Soulmate Jungkook y Jin son almas gemelas. Se dice que te reencontraras con tu alma gemela en cuatro ocasiones. Cuando la elijas, cuando la cortejes, cuando se acepten o se nieguen y cuando tengan el final que deben.

Jin y Jungkook se encontraron en su primera vida. Ambos fueron amigos cercanos ya que sus padres los hacían tomar clases privadas juntos por ser de alta cuna y Jin el próximo emperador. Por ser de alta sociedad ambos estaban prometidos a sus esposas para traer a herederos +

sanos y fuertes que continuarán con su respectivo linaje. En su segundo encuentro Jeongguk era un artista joven y apasionado por lo que hacía, mientras que Jin era un abogado. Ambos vivían en el mismo barrio y a Jin le gustaba ver al guapo chico ir de aquí a allá manchado de +

pintura y cargando su viejo maletín de piel. Cuando se volvieron cercanos, no pudieron evitar dejarse llevar por sus emociones y sentimientos. Pero la familia de Jin esperaba que se casara con una buena mujer que le diera los hijos que necesitaban.

Para su tercer encuentro, el alma de Jeongguk estaba un poco cansada. Por alguna razón el destino era cruel con él y su alma gemela. La vida al parecer no los quería juntos. El menor trabajaba en una cafetería donde siempre y a todas horas había mucha clientela.

El lugar quedaba de paso a muchos viajeros que llegaban a tomar un descanso y comer algo. Ahí fue donde ambos se reencontraron. Jin le sonrió al chico con delantal al reconocerlo como su alma gemela y Jeongguk solo suplicaba porque esta fuese la ocasión en que estuvieran juntos.

Jin decidió quedarse una temporada en el lugar, habían empezado a salir y estaban muy enamorados, Jeongguk se sentía en un sueño en el que por fin podía estar con la persona que amaba. Hasta que se encontró a Jin con otro chico en su apartamento cuando salió temprano de su turno.

—Guka, espera tienes que escucharme. Jeongguk negó alejándose del mayor que intentaba acercarse. —No hay nada que tengas que explicarme. Las cosas están claras. —Sabes que no podemos separarnos, somos almas gemelas. —No es así, porque al parecer has decidido por ambos.

Jeongguk salió del lugar siendo seguido por Jin a toda prisa. Jeongguk se subió a su moto y Jin apenas alcanzó a sujetarle la mano. —Voy a encontrarte en nuestra siguiente vida y haré las cosas bien, espera por mi. De verdad te amo.

Y sin más soltó la mano de Jeongguk para dejarlo ir… por ahora. Jeongguk corrí a a toda prisa por el campus. Había quedado de encontrarse a las 3pm con Namjoon que lo ayudaba con su tesis y ya iba media hora retrasando porque el profesor Min lo había entretenido.

Se maldecía por hacer esperar al moreno y por si fuera poco estaba empezando a llover. Corrió más rápido pero la lluvia ya había mojado su ropa. Cuando llegó a la puerta del local donde había quedado de ver al moreno, alguien amablemente colocó un paraguas sobre él.

—Gracias yo… ¿Jin? —Hola Guka. —Yo… tú… —Hola cariño , sabía que debía ir por ti a tu facultad. Ah, hola, lo siento. Uh, soy Namjoon. —¿Namjoon? Soy Seokjin, puedes decirme Jin—. Ambos estrecharon sus manos. —¿Son amigos? Namjoon vio a Jeongguk con curiosidad.

—Esposos en realidad. Nam, Jin es un viejo amigo con quien perdí contacto. —Bueno, puedes pasar a comer con nosotros si gustas. Ofreció amablemente el moreno. —No, tengo cosas que hacer, pero gracias por la oferta. —Bien. Pediré lo de siempre.

Eso último fue dicho para el menor después de entregarle su chaqueta seca y dejarlos solos. —Así que esposos ¿uh? —Sí, soy muy feliz con él, Jin. El mayor asintió sonriendo tristemente. —Supongo que nuestras almas no se amaban lo suficiente. —Lo hacían, pero tú no me amabas a mi.

—¡Claro que te amo! —No Jin. Si lo hicieras realmente debimos haber estado juntos antes sin importar las circunstancias. Pero siempre te importaron los demás y no yo. En cambio yo… tú siempre fuiste mi prioridad. Siempre.

Dicho eso Jeongguk asintió a modo de despedida para dejar al mayor ahí quien le tomó la mano como en su anterior despedida. —Te dije que te iba a encontrar , y lo hice. ¿No es eso suficiente? El corazón de Jeongguk dolió. Pero se negó a ceder.

—Espero que encuentres la felicidad Jin, que conozcas al menos una porción de la verdadera felicidad. Y dicho eso fue él quien por primera vez abandonó a su destinado, a quien quizás nunca dejaría de amar. Porque ahora tenía a quien amar y que lo amara.