi matrimonio. Agradezco que no hayas estado presente en ese momento o incluso los niños. Ellos fueron realmente duros conmigo.
En cuanto a la empresa, creo que lo haré un poco más lento, quiero evitar que se propaguen chismes baratos por ahí. Y sobre Aerum... la primera vez que nos acostamos... ambos estábamos ebrios y yo estaba bajo mucha presión y estrés por el trabajo y mis padres.
Pero fuera de ello creo que es la única ocasión en la cual verdaderamente me puedo excusar con ello, las siguientes ocasiones fui consciente de lo que hacía y lo peor de todo es que ni siquiera me gustó, ni siquiera me hizo sentir mejor.
Solo sentía como me estaba volviendo en algo asqueroo por no tener el valor de mostrarle al mundo quien soy realmente. Estoy un poco cansado de esta doble vida que tengo y he decidido dejarla por fin porque ahora estoy seguro de que es lo que quiero y cuales son mis prioridades.
Lo siento mucho YoonGi. Haré cualquier cosa que decidas, incluso desaparecer de tu vida. Pero no olvides a los niños, puedes verlos siempre que quieras... ellos preguntan mucho por ti.
YoonGi sintió como si alguien envolviera su corazón en un puño y lo apretara. Había pasado días sin dormir preguntándose en que se había equivocado con NamJoon en si había hecho algo que al moreno no le había parecido como para lastimarlo de esa manera. Pero no era el caso.
Él no se había equivocado. NamJoon estaba asustado de aceptar quien era frente a los demás y el pálido se odiaba por entenderlo y entender el porqué hizo lo que hizo. YoonGi tragó el grueso nudo que se había hecho en su garganta y carraspeo algunas veces antes de hablar.
––Espero que tus padres no ganen esa demanda porque los niños necesitan a su padre.––Carraspeó nuevamente.––Quiero que sepas que te perdono y agradezco mucho el que me dejes ver a los niños, realmente los extraño mucho. También extraño a Holly.
––Gracias por dejarlo con los chicos, lo han cuidado muy bien. ––No lo dudo, mis pequeños saben hacerlo todo.––YoonGi soltó una risita.––Gracias por disculparte, NamJoon. Yo realmente necesitaba esto... ¿podrías firmar ahora?
NamJoon no luchó por esconder el dolor que aquello le provocaba. Apretó sus labios y le dio una sonrisa de derrota al pálido asintiendo. Tomó la carpeta y e bolígrafo para firmar donde estaba su nombre. Había prometido hacerlo si era lo que YoonGi quería e iba a cumplirlo.
––Yoon... sé que no tengo derecho a nada más pero... ¿Puedo besarte? Preguntó entregando la carpeta con su firma en los documentos. YoonGi abrió la boca levemente un poco sorprendido por la petición del moreno. ––Supongo que sí. La frase salió en un susurro.
NamJoon asintió sonriendo. Se puso de pie y rodeo la mesa tendiendo su mano al pálido. YoonGi la tomó extrañado y se puso de pie. ––Voy a dejarte a la parada de autobús, vamos. YoonGi arqueo sus cejas un poco sorprendido pero tomó sus cosas y salieron juntos del restaurante.
La tarde había empezado a caer por lo tanto estaba un poco más fresco afuera, NamJoon ofreció comprar algo de café para beber en lo que caminaban a la parada de autobuses y YoonGi acepto porque realmente necesitaba la cafeína en su sistema en ese momento.
Caminaron en silencio uno al lado del otro hasta la parada y cuando estuvieron ahí NamJoon remallo sus labios nervioso. ––Supongo que nos vemos pronto, realmente puedes ir a casa cuando lo desees, sabes los horarios de los chicos. ––Gracias, quizás vaya en mi día libre.
NamJoon asintió sonriendo. ––Voy a abrazarte. Informó antes de rodear el pálido cuerpo de YoonGi y enterrar su cara en el hueco del cuello del pálido aspirando su aroma. YoonGi se permitió abrazarse al cuerpo ajeno y disfrutar de la calidez que emanaba.
NamJoon besó la sien del pálido y se alejó metiendo sus manos a los bolsillos. ––Voy a darte un mes de descanso YoonGi. Entonces voy a buscarte, te voy a encontrar y no me iré a menos que me lo pidas. Le sonrió al pálido que seguía procesando esas palabras y se fue.
