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Una de las creaciones más sublimes de la historia del arte. Tal vez (o no, que para gustos, colores) la mejor pintura de la historia: "Las meninas" de Velázquez. ¿Por qué significan el triunfo de la pintura? Si quieres saberlo sigue leyendo el #HiloNatGeo de hoy. 🧵👇

¿Todavía hay alguien que no sepa dónde está expuesta? Es la pintura estrella del Museo del Prado, un museo lleno de estrellas de la pintura. Un óleo sobre lienzo que Velázquez pintó en 1656. Mide 3,20 x 2,81 m y preside la sala 12, dedicada al pintor. ¿Vaya colección, no?
¿Crees que es la mejor pintura del museo y de la historia de la pintura?
Primero de todo, aclaremos quiénes son las meninas. Es un término de origen portugués que en esa época designaba a las muchachas, mayoritariamente de origen noble, que entraban a servir a los miembros de la familia real. En este caso se trataba de las meninas de la reina
El título de "Las meninas" no apareció hasta 1843. Antes se había ha conocido como "Retrato de la señora emperatriz con sus damas y una enana", "La familia del Señor Rey Felipe IV" o, simplemente "La familia". Un retrato múltiple en el que aparecen 11 seres humanos y un perro.
Todos estos títulos dan una pista sobre lo que (aparentemente) representa la escena, un retrato cortesano de la familia del rey y su séquito más próximo. Un género en que Velázquez era un gran maestro. En este reportaje te lo explicamos 👇 historia.nationalgeographic.com.es/edicion-impres…
La pintura es una verdadera fotografía, capta un instante en la vida cotidiana de estos personajes, un momento fugaz que Velázquez congela para la eternidad. En el siglo XIX, Théophile Gautier se preguntaba: "Pero ¿dónde está el cuadro?"
Es que incluso pinta la atmósfera. Nadie lo expresó mejor que Salvador Dalí, que con su teatralidad habitual afirmó que lo primero que salvaría del Prado en un incendio sería "el aire contenido en Las meninas de Velázquez, que es el aire de mejor calidad que existe". Este aire ⬇️
Entonces ¿quién es el protagonista? Velázquez quiso dar una imagen de felicidad y prosperidad de la familia real que no existía. La infanta está en el centro y todos los focos de luz convergen sobre ella. En aquel momento era la heredera de un vasto imperio que se desmoronaba.
Una infanta de España nunca sonríe en público.
La niña tenía entonces 5 años. 7 años antes, su padre (con 44 años) se había casado con una sobrina suya de menos de 15, Mariana de Austria. La pareja no era feliz y ninguno de los hijos varones que tenían sobrevivía muchos años. Este es el único retrato en el que aparecen juntos
Incluso así, difuminado, se atisba el aspecto de un hombre de 51 años, cansado y envejecido prematuramente. Compáralo con el retrato oficial que Velázquez hizo del rey ese mismo año. El último del monarca.
Entonces, ¿si es un retrato cortesano, por qué aparece el pintor? Además a una escala y altura mayor que la propia familia real, un atrevimiento que roza la insolencia. Hubo quien lo criticó por ser "más un autorretrato de Velázquez" que un retrato de la infanta.
Velázquez se sitúa en el círculo más cercano al rey no tanto como pintor, sino como criado. El traje y la llave de oro que ciñe a la cintura indican su empleo como aposentador de palacio, encargado del cuidado de la vivienda del rey, nombrado por el propio Felipe IV.
Pero no todo el cuadro es de la mano de Velázquez. En 1659 el pintor fue nombrado caballero de la orden de Santiago. Era un título tan importante que, con el cuadro ya terminado hacía años, una mano anónima pintó sobre su pecho la cruz, símbolo de esta orden.
Así que la obra representa la culminación de la carrera cortesana de Velázquez y su afán por ensalzar su profesión como la más elevada de las Bellas Artes. Por ello, no duda en representarse con los atributos propios de su profesión: pinceles, paleta y un gran caballete.
Por cierto, para corroborar esta maestría solo hace falta observar como unos pocos trazos de pintura clara, mezclados con tonos oscuros se convierten en la mano del pintor.
Los cuadros que cuelgan de las paredes, oscurecidos por la penumbra recrean el triunfo de la creación artística. Eran dos obras reales copia de originales de Jacob Jordaens y Rubens que estaban realmente en esa estancia. "Apolo vencedor de Pan" y "Palas, Atenea y Aracne".
"Las meninas" son, verdaderamente, el triunfo de la pintura. Es una metapintura, dos cuadros a la vez. Velázquez pinta exactamente la escena que nosotros vemos pero se incluye en ella. Es como si hubiera salido de su cuerpo para ver la escena desde otra perspectiva.
Casi todas las miradas se dirigen hacia una irrupción inesperada en la dirección en la que se encontrarían el rey y la reina reflejados en el espejo, lo que da la sensación que nos están mirando a nosotros. Al contemplarlo nos convertimos en un cuadro para los personajes.
También Velázquez, y los reyes son observados, pero a la vez parecen convertirse en observadores a través de del espejo.
Un detalle de la "calidad fotográfica" de la obra puede verse en el rincón de los enanos Maribárbola y Nicolasito Pertusano. Él está ligeramente desenfocado, como pasa en fotografía con la profundidad de campo: los objetos más lejanos al punto de foco aparecen desenfocados.
¿Te interesa conocer más cosas sobre esta maravillosa obra? Aquí te dejamos con el mejor reportaje que puedes encontrar en internet sobre "Las meninas": historia.nationalgeographic.com.es/a/meninas-triu…
Una obra que ha dado lugar a una de las mejores creaciones musicales de la historia. ¿No crees? youtube.com/watch?v=Il6p2-…
Muchas gracias por seguirnos una semana más. Ya sabes que si quieres leer más hilos sobre historia, animales y arte los encontrarás en el hashtag #HiloNatGeo. Hasta la semana que viene.
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