Los talibán han ejecutado a exlíder de ISIS en Afganistán: Abu Omar al-Khorasani, alias Zia ul-Haq.

Vamos a aclarar cosas, ya veo a gente confundida: los Talibán e ISIS no son lo mismo, e incluso, para quienes somos entendidos en el tema, poseen diferencias ideológicas muy notorias. No entraré en profundidad en aspectos teológicos o políticos complicados y lo explicaré sencillo

Primero que nada, la filial de ISIS en Pakistán nació en Afganistán, tras la proclamación del califato de al-Baghdadi, como una reacción a los taliban. ISIS es internacionalista y antinacional, pretende ser parte de una «revolución» islámica internacional que devenga en un

califato global, el cual cuente con lealtad de todos los musulmanes del mundo a al-Baghdadi y la conversión de todos los infieles en todas partes de la tierra. Con ello ISIS afirma pretender «salvar a la humanidad» de sus pecados e ignorancia antes de un inminente Juicio Final.

Los talibán son una organización profundamente nacionalista y notablemente aislacionista. Es un movimiento nacido entre el campesinado pashtún, por y para los pashtunes. La interpretación de la sharia de los talibán compagina con la doctrina deobandi los códigos tribales y éticos

tradicionales de las tribus pashtún (Pashtunwali). Los talibán no pretenden establecer una organización internacional ni expandirse al mundo, si no crear un Emirato local que rija a los pashtunes estrictamente bajo sus códigos y normas milenarios particulares.

Además de ello, los talibán están tratando de limpiar su cara frente a la sociedad internacional para ser aceptados. Saben que necesitan integrarse a la misma y ser reconocidos para sobrevivir a largo plazo como régimen.

Tras cuarenta años de interminable guerra, los talibán buscan la reconstrucción del país, y para ello necesitan inversión extranjera y ayuda, amén de reconocimiento. Ahora el principal desafío de los talibán es ese, necesitan que el mundo acepte que ellos son la autoridad allí.

Esto ha devenido en reformas en la organización que la han vuelto bastante más laxas –sin dejar de ser una organización extremadamente radical– en comparación a décadas pasadas. Por ejemplo, estos días se han comprometido a cortar relación con grupos insurgentes en países como

China, Uzbekistán, Tayikistán o Rusia y han permitido a la comunidad chiita celebrar sus fiestas. Lo hacen porque el ojo de la comunidad internacional los vigila, y especialmente el ojo iraní y chino con quién hacen fronteras. Lo último que buscan los talibán es otra guerra.

Los talibán, por ello, han recurrido al pactismo y al acercamiento cordial a estos países, y busca esto mismo con EE.UU. y la UE: «Mientras no me molesteís a mi, no molesto a nadie». Algo imposible con ISIS, dispuesta a expandir su liderazgo a nivel global por la fuerza.