YoonGi fue en su día de descanso a ver a los chicos como había dicho a NamJoon. El moreno había estado en la casa pero no lo vio al rededor, después se entero que el moreno le había prometido a los chicos no quitarles ni un poco de la atención del pálido y por eso había
desaparecido de pronto. YoonGi mantenía la carpeta con los documentos firmados en casa, había telefoneado a su abogado para preguntar si afectaría mucho un juicio por custodia cuando se tramitara su separación legal.
El señor Chan le explicó como eso podría hacer que NamJoon perdiera el caso e incluso perder el derecho de solicitar un nuevo juicio perdiendo a los niños hasta que fueran mayores de edad.
YoonGi le dijo inmediatamente que no iba a entregar los documentos sino hasta que todo eso pasara. Tal como NamJoon le había dicho aquel día en que hablaron, no se acercó en absoluto a él en todo el mes que estuvo yendo con regularidad a su casa para ver a los niños.
Todo era risas y juegos cuando llegaba, pero cuando les avisaba que pronto tendría que regresar a su casa los niños empezaban a deprimirse y a pedirle que se quedara. Eso rompía el corazón de YoonGi, pero siempre lo dejaban ir con la promesa de que regresaría para verlos y
ayudarles con sus deberes. Había conocido a la nueva niñera. La señora So realmente le gustaba, era como esa abuela amorosa a la que todo mundo amaba ir a visitar y siempre olía a mezcla de galletas.
YoonGi tropezó cuando salió de su cama ya que el timbre no dejaba de sonar. Gruñó tomando su pie y yendo en saltos a la puerta. ––¿Sí? ––Busco a Min YoonGi. ––Soy yo. ––Necesito que firme aquí por favor. YoonGi tomó la tabla con un ojo abierto y otro cerrado y firmó el papel.
Y antes de que pudiera decir algo más por su puerta empezaron a entrar demasiados arreglos florales. No parecían tener fin, había de todo tipo de flores, de todos colores y olores. Tomó rápidamente una de las tarjetas. "Razón # 42 amo tus ojos. KNJ."
Los ojos del pálido se abrieron enormemente al ver que la ridículamente cantidad de arreglos en su pequeño departamento ocupaba el escaso lugar y no solo eso. Todos tenían tarjeta. ––Dejen los demás afuera. Pidió al ver que querían acomodar más arreglos adentro.
Tomó las tarjetas de cada arreglo y los fue colocando dentro de una caja de la que habia sacado marcadores. Cuando los chicos se fueron el pasillo completo estaba repleto de flores y su departamento igual. ––Mierda.
Se quejó cuando vio la hora. Corrió a darse una ducha y vestirse, no le daba tiempo de desayunar, tendría que comprar algo en el camino o en el trabajo. Tomó su mochila y metió la caja adentro mientras salía a tropezones del apartamento. Al salir del edificio detuvo su carrera.
––Buenos días señor Min. Tengo ordenes de llevarlo a su trabajo. ––¿Henry? ¿Qué demonios? ––Yo solo sigo ordenes señor. Si no sube al auto voy a obtener un regaño. YoonGi lo vio molesto, el hombre no parecía sufrir por la amenaza de un regaño si no conseguía llevarlo.
Se subió solo porque iba tarde a su trabajo y solo por eso. Quizás si lo repetia lo suficiente, terminara por creerlo y la sonrisa de su cara se fuera. El transcurso se le hizo cortísimo, cuando bajó se despidió de Henry con la mano.
Y claro que no pudo reclamar cuando el hombre le dijo un simple "nos vemos más tarde" porque se había ido inmediatamente. Negó rápidamente adentrandose al enorme edificio y yendo a la zona de empleados para dejar sus cosas en el casillero.
Regresó colocando su gafete en la camisa blanca y se coloco detrás del mostrador de recepción. Algunas personas entraban al lugar y lo saludaban, hasta que un chico entró con una caja de madera. ––Tengo una entrega para... Min YoonGi. ––No he pedido nada. ––Yo solo entrego.
El chico le pasó una nota para que la firmara y YoonGi lo hizo sin despegar su mirada de la caja. ––¡Que lo disfrute! Dijo el chico saliendo del ligar. Cuando YoonGi lo abrió se encontró con un enorme y lindo desayuno ahí. También había notitas pegadas.
Las quitó y las metió a la caja que había llevado con él al mostrador para verlas todas. Él realmente se iba a negar a tomar aquella comida, lo juraba. Pero no había tenido su desayuno y no estaría mal el probar algo de aquello que se veía delicioso.
