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ℳ𝑜𝑜𝓃 ♡

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@moonlovesmin

Feb 25, 2022
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[Sabre Olvidar] 𝘛𝘢𝘦 siempre pensó que tendría la historia de amor como la de sus padres. Dónde se conocieron y supieron que eran las personas indicadas para el otro. Lo que 𝘛𝘢𝘦 no sabía es que la vida le tenía preparada otra historia y no era para nada parecida a lo qué

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él quería para vivir. 𝘏𝘰𝘴𝘦𝘰𝘬 fue el primer novio que tuvo. Un lindo chico de hoyuelos coquetos y sonrisa adorable. Tal como 𝘛𝘢𝘦 había querido en su momento, había sentido esa conexión con el chico.
Habían estado en una relación por más de tres años y justo cuando 𝘛𝘢𝘦 estaba por proponerle matrimonio al otro chico, descubrió que lo había estado engañando desde hacía más de un año. Aquello lo destrozó por completo.
Claro que rompió toda relación con el de hoyuelos en ese momento, sin dejarlo darle alguna explicación de lo que había pasado. En aquella depresión. El moreno se refugio en los brazos de su mejor amigo, 𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯. Lo que no sabía, era que el pelinegro tenía años enamorado de él.
𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯 no dudó ni un segundo en apoyar a su mejor amigo en lo que necesitara después de lo mal que había terminado su relación, aún si eso significaba que tenía que poner en juego su estabilidad emocional. Porque simplemente lo amaba demasiado.
No pasó mucho tiempo para que 𝘛𝘢𝘦 se enterará del matrimonio de 𝘏𝘰𝘴𝘦𝘰𝘬 con la persona que lo había estado engañando. Aquello solo hizo que se pusiera peor, pero 𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯 nunca dejó su lado para nada.
Al pasar el tiempo, 𝘛𝘢𝘦 empezó a notar a 𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯. En su comportamiento hacía él, no tardó en darse cuenta que el mayor tenía sentimientos más allá de una amistad hacia él. 𝘛𝘢𝘦, de un momento a otro empezó a cortejar a 𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯 y este no cabía de felicidad.
Cuando menos pensaron, estaban en el día de su boda. 𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯 era todo felicidad y sonrisa hasta que vio a 𝘏𝘰𝘴𝘦𝘰𝘬 entrar al lugar de la mano de quien sabía que era su esposo. Vio la manera en que 𝘛𝘢𝘦 lo veía y un nudo se instaló en su garganta.
En ese momento se dio cuenta que realmente 𝘛𝘢𝘦 nunca sentiría por él lo que había sentido por 𝘏𝘰𝘴𝘦𝘰𝘬. Ni en ese momento ni nunca. Aquello parecía ser solo el inicio de un presagio de lo que sería su matrimonio. Y así fue.
𝘛𝘢𝘦 nunca le decía que lo quería, olvidaba las fechas importantes, simplemente nada de eso le importaba y 𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯 sabía que seguía amando a su ex novio. Aquello lo llevó a una tristeza profunda, una de la que no veía fin.
𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯 no quería que las cosas fueran así, claro que quería estar junto a 𝘛𝘢𝘦, pero quería que el menor lo amara como él lo hacía, no quería ser el suplente de cama de alguien más.
Todo terminó por explotar un día en que habían salido juntos, era de las pocas ocasiones en las que salían, cuando festejaban sus aniversarios que eran recordados por 𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯.
Se habían encontrado con 𝘏𝘰𝘴𝘦𝘰𝘬 en el mismo restaurante, 𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯 se había puesto triste solo de darse cuenta que 𝘛𝘢𝘦 jamás lo había visto con ojos tan brillantes como veían al de hoyuelos y no solo eso, vio la manera en que se habían dado la mano.
𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯 se decía a sí mismo que solo estaba viendo cosas donde no eran, que solo eran juegos que su propia mente estaba provocando. Pero sabía que no era así. Lo confirmó cuando 𝘛𝘢𝘦 empezó a llegar más tarde d lo normal a casa.
El corazón de 𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯 terminó de romperse en ese momento. Estaba cansado de entregar siempre todo de sí sin esperar nada a cambio... aquello era mentira, esperaba que su esposo en algún momento se diera cuenta de lo mucho que valía y lo mucho que lo amaba.
Pero eso no iba a pasar, y lo sabía. Con el pasar de los días su corazón se hundía más a la par de sus sentimientos. Y de aquello no se daba cuenta el moreno, pues solo tenía ojos y tiempo para su primer y único amor.
Cansado de aquello, 𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯 se vistió con el traje que había usado el día de su boda, cuando incrédulamente pensó que tendría una historia de amor con el chico que amaba, que iluso había sido. Se tomó el frasco de pastillas que su medico había recetado para su depresión +
y una botella de vino que había tomado de la cocina. Las nauseas que sentía eran horribles, pero a pasos torpes salió a la piscina de la preciosa casa que había elegido para hacer recuerdos preciosos al lado del chico que amaba.
Terminó lo que quedaba en la botella y entró de manera pausada al agua sintiéndola fría, pero no era tan fría como el frío que se había instalado en su corazón. Sus ojos fueron cerrándose al mismo tiempo que su cuerpo se sentía más ligero.
Cuando 𝘛𝘢𝘦 llegó a casa no le pareció extraño que estuviera a oscuras, ya que era tarde. Había estado hablando con 𝘏𝘰𝘴𝘦𝘰𝘬 sobre como había arruinado las cosas con 𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯 porque desde el inicio no hizo las cosas bien, y estaba tan arrepentido.
Él realmente quería a su esposo, se sentía culpable por todo lo que había hecho mal hasta ese momento, quería arreglar las cosas pero simplemente no sabía como hacerlo. Su culpa por haberse casado con él para llenar un espacio era tan grande que tomaba horas extras solo para +
tener pretextos de no regresar temprano a casa. Sabía que 𝘑𝘪𝘮𝘪𝘯 nunca le reclamaría nada porque lo amaba, y eso solo lo hacía sentirse peor. A pesar de todo, él jamás le había sido infiel al chico, no podía hacerle eso.
Cuando llegó a la habitación, se dio cuenta que el otro no estaba ahí y había un pequeño desastre. Bajó las escaleras a toda prisa y vio un pequeño frasco vacío tirado en el suelo, junto a un corcho de botella.
La brisa entró por la puerta corrediza de cristal y cuando giró s rostro a la piscina que era iluminada de manera artificial, vio el cuerpo ajeno flotando en ella. Dejó caer las cosas al suelo y se acercó con pasos temblorosos al borde.
Lo supo en ese momento, no había nada que pudiera hacer, la piel del chico estaba completamente blanco y sus labios morados. Era obvio que había llegado muy tarde... demasiado tarde.
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