Fichte: Discursos a la nación alemana (1808). Discurso primero: Consideraciones preliminares y visión panorámica del contenido. Resumen:

NUESTRA ÉPOCA, la tercera de las tres edades principales de la historia del mundo, egoísta, que pone en el interés material el móvil de todas sus emociones e impulsos vitales, y se concibe a sí misma como perfecta en ese móvil, se ha consumado y terminado por completo.

El EGOÍSMO, raíz de todas las demás depravaciones, ha alcanzado su máximo grado de desarrollo, tras extenderse entre los gobernados, al apoderarse también de los gobernantes. El actual gobierno descuida la dependencia que tiene su propia seguridad con la de otros Estados,

en cuanto al exterior, y emplea la manera de dirigir las riendas del Estado conocida como humanitarismo, liberalidad y popularidad, que no es sino debilidad e indignidad, en cuanto al interior. Si un pueblo es egoísta pero su gobierno no lo es,

aún puede realizar acciones aparentemente brillantes; si ambos concurren, se hunde la comunidad al primer ataque serio que le sobrevenga, ante una fuerza extranjera.

Una nación que haya caído en ese estado de dependencia ya no puede confiar en sí misma para liberarse, ni tampoco contar con el vencedor, que tendría que llegar a ser tan imprudente, pusilánime y cobarde como ella para perder su dominio,

y no en beneficio nuestro, sino haciéndonos botín de un nuevo vencedor. Así, la SALVACIÓN sólo puede llegar a través de la creación de un nuevo orden de cosas.

Todas las constituciones del pasado establecían un vínculo entre el individuo y la comunidad con lazos que, ulteriormente, se romperían de forma tan radical que dejó de haber participación suya en ella. El fundamento de ese vínculo eran el MIEDO y la ESPERANZA de ese individuo

a posibles repercusiones del destino de la comunidad sobre su propia vida. La ilustración eliminó la vinculación de la vida futura con la presente por medio de la religión, y el gobierno eliminó del individuo el miedo a posibles repercusiones

sobre el bienestar personal si no colaboraba con la comunidad, dejando impune el cumplimiento del deber. Es la ruptura de estos vínculos lo que hizo caer al Estado.

Para una nación que ha sucumbido, desaparecen el miedo y la esperanza, ya que la dirección de estos se le ha escapado de las manos. Debe, por tanto, encontrar un nuevo medio de vinculación, más eficaz; un sentimiento impulsor de aprobación o reprobación moral,

que haga al individuo sentirse unido de manera inseparable a la totalidad circundante, como un YO AMPLIADO, incapaz de reconocerse a sí mismo excepto formando parte del todo, la nación, y tolerándose sólo dentro de ese todo.

La EDUCACIÓN es el medio para edificar ese sentimiento, un yo completamente nuevo, generalizado, capaz de hacer a la nación elevarse de nuevo a la existencia desde su aniquilamiento resignado. Este fin no es nuevo, pero, en el pasado, salvo en muy raras excepciones,

los educandos de esta educación raras veces han seguido las ideas y exhortaciones morales inculcadas. Formaba algo en el hombre, pero se trata de formar al hombre mismo, y convertir la formación no en algo que se posee, sino en una parte constitutiva personal del educando.

Además, llegaba sólo a los, por esa razón, llamados estamentos cultos, dejando al margen a la gran mayoría en la que se fundamenta la comunidad, el pueblo. La nueva educación debe hacer de los alemanes un todo.

Hasta ahora, el PROGRESO de los hombres de la nación alemana ha venido siempre del pueblo. Hoy, por primera vez, pueden los estamentos cultos hacerse cargo de su desarrollo. El pueblo, después de un corto período de tiempo, será capaz de valérselas por sí mismo,

sin necesidad de nuestra ayuda, de tal forma que los que actualmente son cultos y sus descendientes se convertirán en pueblo, y del pueblo actual surgirá otra clase mucho más culta. Fin. @Thread Reader App unroll