Al final había terminado comiendo todo. Tuvo algunas cosas que hacer durante la mañana y entonces otro chico llegó buscándolo, ya ni siquiera se molestaba en decir que no había pedido nada porque sabía que era algo que había enviado NamJoon.
Lo que no espero es que nuevamente llevanara el lugar con flores y globos. YoonGi estaba avergonzado y asustado en partes iguales. Su jefe iba a correrlo entonces él iría a buscar a NamJoon para patear su jodido trasero.
Pero contrario a ello, su jefe simplemente se mofo de todo eso diciendo que quizás se robaría la idea para cuando tuviera problemas maritales. A la hora de comida nuevamente llegó comida para él y ni hablar de la hora de salida cuando Henry estaba puntualmente esperándolo.
YoonGi no hubiera dicho nada si la situación hubiera sido cosa de un día. Pero actualmente había pasado una semana, había flores en cada rincón del edificio donde vivía y ya no sabía como disculparse con los vecinos; aunque la mayoría decía que las flores alegraban el lugar, él
no podía evitar sentirse avergonzado al respecto. Cuando subió al auto Henry le saludó como siempre. ––¿Puedes buscarme a la hora del almuerzo? Necesito hablar con NamJoon. Diles que no énvienles el almuerzo por favor.
A YoonGi no le paso desapercibido como el hombre luchaba por mantener el rostro serio y no carcajearse por el enfado del pálido. Aun así no dijo nada porque estaba bastante molesto con el moreno.
Cuando llegó a la empresa de NamJoon pasó directamente a ésta sin esperar o detenerse cuando su secretaria le habló. NamJoon le pidió a la chica que saliera y los dejara solos y se recargó en su silla viendo a YoonGi con una sonrisa en los labios.
––No creí que tu paciencia durara tan poco. ––Eres un cabrón. ¿Puedes detener esto? Mi edificio esta rebosante de flores y ni hablar de la recepción de mi trabajo. Aunque regale las flores siguen siendo demasiadas.
––Entonces sal a una cita conmigo. Mañana a las 8pm paso por ti. ––¿Te estas escuchando? Prácticamente me estas chantajeando? ––Pero si no he dicho nada. Se defendió el moreno levantando sus manos mostrando falsa inocencia.
YoonGi se encaminó y se plantó frente al escritorio del moreno colocando sus manso en esta y viendo con furia al rubio que tenía esa estúpida sonrisa de triunfo en su rostro. ––No iré a esa cita contigo. ––Bueno. NamJoon se encogió de hombros.
––¿Por qué haces esto? ––¿Hacer qué? ––Deja de enviar regalos. ––Está bien. ––Y no ire a esa tonta cita contigo ¿Entendiste? ––Entiendo. ––¡Y deja de sonreír! ––Lo haré. ––¡No te burles de mí! ––Nunca lo haría. ––¡Entonces...! ––¿Entonces...?
––Te odio. ––No lo haces. ––Enviaste todas esas cosas pero nunca fuiste tu quien las entregó. ¿Por qué? ¿No tenías ganas de verme? ––Como no te imaginas, pero no creí que tu quisieras verme por ahora.
––Ha pasado mucho tiempo sin verte. ––¿Entonces me extrañabas? YoonGi apretó los labios separándose de la mesa. NamJoon se puso de pie y rodeo el escritorio hasta que estuvo al lado del pálido. A YoonGi le temblaron los labios y cuando NamJoon lo abrazó se dejó hacer.
––Yo esperaba que un día estuveras tú ahí, pero no estabas. Solo seguías enviando regalos que no necesito.––El pálido sorbió su nariz y NamJoon apretó su abrazo.––Creí que habías dicho que me traerías de regreso, pero solo estás haciendo cosas estúpidas.
––Pero creí que te gustaban las flores. ––¡Las odio! Solo necesitaba que cortaras una de las flores que planta la señora Park fuera del complejo y que aparecieras frente a mi puerta. Pero no estabas, nunca estabas...
––Yoonie...––Dijo con suavidad el moreno.––Voy a cobrar mi beso ahora. Y antes de que el pálido pudiera decir algo, NamJoon se agacho hasta que sus labios y los del pálido entraron en contacto. El moreno acunó el rostro de YoonGi para mantenerlo cerca.
YoonGi suspiró cuando se separaron y recargó su cabeza en el firme pecho ajeno. NamJoon dejaba caricias en la espalda de este para que se tranquilizara, así como debajo besos en su cabellera también. ––Te odio. NamJoon soltó una risita y se quejó cuando el pálido lo golpeo.
––Vamos, voy a llevarte a casa. ––¡Debo regresar al trabajo ¿Qué hora es? ––Tranquilo, te tengo, yo hablo con Kwan. YoonGi arrugó el entrecejo viendo al moreno. ––¿Lo conoces? ––¿Cómo crees que supe dónde estabas? Su esposo es muy agradable ¿Sabes? ––¡¿Es gay?!
––¡Muy! YoonGi no salía de su asombro cuando NamJoon empezó a empujarlo suavemente a la salida. ––Él no luce gay. NamJoon lo vio con una ceja arqueada. ––¿Qué se supone que significa eso? ––Quiero decir, él se ve muy masculino ¿Sabes?
––Luce igual de masculino que tú. No porque seamos gays o bi, no se nos permite ser masculinos. Creí que el de los estereotipos aquí era yo, no tú. YoonGi mordió su labio inferior y su rostro se calentó al darse cuenta lo que había estado diciendo.
NamJoon solo soltó una carcajada por lo adorable que el pálido se veía y YoonGi desvió la mirada. Toda vergüenza y diversión se fue de su rostro cuando un objeto captó su atención. NamJoon había cambiado algunas fotografías de su oficina.
Cuando NamJoon siguió su mirada sonrió al darse cuenta de que estaba viendo el pálido. ––Ah. Los niños me ayudaron a elegirlas y a elegir los marcos. Puedo quitarlas si te incomoda. ––No...––YoonGi carraspeo.––Está bien, puedes dejarlas.
El moreno le tomó la mano para salir de la oficina. ––Mina, me voy por ahora, reagenda mis pendientes para mañana. Ni siquiera esperaron a que la chica respondiera o algo, simplemente se fueron del lugar.
Cuando salieron del elevador en la primer planta YoonGi no se dio cuenta de los murmullos hasta que se di cuenta de que era a ellos a quienes veían. Jaló de su mano haciendo que NamJoon la soltara y se sintió avergonzado al sentirse observado por tantos ojos.
NamJoon se giró a verlo preocupado pero cuando se dio cuenta que estaba bien su rostro se volvió tranquilo. ––¿Qué pasa? ––Nos están viendo. NamJoon dio una vista rápida y asintió. ––Supongo que reconocen tu rostro de las fotografías.
––Oh Dios. YoonGi bajó su rostro sintiéndose avergonzado de pronto por la atención que estaba obteniendo. ––Voy a besarte. Informó el moreno tomando la barbilla del pálido para besarlo pero YoonGi lo detuvo viendo con pánico a todos lados. ––¿Estás loco?
––¿Qué? ––No puedes besarme aquí en medio de todos cuando nos están viendo. ––¿Por qué? Quizás eso motive a mis empleados solteros a buscar a alguien. ––Es... eres el jefe. ––¿No me da eso más libertad de besar a quien quiera dónde quiera entonces?
––Eso no es a lo que me refiero. ––¿Entonces? ––Tú d... NamJoon le dio un rápido beso en los labios cuando el pálido estaba distraído. ––Vamos a casa y tengamos una cita con los niños. ––No he aceptado ninguna cita. ––¿Entonces no quieres ir? ––No, yo sí. Pero los niños...
––Entonces no quieres que estén los niños ¿qué sucios planes tienes en mente Min? ––¡Yo no dije absolutamente nada! ––Andando entonces. YoonGi al final se dejo arrastrar porque no había manera que ganara esa discusión.
Los niños habían estado felices yendo y viniendo alrededor del pálido, pululando como mariposas todo el tiempo. Cuando NamJoon les avisó que era momento de dejar al pálido en su casa, los niños se pusieron tristes pero el moreno les explico cómo eran las cosas.
En cómo cuando quieres a alguien debes hacerlo de la manera correcta y esperar por esa persona, ademas de tomar las cosas con calma y no precipitarse a nada.
Al final fueron todos en la camioneta familiar a dejarlo a casa sano y salvo, se despidieron con la promesa que el pálido regresaría a visitarlos pronto.
Tal como NamJoon había dicho a los niños, fue muy paciente con respecto a YoonGi y en esperar y respetar sus tiempos. Después de todo había engañado el chico y sabía que su confianza en si mismo y en él estaba bastante dañada.
No lo había besado nuevamente desde el día en que un furioso YoonGi irrumpió en su oficina. Lo más que habían llegado a hacer er tomarse las manos y casi siempre estaban rodeado de los niños. NamJoon siempre le decía en como si lo aceptaba a él tendría que aceptar el paquete
completo que eran cinco pequeños revoltosos y un perro que parecía una pierna de pollo empalizada. YoonGi se sintió ofendido por como NamJoon se habia referido a Holly y terminaron teniendo una pelea de almohadas en la sala.
✧ ᴇᴘɪʟᴏɢᴏ ✧
Después de cinco meses YoonGi había aceptado por fin el tener una cita donde estuvieran solo ellos. La señora So cuidaba de los niños en casa y ambos tenían libre el día siguiente así que podían alargar esa cita tanto como quisieran.
Cuando terminaron de cenar tomaron un pequeño pase caminado por las calles llenas de personas. YoonGi se mostraba menos avergonzado al tomar la mano de NamJoon en publico. Lo cual era gracioso pues al principio era NamJoon quien tenía esas inseguridades y era quien más hacía
demostraciones afectuosas en publico. Al final habían ganado el juicio contra sus padres, aun así NamJoon le dijo a la pareja que no pensaba poner horarios para que pudieran ver a los niños, tampoco se oponía a que fuesen a pasar vacaciones con ellos.
Al parecer el problema era el padre del moreno, su madre aceptaba a YoonGi con mucha naturalidad, sobre todo lo felicitaba por lo bien que los chicos estaban creciendo bajo su cuidado. Ahora NamJoon también era parte de ello. Pues YoonGi seguía viviendo en su departamento.
No iba a egresar a casa de los Kim hasta que se sintiera seguro y cómodo con ello, aunque realmente extrañaba lo movida que era su vida ahí. ––Hey Joonie.––EL moreno hizo un sonido con su garganta para informarle al pálido que lo escuchaba.––Llévame ahí.
El moreno se atragantó cuando se dio cuenta a donde estaba señalando el menor. ––Yoon... ––Vamos, hace frío afuera y yo realmente, realmente quiero calentarme un poco ¿tú no? Dijo aquello en un ronco susurro en el oido del negro, cuando se alejó de el restregó su cuerpos.
––Joder ¿por qué no me dijiste que esto estaba permitido? Me masturbe antes de venir porque no puedo creer que he pasado tanto tiempo aguantando sin llevarte a la cama. ––¿Estás diciendo que no aguantas otra ronda? ––¿Qué no me has visto? No estoy en mis veinte exactamente.
––No, no lo estás. Pero eres jodidamente caliente y quiero follar. Si me das dos orgasmos obtengo el anillo que cuelga de tu cadena. NamJoon encuadró los hombros. ––¿Promesa? ––¡Seguro! NamJoon arrastró al pálido hasta el motel que había señalado.
Un par de horas después estaban acurrucados uno sobre el otro intentando recuperarse un poco por las emociones del momento. YoonGi sonrió viendo el aro brillante en su dedo anular. ––Te amo. Dijo NamJoon besando su cabello. ––Te amo más.
––¿Esto quiere decir que aceptas el paquete? YoonGi se carcajeo abrazando más al moreno. ––No he olvidado como llamaste a Holly. ––Tienes que admitir que luce de esa manera. ––Un poco.––Aceptó YoonGi arrugando la nariz.––¿Podemos pasar por mis cosas mañana para mudarme?
––Sabes que sí, cielo. YoonGi asintió acurrucándose más junto a NamJoon. Sabía que se habían herido en el pasado, unos más que otros. Pero ahora las cosas habían mejorado y todo estaba bien. Quizás las inseguridades y heridas estarían ahí por un largo tiempo.
Pero lo resolverían juntos, como pareja y como familia. Su corazón se calento al escuchar como los niños no dejaban de llamarlo papá y como no perdían oportunidad de mostrarle algo para que él los felicitara y animara. Estaba enamorado de esta familia y estaba feliz.
Esperaba que su futuro fuera brillante y si no, siempre podía buscar la manera de hacerlo de esa manera.
✧ ᴇʟ ғɪɴ ✧
Muchas gracias por ir todo este recorrido conmigo. La verdad hacía tiempo que quería hacer esta secuela y estoy feliz con el resultado. Originalmente tenía dos ideas y fue por ello que hice una encuesta. Una versión era donde NamJoon estaba construyendo una nueva casa para +
Vivir con YoonGi y los niños pero todo se malentendia a un engaño. Y la otra es esta. Al final eligieron la version donde NamJoon si lo engaña y pues bueno, aquí tienen la historia. Espero que les haya gustado. Nos leemos por ahí. All the love, x.
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